En la Legião Extranjera, ex-soldados de Brasil combaten rebeldes en el Mali
Doce brasileños, integrantes de tropa de Francia, lucharon contra jihadistas.
Ex-militar de élite del Ejército llegó de paraquedas el área del enemigo.
Tahiane Stochero
De la G1, en São Paulo
Están volviendo a Brasil en la primera quinzena de mayo, para pasar las vacaciones con la familia, soldados brasileños que integran la Legião Extranjera y que, a servicio de Francia, participaron de la Operación Serval, como fue denominada la intervención militar francesa realizada en enero con apoyo de Estados Unidos para recuperar regiones dominadas por rebeldes islámicos en el Mali.
En la foto, 12 brasileños, integrantes de la 2ª y de la 3ª compañías del 2º Regimento Extranjero de Paraquedistas, en la base de Tessalit, montada durante la Operación Serval (Foto: Diego Gonzales/Archivo Personal)
Por lo menos 12 brasileños, la mayoría ex-integrantes del Ejército de Brasil, forman parte de la 2ª y de la 3ª compañía del 2º Regimento Extranjero de Paraquedistas (2ºREP) de la Legião Extranjera, tropa que integra el Ejército de Francia y es especializada en combate en áreas de montaña y combate anfíbio.
Algunos llegaron al Mali en 28 de enero, participando de la invasión la Timbuktu (Tombuctu o Tombouctou, en francés), capital de la región norte del país y que estaba ocupada hace nueve meses por el grupo jihadista Al-Qaeda del Magreb Islámico.
Francia inició en enero una intervención militar en el Mali, que es ex-colonia francesa, para intentar impedir que grupos rebeldes islámicos que controlan el norte del Mali asuman el control de todo el país. La G1 cuestionó la Legião Extranjera sobre la presencia de los brasileños en las operaciones, pero no recibió retorno.
Después de tres meses de combate en el Mali, ellos retornaron a la base de la Legião en Calvi, en la Córsega (Francia), en 20 de abril. “Antes, quitamos una foto frente a un helicóptero Tigre con la bandera de Brasil en la base militar de Tessalit (área retomada por Francia del control rebelde, en el norte del Mali)”, dijo el carioca Diego Gonzales, de 26 años, legionário hace 6 años.
“Conseguí con la Legião lo que quería: ser paraquedista, ser atirador de precisión e ir para la guerra. La Legião nos da la oportunidad de vivir la vida diferente, ver el mundo de otra forma. Aprendí muy y conseguí ganar dinero y economizar, comprar una casa en Minas Gerais”, explica él.
Gonzales era soldado del 10° Batallón de Infantaria del Ejército, en Juiz de Fora (MG), cuando decidió largar el empleo y rumar para Aubagne (sur de Francia), donde el Ministerio de la Defensa hace el recrutamento y los candidatos seleccionados hacen un entrenamiento preliminar de 15 semanas. “Por qué yo fui para la Legião? Porque yo me gusta el difícil y no me realicé aquí en Brasil. Quería más peligro y vivenciar una guerra real. Soy sin límites. Con certeza, valió a la pena”, dice.
Considerada un cuerpo de élite del Ejército de Francia, la Legião es compuesta por hombres extranjeros, con edades entre 17 y 40 años, que firman un contrato de 10 meses de duración para combatir en nombre de Francia. Los salarios varían entre R$ 3.145 y más de R$ 11 mil mensuales, dependiendo de las calificaciones que posee y se está participando de una operación en el exterior.
Carioca, Diego Gonzales es atirador de precisión y tuteó en el
Mali por Francia (Foto: Archivo Personal)
“Estábamos en entrenamiento en el Gabão cuando tuvimos que ir a apoyar una intervención en la República Centro Africana. Volvemos para el Gabão así que la situación se estabilizó y faltaban sólo 22 horas para volver para Francia para un periodo de descanso, después de 3 meses y medio directo en operaciones, cuando nos mandaron para el Mali. Fue todo muy corrido”, relembra.
El legionário dice que, bajo estresse y siendo blanco de tiros, no consigue percibir los riesgos que está enfrentando.
“Sólo me doy cuenta del que pasé después, cuando la situación calma. Cuando usted está tirando o siendo blanco de tiros, entra en la adrenalina. En la hora, hallo hasta engraçado estar bajo fuego”, relembra.
Sólo me doy cuenta del que pasé después, cuando la situación calma. Cuando usted está tirando o siendo blanco de tiros, entra en la adrenalina. En la hora, hallo hasta engraçado estar bajo fuego"
Diego Gonzales
sniper de la Legião Extranjera
Gonzales, que es sniper (atirador de precisión), usó en el Mali un fusil Famas 5.56 mm y un rifle francés a12,7mm antiaéreo, capaz de abatir aviones y destruir coches blindados. La arma pesa 13,8 kg y alcanza un blanco a hasta 2 mil metros.
“En uno de los momentos, cuando los jihadistas estaban tirando contra nodos, yo continué andando y riendo, como si nada hubiera. El único momento en que acuerdo que sentí miedo y abaixei la cabeza, con preocupación, fue cuando escuché dos tiros con un intervalo entre ellos. Creí que podría ser un sniper (atirador). Y este día yo no estaba con mi rifle de precisión por estupidez aún de mi jefe, que era inexperiente y dio la orden para no llevarlo en aquella misión”, dice el soldado.
Él visitó la madre en Bélgica y llega a Brasil en el inicio del mes para pasar unos días con la novia, en Río de Janeiro, volver a ver abuelas, tíos y primos en Minas Gerais.
Brasileños usan fusil Famas y rifle antiaéreo en el Mali
Foto: Diego Gonzales/Archivo Personal)
De la cocina del cuartel a la guerra
Después de trabajar por dos años en la cocina de la Escuela Preparatória de Cadetes del Ejército (Espcex), en Campinas (SP), el soldado Pascoal (nombre ficíticio), de 23 años, ingresó en la Legião también buscando vivir experiencias reales de combate.
Natural de una ciudad del interior de São Paulo (el nombre no es divulgado para no identificar el soldado), él trabajaba “lavando pratos” en el Ejército e ingresó en la Legião Extranjera “por la adrenalina de poder estar en una guerra y también por dinero”.
El joven llegó al Mali en febrero, por tierra, días después de la toma de Tombuctu para tutear en Tessalit. “Mi primera misión fue a que más tuvo tiroteo. Pero me dice: cuál joven, que es soldado, no me gustaría participar de una aventura como esta? La mayoría de los jóvenes en mi edad busca eso que viví. Cerca de la situación financiera que yo tenía en Brasil, no tenemos del que reclamar. Además de conocer muchos lugares por el mundo”, dijo Pascoal a la G1.
“No teníamos el derecho de prender rebelde. El gobierno local es que prendía. Nuestra misión era de tirar y recuperar el área, porque había muchos riesgos. Hubo bajas, inclusive perdemos algunos de nuestros”, afirma. Pascoal es infante de la 3ª compañía del 2º REP - la primera patente funcional en la Legião - y carga un fusil francés Famas de calibre 5.56 y una bazuca de AT-4, arma usada contra tanques y edificios.
Que joven no me gustaría participar de una aventura como esta? La mayoría de los jóvenes de mi edad busca lo que viví"
Pascoal (nombre ficticio)
Ex-lavador de pratos del Ejército
Así como otros legionários que conversaron con el reportaje, él pidió para no ser identificado para no exponer la familia y temiendo alguna punición, debido a las restricciones de relatar operaciones.
“Yo hablo para mi familia que sólo hago la guardia del cuartel, que no enfrento rebelde de verdad. De ahí ellos no quedan preocupados”, dice.
“Ração ruim, falta de baño, distancia de los amigos y de la familia son cosas que enfrentamos y que es adaptable cuando se está en combate. ES el precio que pagamos para se engajar en área de combate. Si no le gusta, desertar no da. El Mali ya es un desierto, ya estamos en medio de un desierto. Entonces, se enfrenta”, juguetea el infante.
Diego Gonzales (el segundo, agachado, de la derecha para
la izquierda) y otros brasileños en Tessalit, en el Mali
(Foto: Diego Gonzales/Archivo Personal)
Cayendo de paraquedas en el enemigo
Otro que realizó un sueño en la guerra en el Mali fue el ex-soldado del Ejército Irineu (nombre ficticio), de 31 años.
Con especialización de Mandos en Brasil, el curso que prepara tropas especializadas para las más diversas situaciones, y habiendo tuteado en Goiânia (GO) en la Peleada de Operaciones Especiales, la tropa de élite de Brasil, Irineu pertenencia a la 2ª Compañía del 2º Regimento Extranjero de Paraquedistas y llegó la Tombuctu de paraquedas, realizando un salto en alta altitud, sin que las personas en tierra consigan ver la aeronave, y llegando al combate en medio al territorio enemigo.
Él formó parte del grupo que tomó Tombuctu de la Al-Qaeda.
Tomamos la ciudad en más de15 horas de combate después de llegar la tierra. Y el mejor es que llegamos saltando. Un salto operacional no tiene precio, es el sueño de todo combatiente"
Irineu (nombre ficticio)
Ex-soldado especializado del Ejército
“Tomamos la ciudad en más de 15 horas de combate después de llegar la tierra. Y el mejor es que llegamos saltando. Un salto operacional no tiene precio, es el sueño de todo combatiente. Nos preparamos la vida entera para eso”, dice Irineu, que está en la Legião hace 6 años.
En el grupo de Irineu había también Juliano (nombre ficticio), que también es Mandos del Ejército brasileño y se juntó a la Legião Extranjera hace 5 años.
“Usted ve las informas de la guerra y no sabe lo que es la realidad. Hacer la barba en una amplia de agua, comer ração por semanas, eso ya forma parte de nuestra rutina. ES cosa normal. El difícil es la distancia de la familia, quedar días sin tener acceso a la internet, teléfono, no sepa lo que puede acontecer el día de mañana”, dice él, que también posee familiares y amigos en Goiânia.
http://g1.globo.com/mundo/noticia/2...ados-do-brasil-combatem-rebeldes-no-mali.html