Propone la construcción conjunta
Japón incrementa su ofensiva para ganar el futuro contrato de submarinos australianos
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12/01/2015
(x.com) – Japón trata de aumentar sus opciones para construir el futuro submarino australiano, un programa de hasta doce naves valorado en una horquilla de entre 18.000 millones y 27.000 millones de dólares (entre 15.000 millones y cerca de 23.000 millones de euros) al que las niponas
Kawasaki y
Mitsubishi quieren optar con los sumergibles de la clase
Soryu.
Tokio ofreció a
Canberra el pasado lunes la construcción conjunta de los nuevos submarinos australianos, de modo que Australia pueda incrementar su participación en el proyecto, en vez de limitarse a importar los nuevos buques, como se había contemplado.
Según esta propuesta, recogida por
France-Presse, el
Ministerio de Defensa de Japón cooperaría con Australia en el desarrollo de aceros especiales y otros materiales para los nuevos sumergibles, mientras que Tokio se encargaría de ensamblar los buques.
La agencia, que cita como fuente la información publicada por el diario japonés
Mainichi Shimbun, apunta que Australia ha acogido con “una actitud positiva” la propuesta y que ambos países pueden llegar a un acuerdo antes de que finalice este 2015.
El programa del futuro submarino australiano dio un giro importante después de que el primer ministro
Tony Abbott, del Partido Liberal, plantease el pasado verano la posibilidad de que las nuevas naves se construyesen fuera del país.
A la carrera por dotar a Australia de nuevos submarinos
se sumó el pasado septiembre la sueca Saab que quiere concurrir con una versión de 4.000 toneladas de su clase
A26 –originalmente de 3.000 toneladas– con la que presentará batalla principalmente a la oferta japonesa de sumergibles de la clase
Soryu, de las empresas Kawasaki y Mitsubishi, y la opción alemana del diseño
Tipo 214, de
ThyssenKrupp.
DCNS y Navantia, entre las interesadas
La francesa
DCNS también está tomando posiciones en los últimos meses de cara a este programa de submarinos –en noviembre
abrió una filial en Australia con la vista puesta en este concurso–, y también cuentan con
posibilidades la española Navantia, con su modelo S-80, y un posible desarrollo norteamericano.
El ambicioso programa australiano, con el que se sustituirá a los seis submarinos de la clase
Collins con los que ahora cuenta el país, está en parte dirigido a contrarrestar la expansión militar de
China, que se extiende por el sudeste asiático y el
Mar del Sur de China, donde
Beijing está involucrado en disputas por la soberanía con otros países.