A veces es difícil y complicado comprender las distintas movidas de cada país frente a un conflicto, y esto es lo que está sucediendo con un trío que se las trae: Rusia, Israel e Irán.
El Martes de la semana pasada, desde el cosmódromo de Svobondny, un cohete ruso puso en órbita el satélite espía israelí Eros B destinado a monitorear el programa nuclear de Irán. El satélite se desplegó en órbita a 20 minutos del despegue y 48 horas después desplegó sus panales solares para alimentar las cámaras de última generación capaces de proporcionar imágenes en 3D de objetos de sólo 70 centímetros de tamaño. El satélite fue construídos por IAI y es operado por fuerzas israelíes.
Simultáneamente a ésta especial cooperación con Israel, algunos directivos rusos mencionaban que no estaban dispuestos a aceptar las presiones de EEUU y Gran Bretaña sobre la inminente venta a Irán de 29 lanzadores móviles de misiles TOR M1 valuados en 700 millones de dólares. Rusia ha reconocido ante Naciones Unidas que ha proporcionado a Irán componentes vitales para su programa nuclear
Para completar éste especial escenario, el Lunes pasado, el diario Jerusalem Post informaba que las fuerzas israelíes pasaron al primer nivel de alerta de una serie de tres, en tanto las dos baterías de misiles anti-misil Arrow se encuentran en alerta 2, siendo la más alta el nivel 3. Una de las baterías situadas en la base aérea de Palmahim es la encargada de proteger Tel Aviv y la zona central del país y cuenta un back-up de un número indeterminado de baterías Patriot PAC-3.
A todo esto el próximo Sábado 29 de Abril, vence el plazo dado por Naciones Unidas a Irán para que ceses su programa de enriquecimiento de uranio. Ayer el encargado del programa nuclear iraní, Gholam Reza Aghazadeh aparentemente habría aceptado un último diálogo con la Agencia Internacional de Energía Atómica, pero el presidente iraní fue muy claro al sostener que su país no detendrá el programa nuclear que está dirigido a fines pacíficos.
Se vienen horas decisivas, y aunque muchos confían en que la ONU impondrá sanciones económicas, nadie descarta una operación militar en una zona muy compleja: tanto en Irak como en Afganistán todo está empantanado y hay indicios que EEUU está reduciendo su presencia en éste último país, ya que en las últimas semanas se notificó a las tropas inglesas que debían permanecer más tiempo al momento que los F-16 y Apache holandeses están arribando a Afganistán en éstos momentos.
Esta es una clara señal que EEUU algo está preparando, Israel ya puso sus fuerzas en alerta, de Europa –a excepción de Inglaterra- poco se sabe y Rusia juega a dos puntas y hace sus negocios tanto con Israel como con Irán. Todo muy loco.
El Martes de la semana pasada, desde el cosmódromo de Svobondny, un cohete ruso puso en órbita el satélite espía israelí Eros B destinado a monitorear el programa nuclear de Irán. El satélite se desplegó en órbita a 20 minutos del despegue y 48 horas después desplegó sus panales solares para alimentar las cámaras de última generación capaces de proporcionar imágenes en 3D de objetos de sólo 70 centímetros de tamaño. El satélite fue construídos por IAI y es operado por fuerzas israelíes.
Simultáneamente a ésta especial cooperación con Israel, algunos directivos rusos mencionaban que no estaban dispuestos a aceptar las presiones de EEUU y Gran Bretaña sobre la inminente venta a Irán de 29 lanzadores móviles de misiles TOR M1 valuados en 700 millones de dólares. Rusia ha reconocido ante Naciones Unidas que ha proporcionado a Irán componentes vitales para su programa nuclear
Para completar éste especial escenario, el Lunes pasado, el diario Jerusalem Post informaba que las fuerzas israelíes pasaron al primer nivel de alerta de una serie de tres, en tanto las dos baterías de misiles anti-misil Arrow se encuentran en alerta 2, siendo la más alta el nivel 3. Una de las baterías situadas en la base aérea de Palmahim es la encargada de proteger Tel Aviv y la zona central del país y cuenta un back-up de un número indeterminado de baterías Patriot PAC-3.
A todo esto el próximo Sábado 29 de Abril, vence el plazo dado por Naciones Unidas a Irán para que ceses su programa de enriquecimiento de uranio. Ayer el encargado del programa nuclear iraní, Gholam Reza Aghazadeh aparentemente habría aceptado un último diálogo con la Agencia Internacional de Energía Atómica, pero el presidente iraní fue muy claro al sostener que su país no detendrá el programa nuclear que está dirigido a fines pacíficos.
Se vienen horas decisivas, y aunque muchos confían en que la ONU impondrá sanciones económicas, nadie descarta una operación militar en una zona muy compleja: tanto en Irak como en Afganistán todo está empantanado y hay indicios que EEUU está reduciendo su presencia en éste último país, ya que en las últimas semanas se notificó a las tropas inglesas que debían permanecer más tiempo al momento que los F-16 y Apache holandeses están arribando a Afganistán en éstos momentos.
Esta es una clara señal que EEUU algo está preparando, Israel ya puso sus fuerzas en alerta, de Europa –a excepción de Inglaterra- poco se sabe y Rusia juega a dos puntas y hace sus negocios tanto con Israel como con Irán. Todo muy loco.