Una extensa e interesante nota sobre este tema publicada hoy lunes 12.
Control de vuelos
Se licitará la compra de tres radares de uso militar a un costo de 3 millones de dólares cada uno. Varios países están interesados en una operación estratégica.
POR AGUSTINA RODRIGUEZ ESTRELLA
Como para que no se le escape nada, ni el vuelo de una mosca, la Argentina apunta hacia una radarización. Por un lado, se firmó un convenio con la
empresa nacional Invap que construirá 11 equipos de uso civil que estarán disponibles en su totalidad en tres años en una inversión de 59 millones de pesos. Por otra parte, compañías de China, Estados Unidos, Francia y Ucrania, con el apoyo de sus respectivos gobiernos, pugnan para adjudicarse la licitación de tres radares de uso militar cuyo costo de cada equipo supera los 3 millones de dólares.
En pocos días un representante de la Fuerza Aérea viajará a Estados Unidos para adquirir un radar de corto alcance a un bajo costo, lo que aumentaría las posibilidades de la empresa norteamericana de adjudicarse la licitación y acercaría al gobierno de ese país a alcanzar lo que realmente busca: que la Argentina controle los vuelos de una manera más eficiente para combatir el narcotráfico y las células terroristas de la triple frontera. No obstante, habría otra nación europea también dispuesta a entregar un aparato económico o sin cargo para escalar posiciones en la carrera hacia la venta de esos equipos.
El gobierno argentino parece decidido a invertir en tecnología y capacitación para mejorar la desactualizada situación de las Fuerzas Armadas por lo que firmó un decreto para incrementar el presupuesto en 150 millones de pesos para poner en marcha, además de la radarización, la renovación de vehículos rodantes de producción nacional y la construcción de patrulleros de alta mar, entre otros. La decisión fue tomada en sintonía con el crecimiento armado de las naciones vecinas, no por temor, sólo por las dudas.
COMPETENCIA
Las ventajas norteamericanas no se restringen al radar que en poco tiempo le entregará al gobierno argentino. ‘‘Cuando se compra un radar se debe tener en cuenta la capacitación del personal, que en ocasiones representa un gasto extra a la compra del equipo. Además, la mayoría de los aparatos que actualmente operan en el país son de origen norteamericano por lo que hay una familiarización idiomática y también técnica’’, explicaron a La Prensa fuentes aeronáuticas.
La tecnología de los equipos de los cuatro países que participarán de la licitación es la misma. Los radares que compraría el gobierno son usados. Jamás venden uno nuevo sino que son entregados a la Organización de Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que garantiza la supremacía tecnológica sobre la nación compradora.
Los radares no sólo tienen un elevado costo en la compra sino también en su mantenimiento. Se calcula que por cada hora de utilización deben pagarse alrededor de 300 dólares, pero cuanto más viejo sea el equipo más se encarecerá su utilización. La durabilidad está sujeta a su uso, aunque en promedio tienen una vida útil que va desde los 10 hasta los 20 años. Los cinco equipos que tiene la Argentina fueron adquiridos durante el proceso militar y tienen 27 años de antigüedad.
BAJO CONTROL
Actualmente, el país cuenta con ocho radares, cinco de uso civil, ubicados en Ezeiza, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata y Paraná; y tres de uso militar que se encuentran en Resistencia, Posadas y Río Gallegos. Los equipos tienen funciones diferentes y por eso actúan en forma conjunta.
Los radares civiles, llamados secundarios, son fijos mientras que los militares, denominados primarios, son móviles para que puedan ser reubicados en caso de algún conflicto. Los de finalidad castrense marcan puntos luminosos en un círculo que indica la posición de la aeronave, en tanto que los secundarios brindan datos más específicos como la compañía aérea, el número y el nivel de vuelo y la cantidad de pasajeros.
Pero a estos últimos datos sólo se puede acceder si el piloto lo desea. La información llega al centro de control mediante un chip que tiene la aeronave denominado ‘transponder’. Un código alfanumérico emite una señal que responde a las consultas de los operadores, siempre que el aparato esté habilitado ya sea por una falla técnica o porque los tripulantes se nieguen a dar la información requerida. En cambio, los radares primarios detectan la presencia del avión por más que el piloto no active el chip.
Si bien en la Argentina los dos tipos de radares actúan en forma conjunta los secundarios puede utilizarse en forma independiente, lo que aumenta los riesgos en los vuelos. Por caso, en el atentado de las Torres Gemelas, el aeropuerto de Nueva York sólo tenía radares de uso civil y los terroristas desconectaron el transponder por lo que no pudieron ser captados por el centro de control.
PLANEAMIENTO
El proyecto apunta a que en mediano plazo el país cuente con 36 radares para el control del tránsito aéreo civil y comercial. La primera iniciativa data de 1997 cuando se firmó la ley de Plan Nacional de Radarización que autorizaba la compra de equipos, pero en octubre de 2000, durante el gobierno de Fernando de la Rúa, el Ministerio de Defensa dejó sin efecto la licitación tras descubrirse un intento de estafa.
Posteriormente, en octubre de 2004 se dictó el decreto 1407/04 que aprobó la creación del Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial y derogó el decreto 145/96, que había dado origen al Plan Nacional de Radarización. La iniciativa apuntaba a una política orientada a la lucha contra el narcotráfico en la zona de la Triple Frontera, la sustitución de importaciones y el mejoramiento de la escasez de esos equipos, cuya insuficiencia provoca restricciones y demoras en los vuelos, cada vez más deficientes por el incremento de rutas y de planes de aeronavegación.
El puntapié inicial del proyecto fue dado el 26 de noviembre último cuando la ministra de Defensa, Nilda Garré, firmó un contrato para la adquisición de 11 radares a la empresa nacional Invap, de uso civil. En 3 años estarán en funcionamiento en su totalidad en tanto que actualmente uno de ellos se encuentra en una fase experimental en Bariloche. Resta saber a qué país se les comprarán los de uso primario, aunque los potenciales vendedores ya comenzaron a mover sus fichas para seducir al gobierno nacional.
Fuente.
Para destacar: Se compraría rápidamente un radar. Los radares 3D que planea comprar el gobierno SON USADOS.
Saludos.
IA-37P