Noticias de la Armada Argentina (ARA)

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40° aniversario de afirmación de pabellón de la corbeta ARA “Granville”​

Cuatro décadas contribuyendo a la preservación de la vida humana y resguardando los intereses argentinos en el mar.

MARTES 22, JUNIO 2021



Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

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Moderador
Pasaron ya 4 décadas desde que el lunes 22 de junio de 1981 se afirmara el pabellón a bordo de la corbeta ARA «Granville» (P-33), construida en los Astilleros DCAN de Lorient, Francia, donde fue botada el 8 de julio de 1980.
Adquirida por la Armada Argentina, casi un mes después se incorporó a la Flota de Mar en la Base Naval Puerto Belgrano el 30 de julio de 1981, pasando a formar parte de la Primera División de Corbetas donde comenzó a prestar servicios el 24 de noviembre de ese año.
En marzo de 1982 formó parte de la Fuerza de Tarea Nº 40, junto con otras unidades navales: el buque de desembarco de tropas ARA “Cabo San Antonio”, el rompehielos ARA “Almirante Irízar”, el transporte ARA “Isla de los Estados”, los destructores ARA “Hércules” y ARA “Santísima Trinidad” y la corbeta ARA “Drummond”.
La recuperación de las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982 fue una operación que contó desde marzo con un amplio despliegue naval anfibio, y que culminó en la denominada “Operación Rosario” con la misión de tomar Puerto Argentino, capital de nuestras irrenunciables Islas Malvinas y ejercer el gobierno del archipiélago. La corbeta ARA “Granville” integró un grupo de apoyo escolta y desembarco.
Después, entre el 16 de abril y el 14 de junio esta corbeta patrulló las diversas zonas asignadas en el Mar Argentino. Por su participación en la Gesta del Atlántico Sur, su pabellón recibió la distinción “Operaciones en combate”.
La unidad fue designada en 1993 para participar del “Operativo Talos I”, bloqueo naval para el restablecimiento de la democracia en Haití, para lo cual zarpó de la Base Naval Puerto Belgrano el 2 de octubre y regresó el 4 de mayo de 1994.
A partir del año 2000, el buque de 80 metros de eslora y 10.3 de manga, fue asignado al Área Naval Atlántica, a la División de Patrullado Marítimo, cambiando a su actual apostadero natural en la Base Naval Mar del Plata, donde continúa patrullando la Zona Económica Exclusiva Argentina.
En enero de 2004, después de 24 horas de persecución, capturó al pesquero ilegal taiwanés Chin Hsing, con apoyo de un P-3 Orion de la Aviación Naval. En esa oportunidad, la tripulación del buque infractor abandonó la nave dejando un incendio a bordo, pero el pesquero no se hundió.
La “Granville” fue designada por la Armada Argentina – Autoridad Nacional de Búsqueda y Salvamento Marítimo- en numerosas oportunidades para participar en tareas con la finalidad de contribuir a la preservación de la vida humana en el mar.
Cuando se produjo el incendio del rompehielos ARA “Almirante Irízar” en abril de 2007, junto con el destructor ARA “Almirante Brown”, la corbeta ARA “Robinson” y los avisos ARA “Suboficial Castillo” y ARA “Teniente Olivieri”, acudieron en apoyo al lugar donde se encontraba el rompehielos, a 140 millas al este de Puerto Madryn. Esto le valió el reconocimiento del Concejo Deliberante del Municipio de General Pueyrredón.
En 2011, tras haber sido sometida el año anterior a reparaciones en el Arsenal Naval Puerto Belgrano, colaboró con el rescate del velero suizo Mirabaud en el océano Atlántico. Asumió la tarea de escolta del velero y lo acompañó hasta cercanías de Mar del Plata; momento en que la lancha patrullera ARA “Punta Mogotes” la relevó.
En septiembre de 2016, junto con el aviso ARA “Suboficial Castillo” y una aeronave B-200 de exploración, la ARA “Granville” fue destacada con buzos a bordo para la búsqueda de los tripulantes de la embarcación pesquera “San Antonino”.
Fue una de las 15 unidades navales que participaron en 2017 de las diversas tareas relacionadas con la búsqueda del submarino ARA “San Juan”. Ahora, cada vez que la corbeta se aproxima al sector donde se produjo el hundimiento, hace un alto en sus actividades – como lo hacen todos los buques de la Armada- para rendir honores al submarino ARA “San Juan” y a nuestros 44 camaradas.
Al año siguiente, en 2018, trasladó al Teniente de Navío Teodoro Romero del buque escuela español “Juan Sebastián de Elcano”, que se encontraba navegando junto a los otros Grandes Veleros con rumbo a Ushuaia. El joven oficial había recibido a bordo la triste noticia del fallecimiento de su padre y debía ser desembarcado para regresar a su país y reencontrarse con su familia.
Al poco tiempo, en junio, la corbeta participó en la búsqueda de los tripulantes del barco pesquero “Rigel”.
Ingresó al dique de carena en Mar del Plata en agosto de 2019 donde se le realizaron tareas de mantenimiento y un recorrido general; dejándola en condiciones para navegar 1.200 millas náuticas hasta Brasil en 2020, para prestar apoyo a los veleros participantes de la Regata Oceánica Buenos Aires – Río de Janeiro.
Cumplimiento de la misión
La unidad, tras cuatro décadas de vida continúa realizando múltiples tareas que no se vieron interrumpidas ni siquiera por la pandemia.
El febrero, la “Granville” regresó a su apostadero luego de cuatro meses en los que cumplió funciones como Buque de Estación en Ushuaia; brindó apoyo logístico a otras unidades; llevó adelante tareas de balizamiento en la zona austral; y realizó control de los espacios marítimos en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de jurisdicción nacional.
Como buque de estación, la unidad cumplió, además, funciones de guardia SAR (Búsqueda y Salvamento Marítimo) en el marco del sector de responsabilidad del Área Naval Austral, a cargo del Centro Coordinador de Búsqueda y Rescate Ushuaia, a fin de garantizar la asistencia marítima a cualquier buque que así lo requiera.
Asimismo, realizó relevos de personal y aprovisionamiento de material en los Puestos de Vigilancia y Control de Tránsito Marítimo que la Armada posee en Puerto Parry, en Isla de los Estados, el cual mlleva el nombre de un ilustre marino argentino, el “Comandante Luis Piedra Buena”, y en Bahía Buen Suceso, en el extremo oriental de Tierra del Fuego, a fin de dar continuidad a las tareas que allí se llevan a cabo.
Durante su estadía en la capital fueguina brindó asistencia a otras instituciones en el Área Naval Austral, efectuó tareas de apoyo a guardaparques pertenecientes a la Institución de Parques Nacionales y a científicos del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), los cuales navegaron en la ARA “Granville” hacia Isla de los Estados y realizaron tareas científicas y de conservación de especies autóctonas en San Juan de Salvamento, Bahía San Antonio, Bahía Flinders, Bahía Hoppner y Bahía Franklin.
En esa oportunidad, el entonces comandante, Capitán de Fragata Manuel Alejandro Lazarte manifestó: “Esta noble corbeta navegó en forma permanente asegurando el cumplimiento de la misión impuesta».
“Pero lo más importante fueron las actividades de control del mar que desarrollamos en estos meses preservando los recursos pesqueros del Mar Argentino; contribuyendo a asegurar una explotación responsable de los recursos naturales y la protección de los intereses nacionales en el Mar Argentino”, señaló el Capitán Lazarte en referencia a las tareas de mayor relevancia que realiza esta unidad: las operaciones de patrullado marítimo, bajo el control operativo del Comando del Área Naval Atlántica con asiento en la Base Naval Mar del Plata, en las que participan otras unidades navales y aeronavales.
Esta unidad naval es una de las que se destacan – principalmente durante los meses estivales- ante la presencia de buques extranjeros que navegan por el sur del Océano Pacífico.
La presencia de estas unidades navales brinda continuidad a las tareas de Patrullado del Control del Mar de la Zona Económica Exclusiva Argentina y vigilancia estratégica que viene realizando permanentemente la Armada Argentina a fin de ejercer presencia soberana y realizar la vigilancia, monitoreo y control de los recursos económicos y los espacios marítimos, como así también de la actividad pesquera en la Zona Económica Exclusiva de nuestro país y su área adyacente.

Otras tareas
Durante los cuarenta años de vida, esta Corbeta Tipo A 69, ha sumado miles de millas navegadas. Más de 3500 hombres y mujeres formaron parte de su dotación; quienes suman miles de anécdotas y vivencias nacidas en sus cubiertas.
La unidad, actualmente bajo el comando el Capitán de Fragata Gastón Pablo Borgoglio, representó a la Armada Argentina en varias oportunidades al participar de los festejos por el Día de la Bandera en la ciudad de Rosario, abriendo sus puertas al público que la recorrieron y se hicieron eco de las charlas informativas brindadas por la tripulación a fin de conocer las actividades que realiza esta Fuerza. Asimismo, varias veces abrió sus puertas en Puerto Madryn, mientras el buque se encontraba amarrado al muelle Comandante Luis Piedra Buena.
A bordo cobijó en innumerables oportunidades a cadetes de la Escuela Naval Militar que embarcaron para realizar prácticas de navegación, fundamentales para su formación profesional.
Asimismo, a bordo efectúan adiestramiento básico anfibio los infantes de Marina.
Adiestramiento en el mar
Este segundo buque de la Armada Argentina que lleva el nombre del Teniente Coronel de Marina Guillermo Enrique Granville, héroe del Juncal y Monte Santiago, participa en adiestramientos navales para afianzar diferentes procedimientos en técnicas y tácticas con el resto de los buques de la Flota de Mar, la División Patrullado Marítimo, del Comando de la Fuerza de Submarinos y aeronaves de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración y de Vigilancia Marítima de la Aviación Naval. Con el objetivo de incrementar la integración y el nivel de adiestramiento de las unidades en el mar.
También forma parte de ejercicios combinados con unidades de otros países, como el Pre-Unitas, UNITAS, Gringo-Gaucho, Atlasur, Passex, Yámana y Fraterno, entre otros.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

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Moderador

Reserva Naval: otra forma de estar al servicio de la Patria​

Su objetivo implícito es estrechar lazos con la sociedad para contribuir a crear conciencia acerca de la importancia y necesidad de las Fuerzas Armadas para la Defensa Nacional.


DOMINGO 20, JUNIO 2021





Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Merchant Marine one

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Moderador
El 20 de junio se celebra el Día del Reservista Naval en la Armada Argentina, fecha en que aquellos reservistas que aún no han pronunciado el Juramento de Fidelidad a la Bandera, lo hacen. Servir a la Patria es un deseo que para ellos se plasma a partir de este juramento.
La Reserva Naval sirve al propósito de completar, cuando se disponga, los efectivos del cuadro permanente de la Armada. Estará destinada para su empleo inmediato y recibirá alistamiento permanente, de forma que permita cubrir, sin demora, los cargos y puestos que fueran necesarios por funciones derivadas del servicio naval, en situaciones de guerra, crisis o emergencias locales, nacionales o de misiones internacionales.
Asimismo, tiene como objetivo implícito estrechar lazos con la sociedad civil para contribuir a crear conciencia acerca de la importancia y necesidad de las Fuerzas Armadas para la Defensa Nacional.
Fotografía de Archivo.
Al respecto, el Teniente de Navío Cuerpo Comando Escalafón Complementario Orientación Superficie (RNFS) Mariano Perera comenta: “Representamos y difundimos en la sociedad civil todo lo que hace la Armada, la labor de los marinos todos los días en silencio. Ese esfuerzo, esa dedicación, ese espíritu de servicio por la Patria, es algo que la mayoría de la gente no conoce y nosotros lo transmitimos”.
“El trabajo del reservista es desinteresado, porque no cobra remuneración alguna. Es pura vocación, es cariño por la Institución. Uno da porque quiere, porque siente”, expresa. “El reservista trata de sumar. Si podemos gestionar cosas, queremos que la Armada aproveche que podemos colaborar y no solo cubrir puestos cuando alguna situación requiera que nos convoquen”, concluye el Teniente Perera, de profesión abogado, quien recuerda con cariño su infancia en la Base Naval Puerto Belgrano, donde se crió porque su padre era oficial de la Armada.
Fotografías de Archivo.

Orígenes y organización de la Reserva Naval

La Reserva de las Fuerzas Armadas tiene su origen con la creación del Regimiento de Guardia Nacional, grupos de civiles enrolados y armados voluntariamente como cuerpos auxiliares del Ejército regular, de las Provincias de la Confederación Argentina, que eran convocados y movilizados eventualmente en defensa de las instituciones públicas en los casos extremos de conmoción interna.
La Guardia Nacional actuó como reserva hasta principios del siglo XX, participando en la Guerra de la Independencia, la Guerra contra el Imperio de Brasil y la Guerra de la Triple Alianza.
En 1901, a partir de la aprobación de la Ley 4.031 de Servicio Militar Obligatorio, al finalizarlo todos los ciudadanos pasaban a conformar la Reserva. Suspendida esta modalidad en 1994, la Armada Argentina para organizar, administrar y conducir al personal de la Reserva Naval, conforme a lo establecido en la Ley para el Personal Militar Nº19.101, editó el título 1, volumen 6 de su reglamento sobre la administración del personal conocido como R.A.P.A.; quedando la Reserva Naval conformada básicamente de la siguiente manera:
Proveniente del cuadro permanente: conformado por el personal militar retirado, con o sin haber, y el personal militar dado de baja.
No proveniente del cuadro permanente: compuesto por el personal del Servicio Militar Obligatorio y, el actual, Voluntario; los egresados de los liceos navales y de las escuelas de la Marina Mercante; y todo ciudadano argentino que sin haber cumplido con el Servicio Militar obtenga títulos, aptitudes o especializaciones calificadas para integrar la Reserva Naval, con un grado de oficial o suboficial, para el eventual caso de convocatoria.
Fotografía de Archivo.
Asimismo, de acuerdo a su grado de preparación para el servicio activo, el personal se considera:
• Primera reserva: tendrá la finalidad de ser empleada en forma inmediata a fin de satisfacer los requerimientos del servicio naval y completar los efectivos del cuadro permanente, por convocatoria o en forma voluntaria. Estará compuesta por el personal militar retirado con o sin haber, personal militar dado de baja, personal militar incorporado por períodos determinados, conscriptos y del Servicio Militar Voluntario dado de baja.
• Segunda reserva: compuesta por el personal que sirve para completar los requerimientos no satisfechos por la primera reserva hasta los 65 años de edad y el personal de la Reserva Naval Fuera de Servicio, compuesto por los ciudadanos que reúnen los requisitos establecidos en los artículos 35 incisos 3º, 4º y 5º y 36 inciso 3º, 4º y 5º de la Ley para el Personal Militar Nº 19.101 y sus modificatorias.
Fotografías de Archivo.
A su vez, por su situación de revista, se encuentra la Reserva Incorporada, que es el personal que presta servicio activo en la Armada por un tiempo determinado por medio de una Resolución del Jefe del Estado Mayor General de la Armada y según las necesidades del servicio naval; y Reserva Fuera de Servicio, integrada por el personal que se adiestra cumpliendo el Plan de Capacitación y adiestramiento de la Reserva Naval Fuera de Servicio.
Como parte de su instrucción y adiestramiento realizan embarcos en diferentes unidades navales. Fotografía de Archivo.
Este personal, de acuerdo a su capacidad militar, se considera Reserva Instruida, si egresaron de institutos de formación; y No Instruida, aquellos ciudadanos que no recibieron formación militar. A su vez, en base a su adiestramiento, el personal puede ser operativo, si a través de cursos y ejercicios de perfeccionamiento mantienen su capacidad operativa; o administrativo/logístico, quienes de acuerdo a su edad y conocimientos se perfeccionan a través de cursos para cubrir esas áreas.
Participan de cursos y exposiciones en bases aeronavales.
Los oficiales y suboficiales de la Reserva Naval reciben capacitación para sus roles, tanto en el ámbito específico como en el ámbito conjunto. Algunos cursos que han realizado son: Oficial Control de Tráfico Marítimo (OCONTRAM); Curso de Estado Mayor Especial (CUEMES); Curso Módulos Estandarizados de Capacitación Genérica (SGTM-1) de la ONU; y Curso de Normalización de los Patrones Básico, Radioinstrumentos y Emergencia en el simulador de vuelo de la aeronave T3AC-1, entre otros.
Este año, además, inició en la Escuela Naval Militar la primera etapa del Plan de Formación y Capacitación del Oficial de la Reserva Naval Fuera de Servicio.
Recientemente efectuaron en la Escuela Naval Militar, la primera etapa del plan de formación y capacitación.
Para el Suboficial Segundo Escalafón Infantería de Marina (RNFS) Marcelo Leandro Canavino, a sus 54 años, “lo más gratificante, además de vestir el uniforme, es compartir con las nuevas generaciones de oficiales, suboficiales y marineros, las salidas al terreno, actividades y experiencias adquiridas en el ámbito civil, y conocer las nuevas doctrinas propias del escalafón, para después transmitirlas a los demás reservistas”.
El Suboficial Canavino cuenta que es reservista naval desde 1984, porque perteneció a la Promoción Nº 52 de Suboficiales de Infantería de Marina y luego se fue de baja. En 2009 solicitó volver a adiestrarse y capacitarse en forma continua como parte de la Reserva Naval Fuera de Servicio.
Los oficiales de la Reserva tienen habilitada la carrera hasta el grado de Capitán de Fragata, en tanto que los suboficiales hasta el grado de Suboficial Primero. Por Resolución del Jefe del Estado Mayor General de la Armada del 2019, se creó la distinción protocolar de Comodoro de Marina para aquellos integrantes de la Reserva Naval con un grado de oficial que por su accionar se hagan acreedores de dicha jerarquía.
Fotografía de Archivo.
El Teniente de Navío (RNFS) Eduardo Pascual Claro, de profesión Comandante de Aerolíneas Argentinas, cuenta que se enteró por la web de la posibilidad de ser reservista y a mediados de 2019 se incorporó. “Lo que más me motiva es poder ser útil brindando mi experiencia como piloto comercial para lo que la Armada requiera”, resalta quien por su profesión forma parte del Cuerpo Comando Escalafón Aviación.
El Maquinista Naval Superior VGM Fernando Morales, oficial de la Marina Mercante egresado de la Escuela Nacional de Náutica, alcanzó como reservista naval el grado de Capitán de Fragata. “Aprendí desde muy joven que un marino mercante es potencialmente un componente más del poder naval de la Nación al que la Patria recurrirá en caso de ser necesario”, así fue como en 1982 fue uno de los tantos reservistas convocados para participar del Conflicto del Atlántico Sur.
“Nació así una profunda necesidad de integrarme de alguna manera con la Institución que me había formado y que me había otorgado la condición de Veterano de Guerra. La Armada me dio la oportunidad de capacitarme, de entender buena parte de su cultura, su tradición y sus valores”, señaló y agregó: “Casi con 40 años de reservista soy, y lo digo con orgullo, el oficial de mi especialidad más antiguo de la Reserva Naval Principal. Jerarquía y condición que me acompañan cada día de mi vida”.

Haciendo realidad el deseo de Servir a la Patria

Las condiciones generales para ingresar a la Reserva Naval para el personal que no proviene del Cuadro Permanente son: ser argentino nativo o por opción; no ser infractor a las leyes de enrolamiento y/o del servicio de conscripción; no haber sido dado de baja de establecimientos militares por mala conducta o falta de aptitud profesional o cualquier otra causa, que dentro de los reglamentos sea motivo de “baja con prohibición de ingreso”; presentar Certificado de Reincidencia otorgado por el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos; autorización para requerir antecedentes penales; y aprobar el examen médico.
Para recibir detalles sobre las formas de incorporación y las alternativas escalafonarias, así como toda información adicional, los interesados deben comunicarse con la División Reserva Naval, por teléfono al 011- 43172000 interno 3799 o por correo electrónico a [email protected]

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Merchant Marine one

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Moderador

244º aniversario del nacimiento del Almirante Guillermo Brown​

Amor, fervor y vida del Gran Almirante​

Primer Almirante de nuestra fuerza naval, Guillermo Brown consagró su vida al servicio de su patria de adopción. Había nacido en Foxford, Irlanda, el 22 de junio de 1777.


MARTES 22, JUNIO 2021




Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Merchant Marine one

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Moderador
Guillermo Brown, nació en Foxford – pueblo del Condado de Mayo – en Irlanda, el 22 de junio de 1777. Hijo de padres católicos, creció en una Irlanda perseguida religiosamente.
Esta intolerancia religiosa arruinó el taller que los Brown tenían en el país y el niño fue llevado por su padre a los Estados Unidos de Norteamérica, donde quedó huérfano llegando a la adolescencia.
Apenas sucedida esta tragedia, el joven Guillermo se embarcó como grumete en un barco norteamericano a orillas del Delaware, en pleno apogeo de la marina a vela. Fue así que la vida empezaba a mojarlo con agua de mar y ésta a inundar su alma.
Viajó por el Atlántico Norte y Sur; por el Caribe, y ya en 1796 – con tan sólo 19 años – había llegado al grado de Capitán.
En 1809 llegó por primera vez al Río de la Plata, en Montevideo. Ese mismo año contrajo matrimonio en Inglaterra con Isabel Chitty, una inglesa protestante. Él irlandés católico – ejemplo de tolerancia y de amplitud mental para esa época – abrazaba de esta manera uno de los dos más grandes amores de su vida: su familia.

Para la llegada de su segundo amor no faltaba tanto, ya que en 1811 Brown llegó a nuestro país. En un principio se dedicó al comercio, como armador y propietario de dos naves hasta que los españoles de Montevideo le apresaron una nave y él les capturó otra.
Desde entonces se unió a la causa patriota. Se abrazó a nuestra bandera por amor, a su profesión por la gloria, y al combate por amor a la libertad, por el derecho a vivir sin sometimientos; fuerza vital que lo llevó a abrazarse a la causa de nuestra incipiente emancipación.
Las naves de Brown abrieron para nosotros los caminos del mar; hasta su época intransitados. Luchó por la libertad de América del Sur como San Martín y Bolívar; atezando su rostro con las brisas salinas del océano. Fue ejemplo de valores éticos y morales.
Sencillo hasta la timidez, el Gran Almirante, amaba a los niños, la música y las plantas. Sobrio en el comer y en el beber, sólo fumaba en pipa con la taza hacia abajo; pipa que mordisqueaba mientras dejaba salir de su boca las palabras más gringas que lo habitual. Hasta que sonaba el zafarrancho de combate y se lo veía subir al puente – fiel a una antigua costumbre de marinos y corsarios – vestido con su mejor uniforme, luciendo sus medallas y la espada de Juncal; y en las naves enemigas se escuchaba correr la noticia: “¡Brown está en su puesto!”.
Homenajes a Brown en Foxford, Dublín y en la sede del Estado Mayor General de la Armada.
“¡Fuego rasante que el pueblo nos contempla!”, orden del almirante antes del inicio del combate en Los Pozos. Éste era Brown, sabía que el militar se debe por entero al pueblo que lo arma, únicamente para la defensa de su honor y de su libertad. Como gringo, amó nuestra tierra y jugó el destino de su vida abrazado a la causa de Mayo, sin ser jamás esclavo del fanatismo.
Él pertenecía al mar y a su gente: a sus capitanes – a los que exigía hasta el sacrificio y coraje ciego, por saberlos duchos y veteranos – y a sus “mochachos”, como llamaba a marineros embarcados, demostrando su natural modestia y bondad de alma.
Fue argentino en su corazón, respondiendo sólo al zafarrancho que llamaba a defender su patria por adopción en el mar; demostrando su valentía hasta la temeridad en el combate y su tenaz persecución de la victoria. “Si fue grande en el triunfo, lo fue más aún en la derrota”, se dijo de él.
El pueblo lo tuvo por héroe predilecto y la Armada lo eligió como Padre, ya que con heroísmo propio y respeto por el del adversario, acompañado de pasta hidalga y caballeresca, enseñó que el gaucho también podía ser marino. Su valentía, bondad, nobleza y lealtad por este suelo, lo llevaron a ser considerado en vida “gloria nacional”.
Llegada su hora, el 3 de marzo de 1857, la ciudad irlandesa de Mayo lloró su partida. El cementerio de la Recoleta fue el escenario donde el coronel Mitre expresó: “¡Adiós noble y buen Almirante de la Patria de los argentinos, adiós! Las sombras de Espora, de Drummond y de Bouchard se levantan para recibirte (…), mientras ellas te saludan con palmas en las manos, el pueblo de Buenos Aires llora la pérdida de su ilustre Almirante”.

Su Irlanda natal

Foxford, ubicado junto a una cadena de colinas a la vera del rio Moy, había conocido otros tiempos de augurios prósperos por la intensa actividad de las hilanderías. Sin embargo, la presión comercial y las trabas impuestas por Inglaterra lo dejaron reducido a un grupo de hogares humildes sin mucha posibilidad de progreso.
Un pueblo sufrido, duro, audaz. Sus ansias de libertad llevaron a ese pueblo a rebelarse contra un poder económico y militar muy superior; y a veces la derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce. Esa dignidad fue parte de la vida de la familia Brown.
La historia del Almirante Guillermo Brown es muy interesante para los irlandeses. Con el desarrollo del Museo en Forxford en su memoria, organizado por la Sociedad Almirante Brown a cargo de JJ O’Hara –quien falleció en 2008-, la reputación del Almirante Brown creció significativamente entre los irlandeses, siendo ahora más conscientes de quien fue, cómo llegó a la Argentina y de cómo contribuyó a su historia y al desarrollo de la Marina de Guerra argentina.
Marinos argentinos desfilaron, homenajearon a Brown y visitaron su museo en Foxford.
Irlanda es tradicionalmente un país de emigración y Brown es uno de los ciudadanos emigrados más destacados.
Las relaciones entre Argentina e Irlanda siempre han sido muy buenas, siendo la Argentina el segundo país que reconoció la independencia de Irlanda, después de Estados Unidos en 1922, y hasta hace 24 años, el único país de Latinoamérica que tuvo embajada en Irlanda.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Merchant Marine one

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Moderador

Personal de la Marina Mercante se adiestró en lucha contra incendios​

Se trata de una capacitación certificada por la Organización Marítima Mundial, que valida los conocimientos en la temática durante cinco años.

MIÉRCOLES 23, JUNIO 2021

Puerto Belgrano – Se dio por finalizado el primer curso del año certificado por la Organización Marítima Mundial (OMI) en Lucha contra Incendios. El mismo está destinado a personal de la Marina Mercante que debe reafirmar/actualizar los conocimientos en dicha temática.
En esta oportunidad, el curso tuvo la asistencia de 10 alumnos cuyas trayectorias eran de las más diversas ya que algunos era la primera vez que realizaban la capacitación y otros estaban en instancia de renovación del certificado. Si bien la mayoría provino de la zona de Ingeniero White, también hubo asistentes del sur.
El Suboficial Principal Ramón Benítez, encargado de los cursos de Control de Averías y Lucha contra Incendios del Centro de Instrucción y Adiestramiento en Técnicas y Tácticas Navales (CITT) explicó que esta capacitación se desarrolla a lo largo de tres días: “El primer día se aborda lo teórico; es decir la teoría del fuego; conocimiento y clasificación de incendio; todos los agentes extintores y cómo se trabajaría en lugares confinados como lo es un buque mercante”.
El Suboficial continuó explicando que “durante el día siguiente se aborda la parte didáctica, para afirmar y fortalecer todo lo que es la competencia, habilidad y destreza. De esta manera se preparan para el día de la práctica final”.
El viernes se llevó a cabo la práctica en el tanque australiano, donde se pusieron en juego los conocimientos que los cursantes adquirieron sobre seguridad y manejo con destreza de todos los elementos de lucha contra incendio. De esta manera lograron evaluar y corregir errores en un ambiente seguro y controlado sobre una práctica con fuego real.
Al tratarse de un curso certificado por la OMI, deben cumplirse ciertos estándares que son planteados por el organismo rector. “En este caso en particular hay que formar a los asistentes en competencias; primero identificar cuando hay un principio de incendio o incendio declarado; cómo se debe operar un sistema de extintores portátiles y cómo se actúan al momento de tener un incendio declarado; instante en el que hay que saber manejar los elementos estructurales para hacer la extinción”, explica el encargado del curso.

Protocolo COVID-19​

Dado el contexto actual, el Curso de prevención y Lucha contra Incendio (PLCI) con certificación OMI, se vio modificado en cuanto a la cantidad de alumnos asistentes. Desde el CITT, se proponen cuatro fechas a lo largo del año, con un máximo de 12 alumnos. Antes del inicio se les solicita un hisopado negativo y se les realiza un seguimiento clínico durante la semana previa.
“Hemos organizado un protocolo que cumplimos durante todo el dictado del curso. El mismo consiste en la sanitización personal antes de ingresar al aula; se dicta una clase de 45 minutos para luego pasar a un recreo que permite la desinfección del espacio; se usa tapaboca y alcohol en gel”, explicó el Suboficial Principal Benítez
Además, destacó que se hacen grandes esfuerzos por cuidar la salud de los alumnos y los docentes. Detalló además que donde más se dificulta la aplicación del protocolo es en la instancia práctica. Esto es por la imposibilidad de mantener un distanciamiento social; que, sin embargo, como explicó se subsana con la desinfección previa y posterior de todos los elementos manipulados; como así también del uso de los elementos de protección.

Créditos: Gaceta Marinera Digital
 

Eduardo Moretti

Colaborador

argie

Fernet Lover
Colaborador
La actitud no es de la Armada, sinò que fue una decisiòn polìtica o econòmica, de los anteriores gobiernos. Hay que ver cuando se remitiò la rueda lenta para su reparaciòn y ver durante que gobierno ya estaba lista para re-importarla.

Acà es una cuestiòn netamente polìtica, porque por màs que el ARA quiera, el que firma la orden para enviar los dolares, viene desde bien arriba.
Quizás aclare algunas cosas.

 

Merchant Marine one

Miembro del Staff
Moderador
Buenas tardes muchachos.

Amén de un completo informe próximo a publicarse aquí en ZM , por supuesto , estuvimos hoy en la Base Naval Mar del Plata para la recepción del Patrullero de Alta Mar ARA PIEDRABUENA.

A continuación fotografías de los demás buques surtos en BNMP , unidades que ya no se encuentran en servicio.

A saber , corbetas ARA Guerrico y ARA Drummond ( oxidadas y ya sin radares de navegación ) , aviso ARA Suboficial Castillo , aviso ARA Sobral , y , extrañamente el Buque oceanográfico ARA Comodoro Rivadavia , también sin radares y en estado de desuso , formando los 5 buques mencionados un conjunto compacto en uno de los muelles de la BNMP.

Como dato de color, las mencionadas unidades aún enarbolan el Pabellón Nacional.


ARA Suboficial Castillo












 

Merchant Marine one

Miembro del Staff
Moderador
Desconozco el procedimiento para disponer el desguace definitivo de estas unidades, ya carentes de valor operativo, que ahí amarradas dan una triste imagen y seguramente originan gastos que afectan al paupérrimo presupuesto actual de la ARA.
Y......si.

En éstos casos lo mejor es una muerte rápida , que sean blanco naval de adiestramiento , o ir a desguace sin más demoras.
 

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