Hace 186 años, fallecía el Coronel de Marina Tomás Domingo de los Dolores Espora a los 34 años; uno de los capitanes predilectos de Brown, debido a la bravura que expuso en todas las acciones en que intervino.
Cuando era un muchacho de solo 17 años, a las órdenes del Capitán Hipólito Bouchard intervino en el crucero corsario cumplido con la fragata La Argentina.
Tuvo muy destacada actuación en el ataque llevado a cabo por Brown a la Colonia del Sacramento -con las cañoneras-, en el combate de Quilmes y en el de los Bajíos de Arregui, durante la guerra contra el Imperio del Brasil, donde Espora mostraría cómo un marino puede cubrirse de gloria en una derrota, cuando ha agotado en ella los límites del valor a la par que su pólvora y munición.
Nació en Buenos Aires el 19 de septiembre de 1800 y, a sus 10 años de vida ya era huérfano de padre y madre.
En Guerra de Corso
Durante la Guerra de Revolución e Independencia Americana y Argentina (1810 1824), las Provincias Unidas del Río de la Plata patentaron buques corsarios con el objetivo de interferir el comercio marítimo español.
La fragata Hércules y la corbeta Halcón.
Espora integró el crucero de corso hacia el Océano Pacífico, iniciado en 1815 por el Almirante Guillermo Brown (a bordo de la fragata Hércules), Hipólito Bouchard (comandando la corbeta Halcón) y el malogrado Oliverio Russell (que desapareció en la goleta Constitución con toda su tripulación). El objetivo de la campaña fue dar apoyo a los revolucionarios americanos de Chile, Perú y Ecuador.
Espora embarcó como grumete en la corbeta Halcón bajo las órdenes de Hipólito Bouchard; participando en las acciones de El Callao y el asalto a Guayaquil. Tras su retorno a Buenos Aires, a los 17 años integró una nueva campaña de corso, la de la fragata La Argentina que circunnavegó el mundo asolando al comercio español durante dos años.
En ese viaje con La Argentina, recaló en Valparaíso el 12 de julio de 1819, donde el almirante inglés Thomas Cochrane, máxima autoridad naval en Chile, confiscó la nave y ordenó que Bouchard fuera tomado prisionero bajo la acusación de piratería.
Espora permaneció a bordo durante parte de ese proceso, pero a mediados de 1820, fue ascendido a Teniente Primero al servicio de la escuadra de Cochrane, siendo designado segundo comandante de la fragata Peruana, nave que integró el convoy que condujo a las costas del Perú, al Ejército Libertador bajo el mando del general José de San Martín. Este convoy partió el 20 de agosto llegando días después a Paracas. Allí, Espora se hizo cargo del Spano y participó en los dos bloqueos a El Callao efectuados ese año por los buques de Cochrane. El Callao fue finalmente tomado en septiembre de 1821
En mérito a sus servicios, el 12 de junio de 1822 Espora fue nombrado Capitán de Corbeta graduado de la Armada del Perú. En este carácter estuvo embarcado en las fragatas Protector y Limeña de la primera flotilla peruana, creada en 1822.
El 11 de septiembre de 1823, mientras todavía cumplía funciones en Chile, se casó con María del Carmen Chiclana, con quien tuvo siete hijos.
Contra el Imperio del Brasil
Espora retornó a Buenos Aires el 1° de diciembre de 1825, en momentos en que resultaba inminente la Guerra contra el Imperio del Brasil por la posesión de los territorios de la Provincia Cisplatina (actual República Oriental del Uruguay).
Luego de presentarle al Comandante General de Marina, José Matías de Zapiola los certificados de sus servicios prestados en campaña de corso y de emancipación del Perú, éste lo propuso al gobierno y fue designado Sargento Mayor al servicio de la Marina, y se le otorgó el mando de la Cañonera Nº 10, que luchó en el combate naval del 9 de febrero de 1826 con la escuadra del almirante Guillermo Brown.
Fragata 25 de Mayo.
Días después sobrevino el Ataque Nocturno a la Colonia de Sacramento efectuado por la escuadra argentina. Por ese episodio y debido a su comportamiento, mientras Azopardo y Warnes fueron procesados en sumario y separados de la flotilla, Espora fue puesto al mando de la fragata 25 de Mayo, buque insignia.
El 11 de abril de ese mismo año, al frente de la 25 de Mayo, se trabó en combate con la fragata imperial Nictheroy (o Niteroi) comandada por el capitán James Norton. Esto permitió constatar la inexistencia de bloqueo, hecho confirmado por los buques mercantes que arribaron a Buenos Aires sin haber encontrado ni un solo buque imperial. El dominio del estuario había pasado momentáneamente a las fuerzas navales argentinas.
Días después, el 27 de abril, intervino también en el Asalto contra el buque imperial Emperatriz, fragata de 52 cañones y 400 hombres de dotación. En medio de la noche, él y parte de su tripulación fueron al abordaje y dieron muerte a su comandante, generando confusión y pánico en los demás buques brasileños. Brown dio retirada una vez que se corrió la voz de alarma.
Por estos servicios, el 31 de mayo fue ascendido a Teniente Coronel. Once días después ya se encontraba luchando en el Combate Naval de Los Pozos.
Combate Naval de Quilmes. Fragata 25 de Mayo acorralada. 30 de julio de 1826. Oleo de Eduardo de Martino. Archivo fotográfico DEHN.
Durante el Combate Naval de Quilmes, la flota imperial rodeó su buque el 30 de julio. La dimensión del cañoneo, que duró tres horas, pudo advertirse por las graves averías que sufrió la 25 de Mayo. En esa oportunidad, con excepción de la goleta Río de la Plata, el resto de las embarcaciones de la escuadra argentina no participaron del combate contra una retaguardia de la flota imperial muy superior en medios.
Espora fue herido de extrema gravedad. Al recuperarse fue embarcado como comandante de la goleta Maldonado.
En 1827, había sido puesto al mando de la isla Martín García y la batería Constitución cuando, entre el 8 y 9 de febrero, contuvo desde allí a la división al mando del Capitán de Fragata Frederico Mariíta, cuando ésta quiso rodear entre dos fuegos a los buques argentinos, en momentos del Combate Naval de Juncal.
Junto a Brown y Rosales, el 21 de febrero de 1828 participó en un combate frente a las costas de Punta Lara. Allí fue capturado el buque corsario imperial Fortuna.
Hacia marzo del mismo año, se ocupó de preparar los buques 8 de febrero y La Unión para una campaña corsaria a desplegar frente a Río Grande (en el actual departamento homónimo de la República del Brasil); con ellos luchó contra el Carioca y el Caboclo. Perdió La Unión y la reemplazó con la captura de un bergantín cargado con 7.000 arrobas (79.373 kg) de azúcar, 3.000 (34.017 kg) de café y varios cientos de rollos de tabaco.
Combate de los Bajíos de Arregui
En su retorno desde Río Grande, el bergantín 8 de Febrero ancló en aguas de la bahía de Samborombón (provincia de Buenos Aires), donde debido a la niebla fue rodeado el 29 de mayo de 1828 por una división de la escuadra imperial bloqueadora formada por 10 buques, 129 cañones y 1200 hombres. Al ser avistado, el enemigo abrió fuego contra el buque.
Espora decidió recostarse cerca de la desembocadura del río San Clemente, en los bajíos de Arregui, procurando que la menor profundidad impidiera un ataque frontal. No obstante, quedó varado. Los buques brasileños al mando del Capitán Oliveira Botas rodearon el bergantín y lo cañonearon intensamente.
Espora se rindió al día siguiente, una vez que se quedó sin municiones. Pero previamente desembarcó a gran parte de su tripulación y quedó junto a su segundo Antonio Toll y algunos heridos.
En funciones hasta su muerte
Espora fue designado Comandante General de Marina el 1° de diciembre de 1828, en reemplazo de Brown quien había sido elegido gobernador delegado de la provincia de Buenos Aires. Por entonces ya revestía el grado de Coronel de Marina.
Desde 1832, también revistó en el ejército como Coronel de Infantería, hasta que en noviembre de 1833, el gobernador Juan José Viamonte lo designó jefe de la Capitanía de Puerto de Buenos Aires, asumiendo como Comandante General de Marina y Comisario General de Matrículas, cargos que ejerció hasta marzo de 1835.
En abril de 1834, fue designado comandante de la reciente escuadrilla del gobierno de Buenos Aires formada por los bergantines Sarandí y General Rosas, la goleta Choele Choele, la cañonera Porteña y el lanchón Patriota. Luego de haber sido desmantelada esta flotilla, retomó sus actividades en la capitanía.
Al año siguiente, en marzo, fue publicado un folleto en el que se lo acusaba de haber participado en el movimiento revolucionario del 1º de diciembre de 1828. Espora pidió una licencia de 20 días para ocuparse en responder las acusaciones, de la que nunca retornó, renunciando a su cargo.
Sus biógrafos sostienen que la depresión moral causada por dichas acusaciones lo llevó a la postración física que lo condujo a la muerte, acaecida el 25 de julio de 1835.
En ocasión de su muerte el Almirante Brown pronunció estas palabras: «Considero la espada de este valiente oficial, una de las primeras de América, y más de una vez admiré su conducta en el peligro. Es lástima que un marino tan ilustre haya pertenecido a un país que todavía no sabe valorar los servicios de sus buenos hijos».
Cinco buques en la Armada Argentina llevaron su nombre: un bergantín (1865), u vapor de guerra (1867), una torpedera de mar (1890), un destructor (1972) y una corbeta misilística (1983).
En su honor, se inauguró el Museo Tomás Espora, en la que fue su casa y que habitó hasta su muerte, en el barrio de Parque Patricios.
La casa donde vivió y falleció fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1961 y luego destinada a Museo Naval.
Créditos: Gaceta Marinera Digital