Empresarios rusos no tienen planes de financiar las ONGs politizadas
El pasado 5 de julio, la Duma de Estado (cámara baja del parlamento ruso) sometió a una discusión abierta el polémico proyecto de ley que prevé dar un estatus de “agentes extranjeros” a las organizaciones no gubernamentales que reciben la financiación desde el extranjero y se dedican a la actividad política en Rusia.
Al día siguiente, este proyecto fue aprobado en primera lectura por la mayoría de los diputados.
Según los expertos, si tales organizaciones renuncian al apoyo financiero proveniente desde el extranjero, es poco probable que puedan sobrevivir, porque los empresarios rusos no están dispuestos a financiarlas por diversas razones.
¿Se trata de transparencia o discriminación?
Según uno de los autores del anunciado proyecto de ley, el militante del partido oficialista Rusia Unida Alexandr Sidiakin, el documento puede ser aprobado en segunda y tercera lectura en lo que resta de este mes de julio. En general, la ley puede entrar en vigor en otoño próximo, en noviembre como más tarde.
La nueva iniciativa legal prevé incluir a las organizaciones no gubernamentales que se dedican a la actividad política en Rusia y reciben la financiación desde el extranjero en una lista especial de entidades con funciones de “agente extranjero” que confeccionará el Ministerio ruso de Justicia.
Estas ONG se someterán a un control más riguroso por parte de Estado. En caso de incumplir esta nueva normativa se les sancionará con una multa de hasta un millón de rublos (unos 30.000 dólares), y en caso de incumplimiento constante con pena de prisión de hasta cuatro años.
El proyecto de ley provocó protestas de la sociedad y de los defensores de derechos humanos.
Según la Cámara Pública de Rusia, este proyecto de ley da una ambigua característica a los conceptos como “actividad política”, “acción política”, “formación de opinión pública”. Pero la Cámara Pública está dispuesta a apoyar el proyecto de ley si el término “agente extranjero” es excluido.
Los expertos del Consejo presidencial de Derechos Humanos y Sociedad Civil asumieron una postura más rígida. Según ellos, esta iniciativa legal contradice a la Constitución de la Federación Rusa, es discriminatoria y no debe ser aprobada. El jefe del Consejo de Derechos Humanos, Mijaíl Fedótov, declaró que espera discutir el proyecto de ley con el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Pero según una fuente del Kremlin, la nueva normativa aumentará la transparencia de las ONG y endurecerá el control estatal sobre el dinero extranjero que llega a Rusia.
Los cambios en la legislación no deben poner obstáculos al flujo de capitales para no impedir el desarrollo de la sociedad civil en Rusia y su cooperación con las organizaciones no gubernamentales extranjeras, afirma el director general de la Agencia de Comunicación Política y Económicas, Dmitri Orlov.
“Es importante resolver dos tareas: garantizar la transparencia del flujo de capitales e impedir que sean destinados a la financiación de partidos políticos y desestabilicen la situación política en Rusia”, dijo el experto a RIA Novosti.
Las ONGs en Rusia
Hoy en día, en Rusia existen muchas organizaciones no gubernamentales y sin ánimo de lucro que desarrollan varios tipos de actividades, incluidas fundaciones, asociaciones, organizaciones benéficas, etc.
Los parques nacionales y cooperativas de consumidores también tienen el estatus de ONG.
La mayoría de estas organizaciones no se financian desde el extranjero y no tienen nada que ver con la actividad política, por eso la nueva ley no les afectará.
Según el politólogo y diputado de la Duma de Estado Viacheslav Níkonov, solo un 0,4% de las ONG que funcionan en Rusia puede recibir el estatus de “agentes extranjeros”. Pero a pesar de que son pocas, estas organizaciones son bien conocidas en Rusia y su actividad tiene una amplia repercusión en la sociedad. Se trata de tales organizaciones sin ánimo de lucro como Transparencia Internacional, Amnistía Internacional y Golos (Voz), con las que la comunidad civil rusa ya se ha familiarizado. No es ningún secreto que la actividad de estas ONG es financiada por las organizaciones extranjeras.
“No se puede afirmar que los empresarios rusos nunca destinen recursos financieros a las organizaciones de derechos humanos”, dijo a RIA Novosti Alexander Verjovski, director del Centro de Información y Análisis Sova. “Sí que destina, pero muy poco, lo que no es suficiente para que puedan existir. Si dejan de recibir dinero proveniente del extranjero, experimentarán problemas”, agregó.
Según Dmitri Oreshkin, presidente del Grupo Mercator, las autoridades rusas lo saben perfectamente: “Sería extraño si el Gobierno apoyara a la asociación Golos... Para cortarles la financiación es suficiente ofrecerles como única posibilidad buscar dinero en Rusia”, afirma el politólogo.
Los empresarios rusos no quieren afrontar problemas
Según Viacheslav Níkonov, las ONG que se ocupan de política exterior son financiadas en un 65% con el dinero proveniente de los Gobiernos extranjeros. Es evidente que muchos partidarios del desarrollo de la sociedad civil en Rusia preferirían que sus problemas locales se resolvieran mediante el financiamiento interno.
Pero según los expertos ahora mismo no existen organizaciones no gubernamentales rusas que luchen contra la corrupción o defiendan los derechos humanos sin recurrir al apoyo financiero proveniente del extranjero y es poco probable que tales ONG aparezcan en un futuro próximo. ¿Por qué los empresarios rusos no están interesados en financiar las organizaciones de derechos humanos, si ya suelen desarrollar la actividad benéfica en el ámbito de educación o salud pública ya desde hace mucho?
Según Dmitri Oreshkin, hay tres factores que impiden que los empresarios rusos financien las ONG. Ante todo, no se siente seguridad de cara al futuro. El apoyo financiero a las ONG implica gastos considerables, pero los empresarios no están seguros de que dispongan de recursos necesarios dentro de un año si la coyuntura actual cambia. Además, parece que todas las organizaciones no gubernamentales prestan atención al lavado de dinero o están vinculadas con círculos criminales. Existe temor ante la corrupción y los empresarios no desean deteriorar las relaciones con los funcionarios.
“Varios empresarios están dispuestos a financiar proyectos concretos sin que se revele el nombre del inversor, afirma el presidente del Grupo Mercator. “Por ejemplo, la lucha de Transparencia Internacional contra la corrupción no les gusta, afecta los intereses de varios funcionarios que tienen una gran influencia. ¿Qué empresario quisiera provocar su disgusto?”, agrega el experto.
Según Alexandr Verjovski, muchas actividades de las ONG no están directamente vinculadas con la política, pero se consideran políticamente sensibles, y los empresarios no quieren arriesgar. Los hombres de negocios en Rusia no están dispuestos a estar en conflicto con las autoridades.
“Los empresarios temen no solo invertir en la defensa de derechos humanos sino en cualquier otra actividad relacionada con la polémica pública en la que puedan encontrarse fuertes oponentes”, explicó Verjovski.
¿Tiene sentido el apoyo de las ONG?
En los círculos empresariales rusos se cree asimismo que la actividad de las ONG es un síntoma de enfermedad de la sociedad desarrollada.
“Las organizaciones no gubernamentales reciben financiación en los países desarrollados donde la mayoría de los ciudadanos ya han solucionado casi todos sus problemas, pero tienen mucho tiempo libre y dinero para invertir. Por eso muchos empiezan a resolver problemas que no existen para experimentar su propia importancia”, dijo a RIA Novosti el director comercial de la empresa Absolut-Soft, Stanislav Fiodorov.
Según él, con estos fines se inventa un tema que esté de moda, orientado al desarrollo de programas sociales, que puede ser financiado por el Gobierno y sector de negocios.
“En nuestro país hay poca gente que disponga de mucho dinero y tiempo libre, por eso la mayoría de los rusos no se apresuran a participar en la actividad de las ONG. Tiene asuntos más importantes que resolver”, destacó el experto.
Este punto de vista explica por qué los empresarios rusos no muestran mucho interés en prestar apoyo financiero a las ONG. Pero según el presidente del grupo de empresas Granjas rusas, Andrei Danilenko, el sector de negocio debe participar en la solución de problemas en el país para contribuir al desarrollo de la sociedad civil.
“La sociedad rusa es activa, inteligente y desarrollada, y los representantes de las ONG deben aprender pedir apoyo. Unos harán donaciones en público, otros preferirán que esto no salga a la luz. Pero tenemos que resolver los problemas de nuestro país nosotros mismos sin contar con la ayuda proveniente del extranjero”, señaló.
http://www.sp.rian.ru/opinion_analysis/20120710/154308724.html