marzo 17, 2009
Los Dead Nahuelitos
A fines de los `70, una banda punk estadounidense se bautizó Dead Kennedys; nombre que aludía al trágico destino de los miembros del Clan y que sintetizaba muy bien el slogan de cabecera del movimiento: “no hay futuro”. En la Argentina, también hay una familia que aparece como poderosa metáfora del infortunio. En febrero de 2009, Arsat perdió al satélite SBS 6, uno más en la zaga de los Dead Nahuelitos.
Media medalla. A principios de los `90, un concurso internacional organizado por la Argentina le otorgó a Nahuelsat los derechos para ocupar la banda 71,8º Oeste y así, a mediados de la década, colocó con éxito al Nahuel 1. Técnicamente el satélite se llama Nahuel 1A ya que, por exigencias de la compañía de seguros, también hubo un 1B que se quedó en tierra a modo de muleto por si fallaba el lanzamiento. El satélite Nahuel 1B no formó parte de Nahuelsat sino que pasó a manos de la flota estadounidense GE Americom (actual SES Americom), por entonces accionista mayoritario del operador argentino. Como ocurre con los hermanos separados al nacer, el Nahuel 1B transcurrió su existencia muy cerca de su gemelo – en los 79º Oeste - pero con otro nombre: GE 5 (ahora AMC 5). Legalmente el Nahuel 1 se denomina también Nahuel 1C dado que previa a su puesta en marcha se empleó un sistema transitorio por medio de dos unidades – Anik C1 y C2 - alquiladas a la canadiense Telesat.
¿Querés un hermanito?.
En 1998, para permitir el ingreso de DirecTV a la Argentina, se anuló la garantía dada a Nahuelsat para la provisión exclusiva de capacidad en banda Ku a nivel local y se autorizó el ingreso al país de satélites de bandera estadounidense vía un “Acuerdo de Reciprocidad”. A modo de compensación, por abrir un mercado a la competencia, la Argentina consiguió la posición orbital 81º Oeste para operar sobre las Américas, especialmente la del Norte. El Estado cedió ese recurso sin costo a Nahuelsat a cambio de colocar una nueva unidad, denominada Nahuel 2. La conducción de Nahuelsat tenía el compromiso de GE Americom de ocupar ese recurso en el mediano plazo. No era una promesa en el aire, constó por escrito (ver página 21) ante la Secom y la CNC. El satélite iba a ser el GE 6, actual AMC 6 (retener este nombre). Sin embargo, ocurrió en el ínterin la compra de GE Americom por SES Global, holding satelital con sede en Luxemburgo, que definió como cabecera en la región a la flota brasileña Brasilsat (hoy Star One) por sobre Nahuelsat. SES Americom archivó el plan del Nahuel 2 – la segunda pérdida de la familia - y casi de inmediato resignó la mayoría accionaria en Nahuelsat. La Argentina, titular de los derechos sobre 81º Oeste, pidió sucesivas prórrogas a la UIT para conservar el recurso que estaba sin ocupar.
Papá se fue de casa. En 2004, Nahuelsat estaba a la venta e, incluso, funcionarios de aquel Gobierno habrían participado de los sondeos a posibles compradores en el plano internacional – se había delineado un plan que desglosaba los derechos sobre América del Norte para aumentar el atractivo – y a nivel local – se proponía que los organismos públicos concentraran sus demandas de capacidad en la flota argentina. SkyOnLine aparecía como un candidato firme pero, cuenta la leyenda, que SES Americom – supuestamente ávida por ser el salvador de Nahuelsat a costo cero - habría pedido a un accionista en común que activara su influencia para retirar la oferta. Aquella venta frustrada – y ante la ausencia de otros interesados por fuera de SES Americom – habría sido el detonador de un escenario extremo: imponer que Nahuelsat se convierta en un polo de demanda de satélites y tecnología de factura local. En principio, aquello habría sido sólo una provocación para disciplinar a SES Americom que, tal vez por lo extremo de los términos, habría devenido en la única salida.
Mamá no encuentra el rumbo. En medio de la euforia por avenimiento del industrialismo satelital y de una nueva batalla ganada al capitalismo, las autoridades se durmieron con el papeleo para prorrogar una vez más la posición 81º. De ese modo, Argentina alquiló en 2005, de apuro, el satélite Anik E2 de Telesat para ocupar la órbita 81° Oeste con el fin de ocuparla y evitar reclamos. Pagó US$ 2,1 millones (ver página 83) por un satélite “cansadito”: viejo, lanzado en 1991, averiado desde 1994, venía desde los 67° Oeste – lejísimos - de cumplir una función similar de ocupación transitoria para Venezuela. El Anik E2 llegó a 81° Oeste, se quedó allí unos 20 días, pero ya no tuvo resto para operar. A los fines prácticos fue como no haber ocupado la órbita, lo que dio pie para un reclamo del Reino Unido ante la UIT para que le quiten el recurso a la Argentina. El acuerdo con Telesat incluyó también una preferencia para comercializar casi toda la capacidad de un futuro satélite argentino sobre América del Norte a un precio al menos discutible y la potestad de intervenir en el diseño de la unidad.
Mis hijastros no me quieren.
ArSat se hizo cargo de las operaciones de Nahuelsat pero con tanta mala suerte que a la semana de asumir el nuevo directorio el Nahuel 1 sufrió una falla fatal. Se explicó que el desperfecto fue inesperado pero Impsat, el mayor cliente, ya había visto unos meses antes que al Nahuel 1 le quedaba poca cuerda y migró a otra flota. Como sea, para reemplazar la capacidad de esa unidad se contrató a SES Americom siete transpondedores en el AMC 6 que, además, se colocó en 72° Oeste. Sí, el AMC 6 es el mismo satélite que en algún momento iba a ser, sin costo, el Nahuel 2 en 81° Oeste.
ArSat también debió encarar una solución de ocupación para 81° Oeste. En principio, en junio de 2007, se alquiló a Intelsat el flamante satélite Galaxy 17 para que se posara en 81° por una quincena. Al poco tiempo se firmó con Intelsat un acuerdo más amplio, para ocupar el recurso hasta 2010. Allí empezó otra zaga de mufa. Primero se colocó al satélite Galaxy 9 cuya vida útil estaba prevista hasta el 3T08. Cumplido ese plazo se lo reemplazó el SBS 6, que operaba desde hace tiempo en órbita inclinada. Aunque Intelsat preveía mudar ese satélite una vez más, en febrero de 2009 le informó a la FCC de su país que la unidad sería desorbitada. Otro Nahuelito deberá reemplazarlo.
Los satélites nacionales avanzan en la etapa de diseño en el INVAP e, incluso, se menciona que los planos han sido analizados por expertos. Serán dos y el primero tiene fecha de lanzamiento en 2012. En el presupuesto 2009 se ha asignado una partida de US$ 30 millones para ArSat para que destine a esa tarea. El lanzamiento de la unidad, un costo no menor, se negociaría con China a cambio de acciones del operador (ver página 20). Es decir, hay un plan de largo plazo que logró acomodarse pero las urgencias del corto plazo no dan respiro. Vale recordar que en paralelo a la novela satelital argentina, en 2005, Venezuela analizaba incursionar en esa actividad. A fin de 2008 finalmente lanzó su satélite