Rusia, a un paso de irritar a la OTAN
Georgia es una de las ex repúblicas soviéticas, devenida en país independiente tras la disolución de la URSS. Su patrono es San Jorge porque históricamente fue un estado cristiano en constante conflicto con los países musulmanes del Asia Central, que después formaron parte primero del imperio ruso y después de la URSS.
Por Rosendo Fraga | 10.08.2008 | 01:46
Georgia es una de las ex repúblicas soviéticas, devenida en país independiente tras la disolución de la URSS. Su patrono es San Jorge porque históricamente fue un estado cristiano en constante conflicto con los países musulmanes del Asia Central, que después formaron parte primero del imperio ruso y después de la URSS.
Se autodefine como occidental y su relación con la Rusia de Vladimir Putin ha sido difícil. Como dato interesante, Stalin era georgiano y ello permitió al país tener ciertas ventajas durante los peores años del régimen comunista.
Una región de ese país, llamada Osetia del Sur, históricamente ha tenido más afinidad con los rusos porque su población se autodefine de este origen.
En la medida en que el gobierno georgiano fue aumentando sus dificultades con el gobierno de Putin y ahora con su sucesor Medvedev (aunque el primero sigue ejerciendo el poder como primer ministro), en Osetia del Sur fue ido creciendo un movimiento de corte secesionista, que aboga para que esta región georgiana pase a ser parte de Rusia, uniéndose a Osetia del Norte, región fronteriza que ya forma parte de la Federación Rusa.
Se desarrolla así en Georgia, un conflicto similar al que tiene lugar en Ucrania y las repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania), donde los gobiernos, por lo general pro occidentales, enfrentan oposiciones internas pro rusas.
Pero además, Georgia tiene un rol importante puesto que por ella se realiza el transporte de los recursos energéticos del Cáucaso, cuyo control generó las batallas más duras entre rusos y alemanes en la Segunda Guerra Mundial.
Este es el marco del conflicto georgiano, con la particularidad de que en lugar de ser el sector pro ruso una fuerza o coalición política opositora, conforma toda una región que pareciera encaminarse a la secesión.
Para Rusia, es un conflicto complejo. Por un lado, tiene un lógico interés por sustituir a un gobierno pro occidental por un pro ruso en una ex república de la URSS que está sobre su frontera. Pero por otro, alentar una secesión puede tener un cierto efecto dominó sobre determinadas regiones de la Federación Rusa que, como Chechenia, pretenden el separatismo. Rusia tuvo las manos libres para actuar en Chechenia pero sólo porque el separatismo musulmán era aliado de los fundamentalistas que con acciones terroristas amenazan al mundo occidental.
*Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.