Acuerdo portuario en Libia no garantiza regreso a producción petrolera
Libia podría haber evitado un colapso estatal al llegar a un acuerdo con los rebeldes en el este del país para reabrir los puertos petroleros ocupados, pero las demoras técnicas y el disenso federalista amenazan con interrumpir la producción nuevamente.
El domingo, el frágil Gobierno de Libia llegó a un acuerdo con Ibrahim al-Jathran, líder de los rebeldes del este, para reabrir dos puertos petroleros que este grupo tenía en su poder y levantar un bloqueo de nueve meses que ha paralizado las exportaciones de crudo.
Bajo el acuerdo, los puertos de Hariga y Zueitina serán reabiertos de inmediato, mientras que las terminales Ras Lanuf y Es Sider, de gran capacidad, serán liberadas por los hombres de Jathran en menos de cuatro semanas, tras más negociaciones.
Cerca de tres años después de la caída del dictador Muammar Gaddafi, la disputa por el control portuario refleja los conflictos entre brigadas rivales de antiguos rebeldes ante la ausencia de un Ejército profesional, además de las disputas políticas que demoran la toma de decisiones.
Con 700.000 barriles por día (bpd) de exportaciones petroleras libias bloqueadas -más de la mitad de sus despachos habituales-, ambos bandos llegaron a un acuerdo después de que el Gobierno amenazara con utilizar la fuerza para acabar con el bloqueo de Jathran, promovido para exigir más autonomía para la región oriental de Cirenaica.
Activistas del este dijeron que varios líderes tribales de la región están conformes con el acuerdo alcanzado por Jathran, que pide que un organismo independiente supervise los ingresos del petróleo, particularmente porque se evitó un enfrentamiento sangriento.
Sin embargo, la segunda etapa del proceso -en la que se desbloquearían Es Sider y Ras Lanuf- todavía podría fracasar si el Gobierno no logra mantener su parte de las negociaciones.
"El acuerdo es bastante bueno porque, de forma indirecta, el Gobierno reconoce al movimiento de Cirenaica (...) En mi visión, los puertos serán abiertos para ver si el Gobierno es creíble", dijo Zeid al-Ragas, un activista federalista del este.
"Esperarán algunos meses y si no (respeta su palabra el Gobierno), probablemente volverán a cerrar los puertos", agregó.
Uno de los puntos clave de desacuerdo es el reparto de la riqueza generada por el petróleo. Los federalistas del este esperan que una parte de los vastos ingresos petroleros de Libia sean destinados directamente a una región que se siente dejada de lado en términos de gasto estatal.
Las negociaciones durarían varias semanas más, pero incluso si se llega a un acuerdo final para abrir los dos puertos más grandes los pozos petroleros conectados podrían tardar meses en volver a una producción normal.
El regreso a una producción estable de 1,4 millones de bpd, el nivel previo al bloqueo en julio, probablemente no ocurra antes del verano boreal. Un grupo separado de manifestantes también bloquean puertos en el oeste, y ya hay señales de divisiones en el este.
Algunos no creen que Jathran, un antiguo comandante rebelde contrario a Gaddafi, haya logrado suficiente, como un gobierno autónomo para Cirenaica. Los de posición más dura exigen un referendo por la autonomía del este antes de acordar un final total a los bloqueos.
Los pobladores de las inmediaciones del puerto de Zueitina no bloquearon las instalaciones por ideales federalistas sino para exigir puestos de trabajo, mientras que en Hariga se pedían cambios gerenciales en Arabian Gulf Oil Co (AGOCO), que operan la terminal. Todas esas disputas locales podrían volver a estallar en cualquier momento.
"Por lo cual, si los trabajadores de campo (de AGOCO) deciden que tienen algún motivo de queja es muy probable que suspendan la producción incluso si las terminales siguen abiertas", dijo Richard Mallinson, analista de Energy Aspects.
"La gente podría ver a Jathran como el único asunto, pero incluso si él desapareciera mágicamente podrían surgir otros. Es estructural y está empeorando, como lo demuestra la situación en el oeste", agregó.
REUTERS