Submarinos extranjeros en costas Argentinas

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Si..llegó con torpedos, el tema es que faltaban un par supuestamente creo, por eso se los acusó de ser culpables del hundimiento del crucero bahia...corregirme si me equivoco
 
Si..llegó con torpedos, el tema es que faltaban un par supuestamente creo, por eso se los acusó de ser culpables del hundimiento del crucero bahia...corregirme si me equivoco

Si bien en un principio se considero que el naufragio obedeció al choque con una mina a la deriva y más tarde a la acción hostil de un submarino alemán, la Comisión Naval encargada de la investigación finalmente determinó que la tragedia fue ocasionada por la explosión espontánea de la santabárbara del buque, que se partió en dos y hundió en solo tres minutos. De sus 427 tripulantes, 367 hallaron la muerte, incluido el comandante de la nave.

Esto es en relacion al hunimiento del Bahia

En lo que se refería al barco brasileño "Bahía", Schaeffer negó toda participación en el siniestro, aportando como pruebas las cartas de navegación con la ruta seguida, el libro de bitácora y las anotaciones meteorológicas del día correspondiente al hundimiento del "Bahía". Además, no faltaba ningún torpedo del submarino y por otra parte, resultaba absurdo emprender acciones ofensivas que carecían de todo sentido.
Y esto en relacion a los torpedos que habia abordo del submarino
Extraido de la revista 'Todo es historia'
 

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Como hoy es 10/07 y se conmemora la llegada del U 530, a MARDEL, les linkeo lo siguiente de HISTARMAR.

"La flota submarina alemana se siente orgullosa de haber construido un paraíso terrenal, una fortaleza inexpugnable para el Führer en alguna parte del mundo". Este enigmático mensaje emitido por el almirante y jefe de las fuerzas navales Karl Doenitz en diciembre de 1943, pasó casi desapercibido para el bando aliado que entonces se afanaba en librar una batalla a muerte contra el enemigo nazi. Sin embargo, uno años después, ese mensaje fue cobrando importancia debido a unos sucesos aún no aclarados totalmente hoy en día y que siguen dando que hablar.
¿En qué lugar del mundo se había construido esa base subterránea?, y lo más importante ¿La habrían usado para fugarse algunos de los nazis implicados en su construcción? Una de las posibles respuestas comenzó a fraguarse la cálida mañana del 10 de junio de 1945.

Se rinde el último U-boot

Aquel amanecer prometía ser como cualquier otro en el tranquilo puerto de Mar de Plata en la costa argentina. Lejos quedaba ya la guerra y la rendición de Alemania, que se había producido hacía tres largos meses. Al despuntar el alba varias embarcaciones se hicieron a la mar para faenar. En eso andaban varios pescadores cuando atónitos observaron algo increíble. Entre las brumas se adivinaba la silueta de un submarino. Navegaba lentamente, como si tuviera problemas en las máquinas. Pero la sorpresa residía en la bandera que ondeaba. No cabía duda, era la bandera nazi. Los marineros no daban crédito a lo que estaban viendo. Sin embargo las enormes dimensiones y las características del sumergible eran las de un U-Boot, un submarino de guerra nazi.
Los marineros pusieron rumbo de nuevo al puerto para dar cuenta a las autoridades. Mientras eso sucedía advirtieron que el submarino encaraba el mismo rumbo que ellos. Parecía seguirles. Efectivamente, minutos más tarde, el submarino enfilaba ya su proa hacia el puerto pasando la escollera sin que su presencia fuera en principio advertida por los trabajadores del muelle. Luego detuvo sus motores y desde cubierta comenzó a emitir señales luminosas con un claro mensaje a los responsbles marítimos: ¡Formamos parte de la derrotada escuedra del III Reich. Nos rendimos a las autoridades! Era asombroso. Aquel sumergible, alejado completamente de su país de origen, había recalado casi en el fin del mundo. ¿De dónde demonios salía? y, sobre todo, ¿que había hecho en todos esos meses? ¿Acaso siguió combatiendo en solitario?
Se botaron rápidamente dos lanchas del guardacostas Belgrano que se aproximaron rápidamente hasta la borda del submarino para recoger a los alemanes. Una vez en cubierta, estos presentaban un aspecto lamentable. Estaban extremadamente cansados, tenían largos cabellos y barba. El comandante, que se identificó como el capitán de navío Otto Wermoutt, fue el último en abandonar la nave. Entregó a los militares argentinos una pequeña maleta que contenía la bandera del submarino (el U-530) y los documentos esenciales.
En realidad la llegada de los tripulantes y la inspección del interior del submarino no hizo más que acrecentar el misterio. El capitán era un joven de 25 años y su segundo de a bordo de tan solo 22, algo completamente inusual, pero lo sorprendente es que tanto los oficiales como los marinos eran sin excepción sorprendentemente jóvenes.
Un par de militares argentinos se internó en el submarino nazi. Lo primero que les llamó la atención fue la gran cantidad de víveres que aun quedaban pese al largo viaje efectuado. En comparación, la escasa cantidad de combustible hallada, y el hecho de que se hubieran rendido con el submarino parcialmente desmantelado (el cañón de proa y las dos ametralladoras antiaéreas de gran calibre fueron arrojadas al agua en el trayecto) aumentaron las incógnitas sobre el destino final del submarino.
Además solo había una cantidad insignificante de torpedos. Probablemente para dejar lugar a los víveres y sobre todo, al material que más abundaba en el interior de la nave. Nos referimos a una cantidad inmensa de cigarrillos encontrada en unos compartimentos de la misma. Los técnicos navales se mostraron enormemente sorprendidos al encontrarse con 540 grandes latas de cigarrillos en el submarino. Esto, que puede parecer trivial, no lo es tanto, sobre todo si tenemos en cuenta que en el interior de un sumergible no se fuma. De hecho, ninguno de los tripulantes del U-530 fumaba, tal y como se comprobó mientras estaban en tierra.
A los pocos días, tras la llegada de agregados navales ingleses y norteamericanos, se supo que el U-530 había salido de Alemania el 19 de febrero de 1945. Zarpó rumbo al norte y recaló en Noruega, donde permaneció unos días, tras los cuales, prosiguió su ruta el 13 de marzo hacia el Atlántico Norte. Cuando en mayo se conoció la orden del almirante Doenitz de rendirse, el comandante Wermoutt, que no llevaba la radio operativa, siguió sin inmutarse la ruta prefijada hacia el sur. Más tarde se entregaría en Mar del Plata. Así pues, ¡el U-530 había estado navegando sin escalas en alta mar por espacio de cuatro meses y medio!
Ello era posible ya que este tipo de modernos submarinos estaban dotados de elementos novedosos que les capacitaban para operar lejos de sus bases durante meses enteros y poseían además los novísimos Schnorkel inventados por los científicos nazis. Ese sistema de respiración, que después de la guerra copiaron todos los submarinos del mundo, permitía a la nave permanecer sumergida bajo el agua a lo largo de setenta días seguidos.
Otro dato clave en este misterio es el número de tripulantes. El U-530 era un submarino cuya dotación límite no podía exceder de veintisiete personas. Normalmente no llevaban más que dieciocho hombres a bordo. Sin embargo, el número de tripulantes que llegó a puerto era de cincuenta y cuatro. El triple de su capacidad normal. ¿Por qué?
En los días siguientes nadie pudo contestar satisfactoriamente a las múltiples interrogantes que planteaba la misteriosa nave. El U-530 era un submarino extraordinario. Tenía muchos hombres, muchos víveres, una cantidad increíble de cigarrillos (que nadie fumaba) y pocas municiones. Desoyó las órdenes de capitulación, y se negó a rendirse. Aun así siempre eludió el combate en alta mar, y realizó una azarosa travesía de punta a punta del planeta, que les podría haber costado la vida.
Sin embargo, había más. El 19 de julio el almirante Eberhard Godt aseguró que el U-530 partió de la base de Kiel casi un mes más tarde de lo que aseguraba el capitán Otto Wermoutt. Es más, Kurt Langer, que decía ser el auténtico jefe del U-530 manifestó que ese submarino "hacía agua por las junturas", y que "era un submarino muy deteriorado", porque él mismo iba a bordo cuando en la navidad de 1943 un buque de guerra americano lo atacó frente a las costas del Canal de Panamá. Desde entonces, a ese sumergible se le considera muy inseguro. Hasta tal punto que estaba actualmente atracado en la base alemana de Flensburgo. En resumidas cuentas, existían dos U-530. Estaba claro que el submarino que se entregó en Mar de Plata no era el U-530, más bien era su doble. Una nave sin identificación. El misterio aumentaba.
Una vez conocidos todos esos datos, se dio orden inmediata de trasladar a la oficialidad del submarino a la base de Martín García, donde quedaron detenidos a la espera de la llegada de "expertos" norteamericanos. No se les permitía ningún tipo de comunicación con el exterior, y fueron sometidos a nuevos e intensos interrogatorios, sin resultado alguno. Los marinos alemanes seguían repitiendo una y otra vez la misma monótona historia, como si de una lección bien aprendida se tratara. Una de las cosas más difíciles de creer en sus declaraciones era que nadie sabía cual era el destino final del submarino. ¿Era posible? Como veremos más adelante, quizás decían la verdad.
El almirantazgo inglés debió de sospechar algo raro, ya que al día siguiente emitió un comunicado revelador: "No podemos calcular oficialmente el número real de submarinos alemanes que faltan". Lo cierto es que cuatro meses antes, cuando Doenitz dio por radio un mensaje en eel que se ordenaba a todos los submarinos alemanes que regresaran a sus bases enarbolando un pendón negro y navegando en superficie, la mayor parte de ellos acataron las órdenes. Otros se entregaron a unidades navales inglesas y norteamericanas. Sin embargo, un buen número de submarinos nazis habían tenido un fin silencioso e ignorado a raíz de choques con minas, tifones, galernas y otros peligros del mar.
Casi sin demora, el 24 de julio Washington envió dos aviones de transporte para llevar la tripulación hasta los Estados Unidos bajo una fuerte custodia militar. Además, un capitán de la armada americana se hizo cargo del submarino. Tenía órdenes de llevarlo a un puerto seguro de la costa oeste. Prácticamente no dieron explicaciones del interés americano en todo el asunto y de hecho, jamás se ha sabido nada más de los tripulantes ni de los interrogatorios a que fueron sometidos.
Las sorpresas no acabarían ahí. Algo más extraordinario aun iba a suceder. Un mes más tarde, concretamente el 17 de agosto, se difundió como la polvorá una noticia explosiva. Otro submarino alemán acababa de rendirse de nuevo. el comunicado decía: "El sumergible alemán se encuentra ya fondeado en el puerto de Mar del Plata, es el U-997. Su tripulación se compone de treinta y dos hombres, de los cuales cuatro son oficiales. El comandante es el teniente de fragata Heinz Schaeffer.
Aparentemente el nuevo submarino buscaba el mismo destino final que el U-530, pero fue capturado en alta mar por un rastreador de la armada argentina que estaba realizando misiones de patrullaje en la zona. De acuerdo con la documentación encontrada a bordo, el sumergible zarpó también de Kiel el 13 de abril, de Oslo (Noruega) el día 22, y de Kritiansand (Dinamarca) el 2 de mayo. Continuó viaje en incursión sumergida por la zona vigilada del Atlántico, pasando entre las islas Fëroe e Islandia, dirigiéndose al sur rumbo a las islas Canarias. A partir de ahí navegó en superficie siguiendo hasta la costa brasileña y llegar a Mar del Plata. Se encontraba en perfecto estado y poseía instrumentos modernos para la época, como un equipo de hundimiento simulado consistente en cajas con sustancias químicas que, una vez arrojadas, producían burbujas dando la sensación de que la nave estaba hundiéndose.
Había permanecido un total de casi cinco meses navegando en solitario. Para que nos hagamos una idea de los que significa eso, el U-977 permaneció sumergido 66 días -posible récord mundial de inmersión para un submarino convencional hasta nuestros días- cargando baterías y ventilando el interior mediante el Snorkel. Es difícil imaginar las penurias físicas y psíquicas de un grupo de hombres encerrados por tanto tiempo, en un reducido espacio y sin poder ver el cielo. Mucho le costaría seguramente a su joven comandante (25 años) mantener la disciplina y el orden.
Pero había algo interesante en su travesía. En la costa Noruega, antes de partir hacia su lejano destino final, desembarcaron del submarino 16 hombres casados. Eran suboficiales que en su mayor parte tenían familia en Alemania. Quizás esa decisión tenía relación con el tipo de misión que deberían desempeñar en su destino final. O quizás ni el mismo Schaeffer supiera el motivo de esa decisión y no hizo más que cumplir las órdenes que recibió por radio desde Berlín.


JOSÉ LESTA
Extraído de El enigma nazi (Editorial
 

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Investigadores del nazismo piden que la Armada libere información
La Armada se niega a abrir los archivos, pero varios historiadores aseguran que en el golfo San Matías hay por lo menos un submarino nazi hundido.

La historia oficial dice que en el invierno de 1945 llegaron al país dos submarinos nazis y que las naves quedaron detenidas en el puerto de Mar del Plata. Sin embargo, en los meses que siguieron a la caída del Tercer Reich los avistamientos de submarinos no identificados se contaban por docenas a lo largo de la costa atlántica, desde San Clemente del Tuyú hasta Tierra del Fuego.

Basándose en ello, un grupo de historiadores reclama que el Estado libere la información clasificada desde entonces en los archivos de la Armada porque consideran que si eso ocurriera podría liberarse información vital para la reconstrucción del relato del día después de la Segunda Guerra Mundial.

Los submarinos serían parte de una operación de escape de los integrantes del Alto Mando alemán, aseguran el periodista Juan Salinas y el escritor Carlos De Nápoli en el libro "Ultramar Sur". Incluso, documentación oficial constata que el 18 de julio de 1945 el torpedero ARA Mendoza persiguió y atacó a un submarino no identificado, que podría estar hundido en el golfo San Matías.

Las circunstancias en las que se entregaron el U-530 y el U-977 en la base naval de Mar del Plata dejaron muchas incógnitas y los espacios en blanco desvelan a los investigadores hasta el día de hoy.

Las versiones de ambos comandantes son insustanciales y dejan entrever que formaban parte de una operación mucho mayor, en la que posiblemente –según Salinas y De Nápoli– no menos de seis submarinos habrían viajado en convoy hacia el Sur muy poco tiempo antes de que la Alemania nazi capitulara ante los Aliados.

Estos submarinos son conocidos por los investigadores como “los submarinos fantasmas de Hitler”, debido a que desde su llegada se especuló con que en ellos pudo haber escapado Adolf Hitler junto a su esposa, Eva Braun.

A la hora de interrogar a los tripulantes de los dos submarinos rendidos en Mar del Plata, los oficiales argentinos insistían con la pregunta: “¿Trajeron a Adolf Hitler?”.

Durante décadas, los pescadores de la zona contaron que dos submarinos estaban hundidos desde la Segunda Guerra en la Caleta de los Loros, una playa desierta de la provincia de Río Negro, y que eran visibles durante la bajamar. Casi una docena de testigos coincidían en la descripción de los submarinos y en su ubicación. Incluso fueron vistos desde una avioneta por Mario Chironi, director de Aeronáutica de Río Negro en los años '50.

La última vez que fueron avistados fue en la década del '80 por el profesor Vidal Pereyra, empleado de la Compañía Lahusen y habitante de Viedma. Algunos investigadores, como el barilochense Abel Basti, creen que la acumulación de arena del conjunto de dunas que rodean la Caleta es el motivo por el cual los submarinos siguen estando allí, pero bajo un manto de sedimentos.

Operación Calypso

La extradición a Alemania, en 1995, del capitán de las "SS" Erich Priebke, que vivía sin esconderse en Bariloche, volvió a despertar el interés por las historias relacionadas a la actividad nazi en la Argentina.

Como consecuencia de la presión internacional para que las Fuerzas Armadas, la Policía Federal y la SIDE liberaran sus archivos sobre el tema, el gobierno de Carlos Menem creó la Comisión de Esclarecimiento de Actividades Nazis en la Argentina (CEANA), dependiente de la Cancillería, que oficializó la versión de que sólo dos submarinos habían llegado a la Argentina, los dos que se entregaron en Mar del Plata.

Ante la insistencia de investigadores y periodistasi, en 1997 el gobierno de Menem decidió realizar una expedición a la Caleta de los Loros con el fin de comprobar si estaban hundidos “los submarinos de Hitler”, pero sobre todo para ver si afectaban la navegación.

Esta operación se llamó "Calypso" y el nombre podría deberse a los radares Calypso que equipan a submarinos de la Armada argentina. También al barco del investigador francés Jacques-Yves Cousteau navegó por el golfo San Matías durante octubre de 1975, según dicen algunos en una búsqueda particular de los submarinos alemanes. El creador de "El mundo submarino" se había destacado durante la guerra como miembro de la resistencia antinazi.

El 19 de agosto de 1997, la "Operación Calypso", bajo el mando del capitán de Navío Diego Miles, movilizó hasta el golfo San Matías a los barcos ARA Gurruchaga, ARA Comodoro Somellera y ARA Yrigoyen.

Antes del traslado de las naves, aeronaves Grumman S2-Tracker, especiales para lucha antisubmarina, hicieron una pasada por la zona y detectaron dos “puntos fuertes” MAD (anomalías magnéticas) y dos puntos más, que indicarían la presencia de grandes objetos metálicos en ese lugar. Otros dos puntos se sumarían a esos cuatro, dando un total de seis en la zona de búsqueda denominada “Esmeralda”.

En 2006, la Armada reflotó el tema a pedido de un grupo de historiadores y elevó a la ministra de Defensa, Nilda Garré, un informe que decía que el resultado de las búsquedas había sido “negativo”. Sin embargo, en ese informe se establece como criterio de búsqueda “la presencia de obstáculos en el fondo, no asentados en las cartas náuticas, que constituyen peligros a la navegación”. Si los submarinos de Hitler estuvieran cubiertos de arena, tal como asegura Basti, no constituirían un peligro para la navegación y, por ende, la búsqueda de obstáculos lógicamente resultaría negativa.

Durante todos estos años, varios oficiales de la Armada aseguraron que en Caleta de los Loros no hay submarinos. Mientras tanto en Kiel, Alemania, en el Museo Memorial de Laboe del arma submarina alemana, se exhibe un mapa mundial que marca con cruces los lugares en los que yacen los marineros germanos dentro de sus “ataúdes de acero”. Una enorme cruz roja sobre el golfo San Matías marca que en aguas argentinas hay al menos un U-Boot hundido.

En 2008, el periodista Abel Basti elevó un pedido de información pública amparado en el decreto 1172/03, requiriendo a la Armada que se le permita el acceso a toda la información disponible sobre la "Operación Calypso".

El jefe de la Armada, el almirante Jorge Godoy, intervino en el expediente para asignar carácter de secreto militar a todos los archivos relacionados sin dar ninguna justificación.

La figura del secreto militar contempla la preservación de toda información que pudiera afectar la seguridad nacional. Ante su pedido de reconsideración, el ministerio de Defensa ratificó la decisión de clasificar los archivos de la "Operación Calypso" con la carátula de secreto, como si los submarinos de Hitler acecharan todavía a profundidad de periscopio.

Minuto Uno
 
Con un amigo que tiene una empresa de buceo organizamos una vez una salida de varios dias buceando en distintos sectores costeros del golfo. La habiamos llamado "en busca de los submarinos alemanes". Fue muy divertido, el tema es que no fue nada "cientifico", mas bien una excusa para bucear en lugares proximos a los lugfares donde supuestamente estan los U- boat. Ya casi no queda gente de la epoca (éscadores, residentes, etc.) que sea testigo directo de esos buques en la zona.
 
Hay por cierto un hecho desconcertante, tras la entrega de los submarinos alemanes, comenzaron a aparecer reportes e información de avistages de submarinos en la costa de Argentina, siendo el más importante el que dio lugar a una extraña batalla naval que llamó la atención de todo el mundo y generó el envío por parte de los Estados Unidos de especialistas en caza submarina y entrega de equipo de detección y destrucción de última generación a la Armada Argentina.
El 30 de enero de 1960, cuando unidades de instrucción de los cadetes navales navegaban por este golfo situado a 1.200 kilómetros al sur de Buenos Aires distinguieron un submarino inidentificable navegando, precisamente, en la zona utilizada por la Armada Argentina para sus maniobras.
A partir de este momento y durante todo el conflicto, diversos testigos, lo describieron como un navío del tipo “21”; la línea más moderna desarrollada por Alemania al final de la Segunda Guerra Mundial.
El alto mando movilizó todas las fuerzas que tenía a su disposición. El submarino intruso pareció ser localizado dentro de Golfo Nuevo a 150 metros de profundidad. Los hidroaviones de las bases de Bahía Blanca y Mar de Plata bombardearon durante días la zona donde se suponía ubicado al submarino, hasta que llegaron a pensar que había sido alcanzado y averiado el 4 de febrero. El contratorpedero “Cervantes” y los patrulleros “King” y “Murature” sembraron de minas los 16 kilómetros de anchura que medía la boca del golfo. Hombres “rana” auxiliaron a los buques de guerra. Las pantallas de “radar” permanecieron alerta, y unidades de Infantería de Marina se distribuyeron a lo largo de la costa, con intención de evitar un posible desembarco. Por la noche se lanzaban cientos de bengalas y los barcos barrían la superficie del agua con sus reflectores, intentando poder observar si el submarino emergía para repostar sus baterías.
Se llegó a pensar que se trataba de un submarino atómico, teniéndose en cuenta la velocidad que le atribuían ciertas informaciones de prensa. Otro navío pareció unirse al primero dentro de Golfo Nuevo, o como informaron las emisoras de radio locales, eran dos los submarinos atrapados desde el principio.
Pese al despliegue, el submarino seguía sin ser hundido. El 11 de febrero el presidente Frondizi ordenó el ataque total. En la operación participaron trece navíos y cuarenta aviones, mientras se desviaban las rutas comerciales aéreas y marítimas para evitar cualquier accidente, y los periodistas eran excluidos de la zona de operaciones. A los cazas de la marina se les unieron los bombarderos pesados argentinos. El día 13, el submarino seguía sin ser hundido, y su situación pareció desesperada cuando llegaron las modernas cargas de profundidad, bengalas de aviones, boyas preparadas con detectores de sonido y diverso material antisubmarino del tipo más avanzado suministrado por los Estados Unidos.
Con el material también llegaron los especialistas estadounidenses en la guerra antisubmarina. Trece de ellos eran veteranos de la Segunda Guerra Mundial. El equipo de técnicos estaba dirigido por el capitán Ray Pitts, de la Jefatura de Operaciones Navales, quien debía asesorar directamente al vicealmirante Alberto Raga, jefe de Operaciones Navales de la Argentina.
Las cargas de profundidad eran arrojadas cada diez minutos y tenían una doble función. En primer lugar, atemorizar a la tripulación para que se rindiera, y en segundo lugar, impedir que los buzos del submarino salieran a reparar las supuestas averías que sufría.
El 14 las fuentes oficiales informaron que la tripulación del submarino había rechazado el ultimátum que les daba a elegir entre rendición o muerte. Ese día un rayo de esperanza pareció iluminar la suerte del navío. Dos nuevos submarinos gemelos comenzaron a maniobrar alrededor de la escuadra de guerra argentina, intentando llamar su atención y distraerla para ayudar a la evasión del sitiado. El tamaño de estos era gigantesco, siendo mayores que el navío cercado, aunque no se pudo identificar el modelo de los nuevos submarinos con exactitud. La esperanza se vio enturbiada con la intervención del portaaviones argentino “Independencia”.
Durante todo este tiempo el sumergible fantasma escapó repetidamente de forma misteriosa a la detección electrónica. El día 15 reinó el pesimismo en los círculos navales cuando desapareció por completo de las pantallas de sonar. Según las declaraciones del ministro de defensa, Justo Vilar: “No sabemos si el submarino ha conseguido eludir nuestra vigilancia y escapar”. Sin embargo, se aseguró que el “King” lo localizó y atacó, con ayuda del “Murature”, dos días después, mientras los técnicos estadounidenses se trasladaban a Puerto Madryn para ayudar en asalto naval. Pero, pese a todos los esfuerzos, el día 18, las fuentes oficiales informaban que el submarino fantasma parecía haber conseguido escapar a mar abierto.
De nuevo la Armada Argentina confirmaba que el día 20 el submarino había sido detectado otra vez, y se preparó una nueva ofensiva total contra él usando las modernas armas estadounidenses. En aquella jornada se reunió la mayor concentración aeronaval desde la Segunda Guerra Mundial. Durante la madrugada del día 21 el submarino apareció de nuevo frente a los asombrados observadores, momento en el cual le fue lanzado uno de los nuevos torpedos electrónicos.
Este nuevo tipo de arma nada tenía que ver con los clásicos torpedos de la Segunda Guerra Mundial. Su poder de destrucción y precisión eran formidables para aquella época. Al llegar a cincuenta metros del fondo se activaba un dispositivo que lo guiaba hasta su objetivo.
El torpedo, incomprensiblemente, erró su objetivo y fueron lanzados otros del mismo tipo, que de nuevo no dieron en el blanco. La aviación entró entonces en acción lanzando nuevos torpedos dirigidos por sonar, pero los resultados fueron nulos de nuevo. Al mismo tiempo, desde la costa, se podía escuchar el tableteo constante de la artillería ligera.
El día 22 las noticias, no confirmadas, afirmaban que un submarino emergió a la superficie, mientras perdía gran cantidad de aceite debido a que había sido alcanzado dos veces. Sin embargo, tras la ofensiva fracasada de la madrugada del día 21, el 23 un comunicado de la marina argentina explicaba: “Las aguas del Golfo Nuevo fueron cuidadosamente cribadas en los días 21 y 22 de febrero, sin que se estableciera contacto con submarinos incursores, lo que sugiere que hayan podido escapar. A pesar de esta presunción, pudiera quedar algún incursor en el Golfo Nuevo, o volver a entrar en él para resguardarse. Por ello, la Marina ha decidido reducir la intensidad de la búsqueda al mínimo compatible con la adecuada vigilancia antisubmarina” El 25 la Marina anunció la suspensión definitiva de la búsqueda de los submarinos no identificados detectados en el golfo.

Esto fue en 1960. Posiblemente hayan sido más de seis submarinos los que llegaron a nuestras costas. ¿Pero qué hacían 15 años después de terminada la guerra en nuestras costas? ¿Dónde conseguían combustible y víveres? ¿Quién los ayudaba a operar después de tantos años?
 
en este link hay muy buena data sobre el U-530 y el U-977, para no perderselo:

http://www.elsnorkel.com/web/articulos/historia-4.html

Con respecto al incidente del golfo nuevo, seria improbable que este operativo un sub aleman luego de 15 años y extremadamente raro que ese sub sea parte de un proyecto " top secret" de la armada argentina ya que se lo trato de hundir y la orden venia bien de arriba. Espiar maniobras es algo comun, seria alguno juntando firmas de lo buques.
 
Buenos dias, yo habia leido (en el libro de pigna Mitos4), que muchos de esos avistajes formaban parte de una conspiracion de informacion falsa para acusar al gobierno peronista de fascista-nazi, ¿puede ser cierta esta ultima informacion? o era una realidad que llegaron miles de submarinos a las costas.

Saludos
Atte Juan Manuel Fernandez.
 
Mi abuelo siempre me cuenta que cuando hacia la colimba en el Palomar, llegaron varios nazis que habian desembarcado en un submarino en MdP y el General Peron los fue a entrevistar en persona.
 
en este link hay muy buena data sobre el U-530 y el U-977, para no perderselo:

http://www.elsnorkel.com/web/articulos/historia-4.html

Con respecto al incidente del golfo nuevo, seria improbable que este operativo un sub aleman luego de 15 años y extremadamente raro que ese sub sea parte de un proyecto " top secret" de la armada argentina ya que se lo trato de hundir y la orden venia bien de arriba. Espiar maniobras es algo comun, seria alguno juntando firmas de lo buques.

No se trataba de un submarino alemán, se dijo que era un posible rumor de un submarino ruso, digo lo de posible porque otros dicen que era una cetáceo infortunado.
 
Submarino en Golfo Nuevo, 1958
Hola,
Luego de pasar ya varios meses por la pagina informandome constantemente me surgio una duda y estoy seguro que muchos acá me puede ilustrar.

Leí en aeronaval sobre un submarino extranjero que fue detectado por casualidad durante un ejercicio naval en el Golfo Nuevo en el sur en 1958 y supuestamente no se sabe que ni quien fue pese a habersele dado caza.

Alguien puede hablarme mas sobre el tema? Hipotesis? Teorias?

El marco da para todo! Desde un buque aleman evacuando algun personaje importante de la WWII o alguno chileno (desconozco si tenian para la epoca) que se paso de largo.
 
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