Central nuclear para submarino avanza en São Paulo
por Luiz Padilha
IPERÓ – En una carretera vicinal, a 130 kilómetros de São Paulo, siguen en ritmo acelerado las obras de la tercera central nuclear brasileña, programada para 2014.
Esa central, que está en desarrollo por Marina de Brasil en el Centro Experimental de Aramar (CEA), Municipio de [Iperó] (SP), forma parte de su programa nuclear, cuyo objetivo es desarrollar el sistema de propulsión del primer submarino nuclear brasileño, previsto para 2020.
La central de Iperó es una miniusina que tendrá como función simular la puesta en marcha, en escala real, del reactor que equipará ese “vector de patrulla”, conforme clasifica el coordinador del Programa Propulsión Nuclear, comandante André Luís Ferreira Marques.
La etapa de la construcción civil de las 11 edificaciones que en 2014 irán a componer la central termonuclear empieza a tomar forma. El edificio central, que abrigará este reactor, ya está en fase avanzada y, en paralelo, los operarios trabajan en las fundaciones de los de más edificios que deben soportar, según explicó el coordinador, del impacto de pequeñas aeronaves la tempestades más severas, como tornados, fenómenos estos no mucho raros en el interior del Estado de São Paulo.
Es una verdadera central que podría ser llamada de Iperó-1, o, como prefirió referirse Ferreira Marques, “Yo diría a usted Brasil-Marina-Iperó-1?.
La construcción de esta central nuclear se dio por la necesidad de realizar tests intensivos en el reactor que equipará el futuro submarino que, de acuerdo con el capitán, es una verdadera central que se desplaza. Inclusive el corazón de esa central utiliza la misma tecnología empleada en las centrales termonucleares de Angra, la PWR, con agua pressurizada para generación de energía.
Inicio
Ese proyecto comenzó en la década de 1970, en São José dos Campos (SP). LA meta de desarrollar un proyecto de propulsión movido la energía nuclear por Marina se dio en función de la inexistencia de una industria nacional que detuviese la tecnología para su desarrollo. “En aquella época, había necesidad de crear toda una infraestrutura que no existía en Brasil, por ello la Marina tuvo que envolverse en investigaciones para su aplicación en la defensa de la soberanía en las aguas nacionales”, explicó el oficial, que es capitán-de-mar-y-guerra. Con ese objetivo en foco, un área de ocho millones de metros cuadrados (perteneciente al Caserío Ipanema), localizada en el límite de la pequeña ciudad, próxima de Sorocaba, fue a elegida para recibir el centro de Marina. Ferreira Marques enumeró diversas ventajas que llevaron a la elección. Marina ya estaba atrás de un área que reuniese las condiciones encontradas aquí, entre ellas la que dispusiese una línea de trasmisión – y en este local pasa justamente la línea de la central hidroeléctrica de Itaipu, que corta el terreno del Centro.
“Necesitamos de abastecimiento de uno gran volumen de energía para las actividades de Aramar, no solamente para recibir esa energía, pero para realizar el desagüe de la producción del reactor”, comentó él. Además, destacó la característica inhóspita del área, la proximidad a los mayores centros urbanos del País y el aislamiento obtenido para contornar cualquier incidente o emergencia, sea de carácter físico o nuclear, que pueda ocurrir.
Abastecimiento
La fase más adelantada de implantación es la de conversión del concentrado de uranio (yellow cake) en hexafluoreto de uranio (UF6), actividad que es realizada en Canadá en el caso de atención de las centrales nucleares de Angra dos Reis. Las ultracentífugas que realizan el enriquecimiento del uranio y los equipamientos para su conversión en pastillas ya están en operación.
“Uno de los desafíos para la operación del submarino es el abastecimiento de combustible, pues nadie va a vender ese producto, ya que a meta es aplicación en defensa; hay una restricción de las otras naciones en hacer la venta. Encaramos el hecho como una medida natural. Por cuestión de soberanía, una nación no contribuye con la defensa de la otra”, explicó.
Aramar está a pocos meses de iniciar ese proceso de conversión del concentrado de uranio para UF6. LA previsión es de la Usexa, unidad responsable por la actividad, operar en 2011. Ferreira Marques no indicó una fecha específica de inauguración. Actualmente, la unidad, que puede ser vista de la autovía que da acceso al complejo de Marina, pasa por tests en los sistemas de seguridad.
Cuando entrar en operación, el CEA tendrá capacidad instalada de 40 toneladas de UF6 por año y atenderá todas las necesidades de Marina. El excedente todavía será insuficiente para atender las centrales de Angra dos Reis. Según el capitán, esa demanda será suplida por la Industrias Nucleares de Brasil (INB), que construirá con el auxilio dela propia Marina, una planta cerca de 30 veces mayor que la de Aramar. “Atendemos prioritariamente nuestro programa nuclear y, de forma secundaria, la matriz energética nacional. Aquí es sólo el catalisador de la investigación que es utilizado para evitemos errores y apliquemos ese conocimiento en escalas mayores con total seguridad”, añadió. Mismo con la proximidad de las operaciones para las cuales fue proyectado, Ferreira Marques afirma que Aramar nunca será finalizado. “Siempre tendremos un proyecto nuevo para investigación y eso impide que podamos afirmar que el CEA está terminado.”
A 130 kilómetros de la ciudad de São Paulo, siguen en ritmo acelerado las obras de la tercera central nuclear brasileña, programada para empezar a operar en 2014. Esa central, que está en desarrollo por Marina en el Centro Experimental de Aramar (CEA), en el municipio del Estado de São Paulo de Iperó, forma parte de su programa nuclear, cuyo objetivo es desarrollar el sistema de propulsión del primer submarino nuclear nacional, previsto para 2020.
La central es una miniusina que tendrá como función simular la puesta en marcha, en escala real, del reactor que equipará ese “vector de patrulla”, conforme clasifica el coordinador del Programa Propulsión Nuclear, comandante André Luís Ferreira Marques.
Según el capitán, esa demanda será suplida por la Industrias Nucleares de Brasil ([INB]), que con el auxilio de Marina construirá una planta cerca de 30 veces mayor que la de [Aramar]. “Atendemos prioritariamente nuestro programa nuclear y, de forma secundaria, la matriz energética brasileña. Aquí es sólo el catalisador de la investigación, que Es utilizado para evitar errores y aplicar ese conocimiento en escalas mayores con total seguridad”, añadió. Mismo con la proximidad del inicio de la operación, Marques afirma que Aramar siempre tendrá un proyecto nuevo.
El viernes, Eletronuclear informó que la Central Angra 1 tuvo que ser desconectada. La empresa garantizó que los equipamientos que presentaron problema no tienen contacto con el área donde está la radioactividad.
FUENTE: DCI