Editorial sobre el ministro de defensa israelí en diario Maariv.
La visión de Barak con relación a las amenazas que acechan a la Entidad sionista. / La vision de Barak par rapport aux menaces guettant l’Entité sioniste.
Ehud Barak, ministro de guerra israelí, considera que la demarcación de fronteras bien claras entre Israel y un Estado palestino son muy importantes. No hacerlo será, para él, la amenaza más grande que contempla Israel, más grande que la amenaza iraní u otras.
Un solo Estado, Israel, existiendo entre el mediterráneo y el río Jordán no podrá sostener treinta y seis soluciones, sino solamente dos: Un Estado de doble nacionalidad o un Estado de puro apartheid, advierte.
Benyamin Netanyahu, primer ministro israelí, ve en el proyecto nuclear iraní, la amenaza más grande que acecha a Israel. Sin embargo, Barak, presidente del partido laborista, cree que hay que ver la realidad cara a cara, es una responsabilidad histórica. Hay que dividir la tierra de Israel en dos Estados. Uno para Israel conformado siempre por una mayoría judía. Y al lado, un Estado, a imagen de las esperanzas de los palestinos.
Este asunto representa, para Barak, la amenaza más grande para el sionismo y para el pueblo de Israel. Es el asunto más urgente que hay que resolver.
En un coloquio organizado por el Centro israelí de Management de la universidad Bar-Ilan, Barak expuso su visión de las soluciones a los problemas en los cuales el Estado hebreo hace frente. Se mostró orgulloso de ser miembro de un gobierno que había escogido como solución la hoja de ruta internacional. Él cree que esta hoja no es mala, que ella asegurará a Israel la reunión de todos los grupos de asentamientos de Cisjordania. Ellos serán una parte integrante de cualquier arreglo permanente hacia el futuro. «Es nuestro interés tener una demarcación bien clara entre nosotros y los palestinos dice él. Fronteras que serán una solución: dos países para dos pueblos».
Los medios religiosos extremistas no quieren hacer ninguna concesión sobre la «Tierra de Israel», adelantando pretextos vertidos de la Torah. Barak se dirigió a tal gente diciendo que la soberanía judía conoció altos y bajos, que los rabinos aceptaban la realidad política del terreno como era ella. «Debemos comprender, añadió él, que si hubiera un solo Estado entre Jordania y el mar, que se llamara Israel, no sería un Estado judío, o un Estado democrático, sería un Estado de apartheid». Pero si queremos un Estado del que el pueblo judío esté orgulloso y en el que los jóvenes quieren vivir, debemos empezar a dar este paso doloroso. No es porque no tenemos un lazo con esta tierra o porque no tengamos el derecho a esta tierra, a toda la tierra, sino porque somos realistas. Este paso doloroso (el reparto de la tierra) es obligatorio. Hay millones de palestinos en la región.
Si hubieran puesto sus voces en las urnas, habría un Estado binacional. En el caso contrario, habría un Estado de segregación».
Barak cree que «la paz se realizará sólo cuando nuestros vecinos-enemigos hayan comprendido que no pueden llevarnos hacia una trampa de miel diplomática».
Israel es el país más fuerte de la región, dice él, «pero el tiempo no está de nuestro lado. Debemos tener los ojos abiertos y los pies firmes. El ojo izquierdo debe mirar hacia toda ventana que se abra a la paz, pero será posible sólo cuando la mano esté puesta sobre el arma».
Y en cuanto a Siria, Barak ve en su expediente como «una amenaza y una posibilidad a la vez». «Nosotros somos de lejos los más fuertes. Pero Siria podría molestarnos. Ella posee misiles de largo alcance. Es un país que habla franco. Su presidente expresa frente al mundo su voluntad de llegar a un arreglo. El precio y los aspectos de este arreglo son conocidos, sin embargo, las ventajas para Israel no son muy claras».
Es difícil imaginar cómo terminará el asunto, continúa, «pero será de nuestro interés sacar a Siria del círculo de enemigos. No creo que esto sea posible viendo nuestras artimañas con el asunto palestino».
Y en cuanto al Líbano, Barak dice que en este país, «hay una cantidad enorme de misiles, no es un fenómeno anodino. El Líbano es un país miembro de todas las instituciones de la ONU. Sin embargo, en su interior existe una milicia representada en el gobierno que posee el veto sobre sus decisiones. Hay un partido con un ejército, una política independiente declarada e influida por Irán. Y a pesar de todo el éxito de nuestros servicios de información que intercepta los barcos que portan armamento, el contrabando continúa».
Él añade que la decisión de la ONU 1701 no puso fin a la amenaza del norte, «hay misiles que cubren prácticamente la totalidad del territorio de Israel».
Barak amenaza diciendo que Israel no querría deteriorar la situación en el Líbano. «No obstante, hacemos a su gobierno responsable de esta situación peligrosa y de todo deterioro que se produzca. No acusamos a tal o cual activista de Hezbollah, sino al gobierno libanés. Son sus infraestructuras que sufrirán, y peso mis palabras».
Y en cuanto al asunto iraní, Barak dice que Irán saca provecho de sus negociaciones con los occidentales para ganar tiempo y continuar con su proyecto nuclear. Para Barak, «es importante poner un marco temporal corto y preciso para toda negociación y sanciones. Las sanciones deben ser eficaces». Él llama a no dar ninguna legitimidad al enriquecimiento de uranio, enriquecimiento que podrá llevar a Irán hacia un poderío nuclear militar.
Un ataque militar contra las estructuras nucleares iraníes es siempre posible, repite. «Les decimos a nuestros amigos en el mundo que todas las alternativas son puestas sobre la mesa y aconsejamos a toda persona lógica que no suprima ninguna».
Fuente: Artículo aparecido en el periódico hebreo Maariv.
Traducido por el departamento francés de CPI.
Traducción del francés propia. (Me parece que el que hizo la traducción del hebreo al francés hizo un poco de trampa, mejor dicho, no fue muy exhaustivo. Es mi parecer, tal vez estoy equivocado. Hernán).
La vision de Barak par rapport aux menaces guettant l’Entité sioniste.
Ehud Barak, ministre israélien de la guerre, considère que la démarcation de frontières bien claires entre Israël et un Etat palestinien est très importante. Ne pas le faire sera, pour lui, la plus grande menace qu’envisage Israël, plus grande que la menace iranienne ou d’autres.
Un seul Etat, Israël, existant entre la Méditerranée et le fleuve du Jourdain ne pourra supporter trente-six solutions, mais seulement deux : Un Etat à double nationalité ou un Etat de pur apartheid, avertit-il.
Benyamin Netanyahu, le premier ministre israélien, voit, lui, dans le projet nucléaire iranien la plus grande menace qui guette Israël. Cependant, Barak, le président du parti travailliste, croit qu’il faut voir la réalité en face, c’est une responsabilité historique. Il faut diviser la terre d’Israël en deux Etats. Un pour Israël comportant toujours une majorité juive. Et à côté, un Etat, image des espérances des Palestiniens. Cette affaire représente, pour Barak, la plus grande menace au sionisme et au peuple d’Israël. C’est l’affaire la plus urgente à résoudre.
Dans un colloque organisé par le Centre israélien du management de l’université Bar-Ilan, Barak a exposé sa vision de solutions aux problèmes auxquels l’Etat hébreu fait face. Il s’est montré fier d’être membre d’un gouvernement qui avait choisi comme solution la feuille de route internationale. Il croit que cette feuille n’est pas mauvaise, qu’elle assurera à Israël le ralliement de tous les groupes coloniaux de la Cisjordanie. Ils seront une partie intégrante de tout arrangement permanent dans l’avenir. «Il est de notre intérêt d’avoir une démarcation tout à faire claire entre nous, dit-il, et les Palestiniens. Des frontières qui seront une solution: deux pays pour deux peuples».
Les milieux religieux extrémistes ne veulent faire aucune concession vis-à-vis de la «Terre d’Israël», en avançant des prétextes tirés de la Torah. Barak s’est adressé à de tels gens en disant que la souveraineté juive a connu des hauts et des bas, que les rabbins acceptaient la réalité politique du terrain comme elle était. «Nous devons comprendre, a-t-il ajouté, que s’il y avait un seul Etat entre la Jordanie et la mer, qui s’appellerait Israël, il serait soit un Etat non juif, soit un Etat non démocratique, un Etat d’apartheid».
Mais si nous voulons un Etat dont le peuple juif sera fier et dans lequel les jeunes veulent habiter, nous devons entamer cette démarche douloureuse. Ce n’est pas parce que nous n’avons pas un lien avec cette terre ou parce que nous n’avons le droit à cette terre, toute la terre, mais parce que nous sommes réalistes. Cette douloureuse démarche (le partage de la terre) est obligatoire. Il y a des millions de Palestiniens dans la région. S’ils avaient mis leurs voix dans les urnes, il y aurait eu un Etat à double nation. Dans le cas contraire, il y aurait un Etat de ségrégation».
Barak croit que «la paix ne se réalisera que lorsque nos voisins-ennemis auront compris qu’ils ne peuvent nous tirer vers un piège de miel diplomatique».
"Israël" est le pays le plus fort dans la région, dit-il, «mais le temps n’est pas en notre faveur. Nous devons avoir des yeux ouverts et des pieds solides. L’œil gauche doit virer sur toute fenêtre s’ouvrant sur la paix, mais cela ne sera possible que lorsque la main sera posée sur l’arme».
Et pour ce qui est de la Syrie, Barak voit dans son dossier comme «à la fois une menace et une chance». «Nous sommes de loin les plus forts. Mais la Syrie pourrait nous déranger. Elle possède des missiles de longue portée. C’est un pays qui parle franc. Son président exprime face au monde sa volonté d’arriver à un arrangement. Le prix et les aspects de cet arrangement sont connus, cependant, les profits pour Israël ne sont pas bien clairs».
Il est difficile d’imaginer comment se terminera l’affaire, continue-t-il, «mais ce sera de notre intérêt de faire sortir la Syrie du cycle des ennemis. Je ne suis pas bien sûr que cela soit possible vue nos agissements avec le dossier palestinien».
Et en ce qui concerne le Liban, Barak dit que dans ce pays, «il y a une énorme quantité de missiles, ce n’est pas un phénomène anodin. Le Liban est un pays membre de toutes les institutions de l’ONU. Cependant, en son intérieur existe une milice représentée au gouvernement qui possède le veto sur ses décisions. Il y a un parti avec une armée, une politique indépendante déclarée et influencée par l’Iran. Et en dépit de tout le succès de nos services de renseignements à intercepter les bateaux porteurs d’armes, la contrebande d’arme continue».
Il ajoute que la décision de l’ONU 1701 n’a pas mis fin à la menace du nord, «il y a des missiles qui couvrent pratiquement toute Israël».
Barak menace en disant qu’"Israël" ne voudrait pas détériorer la situation au Liban. «Toutefois, nous rendons son gouvernement responsable de cette situation dangereuse et de toute détérioration qui se produira. Nous n’accusons pas tel activiste ou un autre du Hezbollah, mais le gouvernement libanais. Ce sont ses infrastructures qui seront visées, et je pèse mes mots ».
Et pour ce qui est du dossier iranien, Barak dit que l’Iran profite de ses négociations avec les Occidentaux pour gagner du temps et continuer son avancée dans son projet nucléaire. Pour Barak, «il est important de mettre un cadre temporel court et précis pour toutes négociations et sanctions. Les sanctions doivent être efficaces».
Il appelle à ne donner aucune légitimité à l’enrichissement d’uranium, enrichissement qui pourra mener l’Iran vers un pouvoir nucléaire militaire.
Une attaque militaire contre les structures nucléaires iraniennes reste toujours possible, répète-t-il. «Nous disons à nos amis dans le monde que toutes les alternatives sont mises sur la table et nous conseillons toute personne logique à n’en supprimer aucune».
Article paru dans le journal hébreu Maariv.
Traduit par le département français du CPI.