Noticias sobre la Republica Centro Africana

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La operación francesa en la R.Centroafricana será más larga de lo previsto
El ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, justificó el refuerzo de su dispositivo militar en la República Centroafricana y reconoció que la intervención será "más larga de lo previsto", porque el nivel de odio y de violencia en ese país es también superior al que se suponía.

"No se puede decir por adelantado cuándo terminará", admitió Le Drian en una entrevista a la emisora de radio "France Inter", un día después de que el presidente francés, François Hollande, anunciara el envío a la República Centroafricana de 400 militares suplementarios, para llegar hasta 2.000.

El titular francés de Defensa, que estuvo esta semana en la República Centroafricana por tercera vez desde el lanzamiento el 5 de diciembre de la operación internacional "Sangaris" amparada por la ONU, explicó que "será más larga de lo previsto porque el nivel de odio y de violencia es más importante de lo que preveíamos".

"La situación no está todavía estabilizada, pero hay que ver de dónde venimos", ya que antes de la intervención se cometían "crímenes de masa", argumentó, antes de subrayar que el refuerzo del dispositivo pretende "garantizar nuestra presencia" y luchar contra todos los grupos armados.

El objetivo de este incremento de las fuerzas francesas -esencialmente con gendarmes-, que están apoyadas por 6.000 soldados de la misión africana MISCA, es "ir más allá de Bangui" e instaurar la seguridad en el resto del país.

"Ahora lo importante es la seguridad de proximidad", de ahí la necesidad de los gendarmes, señaló Le Drian, que añadió que "tenemos que proteger a la población".

El ministro describió la fase actual como un tránsito "entre una fuerza de intervención militar y una fuerza de proximidad".

El lunes próximo, una delegación de parlamentarios franceses, encabezados por la diputada socialista, la exministra Elisabeth Guigou, viajará a Bangui para entrevistarse con los responsables de la operación militar "Sangaris" y con las autoridades de transición centroafricanas.

EFE
 

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España prepara el envío de 25 guardias civiles a la República Centroafricana
La aportación de militares españoles a la misión de la UE podría llegar hasta el medio centenar
Unos 25 guardias civiles podrían formar parte de una fuerza de la Gendarmería Europea integrada en la misión que la UE enviará a la República Centroafricana (RCA) para tratar de detener el conflicto entre milicias cristianas y musulmana que ha causado ya miles de muertos desde el pasado mes de diciembre, según supo ABC de fuentes solventes. España ya presta, hace más de un mes, apoyo logístico a la fuerza militar desplegada por Francia en la República Centroafricana, con un avión Hércules y su tripulación de 50 militares, que se ocupa del transporte de tropas. Ahora, nuestro país se incorporaría también a la Fuerza Europea para la RCA acordada por los Veintiocho y que cuenta con el aval del Consejo de Seguridad de la ONU.
La fuerza europea contará probablemente con unos 600 militares y varios países, entre los que están Reino Unido y Alemania, han expresado ya su intención de formar parte de la misma. El Gobierno español no ha confirmado aún oficialmente esa participación, pero fuentes militares citadas por Europa Press aseguran que nuestro país enviaría “un máximo de 50 militares, la mayoría de fuerzas de operaciones especiales”.
La mitad del contingente español serían guardias civiles
Según pudo saber este periódico, la mitad de ese contingente español serían guardias civiles, que ejercería misiones de policía civil, desplegándose principalmente en zonas como el aeropuerto de Bangui, la capital centroafricana, en cuyos alrededores se ha establecido un campamento de refugiados en el que unas 100.000 personas viven en condiciones muy precarias. Además, realizarían labores de mantenimiento del orden, una vez que las fuerzas militares lograran desarmar a las milicias. Su objetivo sería ofrecer protección a la población civil y a las organizaciones humanitarias que prestan su ayuda a los afectados por el conflicto.
Previsiblemente, otros cinco oficiales del Ejército español se integrarían en el cuartel general de la misión europea, que se instalará en Larissa (Grecia). A falta de que los países europeos concreten sus aportaciones, lo que podría tener lugar en una Conferencia de generación de fuerzas el próximo 27 de febrero, la misión europea podría comenzar a desplegarse a comienzos de marzo y desde que se encuentre operativa, permanecer seis meses en el país.
Francia desplegó unos 1.600 militares en su antigua colonia, después de que a comienzos de diciembre aumentaran los enfrentamientos entre los integrantes de “Seleka”, musulmanes en el poder, y las milicias “anti-balaka” (anti-machete), pertenecientes a la mayoría cristina de la RCA.
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Los «errores de cálculo» de Hollande en la crisis de República Centroafricana
Francia aprueba prolongar su operativo en el país africano, a pesar de que en noviembre se jactaba de que la misión sería más sencilla que la campaña en Malí.


Pocas veces una clave marcial fue tan desafortunada. A comienzos de diciembre, Francia lanzaba un operativo -«Sangaris»- para contener la violencia religiosa y política que asolaba la República Centroafricana. Solo unos días antes, Gerard Araud, embajador galo ante las Naciones Unidas, se jactaba de que la intervención sería «más sencilla que en Malí», ya que se trataba «de luchar contra delincuentes armados, no una oposición organizada». Por ello, para tan asequible y breve mandato, la cúpula militar decidió denominar al operativo «Sangaris», en honor a una mariposa local (curiosamente, a pesar de su «sencillez», la comunidad internacional ya hablaba entonces de evitar una «nueva Ruanda» en el corazón del continente).
Sin embargo, este martes, el Parlamento de Francia aprobaba prolongar la operación, cuyo mandato expiraba en abril. La mariposa -que ha aumentado su volumen hasta los casi 2.000 soldados- continuará por tanto aleteando sus alas.
«(El operativo) va a tomar más tiempo de lo esperado debido a que el nivel de odio y la violencia es peor de lo que habíamos imaginado», reconocía la pasada semana el ministro de Defensa galo, Jean-Yves Le Drian. «Nadie puede aceptar la partición», añadió.
La experiencia con otros «errores de cálculo» -Ruanda, Somalia o Malí- es un grado.
Trompetas de genocidio
A comienzos de mes, Amnistía Internacional denunciaba que, casi un año después del inicio del conflicto en la República Centroafricana (con numerosas vueltas a la tortilla del crimen), las tropas internacionales continúan sin poder frenar la actual «limpieza étnica» que se lleva a cabo contra los civiles musulmanes, según denuncia Amnistía Internacional.
La organización llamaba, a su vez, a proteger a las comunidades musulmanas de las milicias «anti-balaka» (patrullas urbanas que se han tomado la justicia por su mano), a las que acusó de «violentos ataques».
Entre las principales matanzas, Amnistía Internacional documenta un acción armada cometida el pasado 18 de enero en Bossemptele (oeste del país), donde al menos 100 musulmanes fueron asesinados, principalmente mujeres y ancianos, entre ellos, un imán de 70 años.
El drama no es solo humano. Un reciente estudio llevado a cabo por Oxfam y Acción Contra el Hambre denunciaba que la actual crisis amenaza con colapsar el sistema económico del país, tras el éxodo llevado a cabo por la población musulmana.
Hace tan solo unos días, el misionero italiano Aurelio Gazzera, quien ha salvado centenares de vidas en la ciudad de Bozoum, al noroeste, ya advertía a ABC que el aspecto económico de la crisis no debía ser subestimado: «Casi todos los comerciantes eran musulmanes y, ahora, con su partida, hay dificultades para encontrar géneros importados (aceite, sal, azúcar...), cuyos precios aumentan rápidamente. Y a cambio, los productos vendidos por la población local (yuca, maní...) pierden valor y el precio cae de forma rápida. Entonces habrá poca disponibilidad de dinero, con todas las consecuencias», aseguraba a este diario.
Futuro poco esperanzador
Las consecuencias comienzan a ser atroces. A un solo unos días del inicio de la época de cosecha, el 96% de los agricultores no tiene semillas para plantar, mientras que el 90% de la población sobrevive con tan solo una comida al día.
El pasado marzo, un golpe de Estado del grupo insurgente Seleka (compuesto, en su mayoría, por mercenarios musulmanes de Sudán y Chad) provocaba la salida del país del presidente François Bozizé y abriera una crisis política en el país africano. Sin embargo, huidos los soldados de fortuna, son ahora las milicias anti-balaka (patrullas urbanas que se han tomado la justicia por su mano), quienes han dado la vuelta a la tortilla del crimen clamando venganza contra todo lo que es musulmán.
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Guerra a las milicias centroafricanas
La misión africana en República Centroafricana declara a la guerrilla cristiana "enemiga"



Un miliciano cristiano con un machete entre los dientes, en Bangui. / FRED DUFOUR (AFP)
Utilizan, en muchas ocasiones, eso que en el lenguaje de batalla se llama "hit and run", golpea y a correr. Y eso hace difícil darles caza, más si cabe en los centros urbanos. Además, dice en una conversación reciente Eloi Yao, portavoz de la misión africana en República Centroafricana (MISCA), muchos milicianos "usan escudos humanos, sobre todo, niños y gente vulnerable". Los antibalaka (antimachete), grupos cristianos de autodefensa nacidos en los noventa, se han convertido en el enemigo número uno de la contienda. La muerte el pasado lunes de un soldado congoleño en Boali, a unos 90 kilómetros de Bangui, capital del país, ha colmado la paciencia de la MISCA, que ha declarado "enemigos" a los antibalaka, a los que culpa del ataque, y ha prometido combatirlos. Sus 6.000 militares no hacen prever que la victoria llegue mañana. "Sería ideal", admite Yao, otrora vocero de la misión africana en Somalia, "contar con más tropas".
"A partir de ahora consideramos a los antibalaka enemigos de la MISCA", informó el pasado miércoles el general jefe de la misión, el congoleño Jean Marie Michel Mokoko, "y les trataremos en consecuencia". La declaración de guerra tiene su miga a tenor de que este grupo de autodefensa, formado por cristianos, lleva semanas sembrando el terror entre los focos de población musulmana del país. El porqué tiene un nombre y un apellido: venganza interreligiosa.
El terror, ahora, corre a cargo de la milicia cristiana, que junto a hombres con uniforme del Ejército ha empujado a golpe de cuchillo y AK-47 a miles de musulmanes de la franja occidental (la cifra de refugiados asciende a 312.000), pero que también siembra el pánico en Bangui, donde una nueva vuelta de tuerca de la violencia ha causado más de 30 muertos desde el pasado 22 de marzo. El campo de desplazados del barrio PK12, al norte del aeropuerto de la capital, es buen ejemplo de que las fuerzas no son suficientes. Según relata la ONG Human Rights Watch (HRW), pese a que tropas francesas y congoleñas estás apostadas a un kilómetro del campo, no son capaces de prevenir los ataques de los antibalaka.
"La amenaza es constante", ha relatado un líder musulmán a HRW desde PK12, "estamos rodeados por los antibalaka y solo tenemos arcos y flechas para defendernos". Según este ciudadano, desde enero han huido del lugar más de 7.000 personas en camiones con destino Chad. Pero la situación ha empeorado y los desplazamientos han tenido que frenarse. Aún quedan 2.400 personas refugiadas en el campo (el número de desplazados internos en el país ronda los 625.000).
Muchos de estos ciudadanos agazapados provienen precisamente de Chad, vecino del norte, por lo que son tropas de este país las encargadas de entrar y sacarlos. Este domingo, soldados chadianos, con la misión de escoltar a un grupo de musulmanes fuera de Bangui, abrieron fuego a su paso por PK12 y causaron la muerte de una decena de civiles, según informaron fuentes gubernamentales citadas por la agencia Reuters. Se desconoce el motivo del ataque.
"La misión [MISCA] necesita apoyo logístico y otro tipo de capacidades", reconoce Eloi Yao. "El país es pequeño en población, pero la tierra es muy vasta, así que hay que adecuar el nivel de fuerza de las tropas para cubrir todo el país". Y eso ahora, con 6.000 africanos y 2.000 franceses, no es posible. Para reforzar el contingente extranjero en el país, la cumbre Unión Europea-África programada para los días 2 y 3 de abril prevé reservar un hueco al conflicto centroafricano, con presencia de la actual presidenta del país y exalcaldesa de Bangui, Catherine Samba-Panza.
Bruselas se ha comprometido a enviar 400 soldados a la zona, pero aún tiene que fijar la estructura logística de apoyo
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República Centroafricana se despedaza

Miles de musulmanes resisten en Bangui el cerco de la milicia cristiana

Gemma Parellada Bangui 26 ABR 2014 - 21:28 CET26


Un grupo de soldados franceses escolta a un convoy que saca a musulmanes que huyen de la violencia en Bangui. / reuters

“Con cuchillos, granadas y fusiles. Así nos están matando”. El viejo Yaya Ndiako dibuja cada método con un explícito movimiento. El machete. La granada. El fusil. Pero, sentado entre sus únicas y recicladas posesiones, está hoy de buen humor. Espera poder salir pronto del cerco mortal en el que ha vivido los últimos cuatro meses. El peligroso reducto musulmán de PK12, en Bangui —la capital de República Centroafricana— es un trozo de carretera de apenas 500 metros y dos líneas de casas a ambos lados, en el que quedaron atrapados unos 1.300 musulmanes al empezar los combates. Detrás quedan sus hogares quemados, una infranqueable y siniestra tierra de nadie y los enemigos: los milicianos antibalaka, que les tienen rodeados. “Si sales, los antibalaka te matan”.

El conflicto en el país enfrenta a dos desorganizadas milicias: los antiguos Séleka, una coalición de grupos armados de mayoría musulmana, y a los antibalaka que, de mayoría cristiana, se levantaron en armas después que los Séleka tomaran el país. Los antibalaka han emprendido su venganza contra la minoritaria comunidad musulmana. “Los jóvenes antibalaka han sufrido, muchos han visto cómo mataban a sus padres y sus hermanos, están solos y furiosos. Y son ellos los que liberaron el país de las exacciones de los Séleka”.

Edouard Ngaissona, custodiado en un barrio popular por jóvenes, cuchillos y Kaláshnikovs, se proclama el coordinador de los antibalaka, aunque sobre el terreno cada parcela tiene su líder y algunos no saben ni que existe un coordinador. Fue un movimiento popular de autodefensa que surgió durante la rebelión de los Séleka, en el que ahora se mezclan jóvenes que buscan venganza, otros que intentan sobrevivir y criminales comunes. En diciembre “cuando los antibalaka entraron en Bangui para liberarla, vinieron a pie, y lo hicieron con machetes y palos”, cuenta un ciudadano. “En realidad ambos grupos son lo mismo, sin líder, sin objetivo y cometen ejecuciones sumarias”, dice un periodista local.

Grupos antibalaka se levantaron tras la toma del poder por los Séleka

El mercado, el arroz, los trajines de madera… el bullicio del resto del barrio queda a cinco minutos a pie. Pero para los musulmanes es inalcanzable. “Algunos cristianos nos traen algo de comer, pero nosotros no podemos ni enterrar dignamente a los que han asesinado”. Yaya se levanta ágil y sale de la necesaria sombra del enorme mango que le escudaba del sol. Salta de una sombra a otra en el reducido espacio de su cárcel al aire libre. “Aquí mismo hemos tenido que cavar las tumbas, así de cualquier manera”, dice y se pasea entre ellas en una pequeña parcela de tierra rojiza, que si no fuera porque está removida, difícil sería imaginar que es el nuevo e improvisado cementerio. A Yaya le han matado a dos hijos y ha perdido todos sus bienes. “Estos fardos”, los que tiene listos para el deseado viaje de huida, “son de cosas que he acumulado en las últimas semanas, de las basuras”.

Un coche troceado, sin ruedas ni motor, y un carro de combate marcan la frontera de la tierra de nadie que separa al reducto musulmán de los agresores y del resto de la población no musulmana. Dentro y fuera del tanque, en posición de guerra, los soldados congoleses de la misión de paz de la Unión Africana (MISCA) —mucho mejor equipados que los militares congoleños que minan el este de su propio país— intentan proteger a los musulmanes de las infiltraciones. Los antibalaka han lanzado granadas, además de dispararles. Otro tanque, con bandera francesa, se posiciona unos metros más arriba, donde arranca ya el bullicio y el mercado.

A Moussa Dibo, otro anciano, un enfermero le supervisa las heridas de bala. Cuatro tiros le alcanzaron, pero sobrevivió. Médicos sin Fronteras ha instalado una clínica en el enclave, que no solo atiende a las víctimas de la violencia, si no también a los enfermos de malaria —endémica en la región— y otras dolencias.

“No podemos ni enterrar dignamente a los asesinados”, dice el viejo Yaya

La actividad estas últimas horas es frenética. Entre plegarias y rezos —la mezquita es el centro del reducto— los hombres embalan, enroscan trozos de uralita y tratan de empaquetar todo lo que pueden. Esperan ansiosos por recuperar su libertad de movimiento y escapar. Las organizaciones humanitarias han preparado la evacuación y soldados congoleños de la misión africana desplegada en el país escoltarán, por tierra y aire, a este millar de refugiados hacia el norte, donde se podrán unir a otras comunidades musulmanas.

El dilema está servido. Sacar a “los últimos musulmanes de Bangui”, como les llaman —aunque quedan algunos miles en el barrio de PK5— significa para algunas autoridades contribuir a la división del país. Pero para los trabajadores humanitarios es una cuestión de vida o muerte para las personas atrapadas. Y también lo es para recuperar una arteria fundamental para el comercio. El reducto del PK12 se encuentra en uno de los principales accesos de la capital. El camino se presenta complicado: dos días de camión por una ruta plagada de controles antibalaka. El centenar evacuado la semana pasada tuvo suerte. Recibieron solo pedradas.

Se calcula que un 20% de los 4,5 millones de habitantes se ha tenido que desplazar y los trazos de los linchamientos son cada vez más claros. La brecha se ahonda cada día, ante la inutilidad de la misma comunidad internacional que hace apenas tres semanas entonaba en Ruanda el “nunca más”, en las conmemoraciones del 20 aniversario del genocidio.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/04/26/actualidad/1398538115_010959.html
 

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Asesinada una fotoperiodista francesa en la República Centroafricana
Tropas francesas han encontrado el cuerpo de Lepage en el marco de la «Operación Sangaris», vigente desde septiembre de 2013.

Camille Lepage, fotoperiodista francesa, ha sido asesinada en la República Centroafricana, según ha informado este martes la oficina del presidente de Francia, François Hollande. «El cuerpo de Camille Lepage ha sido encontrado después de registrar la zona por tropas de la Operación Sangaris —operación militar francesa que ha sido instaurada en la República Centroafricana desde septiembre de 2013— que pararon un coche conducido por grupos anti-balaka (milicias cristianas), en la región de Bouar».
El comunicado también dice que se hará todo lo posible para descubrir todas las razones y circunstancias del asesinato de la fotoperiodista freelance. El presidente François Hollande solicitó hoy el envío «inmediato» al lugar de los hechos de un equipo francés y de policías de la fuerza africana desplegada en ese país.
Hollande aseguró que se van a dedicar «todos los medios» para esclarecer lo sucedido «y encontrar a los asesinos» de la reportera freelance. Lepage, de 26 años, se dedicó a la fotografía después de haber estudiado periodismo y, según explicaba en su página web, en julio de 2012 se mudó a Sudán del Sur, «para explorar su pasión y el último nuevo país del mundo». Su principal interés es la población marginada y la mayor parte del tiempo abandonada por su gobierno, recuerda esa página, que recoge alguno de sus últimos trabajos.
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Centroafricana (y III): misión, evitar otro genocidio en África


Os dejo por aquí la crónica que escribí el pasado lunes en la edición de papel sobre nuestra visita de aproximadamente una hora y media al aeropuerto de Bangui, donde se encontraban los militares españoles en la misión europea Eufor RCA. El objetivo: evitar otro genocidio en África.
Nada más aterrizar, desde la azotea del aeropuerto internacional M’poko de Bangui, con un detallado mapa de la ciudad y a escasos 500 metros de un improvisado campo de refugiados, la primera lección nos la ofrece el comandante Esteban: «La situación es impredecible y cambiante. Ese campo que ven al lado alberga a 44.000 personas que vienen a pernoctar aquí. La mayoría proceden del centro de la capital, creen que aquí tendrán mayor seguridad. En toda República Centroafricana hay 155.000 desplazados en 44 campos».
El lugar al que se refiere es una suerte de concatenación de chabolas, en medio de un lodazal, donde a la endémica amenaza de la malaria, los treinta y largos grados centígrados y los habituales 70-80 por ciento de humedad hay que sumar el pavor con el que vive la población centroafricana desde marzo de 2013 cuando se iniciaron los enfrentamientos entre los grupos «Selekas» -de origen musulmán, minoritario en el país pero con mayor estatus socioeconómico- y las milicias cristianas de autodefensa «anti balakas». Primero atacaron los unos; luego, con machetes, se vengaron los otros.

Imagen que observamos al aterrizar en el aeropuerto de Bangui: campos de refugiados cuasi a pie de pista / ESTEBAN VILLAREJO
Estamos en Bangui, escenario de la nueva misión militar de la UE (Eufor RCA), en la cual España participa con 94 efectivos: 50 del GOE «Maderal Oleaga» XIX del Mando de Operaciones Especiales, 25 del Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil (fuerza de élite benemérita) y el resto destinado en los cuarteles de una misión europea cuya capacidad operativa final fue declarada ayer por el general francés Phillipe Pontiès.
Precisamente para transmitir todo su apoyo a las tropas españolas -y primordialmente el «abrazo y recuerdo especial de Su Majestad el Rey»-, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, se trasladó el domingo hasta la capital centroafricana donde comprobó de primera mano la frágil situación por la que atraviesa un país «fallido», que corre el riesgo de sumirse en un genocidio interétnico que nos retrotrae a las guerras africanas de los años 90. Una guerra que tendría dimensiones desestabilizadoras y desplazamientos de población hasta en seis países africanos.

El comandante Esteban nos hace un punto de situación desde la azotea del aeropuerto / E. VILLAREJO
Tras llegar al campamento provisional el 29 de mayo, los militares españoles han comenzado ya a realizar sus primeras misiones en los alrededores del aeropuerto. Por primera vez, España lidera el mando de operaciones especiales en una misión internacional y eso conlleva ciertas misiones «quirúrgicas» que nos expone el comandante Nacarino: ejecutar misiones de acción directa, proporcionar información de inteligencia, asistencia militar, escolta de personal VIP, recuperación de personal, rescate de rehenes, desarme de las partes implicadas en el conflicto si se nos encomendase y unidad de acción rápida en el área de responsabilidad. A partir del 15 de septiembre podrían comenzar a adiestrar tropas africanas.
El objetivo es contribuir a crear un entorno de seguridad en Bangui para transferir en el plazo de seis meses dicha responsabilidad a una misión africana de la ONU. Eufor RCA cuenta por el momento con unos 600 efectivos (la estimación inicial era de 800 deseables), un mandato inicial de medio año y un coste de 25,9 millones de euros a repartir entre los países partícipes, con Francia a la cabeza, país que además cuenta con su propia misión «Sangaris» extendida por todo el país con 2.000 efectivos adicionales.

Morenés visita el contingente. En la imagen un vehículo Lince; al ministro le acompañan el embajador en Camerún, Chad y Rep. Centroafricana, Marcelino Cabanas, y el coronel jefe del contingente, Juan José Martín / MDE
Las tropas españolas ya han comenzado sus primeras misiones en los distritos 3º y 5º, los principales focos de conflicto entre «Selekas» y «anti balakas» separados por una «tierra de nadie» donde los enfrentamientos son constantes. «La imparcialidad es clave para nosotros, hemos de ser vistos por ambas comunidades como fuerzas neutras», explica el comandante Nacarino, quien detalla como una de sus primeras acciones ha sido empatizar con las autoridades locales, conocer la situación de primera mano y, por qué no, hacer gala de la «diplomacia del fútbol» asistiendo a un partido entre equipos locales «para crear confianza».
Estamos a 4.588 kilómetros de España y el ministro Morenés -que también visitó ayer el destacamento aéreo de apoyo a la misión francesa «Sangaris» en Libreville (Gabón)- quiso subrayar que «no es sencilla la labor que estamos haciendo en Bangui»; además destacó la importancia que África tiene para las relaciones exteriores y la seguridad de España: «La inestabilidad de África es intolerable para nosotros».
«Os debéis sentir especialmente orgullosos de la relevancia que estáis dando a nuestro país fuera de nuestras fronteras y todo ello con un espíritu envidiable de entrega y positivismo», cerró su discurso el ministro.

Aeropuerto de Bangui / EFE (Alberto Martín)

Foto de familia del ministro con el contingente / E. V.

Logo de la misión Eufor RCA que adquirió su capacidad operativa final el 15 de junio / E. V.

Zona de vida del contingente francés / E. V.

Un mural recuerda la gesta militar de Napoleón en Hohenlinden (cerca de Münich) en 1800. Como vemos, los galos exhiben su Historia Militar en la zona de recreo de la base /E. V.

Avión de transporte militar C-17 Globmaster III de la Royal Air Force en el aeropuerto de Bangui / E. V.

Alrededores de Bangui desde el aire / E. V.
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Bambari, la frontera de la venganza en República Centroafricana
Milicias cristianas persiguen a sus vecinos musulmanes hasta la ciudad donde se atrincheran

Protesta en Bambari contra las tropas francesas. / GORAN TOMASEVIC (REUTERS)

“¿Qué pretenden, que esperemos con los brazos cruzados a que vengan a degollarnos?” La voz incisiva de Zouberou, líder de las juventudes musulmanas de Bambari, resbala entre el ardor de mediodía, a la sombra de la Gran Mezquita. “No vamos a dejarnos asesinar y ser comidos por los [milicianos] antibalaka sin oponer resistencia”. Sentados en el mosaico de alfombras, decenas de hombres asienten con la mirada. Los arcos, los machetes y los fusiles tradicionales están listos.
Los musulmanes de la República Centroafricana se han convertido en parias desde que, en diciembre pasado, el desordenado y fetichista grupo de autodefensa de los antibalaka (antimachete), entró en la capital, Bangui, y “liberó” la ciudad del control de los rebeldes Séléka, instalados en el poder tras apoyar el golpe de Estado de Michel Djotodia, en marzo de 2013. Más allá de defenderse, las desbocadas antibalaka, formadas por cristianos y animistas, decidieron que toda la comunidad musulmana había sido cómplice de los Séléka e iniciaron una atroz cruzada de venganza.
República Centroafricana se despedaza
Los linchamientos, asesinatos, amputaciones y hasta actos de canibalismo han llevado a miles de musulmanes a huir del suroeste del país, la zona donde los antibalaka imponen su ley, y a reunirse en el noroeste, que sigue bajo la batuta militar de los Séléka –ahora rebautizados Fuerzas Republicanas. El fantasma del genocidio ha visitado ya miles hogares, el país está dividido de facto y Bambari, a 300 kilómetros al noreste de Bangui, la incandescente nueva capital de los rebeldes musulmanes, está sitiada por el pánico, al ver cada vez más cerca el tsunami de matanzas.
También en el obispado, las armas blancas infligen seguridad a los desplazados no musulmanes. “Yo jugaba con ellos a fútbol, iba al colegio, pero ahora entiendo que no te puedes fiar de los musulmanes”. El afable y confundido Lionel, con sus 17 años y camisa impoluta, sale cada noche a patrullar con su colega “Sin piedad” y otros adolescentes en el recién creado grupo de autodefensa. Cómo él, miles de personas han llegado a las inmediaciones de la catedral buscando refugio. “Es solo Dios quien nos protege”, suspira la hermana María mirando al cielo. Dios y la cuadrilla de Lionel. “Estamos solos, ni las tropas internacionales ni nadie nos va salvar, tenemos que sumir, pues, nuestra responsabilidad. No podemos dejar a nuestros padres y hermanas a merced de los ataques”, se resigna Lionel, empuñando un palo de madera.
Las milicias enemigas están cada vez más cerca y los civiles se preparan para luchar. Los amigos de Lionel serán quizás, pronto, antibalakas. Aunque la población musulmana es minoritaria, la ciudad está bajo control de las Fuerzas Republicanas. Por eso y porque la cohabitación entre ambas comunidades era ejemplar hasta hace apenas unas semanas, centenares de musulmanes se instalaron en Bambari. Los Séléka eran una coalición armada de mayoría musulmana, nacida como reacción al abandono de las regiones del norte. Se les sumaron bandidos, mercenarios y oportunistas por el camino. Y se empacharon de poder -dejando su propio rastro de ejecuciones sumarias. La inclinación religiosa, no obstante, ha acabado trazando los bandos de la guerra.
Al zarpar el mes de mayo, con las primeras lluvias rociando la rural y agradable ciudad, los comerciantes con túnicas islámicas y los vecinos ajenos a Alá aún charlaban y paseaban sin distancia en las callejuelas arenosas de Bambari. Y se abrían las puertas de sendos hogares sin rencor. Pero el divorcio se selló súbitamente. Fue un jueves a mitad de mayo. Eran las ocho de la mañana y sucedió con las primeras detonaciones. Las balas, las explosiones quebraron, de repente, la confianza entre comunidades.
los soldados galos de la Operación Sangaris, los 1.600 militares desplegados por Francia -la antigua metrópolis- en apoyo a las fuerza de interposición de la Unión Africana.
En el último reducto musulmán de Bangui, las enormes pintadas en las paredes acompañan las quejas de viva voz. “Operación Sangaris = Operación Turquesa” refiriéndose a la operación militar francesa en Ruanda que ha sido acusada de proteger a los genocidas. “Franceses, ladrones de diamantes”, chilla otro spray.
Los ecos de Ruanda resuenan en cada golpe de machete. Los relatos apuntan a miles de víctimas. Los Lionel, las Thèrese, lucharán o morirán solo por miedo.
16 civiles perdieron la vida, entre ellos, tres empleados locales de MSF.
"Nos pueden atacar por nuestra capacidad logística o por nuestros medicamentos y medios", afirma Revuelta, quien ha coordinado los trabajos de MSF en el país centroafricano durante los últimos dos años. Pide respeto a su trabajo, a la asistencia médica, esencial en una Estado sin capacidad para proveerla. ¿Qué necesitan los centroafricanos? "Agua, saneamiento, sanidad y más protección", admite Revuelta.
Sobre todo en los campos de desplazados, donde la población vive "hacinada", según denuncia la organización de asistencia médica. Según las cifras de la ONU, más de 500.000 centroafricanos han huido de sus casas para buscar cobijo dentro del país. Otras 140.000 han atravesado la frontera hacia Camerún, Congo o Chad.
Se necesita, insiste MSF, que ha lanzado un microsite con información sobre la emergencia, mayor implicación de la comunidad internacional. De acuerdo con sus cálculos, del dinero comprometido, sólo ha llegado un 30%. "La ayuda se ha mostrado insuficiente", afirma la coordinadora de la organización. "Sin ayuda", prosigue, "ningún Gobierno centroafricano tiene capacidad para gobernar".
La futura transición pasa también por recuperar esa convivencia entre musulmanes y cristianos antes aceptada con naturalidad. "Se convivía tranquilamente, pero eso se ha perdido", señala Revuelta. "No es una guerra de religión", continúa, "aunque la composición étnica y religiosa configura ahora las partes".
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Continúa la sangría humana en la República Centroafricana
Organizaciones sobre el terreno denuncian los crímenes masivos cometidos por miembros del grupo insurgente Seleka y las milicias «anti-balaka»

Venganza tras venganza, la sangría humana de República Centroafricana continúa agitándose. Según denuncia la organización Amnistía Internacional en el informe «Central African Republic: Time for accountability», desde diciembre de 2013, en el país africano se han cometido asesinatos masivos de civiles (entre ellos, mujeres y niños), mutilaciones, desmembramiento y quema de cuerpos, así como actos de canibalismo. Otros delitos que se producen de forma continua incluyen la tortura, las desapariciones forzadas, el reclutamiento y utilización de niños, la violación y otras formas de violencia sexual, saqueos, la demolición y la quema de casas, villas y lugares de culto (como mezquitas e iglesias), así como el desplazamiento forzado de las poblaciones.
En marzo de 2013, un golpe de Estado del grupo insurgente Seleka (compuesto, en su mayoría, por mercenarios musulmanes de Sudán y Chad) provocaba la salida del país del presidente François Bozizé y abría una crisis política en el país africano. Sin embargo, huidos los soldados de fortuna a finales del pasado año, son ahora las milicias «anti-balaka», patrullas urbanas que se han tomado la justicia por su mano en el país africano, quienes han dado la vuelta a la tortilla del crimen clamando venganza contra todo lo que es musulmán.
Por ejemplo, en el pico de la crisis, en enero, el número de personas desplazadas internamente en todo el país alcanzó las 935.000. Mientras, solo en la capital, Bangui, alrededor de 500.000 desplazados internos vivían hacinados en 67 lugares.
En este sentido, el documento denuncia la impunidad de estos crímenes. Ahora, cada vez más organizados. En el comienzo de la revuelta, las milicias apenas eran un grupo de bandidos en busca de sangre, sin embargo, desde diciembre, parece bien equipadas.
Y con crecientes aliados. Antiguos miembros de las fuerzas armadas durante el régimen Bozizé aseguran que, incluso, miembros de la propia brigada presidencial se habrían unido en los últimos tiempos a los «anti-balaka».
Aunque más preocupante es cuando el enemigo se encuentra en casa.
Tropas de paz, implicadas
En junio, Human Rights Watch denunciaba que miembros de las tropas de paz de la Unión Africana destinadas en República Centroafricana (MISCA) se encontraban implicados en la desaparición de al menos 11 personas, entre ellas, cuatro mujeres.
El origen de la acusación se remonta al pasado 24 de marzo, cuando un miembro congoleño del MISCA (el destacamento internacional se encuentra compuesto, en su mayoría, por soldados de Gabón, Chad, Congo-Brazzaville y Camerún) falleció en un enfrentamiento con la milicia local «anti-balaka».
Con motivo de la agresión, en la que también resultaron heridos otros cuatro miembros del operativo, veinte soldados detuvieron a más de una decena de personas en la ciudad de Boali, situada a 80 kilómetros de la capital, Bangui. Desde entonces, se desconoce su suerte.
No obstante, éste no es el primer incidente por parte de las fuerzas congoleñas en República Centroafricana. En diciembre pasado, miembros del destacamento destinado en la ciudad de Bossangoa torturaron hasta la muerte a dos líderes «anti-balaka», tras el brutal linchamiento de un compañero el mismo día.
abc.es
 

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República Centroafricana: Gobierno dimite en pleno
La presidenta interina de la República Centroafricana, Catherine Samba-Panza, recibió la renuncia del primer ministro Andre Nzapayeke en el marco de un acuerdo de paz entre facciones rebeldes cristianas y musulmanas.

Los miembros del Gobierno de la República Centroafricana dimitieron en pleno este martes (5.8.2014), cumpliendo parte de un acuerdo de paz sellado el mes pasado por facciones rebeldes cristianas y musulmanas. La presidenta interina del país, Catherine Samba-Panza, informó que había pedido y recibido la renuncia del exbanquero Andre Nzapayeke, quien fue designado como primer ministro en enero de 2014.

Los miembros del Gobierno de la República Centroafricana dimitieron en pleno este martes (5.8.2014), cumpliendo parte de un acuerdo de paz sellado el mes pasado por facciones rebeldes cristianas y musulmanas. La presidenta interina del país, Catherine Samba-Panza, informó que había pedido y recibido la renuncia del exbanquero Andre Nzapayeke, quien fue designado como primer ministro en enero de 2014.

http://www.dw.de/república-centroafricana-gobierno-dimite-en-pleno/a-17833325
 

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Nueve soldados europeos, heridos en la República Centroafricana
Nueve soldados de la misión desplegada por la Unión Europea en la República Centroafricana (EUFOR RCA), resultaron ayer heridos en un ataque con granadas en la capital del país, Bangui, confirmaron a Efe fuentes comunitarias.

Las mismas fuentes dijeron que desconocen si entre los heridos hay españoles y declinaron aportar por el momento más detalles sobre el suceso.

La operación militar EUFOR RCA alcanzó su plena capacidad operativa el pasado 15 de junio y su objetivo es contribuir en el área de Bangui, por un período de hasta seis meses, a los esfuerzos internacionales para garantizar la seguridad en la zona y permitir el acceso de la ayuda humanitaria.

La EUFOR RCA cuenta con 60 efectivos militares españoles y 25 Guardias Civiles, entre ellos 12 riojanos, y colabora con las otras misiones internacionales desplegadas en el país: la de la Unión Africana (MISCA) y la internacional 'Sangaris', amparada por la ONU.

Este ataque se suma al sufrido por el mismo contingente a principios de agosto, donde los 12 guardias civiles de Logroño resultaron ilesos.

http://www.larioja.com/internacional/201408/21/nueve-soldados-europeos-heridos-20140821004430-v.html
 

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Deja violencia 5,186 muertos
Más de 5,000 personas han muerto desde diciembre debido a la violencia sectaria que azota a la República Centroafricana, según una cuenta de The Associated Press, situación que deja entrever que fue muy tardía para miles la llegada de una fuerza de paz de la ONU aprobada hace meses.

La AP determinó que al menos 5,186 personas perdieron la vida debido a la lucha entre musulmanes y cristianos, con base en una cuenta de los cadáveres y las cifras compiladas de sobrevivientes, sacerdotes, imanes y trabajadores de asistencia en más de 50 de las comunidades más afectadas por la violencia.

Esa cantidad rebasa el doble de los al menos 2,000 muertos que Naciones Unidas mencionó en abril, cuando aprobó el envío de la misión. No hay cuenta oficial desde entonces.

Las fuerzas de paz de la ONU se aprestan a asumir el lunes la seguridad que les transferirán las fuerzas africanas y representan la llegada de 2,000 efectivos adicionales al país. La cifra es muy inferior a los 7,000 adicionales autorizados en abril y la llegada del resto está prevista para principios de 2015. Sin embargo, la violencia sólo se ha propagado desde entonces en la República Centroamericana.

http://www.eldiariodecoahuila.com.mx/notas/2014/9/13/deja-violencia-5186-muertos-454845.asp
 

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EEUU reabre su embajada en República Centroafricana tras casi dos años cerrada
El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, anunció hoy la reapertura de la embajada estadounidense en la República Centroafricana tras casi dos años cerrada, y pidió una transición política que lleve a "elecciones libres y justas" después del cese de hostilidades alcanzado a finales de julio.

"Estoy encantado de anunciar que reanudamos nuestras operaciones en la embajada en Bangui", dijo Kerry en un comunicado.

"El pueblo y los líderes de la República Centroafricana han hecho avances para acabar con la violencia y poner a su país en un camino hacia la paz y la estabilidad. Pero todos sabemos que aún queda mucho trabajo por hacer", añadió el titular de Exteriores.

Tras "21 difíciles meses" sin embajada operante en Bangui, Kerry anunció hoy que la misión ya tiene un encargado de negocios, David Brown, y que EE.UU. concederá 28 millones de dólares más en ayuda humanitaria a la República Centroafricana, lo que eleva a 145,7 millones la asistencia que Washington ha concedido este año.

El 28 de diciembre de 2012, Estados Unidos cerró su embajada en Bangui, suspendió sus operaciones en el país e hizo regresar a Washington al embajador y a todo el personal diplomático, debido a preocupaciones por la seguridad de la legación.

La decisión se produjo poco después de que la coalición Séléka, compuesta por cuatro grupos rebeldes, se alzara en armas en el norte del país y asumiera el control de varios territorios, hasta el punto de tomar la capital, Bangui, en marzo de 2013.

A finales de ese año, las milicias cristianas Anti-Balaka se alzaron contra los partidarios de Séléka y contra la población musulmana en general, en represalia por los abusos cometidos por los rebeldes durante los meses que estuvieron en el poder.

No obstante, a finales de julio pasado, Séléka y Anti-Balaka alcanzaron un acuerdo para poner fin a las hostilidades y detener una espiral de violencia que había causado miles de muertos y más de un millón de desplazados.

Kerry llamó hoy a "todas las partes a apoyar completamente" a la misión de paz de la ONU, conocida como MINUSCA, "en la tarea vital que tiene por delante a medida que toma el relevo a la misión de la Unión Africana" que había tratado de estabilizar hasta ahora el país.

"Solo un proceso de transición política democrático, pacífico y completamente inclusivo puede detener el ciclo de violencia en la República Centroafricana", indicó el jefe de la diplomacia estadounidense.

Pidió que ese proceso incluya "las voces de todos los centroafricanos, especialmente los refugiados y las personas internamente desplazadas", y que "acabe con la impunidad y dé a todos los ciudadanos acceso a la justicia mientras hace que los que han cometido abusos rindan cuentas por sus acciones".

"Y esto debe llevar a elecciones libres y justas que den a todos los centroafricanos una voz en el futuro de su país", sostuvo.

"La República Centroafricana y su pueblo están en un punto crucial. Estados Unidos está determinado a ayudar a hacer que este momento de oportunidad sea un éxito", agregó Kerry.

http://www.aguasdigital.com/actualidad/leer.php?idnota=6648714&efenew=1
 

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Violación y sodomía": La ONU detalla el abuso de soldados franceses contra niños africanos


Reuters / Goran Tomasevic
Pacificadores franceses violaron a menores 'sin techo' en la República Centroafricana, según un informe interno de la ONU. El funcionario que lo filtró ya ha sido relevado por la Organización.
Los militares franceses debían proteger a los menores en un centro para las personas internamente desplazadas en el aeropuerto de M'Poko de la capital, Bangui, donde los abusos presuntamente tuvieron lugar entre diciembre del 2013 y junio del 2014.
La Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos ordenó una investigación interna en medio de denuncias sobre delitos sexuales contra menores desplazados por un conflicto.
Un informe basado en entrevistas a niños realizadas entre mayo y junio pasado fue entregado a los funcionarios en Ginebra en verano del 2014.
LEA MÁS: Francia anuncia una operación militar "inmediata" en República Centroafricana
Ante la inacción de la ONU, Anders Kompass, un empleado humanitario sueco de la ONU, entregó el documento a fiscales franceses, que posteriormente fue filtrado a 'The Guardian'.
El mes pasado Kompass fue acusado de violar protocolos de confidencialidad de la ONU y despedido como director de operaciones sobre el terreno y está siendo investigado por la Organización.
Francia empezó la operación Sangaris bajo el amparo de la ONU en diciembre del 2013 para poner fin a la violencia sectaria en el país. Ahora las funciones de paz se están transfiriendo a una misión de la ONU de 8.500 efectivos
http://actualidad.rt.com/actualidad/173419-informe-onu-violaciones-menores-soldados-franceses
 

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La República Centroafricana da el primer paso para acabar con los niños soldado
Los líderes de los grupos armados en República Centroafricana han sembrado este martes un precedente esperanzador: la promesa de que liberarán a todos los niños vinculados a sus tropas. Y no sólo eso, también han dicho que dejarán de reclutar a menores de edad para integrarlos en sus milicias, según ha informado este martes la agencia de Naciones Unidas para para la Infancia (UNICEF), en Bangui, la capital del país.

Es un gran paso para todos los menores que actualmente son obligados a permanecer bajo el yugo de los grupos armados, bien sea como combatientes, obligados a realizar trabajos de mensajero, peón o cocinero, o víctimas de explotación sexual. La utilización de los niños como parte integrante de las milicias, se debe a que son fáciles de presionar y con adiestramiento por parte de los líderes, terminan haciendo su voluntad. Muchos de ellos son apartados directamente de sus familias y amenazados con que les matarán si no hacen lo que se les manda. Otros son engañados hasta el punto en el que no ven más salida para ellos que la pertenencia al grupo, que les reporta un sentimiento de pertenencia e integración manipulados.

UNICEF estima que actualmente hay entre 6.000 y 10.000 menores integrados en grupos armados en República Centroafricana, pero esa cifra es tan sólo una pequeña parte del número total de niños soldado que hay en el continente. Desde la organización, que ya están trabajando con las autoridades locales para que los menores vuelvan con sus familias, consideran que República Centroafricana es "uno de los peores países para ser un niño". "Este es un gran paso adelante en la protección de la infancia en este país", expresó Mohamed Malick Fall al conocer la noticia.

Camino hacia la paz
Bangui vive actualmente un encuentro de reconciliación nacional mediante el cuál se está tratando de devolver la paz y la estabilidad a un país que lleva dos años de guerra silenciada, la cuál ha traído consigo una de las peores crisis humanitarias.

El foro, que se desarrolla entre el 4 y el 11 de mayo, ha servido para reunir a miembros del gobierno y del parlamento, partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil, líderes religiosos y líderes de los grupos armados. Gracias a este escenario, UNICEF y sus aliados han podido llevar a cabo la firma del acuerdo que permite devolver a los menores a sus casas.

Aunque las pautas aún no están esclarecidas, el calendario para la liberación y la vuelta a los hogares de los pequeños se determinará en los próximos días y se hará efectivo lo antes posible. UNICEF ha indicado que será necesario aumentar los fondos para que los pequeños puedan volver a sus hogares de manera segura, y reciban apoyo para poder encauzar de nuevo sus vidas y subsanar los traumas psicológicos con los que vuelven. En 2014, UNICEF y sus aliados aseguraron la liberación de grupos armados de más de 2.800 niños en República Centroafricana, incluyendo 646 niñas. En 2013, fueron liberados 500 niños en todo el país.

http://www.elmundo.es/internacional/2015/05/05/55490ed9268e3e545b8b456e.html
 

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ONU: investigación externa sobre abusos de soldados
El secretario general de las Naciones Unidas ordenó el miércoles una investigación externa acerca de cómo manejó las denuncias de abuso sexual por parte de soldados franceses en la República Centroafricana, por considerar que el organismo mundial debe asegurarse de "no fallar a las víctimas de abuso sexual, especialmente cometido por aquellos que se supone deben protegerlas".

Un año después que la ONU oyó por primera vez versiones de niños varones pequeños a quienes los soldados les daban alimentos o agua a cambio de sodomía o sexo oral, no se han efectuado arrestos. Declaraciones confidenciales de los altos funcionarios de derechos humanos de la ONU revelan que estaban distraídos por cortes presupuestarios y otros problemas y que no procesaron las denuncias durante más de medio año.

"Hay sistemas que fallaron", dijo el vocero del secretario general, Stephane Dujarric, el miércoles.

Una declaración de la ONU afirmó que el secretario general Ban-Ki moon está "profundamente perturbado" por las denuncias y versiones de cómo respondió el enorme aparato de la organización.

El director de la revisión independiente será anunciado en los próximos días. Estudiará las denuncias específicas y las respuestas de la ONU. Dujarric agregó que se hará público un resumen de las conclusiones.

Las autoridades francesas iniciaron el mes pasado una investigación judicial formal sobre las denuncias.

Los investigadores de la ONU oyeron denuncias de abuso sexual por parte de varios niños varones en mayo y junio del 2014 en la República Centroafricana, donde los soldados franceses protegían un campamento de personas desplazadas en la convulsionada capital Bangui.

No está en claro dónde se encuentran ahora los soldados acusados, que integraban una fuerza de mantenimiento de la paz. La ONU parece no poder decir cuándo concluyeron los abusos ni durante cuánto tiempo los investigó.

AP
 

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Cascos azules uruguayos podrían destacarse en la República Centroafricana


Uruguay estudia una petición de Naciones Unidas para integrar una misión de paz en la República Centroafricana, según fuentes de la Cancillería de este país. El Ministerio de Relaciones Exteriores realizó una consulta a las Fuerzas Armadas para evaluar si están en condiciones de cumplir con la nueva misión, que se sumaría a los despliegues en curso en República Democrática del Congo y en Haití, así como a otras tantas misiones con observadores o la presencia uruguaya en Sinaí junto a la MFO.
El Jefe de Comunicación Social del Ejército admitió que la Fuerza está estudiando las posibilidades, tanto desde el punto de vista logístico como de recursos humanos. Podría, de aprobarse, tratarse del envío de un batallón completo, de una compañía o de una compañía reforzada, añadió el vocero. República Centroafricana es un país sin litoral, ubicado en África Central, con una superficie de alrededor de 620.000 kilómetros cuadrados y una población estimada de cuatro millones y medio de habitantes. La capital y ciudad más poblada es Bangui.
La MINUSCA, Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana, reúne, además de decenas de funcionaros civiles, a casi 10.000 uniformados, más de 8.000 militares, 1.500 policías y hasta 45 voluntarios. Los militares provienen de Bangladesh, Benin, Bhután, Bolivia, Brasil, Burkina Faso, Burundi, Camboya, Camerún, Congo, República Checa, Egipto, Estados Unidos de América, Francia, Gabón, Ghana, Guatemala, Indonesia, Jordania, Kenya, Madagascar, Malí, Marruecos, Mauritania, Nepal, Níger, Pakistán, Paraguay, Perú, República de Moldova, República Democrática del Congo, Rwanda, Senegal, Serbia, Sri Lanka, Tailandia, Yemen y Zambia, mientras los miembros policiales son oriundos de Benin Burkana Faso, Burundi, Camerún, Congo, Cote d’Ivoire, Djibouti, Francia, Jordania, Madagascar, Malí, Níger, República Democrática del Congo, Rwanda, Senegal, Túnez y Yemen. La ONU solicitaría, de acuerdo a reciente resolución, centenas de militares más ,así como numerosos policías adicionales, además de mayor componente civil.
La aprobación de esa solicitud se produjo tras solicitar en enero el Secretario General de la ONU el envío de más fuerzas de paz para ayudar a controlar la violencia sin precedentes entre musulmanes y cristianos a las afueras de la capital. La resolución autoriza otros 750 efectivos militares, 280 agentes de policía y 20 funcionarios de prisiones. Sumados al personal que ya se encuentra en el país, la operación total contará con casi 13.000 oficiales.
Al menos 5.000 personas han muerto en la República Centroafricana desde que estallara la violencia sectaria en diciembre de 2012, constituyendo una de las mayores y más graves crisis humanitarias de África. Dentro del país hay más de 440.000 desplazados y otros 450.000 refugiados han huido a países vecinos. En abril , la Misión de la ONU en la República Centroafricana (MINUSCA) informó de dos ataques contra su base en la localidad de Kaga-Bandoro, unos 350 kilómetros al norte de Bangui, la capital del país. la MINUSCA convive en ese mismo escenario con la misión europea EUMAM RCA. (Javier Bonilla)
(defensa.com)
 

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Una nueva ola de violencia deja decenas de muertos en la República Centroafricana

Desde comienzos de 2013 las tropas internacionales se muestran incapaces de frenar los enfrentamientos entre las comunidades musulmana y cristiana

afp
Rebeldes del grupo Seleka apresan a un hombre en Bangui, capital del país
Dos años y medio después del inicio de la crisis, prosigue la espiral de violencia en la República Centroafricana. Al menos 36 personas han fallecido y decenas han resultado heridas en los enfrentamientos comunitarios registrados en la capital del país, Bangui, desde el pasado fin de semana.
Ante el recrudecimiento de las hostilidades, la presidenta centroafricana, Catherine Samba-Panza, quien se encontraba en Nueva York asistiendo a la Asamblea General de las Naciones Unidas, ha anunciado su regreso al país.
La violencia tiene su origen el sábado, después de que la muerte de un taxista desembocara en nuevos disturbios entre las comunidades musulmana y cristiana. De forma paralela, una masiva fuga carcelaria sumía en el caos a la prisión de Ngaraba, con cerca de 600 reos huidos.
Sin embargo, para entender el actual conflicto hay que remontarse a marzo de 2013, cuando un golpe de Estado del grupo insurgente Seleka (compuesto, en su mayoría, por mercenarios musulmanes de Sudán y Chad) provocó la salida del país del presidente François Bozizé y abrió una crisis política en el país africano. Entonces, huidos los soldados de fortuna, fueron las milicias «anti-balaka» (patrullas urbanas que se han tomado la justicia por su mano) quienes dieron la vuelta a la tortilla del crimen clamando venganza contra todo lo que es musulmán.
Ya a comienzos de 2014, Amnistía Internacional denunciaba cómo las tropas internacionales apenas podían frenar la «limpieza étnica» que se llevaba a cabo contra esta población por parte de los «anti-balaka», a las que acusó de «violentos ataques».
Entonces, entre las principales matanzas, AI documentaba un acción armada cometida el 18 de enero 2014 en Bossemptele (oeste del país), donde al menos 100 musulmanes fueron asesinados, principalmente mujeres y ancianos, entre ellos, un imán de 70 años.
Crisis también económica
El drama no fue solo humano. De forma paralela, un estudio llevado a cabo por Oxfam y Acción Contra el Hambre denunciaba que la crisis amenazaba con colapsar el sistema económico del país, tras el éxodo llevado a cabo por la población musulmana.
Por aquellos días, el misionero italiano Aurelio Gazzera, quien había salvado centenares de vidas en la ciudad de Bozoum, al noroeste, ya advertía a ABC que el aspecto económico de la crisis no debía ser subestimado: «Casi todos los comerciantes eran musulmanes y, ahora, con su partida, hay dificultades para encontrar géneros importados (aceite, sal, azúcar...), cuyos precios aumentan rápidamente. Y a cambio, los productos vendidos por la población local (yuca, maní...) pierden valor y el precio cae de forma rápida. Entonces habrá poca disponibilidad de dinero, con todas las consecuencias», aseguraba a este diario.
Ahora, el mayor desafío al que se enfrentan estas pequeñas comunidades musulmanas es la falta de seguridad. Los milicianos «anti-balaka», que violentamente expulsaron a decenas de miles de musulmanes del país el año pasado, continúan manteniendo un peso significativo. De igual modo,las comunidades que permanecen deben, implícita o explícitamente, negociar las condiciones de su existencia con el grupo armado.
Y el costo de la supervivencia para los musulmanes en estas áreas es excelso. En algunos lugares, las milicias «anti-balaka» han convertido forzosamente a los musulmanes al cristianismo, o los han puesto bajo intensa presión para ello.
Los intereses, eso sí, también son cruzados. Según denuncia Amnistía Internacional en un informe hecho público este miércoles, los principales comerciantes del país han comprado diamantes por valor de varios millones de dólares sin investigar adecuadamente si con ello están financiando a grupos armados responsables de ejecuciones sumarias, violaciones sexuales, desapariciones forzadas y saqueos generalizados.
En el informe «Chains of Abuse: The global diamond supply chain and the case of the Central African Republic», se documenta diversos abusos en el sector, tales como trabajo infantil y fraude fiscal. En este sentido, las empresas de diamantes de la República Centroafricana podrían empezar en breve a exportar diamantes acumulados durante el conflicto en curso.
ABC.es
 

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Desconocidos abren fuego sobre civiles en la República Centroafricana: ocho muertos


Un grupo de desconocidos ha abierto fuego en un campo de desplazados situado a 60 kilómetros al sur de la ciudad de Bambari, en la República Centroafricana, y ha matado a ocho personas, informa Reuters.
En el tiroteo, que ha tenido lugar pocos días después de la visita del papa Francisco, también ha resultado herido un miembro de la misión de la ONU.
https://actualidad.rt.com/ultima_hora/193320-republica-centroafricana-tiroteo-muertos
 

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Las misiones de paz de la ONU
Uruguay rechazó enviar tropas de elite a África
Las Naciones Unidas preparan una misión para la República Centroafricana.



El gobierno rechazó un pedido de la ONU para integrar una misión con unidades militares de elite en República Centroaficana, un país de 5,3 millones de habitantes y tres veces el territorio uruguayo golpeado por una guerra civil.

El anuncio lo hizo el subsecretario Jorge Menéndez en la comisión de Defensa del Senado el lunes 21, cuando concurrió a informar sobre el proyecto de ley del Poder Ejecutivo que extiende hasta el 30 de diciembre de 2016 la permanencia del contingente uruguayo en Haití.

Menéndez dijo que hace unos días el gobierno rechazó una invitación de la ONU para integrar una misión en República Centroafricana, porque se pretendía que participara con "cuerpos especiales".

"No nos convocaron a participar en lo que nosotros podemos realizar, que es con fuerzas de infantería o similares, sino que lo hicieron con cuerpos especiales. Uruguay no está en condiciones de participar como cuerpo especial en una misión de paz con 250 funcionarios, porque implicaría desproteger nuestro país, llevar gente que no tenemos o que se nos hace muy difícil formar y tampoco es el mandato que queremos cumplir", explicó.

De todos modos, Menéndez dijo que Uruguay espera participar en República Centroafricana, pero en tareas de protección de civiles, "que es lo que mejor hacemos".

Uruguay tiene hoy tres misiones en el exterior: República Democrática del Congo, 1.200 efectivos; Sinaí, 58; y Haití, 250.

En la República Centroafricana, independizada de Francia en la década de 1960, se vive desde 2012 un conflicto entre la coalición rebelde Seleka y el ejército gubernamental. Muchos de los insurrectos son excombatientes de la guerra civil de 2004 que acusan al presidente François Bozizé de incumplir con los tratados de paz que se firmaron en 2007.

Las fuerzas rebeldes han capturado muchas de las mayores ciudades en las regiones central y oriental del país.

La violencia sigue siendo una constante en Bangui, la capital del país. El 18 de diciembre se votó una nueva Constitución, luego de lo cual, el actual líder Noureddine Adam, antiguo número dos de la coalición rebelde mayoritariamente musulmana Séléka, proclamó un Estado independiente.

La prórroga por un año de la misión en Haití sirvió para que el gobierno y la oposición coincidieran en que Uruguay debe revisar cómo seguirá participando de las misiones de paz.

En el caso de Haití, Uruguay está presente desde junio de 2004, a poco de la caída del gobierno de Jean-Bertrand Aristide cuando se pidió la intervención de la ONU para evitar una guerra civil. La misión en Haití se formó con países sudamericanos, con gran presencia de Brasil.

Uruguay ha ido disminuyendo su participación en Haití, que de un promedio de 1.100 efectivos pasó a los 250 que tiene hoy en ese país. "Si no existen particularidades que determinen otra situación, este será el último año de misión. A veces, esas particularidades tienen que ver con situaciones de orden climático, como sucedió en el año 2010. Creemos que si no hubiera ocurrido el terremoto en aquel entonces, la misión ya hubiera finalizado", dijo Menéndez en la comisión.
Haití está culminando un proceso electoral que preveía para el domingo 27 una segunda vuelta presidencial, pero este balotaje de postergó. El cronograma establecía que el 11 de enero asuma el nuevo Parlamento y el 7 de febrero el presidente electo.

El senador del Partido Nacional Javier García, dijo que hay "una visión extremadamente optimista" por parte de la ONU con respecto a la solidez de la institucionalidad en Haití.

"Quizás, y sin quizás, haya habido algunos avances, pero estamos bastante lejos de tener en Haití un país con una institucionalidad medianamente fortalecida, (…) como para pensar que a fines del año que viene puede haber un retiro" de la misión, dijo García.

"Estamos hablando de un país que teóricamente tiene elecciones el 27 de diciembre y no se sabe si ellas se harán. Está todo dicho", agregó.

García planteó que a partir de ahora se debe "charlar" con el Ministerio de Defensa y la Cancillería acerca de las misiones de paz, en especial ahora que Uruguay integrará el Consejo de Seguridad de la ONU.

El senador frenteamplista José Mujica coincidió con García en sus dudas sobre la estabilidad institucional en Haití.

"Pienso que el Uruguay ha tenido un papel muy decoroso, pero curiosamente no va a tener ningún reconocimiento interno. Nos toca cargar con la más fea; es muy fácil decir que no se intervenga en un país que está deshecho", dijo Mujica en lo que pareció una respuesta a los sectores que no votaron esta semana la prórroga de la misión en Haití.

El subsecretario Menéndez dijo tener las mismas dudas que García y Mujica sobre la estabilidad política en Haití.

"De cualquier manera, desde el Ministerio de Defensa nos parece muy buena cosa coordinar y hablar con los distintos partidos políticos sobre nuestra participación en misiones de paz", agregó recogiendo el planteo de García.
elpais.uy
 
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