Así fué el ejercicio "Reconquista II"
Son 3 jornadas en la que se emula un contraataque a un enemigo representado por el color rojo. El martes 3 partió la orden y el miércoles 4 se ejecutó la ofensiva. Participaron mil personas y 140 vehículos. El fin es una preparación plena y conjunta de todas las jerarquías del arma.
En menos de 2 segundos un estruendo quebró la calma y una cortina de tierra se levantó a los lejos. Fue a las 10.52 AM del miércoles, cuando el 1er. misil Tow partió desde la misilera ubicada encima de un Hammer del Escuadrón de Exploraciones Nº 1 de Arana. Mil hombres y mujeres de 24 unidades del Ejército Argentino y 140 vehículos, entre blindados, VCTP, tanques, jeeps y camionetas participaron el miércoles de la segunda jornada de operaciones del Ejercicio Reconquista, que se realizó en los inmensos terrenos del Regimiento Caballería Tanques 8 de Magdalena.
Desde un palco, con ropa de fajina y binoculares, el jefe del arma, Roberto Bendini, controlaba y evaluaba todos los movimientos. Fue más de 1 hora y media de acción y ficción, al mejor estilo de las películas de combate, con explosiones ensordecedoras, disparos por doquier, chillidos de handys, órdenes, corridas, humo y helicópteros.
Aunque el enemigo fue individualizado con el color rojo, a través de siluetas y blancos desperdigados por el campo, entre 2 y 3 kilómetros del palco oficial, muchos elementos fueron reales, como las balas. Se utilizó munición de guerra durante todo el ejercicio, el cual consta de tres etapas y lleva ese nombre para recordar los 200 años de la reconquista de la ciudad de Bs As durante las invasiones inglesas.
La primera jornada fue el martes 3 de julio, en Campo de Mayo, cuando la plana mayor planificó e impartió una orden para contraatacar al ficticio enemigo. La misma fue enviada a Magdalena, donde ya acampaban distintos efectivos llegados desde todo el país. Allí se elaboró un plan concreto de acción y se impartió una nueva orden, en consonancia con la primera, la cual fue ejecutada en la maniobra de la víspera.
Desde el mismo camino de acceso al cuartel, detrás de la cárcel de Magdalena, ya se divisaba un escenario de guerra. Vehículos camuflados, carpas individuales y de campaña, y mucho movimiento. El LIPAN, un avión no tripulado que puede volar a 120 kilómetros por hora y es operado desde tierra con un joystick como en los juegos de video, sobrevoló las líneas enemigas, desde donde envió información.
Con esos datos en tierra se ordenó a las 10.50 AM la ofensiva. Así avanzaron los Hammer munidos con lanza misiles y ametralladoras 762 del escuadrón de exploraciones. Fue el primer reconocimiento concreto del enemigo, ya que la apertura del fuego permite saber la distancia y tener una noción de la capacidad de fuego de éste.
El segundo de los Tow dio de lleno en uno de los blancos, que en segundos se transformó en una lluvia de partículas. En medio de la balacera, dos helicópteros UH1H artillados con cohetes Albatros (70 mm) y Pampero (105 mm) llenaron de cráteres el terreno. En la ficción habrían ocasionado diversas bajas, ya que desde sus coheteras de 18 y 12 bocas partieron todas las municiones. Fue uno de los momentos más impactantes del ejercicio, sobre todo porque estos pájaros de acero idénticos a los de Vietnam se acercaron en vuelo táctico, a muy baja altura.
En una nueva fase de la ofensiva, los helicópteros dejaron en posición de combate a una numerosa unidad de asalto de infantería. Coordinadamente, fue avanzando sobre las siluetas que representaban al enemigo. Desde el palco, Bendini podía escuchar a través de un handy todas las órdenes que se impartían en la primera línea de fuego.
El humo verde, que se desparramó en diferentes lugares, fue la señal para que los helicópteros regresaran en busca de los soldados, los cuales, teóricamente, ya habían ocasionado innumerables bajas en el colorado enemigo.
Así se abrió paso para la última etapa del golpe final: once Vehículos de Combate Transporte de Personal (VCTP) del RIMec 7 de La Plata, cargados de soldados y artillados hasta los dientes, irrumpieron en el terreno de batalla y armaron una especie de medialuna para cercar y aniquilar al adversario. Sus cañones de 30 mm no dejaron de escupir fuego, en forma constante, durante unos diez minutos. También explotaron una serie de morteros, los cuales describen una parábola casi perfecta en el aire antes de alcanzar el objetivo.
El golpe de nockaut, como sucedía en las épocas de Belgrano y San Martín con la corajuda caballería, lo dieron 14 TAM (Tanque Argentino Mediano) del Tanques 8 de Magdalena. Su estruendoso avance, en medio de un lodazal, fue aún más impactante cuando se dio la orden de apertura de fuego y comenzaron los estallidos desde los cañones de 105 mm. Sin exagerar, cada uno de los disparos hizo temblar la tierra.
Cuando todos habían descargado sus bombas (izan una bandera roja para dar la señal) se dio por culminad la práctica. El enemigo ficticio había sido vencido. Como en las películas, ganaron los buenos.
Fuente: Esteban M. Trebucq
*** Me contaron gente del RIMec 7 que el ejercicio realmente estuvo muy bueno, y que se tiró con todo.
Me hubiese encantado estar ahí para dejarles mi opinión y fotos al respecto. No sería bueno que los ejercicios del Ejercito Argentino fuesen abiertos al público? No es "Nuestro Ejercito Argentino"? Hay que ocultar algo? ***
Saludos.