Caballeros, vuelvo hoy y veo que el debate sigue siendo muy interesante.
En cualquier caso, quisiera aprovechar para dar algunos datos, simplemente a modo de aclaración sobre algunas citas y sobre los conceptos, requerimientos y necesidades de Brasil y Chile, que como dije antes, a mi modo de ver son completamente diferentes.
Algo así como 6 mil millones de dólares considerando todos los contratos ya firmados de transferencia de tecnología, entrenamiento, apoyo logístico durante 5 años y dos contratos de armas diferentes (misiles WVR, bombas Spice Stand-Off y Pods de Israel y otro contrato por los misiles BVR MBDA Meteor), además de la infraestructura local.
Sin duda no existe una autonomía total sobre los principales sistemas de armas (cazas, submarinos etc), lo que se produce es un cribado y acuerdos de asociación estratégica firmados con socios clave (y considerando mucho el peso de las relaciones y el peso económico), donde el grado en el que seríamos embargados se dilata y mitiga por el nivel de alianza y común de las intereses económicas y geopolíticos así como el historial de los proveedores en limitar el acceso a niveles de autonomía operativa, capacidad de mantenimiento, alteración de estos sistemas con el menor grado de dependencia externa, en resumen las FF.AA. brasileñas prefieren sistemas críticos que no pueden dominar, de origen e israelí, sueco, francés y italiano, por ejemplo, y lo más destacable es que prácticamente no hay grandes sistemas de origen norteamericano en la columna vertebral de las fuerzas y cuando existen, son componentes y sistemas que podrían ser eludidos o burlados (ejemplo el motor GE F414), en un momento en que se entendió después de estudios que independientemente del origen de las hipótesis de conflicto que se prevén para Brasil ya estaría en una condición de guerra irregular con pérdida o colapso total de cualquier infraestructura operativa crítica.
Para dejarlo aún más claro, la diferencia entre Brasil y cualquier otro país de la región.
El Estado brasileño no contempla la posibilidad de ir a la guerra con países de la región, primero que nada, pero si vamos, no será una guerra sino un conflicto de baja o media intensidad, como en las Malvinas, situación donde el tamaño de Brasil y las cifras que no hace falta mencionar serían por sí solas, en teoría, casi decisivas para obtener resultados favorables.
En el caso de una guerra defensiva (todas las hipótesis de Brasil son de un escenario defensivo), donde una potencia global con capacidad de proyección (hoy sólo Estados Unidos, quizás una improbable coalición europea y en un futuro improbable China, a un coste difícil de asumir), por lo tanto, nuestros sistemas deben operar solo el tiempo suficiente causando pérdida de recursos, pérdida de vidas y un alto costo para el oponente, es decir desde el principio dar duros golpes en las primeras semanas, lo que significa tener la capacidad de disuasión.
Después de unos meses o solo semanas en este escenario, el país adoptaría una postura de guerra de resistencia y desgaste ad aeternum.
Y extiendo porque es fundamental dejar clara la diferencia y porque constantemente veo desde hace años a foristas (Ojo, no en este tema y no chilenos), cuestionando y comparando lo que hace Brasil con lo que hacen en sus respectivos países y me parece que no tienen la mínima noción de las necesidades u objetivos de la defensa en Brasil y que vuelvo a enfatizar son completamente diferentes a Chile o cualquier otro de la región, digo solo para fundamentar los comentarios estimados.
Estimado, algo que en distintos grados y características le sucede también a Brasil, muchas veces no es económica ni temporal o no existe una escala viable que justifique nacionalizar o desarrollar absolutamente todo en casa.
Solo una precisión en el caso del misil de crucero (AV MTC 300, MICLA-BR, etc), producimos lo que solemos decir "construir desde pin hasta cohete", solo una curiosidad, los misiles de crucero son 100% nacionales incluso los sistemas de radar y telemetría no sólo de los misiles sino de los sistemas para probar y validar las pruebas del misil en el seguimiento de blanco en las pruebas de validación tuvieron que ser desarrollados dentro del país, debido a restricciones, embargos y dificultades impuestas a nivel internacional.
Pero claro se entiende perfectamente el ejemplo y lo que quisiste decir y estoy de acuerdo, solo creo que no sirve para el Estado chileno o que carecería de sentido.
Por eso creo que Chile como Estado logró brillantemente a su manera construir estructuras y capacidades para sus FF.AA. con alianzas geopolíticas que lo sitúan a la vanguardia regional desde hace dos décadas y que sin duda superan en capacidades a sus tres vecinos y que aún les falta un largo camino para equilibrar este nivel alcanzado, yo si fuera chileno solo estaría orgulloso.
Saludos cordiales.
Este mensaje es muy interesante, porque toca el centro del problema de las decisiones en defensa y su proyección a futuro.
Pero quisiera introducir un matiz, que pudieran hacer que, al menos en el caso chileno (aunque no sólo para Chile, dentro de Sudamérica), evolucionen y cambien las hipótesis de conflicto externo para las próximas décadas. Los conflictos internos los dejo fuera, porque en una situación sana (a la que se debe aspirar) debieran ser responsabilidad de las fuerzas especializadas en seguridad y las autoridades político-judiciales.
Pudieran sumarse nuevas hipótesis de conflicto a las tradicionales. Y pudiera que algunas de ellas lleguen a parecerse, en escalas mucho más modestas, a las que Leonardo S.A. describe para Brasil. Pero aclaremos que ya existe el parecido al menos en que Chile también ha tenido, por lo bajo en los últimos 60 años, hipótesis meramente defensivas, como el propio Brasil. Aunque sus principales hipótesis sí han sido de conflicto vecinal (las consabidas HV1, HV2, HV3).
Pero veamos cómo evoluciona proyectivamente la situación internacional y por qué pudiera traer conflictos distintos a los acostumbrados (Sé que en lo que sigue podemos entrar en desacuerdo):
1) Chile está, como todos los países de la región, en la trampa geopolítica global:
Todos sabemos que el mundo estará en las próximas décadas, sino antes, ante un choque por la hegemonía global entre fuerzas que siguen siendo disparejas todavía, pero en tendencia a acortar distancias y a cambiar su balance. Estas fuerzas (EEUU y China), como en la Guerra Fría EEUU/URSS tienen amplia capacidad nuclear, lo que aleja, aunque no conjura, un enfrentamiento directo. Si la lógica central respecto a este punto sigue a la de la misma Guerra Fría, entonces es esperable que el conflicto se exprese y sublime en escenarios secundarios. Que se evite ese peligroso enfrentamiento directo, que nunca se puede descartar.
Se diga lo que se diga (y adorne como adorne cada lado su relato), esta posible lucha no es una lucha de modelos ideológicos, sino que cruda lucha por hegemonía, con un fuerte énfasis en la hegemonía económica. Y en eso se parece bastante a la WWI de 1914. Una guerra que, para un país como Chile, significó un brutal cambio del comercio exterior, que migró masivamente de RU y Alemania a EEUU, siendo ese uno de los factores que empujaron o agravaron las crisis económicas, sociales y políticas chilenas de las siguientes décadas, por la desaparición de mercados, por el bloqueo indirecto a los productos que Chile quería vender (por la guerra submarina y naval en el Atlántico). Y por la consiguiente sustitución del principal producto chileno de entonces. Sustitución que después de la guerra se generalizó para todos los mercados.
¿Pero cual es la trampa geopolítica en la que está Chile?
a) A Chile le ha convenido enormemente en surgimiento de China, como tractor que dinamizó sus exportaciones, importaciones, inversiones y la economía en general. Y China hoy es, lejos, el principal destino de nuestras exportaciones. Por lo que Chile no querría, económicamente hablando, que haya un bloqueo del Pacífico, aunque llegado el caso no podría hacer nada serio para oponerse a que sus exportaciones no puedan cruzar, por ejemplo, la "Primera Cadena de Islas".
b) El poder blando, las relaciones culturales (y un importante porcentaje de las económicas, aunque secundario respecto a China) son muy fuertes con "Occidente"; el bando que pudiera llegar a bloquear el comercio con el principal socio comercial de Chile.
c) También las FFAA chilenas, como el resto de la sociedad, tienen una formación y cultura que las ubica más cerca de quienes pudieran bloquear nuestros flujos económicos que de nuestro principales clientes.
d) Nuestra tecnología de defensa depende enormemente de uno de los bandos de esta disputa, que no nos conviene que se desarrolle.
e) El suministro de cobre y litio chileno es (y será) un bien estratégico para China y cualquier fuerza involucrada en un escalamiento de la disputa del Pacífico (EEUU).
¿Cuál es el interés permanente de Chile ante situaciones como esas? Se puede discutir, pero me atrevo a decir que es:
a) Asegurar su continuidad existencial como estado soberano, aún en las más adversas circunstancias globales.
b) No convertirse en un escenario secundario tentador para desarrollar conflictos satélites en una segunda Guerra Fría.
c) Ser capaz de sostener su neutralidad. Y en el mejor de los casos, con un conjunto numeroso de otros estados ser capaz de impulsar condiciones políticas que hagan más difícil que estalle el escenario de pesadilla para los intereses económicos chilenos, el conflicto del Pacífico, con -por ejemplo- el consiguiente bloqueo a China (o menos predeciblemente a EEUU).
d) No ser bloqueado directamente. Tener una denegación de área suficiente para disuadir por los costes fuertes a cualquier bando de la lucha global que quiera aventurarse en su territorio. No ser un estado impotente ante fuerzas expedicionarias marítimas de ninguno de los dos bandos, como lo fue frente en los combates de Coronel y Juan Fernández en la WWI. Y es importante no ser bloqueado directamente, porque los flujos de comercio global siempre pueden tomar otros caminos hacia nuestros clientes (vía Paquistán, Myanmar, Tailandia, etc.). Ojo, también si cambia el balance estratégico, podemos llegar a ser bloqueados por submarinos del otro bando, aunque a un costo mayor.
e) Tener la mayor autonomía tecnológica-militar posible frente a ambos bandos para sostener una eventual denegación de área y la inminente neutralidad (. Primero, produciendo por si mismo algunos elementos de alto rendimiento / baja inversión para denegar área. No soy experto en estos sistemas, pero si algo como el Crocodile 250, la producción local del cohete Extra, o el UAV de "gran envergadura" del que se habla recientemente en ENAER fuera realista, si fuese gobernante de Chile les daría sin duda prioridad. Pensaría en el desarrollo local de hidrofonía (existe talento local chileno en esa área) y en el desarrollo de mayores capacidades antisubmarinas (PNCCN, eventuales corvetas). Segundo, estableciendo cadenas cada vez más diversificadas de intercambio de tecnología en defensa con proveedores que, predeciblemente, permanezcan no alineados en la disputa del Pacífico (y en la Antártica como veremos). Turquía, por poner un ejemplo entre muchos posibles. O considerar la integración de tecnología "neutral" altamente disuasoria, como, por poner un ejemplo hipotético, BraMos indios para la Fach (o para baterías costeras del CIM), lo que hoy a algunos les resultará difícil de pensar por el peso del poder blando sobre elementos de nuestras fuerzas y su entorno.
f) Diversificar el comercio internacional en la mayor medida que se pueda, para aminorar los efectos en caso de que el bloqueo a nuestros productos llegue finalmente (en la 1a cadena, el Índico o frente a nuestras costas).
2) Y todo este problema ya es sin considerar el posible final del Tratado Antártico...
Los británicos tienen esa frase de que "no existen aliados permanentes, sino que intereses permanentes". Nosotros no somos un aliado permanente de RU, porque, aprendamos de ellos, escuchémoslos bien, no existe tal cosa. El país del mundo que tiene un mayor reclamo de territorio que a su vez reclama Chile es precisamente RU. Es nuestro mayor solapamiento de reclamo en la Antártica. Mayor que con Argentina. Reclaman prácticamente todo lo que reclamamos. El interés de Chile, debido a que siempre estaremos junto a Argentina, es que la cuestión antártica se solucione en los mejores términos posibles con Buenos Aires. Y eso se ha entendido muchas veces a los dos lados de la cordillera. El único país del mundo que reconoce derechos soberanos chilenos en la Antártica es Argentina. El único país del mundo que reconoce derechos soberanos argentinos en la Antártica es Chile. Ha habido colaboración chilena británica por comunidad de intereses en 1982, pero si los intereses divergen, hasta allí mismo llegará la alianza, por muy anglófila que sea la Armada (como también en su momento la Armada Argentina era culturalmente anglófila). Recordemos que cuando fundamos bases, RU mandó un crucero con la intención de desalojar y destruir la Base Prat, que no llegó por el congelamiento del mar, como ha narrado Pinochet de la Barra en alguno de sus libros. Pero los británicos si destruyeron nuestras instalaciones en Desolación, antes de que la base PAC fuera definitivamente destruida por la erupción. Y antes de que EEUU, mosqueado con RU en esa época por la intervención en Suez, presionara para el congelamiento del conflicto y la firma del Tratado. Tengamos memoria.
En resumen:
Ambos escenarios (fin del TA y conflicto EEUU/China) pudieran llevar a Chile al desarrollo de "hipótesis no vecinales" (HNV1, 2, 3, etc), que pueden aconsejar -eventualmente- desarrollar para la década de 2040 un poder disuasorio, por denegación de área asimétrica, costo-efectiva. Que disuada, por poder imponer fuertes costos a una fuerza expedicionaria de origen lejano.
Y en ese sentido, si se sigue el razonamiento, las hipótesis chilenas y brasileñas pudieran llegar eventualmente no ser tan distintas en el futuro. Aunque, claro, con escalas muy diversas para ambos países, por el peso estratégico y las posibilidades muy distintas que tienen ambos.
Sí. Entiendo que estos problemas y escenarios (que son bastante realistas, por otra parte) de momento no parecen tener presencia explícita en el pensamiento estratégico chileno. Aunque el afán de un relanzamiento fuerte de la industria tecnológica de defensa chilena en la década del 2020 (por impulso de la Armada -PNCCN- y la Fach -Pillán II, UAV de "gran envergadura"), pudiera revelar que alguien allí dentro entiende la trampa geopolítica (y económica) en la que el país pudiera verse envuelto por 2040, si no antes. Por otra parte, un enfoque de este tipo pudiera motorizar en sí mismo, como piensan alrededor del Plan Nacional Continuo de Construcción Naval. Pudiera aportar frente a cierto agotamiento del modelo crecimiento económico chileno basado en commodities. Y, por lo mismo, pudieran ser la base para construir en sí un futuro mayor "peso estratégico" para Chile.