Noticias de Libia

Barbanegra

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El Parlamento libio rechaza al Gobierno de Unidad de la ONU
Cinco meses después de haber desembarcado en Trípoli, el llamado Gobierno de Unidad libio patrocinado por Naciones Unidas aún no ha logrado hacerse con las riendas del país magrebí, sumido en el desgobierno desde la guerra civil de 2011. El Parlamento, con sede en Tobruk, reconocido por la comunidad internacional como el representante legítimo del pueblo libio tras su elección en 2014, ha reiterado este lunes su rechazo al Ejecutivo presidido por Faiez Seraj.

“La mayoría de los diputados presentes en la sesión del Parlamento hoy [por el lunes] han rechazado otorgar su confianza al Gobierno”, ha declarado a la agencia France Presse Adam Bossakhra, portavoz de la Cámara. “Esta es la primera vez que alcanza el quorum después de cinco meses”, añadió el portavoz en referencia a una sesión en la que participaron 101 de los 198 diputados.

Este último desafío llega cuando las milicias aliadas al Gobierno de Unidad libran un duro combate con las últimas bolsas de resistencia del autodenominado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) en la ciudad de Sirte, su principal bastión en Libia desde el verano pasado.

De los 101 representantes presentes en la sesión, 61 han votado contra la moción de apoyo al Gobierno de Unidad, 39 se han abstenido y sólo uno ha votado a favor. Al contrario que en los anteriores intentos de celebrar un pleno —impedidos a menudo mediante coacciones— esta vez fueron los diputados favorables al Ejecutivo de Seraj los que boicotearon la votación. Y es que la institución se halla tan agriamente dividida como el conjunto del país. Su reconocimiento es muy importante para el Ejecutivo de Seraj, ya que fue nombrado por la ONU y su existencia no ha sido legitimada por el apoyo de una institución representativa libia.

A causa del agudo conflicto político que experimenta una Libia fraccionada, los legisladores se vieron obligados a desplazar el Parlamento de Trípoli, la capital, a Tobruk, una ciudad situada al este del país, muy cerca de la frontera egipcia. En esta región, existe un Gobierno paralelo al de Trípoli y posee una gran influencia el general Jalifa Hafter, líder de una potente coalición de antiguos oficiales del Ejército nacional, milicias y tribus. Hafter se niega a apoyar el Gobierno de Unidad al considerar que no le otorga una cuota de poder suficiente.

La lucha por el control de Sirte
Por otra parte, durante los últimos días, las milicias progubernamentales han continuado su lento progreso en la batalla de Sirte contra el ISIS, y el domingo anunciaron la toma de una comisaria utilizada por los yihadistas, de una cárcel y de un juzgado. Estas instalaciones se hallan en el centro de la ciudad, la única zona donde aún permanecen atrincherados milicianos del ISIS después de una encarnizada batalla iniciada hace ya más de 90 días. El elevado número de bajas sufrido por sus milicias aliadas llevó al primer ministro Seraj a solicitar ayuda militar a Washington, que lleva a cabo una campaña de bombardeos aéreos contra posiciones yihadistas desde principios de este mes.

El Gobierno de Unidad espera que la “liberación” de Sirte refuerce su posición frente a sus adversarios del Este. Sin embargo, el órdago del Parlamento de Tobruk demuestra que no se lo pondrán fácil. “Su verdadero test será cómo gestiona la economía: relanzar la producción de petróleo, reducir los cortes de electricidad, solucionar la crisis de liquidez ... La luna de miel del GNA [siglas en inglés del Gobierno de Unidad] con la población acabó, y el apoyo por la conquista de Sirte durará poco”, sostiene Mattia Toaldo, analista del European Council on Foreign Affairs. El enviado de la ONU en Libia, Martin Kobler, declaró recientemente que 2,4 millones de libios necesitan urgentemente ayuda humanitaria.

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/08/22/actualidad/1471883551_199144.html
 

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Hombres armados atacan un barco de rescate de refugiados en la costa libia
Un grupo de hombres armados en lancha asaltó el pasado día 17 de agosto un barco de búsqueda y rescate operado por la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) en el Mediterráneo, según ha confirmado este viernes la organización. Los atacantes, que no han sido identificados, tirotearon y abordaron la nave, que se encontraba a 24 millas de la costa libia en una operación de rescate de migrantes que navegan a la deriva intentando alcanzar Europa. "Eran profesionales y estaban bien entrenados", ha asegurado en un comunicado la ONG, que ha informado de que nadie a bordo resultó herido. No obstante, advierten: "Ha sido un ataque serio y preocupante que podría haber puesto a nuestra tripulación en peligro físico". Es el primer ataque armado contra barcos de rescate en la zona del que la organización tiene constancia.

A las 9.15 de la mañana del día 17, una lancha motora se aproximó al Bourbon Argos, uno de los tres navíos operados por MSF en el Mediterráneo Central, cuando este navegaba a 24 millas náuticas al norte del país magrebí. "La tripulación intentó comunicarse por radio con la lancha motora, pero no hubo respuesta", ha afirmado por teléfono Federica Zamatto, la coordinadora médica de la ONG. La tripulación puso entonces en marcha un protocolo de prevención y se encerró en un cuarto de seguridad. Ese día no había migrantes rescatados a bordo. A medio kilómetro de distancia, los hombres armados comenzaron a disparar contra el Bourbon Argos, que poco después abordaron. "Se movieron por cubierta y se marcharon a los 50 minutos sin haber robado ni tocado nada", reza el comunicado.

"No tenemos ni idea de la identidad o el objetivo de los asaltantes", ha explicado Zamatto, que asegura que es el único ataque de este tipo que se ha dado en la zona. El Bourbon Argos ha atracado en Sicilia a la espera de que MSF analice en profundidad el incidente. La inseguridad desencadenada por la guerra en Libia hace que la zona sea "compleja", según Zamatto, lo que hace difícil señalar a los responsables del ataque.

Los otros dos barcos operados por la organización, el Dignity I y el Aquarius —este último en colaboración con SOS Méditerranée—, continúan las labores de búsqueda y rescate con normalidad. En el norte de Libia navegan alrededor de una docena de naves controladas por organizaciones humanitarias, entre ellas MOAS —radicada en Malta—, la española Proactive Open Arms (POA), las alemanas SeaWatch y SeaEye y la holandesa Dutch Boat Refugee Foundation. La flota trabaja en la denominada zona Búsqueda y Rescate (SAR, por sus siglas en inglés), a al menos 24 millas de las costas libias.

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/08/26/actualidad/1472228410_184867.html
 

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Operación retira 500 toneladas de armas químicas de Libia
Una operación internacional encabezada por Dinamarca para despojar a Libia de sus armas químicas retiró 500 toneladas de agentes químicos del país norafricano, informaron las autoridades danesas el miércoles.

El gobierno de Dinamarca señaló que las sustancias químicas fueron recogidas el sábado en el puerto libio de Misrata y ahora son trasladadas por el Mar Mediterráneo hacia Alemania.

"Ahora hemos retirado los remanentes químicos de Libia y hemos garantizado que no caigan en las manos equivocadas", declaró el ministro de Relaciones Exteriores, Kristian Jensen.

Gran Bretaña y Finlandia ayudaron en la operación marítima.

Dinamarca indicó que el gobierno libio de unidad nacional negociado por Naciones Unidas presentó en julio una petición formal de ayuda internacional para el retiro de las armas químicas.

En un comunicado, Ahmet Uzumcu, director general de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), manifestó su confianza en que el objetivo de la eliminación verificable de los químicos libios se realizará de manera segura y oportuna.

"Este esfuerzo internacional coordinado por la OPAQ ha logrado un importante hito al garantizar que estos químicos no caigan en las manos equivocadas", afirmó.

AP
 

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Un doble atentado en Trípoli amenaza al Gobierno de Unidad en Libia
Dos coches bomba han explotado este jueves en torno a las instalaciones donde tiene su sede el llamado Gobierno de Unidad Nacional (GNA, en siglas en inglés) apoyado por la ONU en la capital libia. El atentado no ha dejado ninguna víctima, según medios locales, y los daños materiales han sido mínimos, según se aprecia en las fotografías difundidas por las redes sociales.

El primer ataque se ha producido sobre las 10.00 horas en la carretera frente al Ministerio de Exteriores y que lleva hacia la vía principal frente a la base naval de Abu Setta, cuartel general del GNA y sus miembros. En esa misma carretera, en el paseo marítimo, ha hecho explosión el segundo coche minutos después. Fuerzas de seguridad han acordonado la zona, limitando el paso al lugar de los atentados, según testimonios en Twitter.

Se trata del primer ataque de estas características en Trípoli desde que llegase a la ciudad el primer ministro designado, Fayez Serraj, junto a su camarilla a finales de marzo. El equipo, legitimado por el Consejo de Seguridad de la ONU como única autoridad ejecutiva en Libia, desembarcó en la capital como polizón ante el constante bloqueo de las fuerzas políticas y milicianas que se habían hecho con el control de la ciudad.

Para analistas locales como Mohamed Elharj, investigador del Atlantic Council, el atentado puede ser un "mensaje". "El objetivo potencial podría ser el Consejo Presidencial del GNA", ha comentado en Twitter. El GNA, cuyo mandato aún no ha sido ratificado, es fruto del proceso de negociación patrocinado por Naciones Unidas y que inspiró el Acuerdo Político Libio, firmado el pasado mes de diciembre por las dos partes que han mantenido al país dividido desde 2014.

La zona donde se han producido las explosiones es una de las más vigiladas de la capital libia. El GNA cuenta con un operativo especial de seguridad compuesto por varias milicias y encargado de proteger la base naval, punto de encuentro también con los enviados, diplomáticos y representantes de la comunidad internacional en sus viajes a Libia.

El atentado mina, sin embargo, la imagen de estabilidad que necesita transmitir la ciudad. Varias delegaciones europeas, entre ellas la española, han descartado hasta ahora reabrir sus Embajadas en Trípoli ante las pocas garantías de seguridad. "Libia necesita seguridad y estabilidad", ha escrito el embajador británico, Peter Miller, en Twitter, "la unidad contra el terrorismo es la clave". Grupos armados, algunos integrados bajo el paraguas de las fuerzas apoyadas por el GNA, han protagonizado enfrentamientos por toda la ciudad en los últimos meses.

Ante la falta de reivindicación del atentado, una primera hipótesis podría apuntar al Estado Islámico (IS, en siglas en inglés) en la víspera de la caída de su feudo norafricano en Sirte. Los avances realizados por combatientes leales al GNA, apoyados por la aviación de EEUU, han acorralado a los 'yihadistas', cuyo número se calculaba entre los 600 y 700 combatientes en mayo. Muchos podrían haber escapado de Sirte hacia el sur, recolocándose en otros puntos de la geografía libia donde ya contaban con presencia limitada o con células durmientes, como es el caso de Trípoli.

http://www.elmundo.es/internacional/2016/09/08/57d149a9e5fdea361e8b45f8.html
 

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Italia enviará 300 militares a Libia para abrir un hospital
Italia se va a convertir en el primer país occidental con fuerzas militares desplegadas en Libia. La ministra italiana de Defensa, Roberta Pinotti, anunció ayer la construcción inmediata de un hospital de campaña junto al aeropuerto de Misrata y el envío de unos 300 militares —entre personal médico, de enfermería, apoyo logístico y protección— apoyados por un avión y un buque de guerra. La ministra, que compareció junto al titular de Exteriores, Paolo Gentiloni, ante una comisión del Congreso y el Senado, insistió en que "no se trata de una misión militar travestida de humanitaria", sino de un hospital de campaña para atender a los milicianos que luchan contra el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Al igual que Italia, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña han reconocido haber participado en operaciones militares —más o menos encubiertas— en territorio libio, pero nunca hasta ahora con soldados desplegados de forma fija sobre el terreno.

La ministra Pinotti admitió que la misión es "delicada", pero insistió en que el Gobierno de Matteo Renzi tiene intención de desarrollar un papel cada vez más importante en la pacificación de su vecino del sur, del que parten además los miles de migrantes que tratan de llegar a Europa a través del Mediterráneo.

Según refirió la ministra a diputados y senadores, el pasado 8 de agosto, el primer ministro libio del Gobierno de Unidad, Faiez Serraj, pidió formalmente por carta a Matteo Renzi la construcción de un hospital junto al aeropuerto de Misrata para "curar a los heridos de la lucha contra el ISIS". Tras evaluar la situación, el Gobierno italiano decidió poner en marcha la operación de forma urgente y llamarla Hipócrates —en honor del médico griego— para subrayar su carácter humanitario.

Para intentar frenar las suspicacias de la oposición, la ministra llegó a comparar el cometido de los militares italianos en Misrata con el que, a finales de agosto, desempeñaron en Amatrice, una de las localidades más golpeadas por el terremoto. "También allí", zanjó, "nuestros soldados fueron en misión humanitaria".

Según el Gobierno italiano, una vez que se ponga en marcha la operación -aún no se sabe la fecha exacta-, se necesitarán solo tres semanas para que el hospital de campaña, que dispondrá de unas 50 camas, empiece a funcionar.

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/09/13/actualidad/1473792864_273310.html
 

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Comité británico critica la intervención de Cameron en Libia
La intervención militar británica en Libia durante el mandato del primer ministro David Cameron fue errónea y ayudó a impulsar el auge del extremismo islámico en la zona, afirmó el miércoles un importante comité parlamentario británico.

La decisión en 2011 de intervenir se basó en "conjeturas erróneas" y una "visión incompleta" de las consecuencias de deponer al dictador libio Moamar Gadafi, indicó el Comité de Exteriores de la Cámara de los Comunes.

El país norteafricano, rico en petróleo, se sumió en el caos tras la intervención militar y algunas partes de su territorio se han convertido en un bastión del grupo extremista Estado Islámico.

El reporte parlamentario criticó a Cameron por convertir una operación diseñada para proteger a civiles libios en el puerto de Bengasi en una ofensiva a plena escala para cambiar el régimen.

Cameron dimitió en julio de su cargo de primer ministro y renunció a su escaño parlamentario esta semana.

AP
 

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Liberan a una pareja norcoreana secuestrada por el IS en Libia
Un médico originario de Corea del Norte y su mujer han sido liberados en Sirte (Libia) después de estar secuestrados durante 16 meses por el autodenominado Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés) en ese bastión que mira al mar Mediterráneo, según ha anunciado un oficial de las autoridades libias que recoge la agencia Associated Press.

Ri Yong de 58 años y su mujer So Young-Fu, de 56, fueron retenidos en Al Noufleya, al este de Sirte, cuando iban de camino a Tripoli tras acabar su labor en el hospital de Jalu, de acuerdo con la información del medio local The Libya Observer, que ha seguido de cerca este caso.

Un oficial del Ministerio de Salud de la ciudad de Jalu, Muftah Salem, comentó este martes que la pareja norcoreana, junto a su conductor, iba dirección a la capital libia tras finalizar un contrato de siete años en el hospital cuando fueron retenidos.

Se encontraban en el distrito número tres de Sirte, la última trinchera que les queda en Libia a los acólitos de Abu Bakr al Baghdadi, cuando fueron liberados por las fuerzas libias que están batallando por salvar esta zona de los extremistas que tomaron este país sumido en el caos y en una ciudad que cayó en sus manos el pasado año.

De acuerdo con un vídeo que ha publicado este medio local, la pareja de norcoreanos se identifican y narran el calvario vivido en el país magrebí durante más de un año: "Hemos estado retenidos en la habitación de un casa sin sol y sin luz", asegura el doctor en dicha filmación. Ahora se encontrarían en la embajada de Corea del Norte sanos y salvos.

Tres occidentales secuestrados

Por otro lado, al comienzo de esta semana se conocía que dos italianos y un canadiense habían sido secuestrados en Ghat, al suroeste de Libia junto a la frontera argelina, en una zona controlada por el Gobierno de Unidad Nacional (GNA, en inglés), que cuenta con el apoyo de Naciones Unidas.

El Ministerio de Exteriores italiano fue quien confirmó el secuetro, pero se negó a dar más detalles debido al carácter "delicado" de la situación. No obstante, desde Canadá, el portavoz de asuntos exteriores, Michael O'Shaughnessy, comentó que aún no estaban "en disposición de confirmar el secuestro de su ciudadano pero que estaban siguiendo todas las vías apropiadas para averiguarlo".

Los dos italianos: Bruno Cacace, de 56 años, -lleva viviendo 15 años en Libia- y Danilo Calonego, de 68, trabajaban junto al canadiense en una sociedad de mantenimiento del aeropuerto de Ghat cuando fueron secuestrados en la carretera a punta de pistola en una zona desértica, recoge el diario italiano Corriere della Sera y ha confirmado el consejo municipal de Ghat. Estos mismos han denunciado la indiferencia de las autoridades libias ante este secuestro, pese a que sigan trabajando con Italia para su liberación.

Este secuestro no ha sido reivindicado por grupo alguno hasta el momento, confiando los locales que estos secuestradores sean meros ladrones que buscan su recompensa en un área donde operan bandas de tráfico humano por su cercanía a Argelia. Es más, este país, presidido por el prácticamente desaparecido de la presencia pública Abdelaziz Buteflika, anunció a principios de este mes la construcción de un "muro de seguridad" de 120 kilómetros de longitud en la frontera con Libia para evitar también que "retornados" del IS vuelvan a sus países de origen, siguiendo los pasos de su vecina Túnez.

El pasado marzo se anunció la liberación de dos italianos secuestrados por Daesh (acrónimo en árabe del IS) en una planta petrolífera en Sabrata, una ciudad situada al oeste en Libia, mientras que otros dos habrían sido "probablemente" asesinados, según aseguró el ministro de Exteriores italiano.

Un país que no consigue recuperarse desde que cayó su dictador Muamar Gadafi en 2011. Ahora tiene que lidiar con la disputa civil entre dos Gobiernos que buscan el poder mientras intentan eliminar los últimos resquicios del autodenominado Estado Islámico gracias a la ayuda internacional, después de que este verano Estados Unidos apoyara a las milicias de Misrata y fueran consiguiendo desterrar a los adláteres de la organización yihadista.

http://www.elmundo.es/internacional/2016/09/21/57e27676ca474102308b464b.html
 

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El futuro de Libia, en manos de un general al que protegió la CIA
A Occidente se le ha metido una gran china en el zapato de Libia y no es el Estado Islámico, sino un general de 73 años al que la principal agencia de espionaje de Estados Unidos protegió durante dos décadas. Se llama Jalifa Hafter (los medios anglosajones escriben Haftar), tiene 73 años y el domingo 11 de septiembre arrebató al Gobierno de Unidad, reconocido por la ONU, el control de cuatro puertos petroleros por los que podría exportarse la mitad del crudo extraído en Libia. Al día siguiente de esa toma, las autoridades del Este de Libia, no reconocidas por la comunidad internacional, ascendieron a Hafter al grado de mariscal de campo.

El Gobierno de Unidad al que desafía Hafter solo representa a las principales milicias del Oeste libio. Pero esa es la organización a la que la ONU y la mayor parte de las potencias occidentales prestan todo su apoyo. Por tanto, desafiar al “Gobierno de Unidad” es plantarle cara a Occidente.

El mensaje implícito que Hafter ha lanzado es claro: “O conmigo o contra mí”. O se le da un papel relevante dentro del Gobierno de Unidad -léase, ministro de Defensa- o Hafter hará lo posible por torpedear a ese frágil Gobierno que apenas puede hacer frente a la inflación, a los cortes de luz, a la recogida de basura y a los reductos del Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés), que aún siguen resistiendo en la ciudad libia de Sirte tras dos meses de asedio. Las milicias de Misrata y Trípoli, que respaldan al Gobierno de Unidad, ven a Hafter como un criminal de guerra. Lo último que desean es entregarle sus armas y ponerse a sus órdenes.

Hafter realizó cursos de formación en la antigua Unión Soviética. Participó como cadete del Ejército en el golpe que llevó al poder a Muamar el Gadafi tras derrocar al rey Idris I. Poco a poco fue ganándose el afecto de Gadafi, que llegó a considerarlo “como un hijo”. De ahí que para muchos libios Hafter siga siendo un gadafista. Sin embargo, las desavenencias entre Hafter y Gadafi llegaron en 1987, a causa de la guerra entre Libia y Chad (1978-1987). Jalifa cayó prisionero en Chad junto a unos 400 hombres y Gadafi, que había negado la presencia de tropas libias en Chad, se desentendió de él, no asumió que Hafter actuaba bajo sus órdenes.

En 1990 fuerzas especiales de Estados Unidos lograron liberar a Hafter. El general vivió 20 años exiliado en una casa próxima a la sede de la CIA en Langley (Virginia), desde donde planeó varios intentos de asesinar a Gadafi. Hafter, nacido en el municipio del Este de Ajadbiya, regresó a Libia cuando comenzó en 2011 la revuelta contra Gadafi. Para entonces, según algunos analistas, Hafter ya no contaba con el apoyo de la CIA.

El general intentó encontrar un hueco en la política convulsa de la Libia. Pero viendo que no había espacio para él, regresó a Virginia a “disfrutar” de sus nietos. Pocos meses después, tras ver cómo los islamistas se hacían con el control de buena parte del país, volvió a Libia. “Todo el mundo me dijo lo mismo”, relató al periodista Jon Lee Anderson, de la revista New Yorker. “Estamos buscando un salvador, ¿dónde estás?’ Les respondí: ‘Si tengo la aprobación del pueblo, actuaré’. Después de que hubo manifestaciones populares en toda Libia pidiéndome que interviniera, supe que estaba siendo empujado hacia la muerte, pero acepté de corazón”.

El país se fracturó entre el Este y el Oeste. Los diputados libios a los que la comunidad internacional reconocía como único legítimo se exiliaron a la ciudad del Este de Tobruk, próxima a Egipto. Y con ellos permaneció Hafter, como el gran salvador. En Trípoli quedaron los legisladores que contaban con el apoyo de las milicias, en buena parte islamistas, de Trípoli y Misrata. La ONU intentó forjar un acuerdo entre ambas partes. Tras casi un año de negociaciones, creó en diciembre de 2015 un Consejo Presidencial de Unidad con representantes del Congreso General Nacional (de Trípoli) y de la Cámara de Representantes (de Tobruk). Pero ese acuerdo nunca ha sido refrendado por los diputados de Tobruk. Y la razón de fondo, el principal escollo para la paz, el elefante en la sala que nadie se atrevía a nombrar, sigue siendo el mismo que hace un año: Hafter. Y la gran pregunta que conlleva ese nombre: ¿Qué papel podría jugar él en un Gobierno de Unidad?

Hafter cuenta con Egipto y Emiratos Árabes Unidos como principales aliados internacionales. Y al mismo tiempo, ha contado con la colaboración encubierta de Francia para combatir a los yihadistas de Bengasi. Durante meses se rumoreó en Libia que fuerzas especiales francesas apoyaban a Hafter. El Gobierno francés mantuvo silencio hasta que el pasado julio murieron tres suboficiales franceses cuando viajaban a bordo de un helicóptero de fabricación rusa perteneciente a las fuerzas de Hafter.

Con ese hecho quedó reflejado hasta qué punto se necesitan Hafter y Occidente. El problema es que Occidente también necesita a las milicias de Trípoli y Misrata que combaten al Estado Islámico.

http://internacional.elpais.com/internacional/2016/09/26/actualidad/1474889674_858576.html
 

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Alertan por cientos de civiles atrapados en combates
Un grupo internacional de derechos humanos expresó el viernes su preocupación por el destino de cientos de libios y extranjeros que llevan meses atrapados en medio de los conflictos armados en la ciudad de Bengasi, en el este de Libia.

Amnistía Internacional dijo que casi 130 familias y cientos de extranjeros en el vecindario de Ganfouda, en el suroeste de Bengasi, han quedado separados del mundo exterior y con poco abasto de alimentos y combustible.

"El tiempo se le agota a los civiles en Ganfouda, a los que se les deja morir atrapados por los combates", dijo Magdalena Mughrabi, directora adjunta del Programa de Medio Oriente y Norte de África de Amnistía Internacional.

Los combates se han recrudecido en Bengasi desde 2014, cuando las fuerzas encabezadas por el poderoso comandante militar Khalifa Hifter comenzaron su campaña en contra de extremistas en la región, incluyendo filiales de Al Qaeda y el grupo Estado Islámico. Hifter, quien cuenta con apoyo de asesores militares británicos, franceses y estadounidenses, así como de fuerzas especiales, ha logrado tomar control de gran parte de la ciudad. Ganfouda es uno de los pocos distritos en que los extremistas han presentado una fuerte resistencia contra las fuerzas del Ejército Nacional Libio de Hifter.

Sin embargo, los grupos internacionales han hecho un llamado para la creación de corredores seguros para evacuar a los civiles atrapados en la zona.

Amnistía Internacional citó a un residente que se identificó como Mohamed, quien dijo que los habitantes están desesperados por ayuda humanitaria, especialmente entre los jóvenes.

"Los niños están en los huesos debido a la falta de alimentos y la desnutrición. Si pudieran enviarnos algo de comida para los niños o sacarlos de aquí estaría bien, incluso si eso significara dejarnos aquí a los demás", afirmó.

Los habitantes han recibido a las familias desplazadas, cuyas casas fueron destruidas por los ataques.

"Vivimos como animales", relató otro residente, al que Amnistía Internacional identificó como Samir. Añadió que ha aceptado a tres familias en su casa, en la que actualmente viven 24 personas.

Amnistía Internacional teme que los civiles que quedan entre el fuego cruzado enfrenten castigo bajo el pretexto de que respaldan o simpatizan con los extremistas islámicos.

"No se debe utilizar a los civiles como escudos humanos, y aquellos que deseen salir deben ser protegidos de detenciones arbitrarias, torturas o cualquier otro abuso", comentó Mughrabi.

AP
 

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Milicias del sur de Libia abandonan la alianza afín al Parlamento de Tobruk
Las milicias del sur de Libia decidieron abandonar la coalición dirigida por el mariscal Jalifa Hafter, jefe del Ejército fiel al gobierno de Tobruk, y establecer su propio cuerpo militar, informó hoy la prensa local.

Según el diario digital "Libyan Observer", los líderes de las citadas milicias se reunieron el pasado jueves en la localidad de Qira, en la región meridional de Wadi Shati, eligieron comandante en jefe al general Ali Kannah e instaron a todas fuerzas meridionales a sumarse a la nueva milicia.

"Las Fuerzas Armadas Libias del Sur se constituyen en un cuerpo independiente del Comando General de las Fuerzas Armadas libias" que dirige Hafter en Al Marj, aseguró la nueva plataforma militar en un comunicado.

La nueva milicia asegura que no intervendrá en asuntos políticos, que se mantendrá a la misma distancia del Gobierno de Trípoli que del Parlamento de Tobruk, y que se sumará al Ejército Nacional cuando se logre la reconciliación, agrega la nota.

"Nuestro único objetivo es garantizar la seguridad de la población y de las instalaciones estratégicas del sur del país, que son un asunto interno de las regiones del sur", apostilló.

Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que hace cinco años la comunidad internacional apoyara el alzamiento rebelde en Bengasi y contribuyera militarmente a la caída del largo régimen dictatorial de Muamar al Gadafi.

Cinco años después, dos gobiernos, uno en Trípoli -llamado de unidad nacional y apoyado por la ONU- y otro en Tobruk -que aún mantiene la legitimidad internacional- luchan por hacerse con el poder y el control de los recursos petroleros con ayuda de decenas milicias que cambian a menudo de bando.

De la situación se han beneficiado grupos yihadistas como la rama libia del Estado Islámico, Boko Haram o la organización de Al Qaeda en el magreb Islámico (AQMI) que han penetrado y extendido su influencia en el país.

Las milicias del oeste de Libia, lideradas por las de la ciudad de Misrata y afines al Gobierno en Trípoli, emprendieron el pasado junio una ofensiva militar para recuperar el control de Sirte, conquistada por los yihadistas en febrero de 2015.

Hafter, líder de las fuerzas en Tobruk, asedia sin éxito desde mayo de 2014 la ciudad de Bngazi, bajo control de fuerzas islamistas y yihdistas.

EFE
 

Barbanegra

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Fuertes disturbios en la capital de Libia
Milicias leales a un gobierno respaldado por la ONU protagonizaron el domingo intensos enfrentamientos con las que apoyan a un gobierno rival de orientación islamista que había dominado Trípoli hasta marzo de este año, dijeron agentes de seguridad libios.

Los choques, que comenzaron el sábado por la noche y continuaron el domingo, se produjeron a partir de la toma de las oficinas del gobierno de Acuerdo Nacional por los milicianos islamistas el viernes. Los lugares capturados incluyen un complejo residencial de los 145 miembros de una cámara consultiva llamada Consejo Supremo de Estado.

El consejo condenó la toma de sus oficinas, a la que calificó de "intento desesperado y extraño de confundir el panorama político y desviar los esfuerzos para traer la estabilidad al país".

En otro comunicado, el gobierno respaldado por la ONU dijo que ordenó a las autoridades policiales identificar y arrestar a los autores de la roma, que quieren crear instituciones "paralelas", según dijo.

El gobierno del Congreso Nacional General Islámico ha dicho que su intención es tomar todas las instalaciones estatales en Trípoli, incluso el banco central y los ministerios. También se declaró gobierno en funciones, siete meses después de renunciar a favor del gobierno respaldado por la ONU.

No se informó de inmediato acerca de las víctimas. La toma del viernes que se concretó tras horas de impasse sin que hubiera violencia, dijeron las fuentes, que hablaron bajo la condición de no ser identificada por no estar autorizadas a informar a la prensa.

AP
 
La Primavera Árabe en Libia: ¿Un ejemplo del frescor primaveral o de hedor a injerencia?
Publicado: 19 oct 2016 17:35 GMT | Última actualización: 19 oct 2016 20:23 GMT
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La Primaveras Árabe prometían democracia, paz y prosperidad... con la ayuda de Occidente, supuesto exportador de bondades. El caso de Libia no fue una excepción por el discurso que se vendía, injerencia de terceros países y sus trágicos resultados. ¿Qué ha quedado de esas promesas? ¿En qué situación se encuentra el país en este momento? En esta edición de 'El Zoom', Javier Rodríguez Carrasco examina, con ayuda de los especialistas, el crudo invierno que trajo la primavera libia.

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"Esperanza, democracia, paz, prosperidad" eran algunas de las promesas de las Primaveras Árabes. Pero, ¿son hoy una realidad? ¿Han logrado sus objetivos? ¿Occidente está satisfecho con la democracia que se intentaba exportar? En esta nueva entrega de 'El Zoom', Javier Rodríguez Carrasco analiza los verdaderos motivos tras la intervención militar internacional en 2011 en Libia y si aquella 'primavera' trajo "frescor" o "hedor a injerencia".

"Con Gadafi fuera, la democracia llegaría en un momento, todo sería pan comido. Todo sería muy fácil. Casi tanto como matarle", recuerda el presentador de RT citando a la actual candidata demócrata a la presidencia de EE.UU., Hillary Clinton. "Decía que habrán vencido a aquellos que querían saquear sus recursos, generar caos o instaurar un gobierno a merced de sus mandatos, pero la realidad es que la gente [los libios] sigue sufriendo", recuerda.


Combatientes anti-Gaddafi durante un combate en Sirte, Libia, en 2011Asmaa WaguihReuters
Efecto bumerán
Para la corresponsal de guerra argentina Karen Marón, "hay que buscar responsabilidades y responsables de las invasiones que se han desarrollado en los últimos años" como la guerra de Irak, que dejó más de un millón de muertos en el país, y de "la mal denominada Primavera Árabe, un término preferido por los neoconservadores estadounidenses y la prensa internacional". "Para mí esto fue en realidad un invierno árabe, un invierno islamista en el que se levantaron las banderas del Estados Islámico y que tuvo consecuencias terribles para millones de personas", lamenta.

"En estos momentos, Libia es una de las capitales del Estado islámico", señala Karen Marón. "Lo que hemos vivido en esa denominada intervención humanitaria" fue que los Estados "reconocieron el error producido y las consecuencias que sucedieron en Libia y en todo el mundo árabe, donde había mucha división y era imposible que no existiese el caos y la ausencia de gobierno", añade.

Al mismo tiempo, en Europa se está produciendo un efecto bumerán: una ingente cantidad de refugiados e inmigrantes se desplaza hacia los países europeos a causa de conflictos como el originado en Libia.

Según el coordinador de equipo de Amnistía Internacional Alfonso López Borgoñoz, la intervención ha empeorado la crisis de los inmigrantes y por parte de las fuerzas internacionales "no se ve ningún intento de querer mejorar esta situación, sino el apoyo a las luchas intestinas de este país y a cada uno de los bandos que allí intervienen". "Los grupos armados de la oposición están controlando ciudades concretas, lo que provoca que estos se vayan extendiendo por toda Libia sin que haya, de momento, ninguna autoridad central que pueda establecer un control adecuado", explica.


Fuerzas del Gobierno libio, respaldado por la ONU, atacan con artillería posiciones del Estado Islámico en SirteIsmail Zetouni Reuters
Un caos difícil de descifrar
"Hoy Libia es más débil, no tiene una hoja de ruta y anda sumida en un caos difícil de descifrar, donde más que rezumar democracia, libertad y prosperidad, transpira locura, violencia y pobreza", denuncia Javier Rodríguez Carrasco.

Para Daniel Rosselló, analista de la web El Orden Mundial en el Siglo XXI, Libia es hoy una tierra fértil para el terrorismo. "Tras la desaparición del régimen de Gaddafi, Libia volvió a ser un un Estado tribalizado", pues al ponerse fin al control de fronteras que existía durante el Gobierno de Muammar Gaddafi se permitió "la infiltración de terroristas de toda la zona del Sahel", aclara.

"Pese a las carencias en el tema de derechos humanos del régimen de Gaddafi, este consiguió grandes progresos en materia de desarrollo humano, haciendo a Libia líder en este aspecto en África", recuerda Rosselló.

"Grandes potencias internacionales, como EE.UU., Reino Unido y Francia, han buscado siempre controlar el proceso político, pero sin tener clara un estrategia para el postconflicto, además de no tener unos conocimientos claros de cuál es la estructura social y política de países como Libia", explica el analista. En el caso libio, "Gaddafi logró durante 42 años, por inteligencia política y un uso excepcional de las rentas petrolíferas, asegurar una estabilidad sobre un sistema tribal que poblaba el país", describe.
 

Barbanegra

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Un lustro de inestabilidad en Libia
Brigadas armadas rivales han vuelto a enfrentarse a disparos en Trípoli desde este fin de semana, recordando que el caos que invadió la capital libia tras la caída del coronel Muamar Gadafi, hace cinco años, está lejos de haber acabado. El escenario, el hotel Rixos: la legendaria sede de los enviados especiales que cubríamos la guerra que se desató en Libia en 2011 del lado del régimen gadafista.

El hotel se convirtió este año en la sede del Consejo de Estado, un cuerpo legislativo estructurado a partir del antiguo Parlamento elegido en 2014, como parte del acuerdo de unidad nacional forjado a trancas y barrancas por Naciones Unidas a principios de año. Pero el viernes, una milicia opuesta al Gobierno respaldado por la ONU tomó el edificio, estableció checkpoints, proclamó su propia autoridad y denunció "el fracaso en la gestión del Estado" del llamado Gobierno de Unidad Nacional (GNA).

Hoy hace exactamente cinco años de la captura y muerte de Gadafi a manos de milicias opositoras en Sirte, su ciudad natal. En los días inmediatamente posteriores a la desaparición del histriónico líder que gobernó con guante de acero este vasto país de apenas seis millones de habitantes durante cuatro décadas, el optimismo se respiraba en la calle. Los presos políticos salían de cárceles inmundas como Abu Slim y contaban sus horrores, miles de archivos secretos del edificio de la Inteligencia libia quedaban al descubierto y en la medina de Trípoli los ciudadanos se afanaban por borrar de todos los edificios y símbolos el verde omnipresente, impuesto por el régimen en honor al Libro Verde en el que el líder libio exponía su inventado Estado de masas, la Yamahiriya.

Era el final de siete meses de guerra en la que los rebeldes fueron apoyados por ataques aéreos de la OTAN contra el régimen de Gadafi. "Ahora está claro que ganaron el conflicto porque tuvieron el respaldo de la OTAN, pero que son incapaces de construir un Estado ellos solos", comenta a EL MUNDO el periodista irlandés Patrick Cockburn, que cubrió el conflicto.

Tres días después de la muerte de Gadafi, la desilusión tiñó de nuevo las calles, recuerda Cockburn, cuando "la primera medida que anunció el Gobierno de transición fue la instauración de la poligamia". No hablaron de libertad. Ni de reconstrucción. Ni de estabilidad. Transcurridos cinco años de ese episodio que para Cockburn revela "una sociedad regresiva", la estabilidad política y la construcción del Estado siguen siendo asignaturas pendientes. El Gobierno de transición dio paso a un Congreso Nacional General tras unas todavía esperanzadoras elecciones en julio de 2012, las primeras en 60 años. Pero pronto fue evidente el vacío institucional, la desintegración social tras más de 40 años de dictadura y las rivalidades de poder de unas milicias armadas que habían derrotado a Gadafi pero no estaban dispuestas a dejar las armas.

En medio de todo este río revuelto del caos institucional, los yihadistas del autodenominado Estado Islámico (IS, en sus siglas en inglés) han hecho ganancia de pescadores. A principios de 2015 se hicieron con Sirte, antiguo bastión del gadafismo, donde impusieron su ley. En mayo de 2016, una coalición de milicias armadas bajo el paraguas del GNA y con el apoyo del general Jalifa Hafter -que a su vez respalda al rival Gobierno de Tobruk- iniciaron una operación para reconquistar Sirte de manos del IS. Una batalla que desde agosto cuenta con apoyo aéreo de Estados Unidos, pero que a día de hoy no ha podido tomar la ciudad, de unos 100.000 habitantes.

"Lo que ocurre en Sirte es que hay un pequeño número de guerrilleros fanáticos preparados para morir mientras que los milicianos gubernamentales no están dispuestos a dar su vida" por la causa, resume irónicamente Cockburn, que el próximo 24 de octubre presenta en Madrid su libro 'La era de la yihad. El Estado Islámico y la guerra por Oriente Próximo', que edita el sello Capitán Swing.

Para este veterano periodista que ha trabajado para el Financial Times y The Independent, "el problema es que EEUU y los países europeos pretendieron hacer ver que la oposición es liberal y democrática, cuando está financiada y armada por países retrógrados como Arabia Saudí o Qatar".

http://www.elmundo.es/internacional/2016/10/20/5807cbe922601dc5238b461c.html
 

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Vehículo estalla en Libia: Hay 6 muertos y 10 heridos
Un vehículo estalló el sábado en la ciudad de Bengasi, en el este de Libia, donde causó la muerte de seis personas, entre ellas un activista político cercano a un poderoso general que combate a extremistas islámicos, dijeron las autoridades.

La explosión sacudió el distrito de al-Kesh, en el que abundan concurridas cafeterías, en el centro de Bengasi. Las víctimas fatales fueron el activista Mohammed Bougages, que estaba sentado en uno de los establecimientos, y otras cinco personas, según las autoridades.

Al menos 10 personas resultaron heridas y algunas se encontraban en estado crítico.

Las fuentes —funcionarios de hospitales y de seguridad— solicitaron el anonimato porque no estaban autorizadas a hacer declaraciones a la prensa.

Bougages era activista político y el impetuoso comentarista del programa diario de entrevistas "Francamente", transmitido por la televisión estatal.

El comentarista era un abierto simpatizante del general Khalifa Hifter, que desde 2014 encabeza una campaña contra los extremistas islámicos en Bengasi.

Hifter emprendió la llamada "Operación Dignidad" ante las decenas de asesinatos de activistas, jueces y agentes de seguridad en Bengasi, que supuestamente está en manos de extremistas.

La explosión del sábado suscitó temores de un regreso de esa marea macabra de asesinatos.

El viernes, fueron encontrados los cadáveres de 10 hombres no identificados en un contenedor para residuos en Bengasi.

Los cuerpos tenían huellas de tortura y disparos en la cabeza, dijo en un comunicado la unidad de seguridad Apoyo y Refuerzo que los había encontrado.

Hifter, una de las figuras más divisivas de Libia, ha expulsado a la mayoría de los extremistas de Bengasi, salvo en las partes norte y occidental de la ciudad.

Visto como un salvador en la región oriental, muchos en el oeste de Libia están en contra de Hifter porque éste percibe a todos los islamistas como extremistas.

AP
 

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Liberados en Libia 2 italianos, 1 canadiense secuestrados
Dos italianos y un canadiense que habían sido secuestrados en el sur de Libia por hombres armados y enmascarados fueron liberados y regresaron a salvo a Italia el sábado de madrugada, indicó el sábado el Ministerio italiano de Exteriores.

Los tres hombres, que trabajan para una forma italiana de construcción, fueron liberados debido a "la eficiente colaboración de las autoridades libias locales", indicó el Ministerio en un comunicado sin dar más detalles. Llegaron a Italia en un vuelo especial.

Los tres fueron secuestrados el 19 de septiembre por un grupo de hombres armados que cortaron el paso a su vehículo en Ghat, una ciudad en el desierto del Sáhara cerca de la frontera con Argelia.

Se trata de los italianos Danilo Calonego y Bruno Cacace y el canadiense de origen italiano Frank Poccia, añadió el Ministerio.

Todos eran técnicos de la compañía italiana Conicos, que trabaja en tareas de construcción de un aeropuerto en Libia, indicó la agencia de noticias ANSA.

Los hombres se entrevistarán con la fiscalía antes de reunirse con sus familias, según medios italianos.

AP
 

Barbanegra

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Drones de EE.UU. bombardean posiciones del Estado Islámico en el sur de Libia
Aviones de combate estadounidenses no tripulados bombardearon hoy tres supuestos escondites yihadistas en la región libia de Gardha, situada a unos 670 kilómetros al sur de Trípoli, y causaron un número indeterminado de víctimas, informaron fuentes de Seguridad.

El objetivo de los drones era Abdel Monein Abu Hawija, conocido como Abu Talha al Hasanawi, considerado uno de los líderes de la rama libia de la organización yihadista Estado Islámico y que al parecer habría logrado sobrevivir al ataque, añadieron las fuentes.

“En los edificios bombardeados había varias familias palestinas y egipcias algunos de cuyos miembros perecieron en el ataque”, explicó la fuente sin aportar otros detalles.

Fuentes de los servicios de Inteligencia aseguran que varios de los líderes yihadistas asentados en la ciudad libia de Sirte huyeron hacia el sur del país tras la ofensiva lanzada el pasado junio por las milicias del oeste del país para arrebatarles su bastión en el Mediterráneo.

Casi seis meses después, grupos de yihadistas aún resisten en uno de los barrios de esa localidad en la que nació y murió, años después, linchado el dictador libio Muamar al Gadafi, derrocado tras el alzamiento popular de 2011.

Desde entonces, Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, en el que dos gobiernos, uno en Trípoli (oeste) y otro en el Tobruk (este) luchan por hacerse con el poder y el control de los recursos petroleros con ayuda de decenas milicias que cambian a menudo de bando.

De la situación se han beneficiado grupos yihadistas como la rama libia del Estado Islámico, Boko Haram o la organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), que han penetrado y extendido su influencia por todo el país.

EFE
 

Barbanegra

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Milicias del oeste de Libia dicen estar a punto de reconquistar Sirte
Fuerzas de Alianza de milicias del oeste de Libia arrebataron hoy nuevas posiciones a la rama libia de la organización yihadista Estado Islámico en la ciudad mediterránea de Sirte, que según varios oficiales está "a punto de ser ya reconquistada".

Según un portavoz de la referida Alianza, dirigida por milicias del puerto vecino de Misrata, en las últimas horas sus fuerzas se han hecho con el control de unas 25 edificaciones en el barrio de Al Bahariya, el único que queda en poder de los fanáticos.

El avance se ralentizado después del mediodía "debido a que en el interior de algunas casa hay mujeres y niños y la orden es limitar los daños" explicó el coronel Mohamad al Gasri, uno de los portavoces de esta Alianza afín al llamado gobierno de unidad sostenido por la ONU.

En su huida los yihadistas han dejado importantes arsenales con armas ligeras de diferentes calibres, lanzacohetes, y artillería ligera antitanque asó como grandes cantidades de munición, explicó a Efe otro portavoz.

Responsables de inteligencia militar en Sirte consideran, por su parte, que quedan unas 70 edificaciones por conquistar y limpiar de trampas y que la reconquista de Sirte podría completarse en pocos días tras más de seis meses de asedio.

Las milicias del oeste de Libia emprendieron en junio pasado una ofensiva militar para recuperar el control de Sirte, conquistada por la rama libia del EI en febrero de 2015.

Tras dos meses sin apenas avances, las tropas libias comenzaron a abrir brecha a partir del primero de agosto, fecha en la que Estados Unidos se sumó a la ofensiva con bombardeos aéreos sobre esta urbe en la que nació, y murió años después apaleado, el dictador Muamar al Gadafi.

Desde entonces, la aviación militar norteamericana ha realizado un total de 420 misiones de combate, según datos ofrecidos por el comando central del Pentágono en África.

Libia es un estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que hace cinco años la comunidad internacional apoyara el alzamiento rebelde en Bengasi y contribuyera militarmente a la caída de Al Gadafi.

Cinco años después, dos gobiernos, uno en Trípoli (oeste) y otro en el Tobruk (este) luchan por hacerse con el poder y el control de los recursos petroleros con ayuda de decenas milicias que cambian a menudo de bando.

De la situación se han beneficiado grupos yihadistas como la rama libia del Estado Islámico, Boko Haram o la organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) que han penetrado y extendido su influencia en el país.

EFE
 
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