Naturaleza de los puestos militares
El incremento en el número de puestos militares nunca se detuvo y sus extremas variedades reflejaron el cambio de concepto en cuanto a las fortificaciones. Inicialmente, el Viet Minh solo poseían armas automáticas y granadas. Para detenerlos solo hacían falta torres de ladrillo, paredes de tierra, y las empalizadas de bambú fueron suficientes.
Al mismo tiempo se requerían de estructuras altas para proveer fuego sobre los arrozales. Sin embargo, con la aparición de morteros del Viet Minh, estas posiciones con sus débiles superestructuras fueron totalmente inadecuadas. Entonces, para proveer protección contra fuego de mortero se volvió a la excavación y a la utilización de paredes de mampostería cubiertas de tierra. Las defensas así organizadas incluían un sistema de posiciones de flanco a distancias de mutua defensa. La disposición triangular o rectangular de las posiciones eventualmente terminaron en el desarrollo de casamatas basados en el uso de fuertes paredes con empinadas laderas de tierra.
En este estilo, los puestos militares triangulares construidos en Vietnam del Sur comenzaron en 1951, trayendo a la memoria la imagen de ciertas fortificaciones concebidas por Brialmont. En todos los casos fueron utilizadas mallas de púas simple o dobles para protección, pero el uso de zanjas fue poco frecuente. En adición, la necesidad de puestos de observación elevados llevó a que se retuviera al menos una estación de observación en el centro de cada puesto. La aparición de lanzacohetes (S.K.Z.) soviéticos provistos por China en manos del Viet Minh hizo que este trabajo fuera obsoleto. Una contramedida a estas armas fue hallada en el uso de mallas metálicas para cubrir los puntos expuestos y de observación. Al mismo tiempo se construyeron las torres de observación con sus bases fuertemente protegidas y cubiertas de tierra. Pero una solución satisfactoria solo podía ser obtenida mediante le concreto. Fue así como los puntos fuertes Tipo Tonkín nacieron.
Las zonas abiertas del interior de los puestos que podían ser atacados por fuego de mortero fueron abolidas y ninguna muralla fue construida. Así, todo lo que había en el suelo eran tres o cuatro bunkers requeridos para cubrir los obstáculos de alambre de púas con fuego desde los flancos. Estas fortificaciones representaban un compromiso entre aquellas surgidas en 1913-14 y aquellas desarrolladas en ciertas partes del frente durante el invierno de 1939-40. Sin embargo, el uso ocasional de torretas de tanques montadas sobre los techos de algunas casamatas y el emplazamiento de morteros junto a otras instalaciones mostraron una nota moderna. Estos puntos fuertes habían sido concebidos inicialmente para la defensa de las rutas hacia el Delta de Tonkín, cuando Marchal de Lattre anticipó que a finales del año 1951 habría una ofensiva Sino-Viet Minh. Eventualmente, este tipo de fortificación fue extendida a toda la circunferencia del Delta y también en algunas rutas.
Hasta 1953 este tipo de fortificaciones impresionó al Viet Minh, que raramente intentó asaltarlos. Sin embargo, el ataque sobre el puesto de Yen Vi, el 26 y 27 de mayo de 1953, aunque sin éxito, demostró que la combinación de artillería, mortero, y cohetes podía ser decisivo. El Viet Minh recibió fuertes pérdidas de las armas emplazadas, pero sus equipos de asalto tuvieron pocas dificultades para abrir brechas en el alambre y luego moverse hacia posiciones desde donde podían emplazar cargas explosivas montadas en palos de bambú, o contra las puertas de acero, dando acceso a la posición. Desde ese momento, otros ataques sobre las casamatas tuvieron lugar, y para el final de la batalla, fue evidente que este tipo de fortificaciones estaban convirtiéndose en obsoletas.
La necesaria modernización de estos puestos militares no pudo llevarse a cabo y los franceses fueron forzados a utilizar muchas fortificaciones inadecuadas y obsoletas. Un censo realizado en enero e 1953, en el Delta de Tonkín, mostró que de los 917 puestos militares o fortificaciones menores, solo 80 eran modernas, 25 eran relativamente recientes, y 810 eran obsoletas en varios grados.
La capacidad de combate del Viet Minh variaba en diferentes áreas. Así, los puestos en las cercanías de unidades principales del Viet Minh eran mucho más vulnerables que aquello en Cochinchna, donde el Viet Minh no poseía artillería y tenía pocas municiones. Como resultado, las fortificaciones que continuaban siendo efectivas en Vietnam del Sur a finales de 1953 habían quedado obsoletas en el Hung Yen (Tonkín) a principios de 1951.
Las posiciones fortificadas requirieron constantes reparaciones y mejoras. Pero el esfuerzo de los comandantes en esta tarea fueron siempre limitados por falta de fondos y sobre todo por los grandes requerimientos de mano de obra, material, y equipo pesado.
Defensa de los Puestos Militares
El Viet Minh atacó sistemáticamente los puestos militares durante la noche y por sorpresa. Bajo estas circunstancias la resistencia de las fortificaciones dependió de la calidad de la fortificación, pero también de los arreglos hechos por los comandantes y por la guarnición. Los comandantes territoriales debían asignar al puesto suficientes tropas, no solo para permitir que se movieran fuera de la posición sino para proveer el adecuado sistema de relevo.
También deberían tener suficientes municiones para sostener un combate durante toda la noche. La experiencia demostró que se debía de proveer a cada posición con tres a cuatro unidades de tiro, y algunas veces más. La asignación efectiva dependerá principalmente de la habilidad de abastecimiento por tierra. La misma regla se aplicaba a las raciones, dependiendo del grado de aislamiento de la guarnición. Por último, el apoyo de artillería.
El armamento asignado a cada puesto dependía de su capacidad de resistencia. Era injustificable asignar numerosas armas a una fortificación que podía ser destruida ya que esto simplemente permitiría el saqueo por parte del Viet Minh.
El reparto de tanques o posiciones fijas probaron ser inadecuadas. Esto tenía un efecto psicológico temporal, pero ya que se encontraban en pequeñas áreas, podían ser de poca ayuda. Este rol de “”cajas blindadas de centinelas” no era parte de las regulaciones francesas.
Excepto en raras ocasiones cuando había alguna advertencia de un ataque del Viet Minh y las contramedidas eran posibles, la seguridad de una guarnición dependía de un sistema de advertencia triple: A una distancia del punto fuerte, fueron preparadas emboscadas y llevadas a cabo en las vías de comunicación entrantes. Más cerca, puestos y patrullas mantenían vigilancia sobre áreas entre campos minados y bengalas. Finalmente, en el área inmediata la punto fuerte, centinelas y perros fueron utilizados en bases de observación.
Si este sistema de advertencia fallaba por alguna razón, no había duda de que se debía conducir una defensa. Los defensores serían asaltados antes de que pudieron tomar sus armas o reportar al alto mando. Así, los altos mandos no sabrían nada hasta que las bengalas y los ruidos de explosiones indicaran que la posición había sido destruida. La única cosa que quedaba por hacer era apaciguar el ataque abriendo fuego sobre la posición y posiblemente sobre las rutas de escape del Viet Minh, en un intento de poder infligir algún daño antes de que se retiraran. Claro que el Viet Minh solo podía obtener buenos resultados en este tipo de ataque luego de una preparación minuciosa basado en un estudio cuidadoso de la posición, tanto del interior como del exterior. Para contrarresta esto, fue necesario hacer uso de posiciones alternativas y confiar plenamente en el camuflaje. Así, algunas posiciones no vacilaron en utilizar disposiciones poco usuales. Existe le caso de un Teniente Segundo Vietnamita quien, luego de tomar el mando de una guarnición que incluían a cinco casamatas, alcanzó un singular éxito posicionando todas sus fuerzas en trincheras cuidadosamente camufladas afueras de las casamatas que atrajo todo el fuego enemigo.
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Cuando el sistema de advertencia funcionaba, las tropas podían alcanzar sus posiciones de fuego mientras se hacía contacto por radio al alto mando, usualmente en el momento de que el Viet Minh comenzaba a abrir brechas en el alambre de púas.
Entonces, la defensa dependía de algunas condiciones: Primero, la aplicación de fuego pesado sobre las oleadas de asalto o apoyando el ataque. Luego, la organización de posiciones de repliegue para proveer alguna profundidad y para permitir el reagrupamiento de los sobrevivientes de una o más casamata que habían sido asaltadas. Por último, la disponibilidad de reservas para lanzar un contraataque.
En esta circunstancia, los centros de resistencia construidos de concreto ofrecían una preciosa ventaja ya que permitía el uso de artillería sobre posiciones parcialmente arrasadas mientras se preparaba el contraataque.
La iluminación del campo de batalla había sido siempre efectiva. En adición, aviones C-47 “Luciole” equipados con bengalas luminosas fueron utilizados hacia el final de la guerra. El uso de este tipo de aviones dependía del contacto por radio con el puesto atacado. El uso de apoyo aéreo cercano nocturno fue estudiad y los blancos fueron preparados para algunos puntos fuertes en Tonkín identificando posibles áreas de reagrupamiento del Viet Minh, como las posiciones de armas de apoyo. La experiencia de estos ataques fue insuficiente para permitir cualquier juzgamiento de la efectividad de esta técnica.
El requerimiento para una exitosa defensa fueron muy numerosos y difíciles para llevar a cabo. En los últimos meses de la guerra, un comandante de zona escribió: “La experiencia muestra que un puesto aislado atacado por la noche eventualmente caía si las fuerzas enemigas eran tres veces mayores, poseían armas pesadas (bazookas, morteros, cañones sin retroceso, cargas explosivas, etc), y si no pensaran en absorber fuertes pérdidas. Bajo estas condiciones fue muy inusual que los defensores obtuvieran éxito, particularmente si el enemigo era capaz de montar un ataque sorpresa”
Ayuda a un puesto bajo ataque
El uso de unidades de reserva para asistir a los puestos bajo ataque en la noche fue una excepción, no la regla. Incluso si las rutas se mantenían abiertas, el comandante local del área siempre fueron reticentes a enviar sus menguadas reservas por la noche. En ocasiones fue posible enviar asistencia inmediata a un puesto acosado moviéndose sobre vías fluviales. En el caso de que éstos cursos de agua existieran, por lo general se podía confiar en que una fuerza de embarcaciones ribereñas abrieran un paso, incluso en presencia de fuerzas enemigas, y su poder de fuego en apoyo a los defensores fue usualmente decisivo. Aunque éstas embarcaciones eran lentas y poco numerosas. Aunque podían acudir a un puesto rápidamente, eran tan ruidosas que no tenían ningún grado de sorpresa.
La única ayuda que normalmente podía ser provista por el comandante de área antes del anochecer fue restringida al fuego de artillería (y en caos raros morteros). El apoyo de fuego naval fue ocasionalmente provisto para posiciones a lo largo de la costa. Algunas posiciones fueron apoyadas de esta manera durante varios días a la vez (Duong Dong y Phy Quoc, Quang Khe y Fai Foo en la costa de Annam) por una o más buques costeros.
El Viet Minh intentó, cuando fue posible, hacer que el fuego de apoyo fuera inefectivo y durante los dos últimos años de la guerra todos los ataque sobre puestos normalmente incluyeron: (1) distracciones contra objetivos adyacentes (mediante el uso de armas automáticas, apoyadas por fuego de mortero y cañones sin retroceso), y (2) la neutralización del apoyo de la artillería en el área por fuego de mortero.
La llamada ayuda a un puesto solo podía efectuarse durante la mañana y solo involucraba el reestablecimiento del contacto con la guarnición. Si en el ínterin la posición había sido tomada, el Viet Minh usualmente ya lo había saqueado y desaparecido; si la guarnición aún resistía, las chances eran que la luz del día haría que el Viet Minh se retirara.
En estas operaciones de ayuda, era casi seguro que los refuerzo caerían en emboscadas. De hecho las tácticas del Viet Minh continuamente mejoraba, y hacia el final de la guerra, el Comandante el Jefe escribió: “Nunca debemos olvidar que el enemigo no siempre realizó sus ataques sobre puestos militares como su principal objetivo. El objetivo es a menudo la destrucción de las unidades de relevo por medio de emboscadas bien planificadas. El ataque sobre el puesto es un objetivo secundario, el verdadero propósito es atacar nuestras fuerzas”
Durante los primero años de la guerra fue posible enviar ayuda a las guarniciones que aún resistían a la mañana siguiente luego del ataque utilizando unidades paracaidistas. Un pelotón o compañía alertados durante la noche podían despegar tan pronto como el avión de observación confirmara que el puesto aún resistía.
El lanzamiento fue hecho en las cercanías de la fortificación o, en algunos casos favorables, directamente en la posición. En el curso de la guerra hubo un total de 25 puestos apoyados por este sistema. En adición, otros 30 puestos que habían sido sitiados recibieron refuerzos paracaidistas antes de que fueran asaltados o durante el intervalo diario entro dos noches de ataques. Eventualmente la aparición de armas antiaéreas hicieron que estas operaciones fueran poco frecuentes. Las operaciones de apoyo y relevo comenzaron a incrementarse involucrando el apoyo aéreo cercano y toda la artillería disponible.
En cuanto a las vías fluviales, la libertad de acceso solo pudo asegurarse, la mayoría de ellos en el Sur y en el Norte, al costo de un incremento en el esfuerzo de limpiar constantemente los canales de minas antes de que los convoyes de barcos pudieran navegar, y proveer a éstos del necesario poder de fuego para contrarrestar las emboscadas.
El control de los cursos de agua fue llevado a cabo de manera similar al de los terrestres, pero había muchos menos puestos. Excepto en las aquellas zonas muy concurridas, o donde el río proporcionaba algún grado de protección, el movimiento fue generalmente restringido a los convoyes que eran fuertemente escoltados precedidos de limpia minas.
La méthode de la « tache d'huile »
La pacificación del Delta del Tonkin no se completa antes de 1891. Las regiones montañosas del Alto Tonkin, siempre considerado sospechoso, se dividieron en cuatro territorios militares; a la cabeza de este último territorio, Lang Son, es que el entonces Coronel Gallieni, discípulo de Lyautey, puso a a prueba el método de "mancha" de petróleo: la distribución de armas a los campesinos a organizar su propia defensa contra las Banderas Negras.
Durante los años 1880s varios comandantes franceses en Indochina reconocieron que las operaciones basadas en columnas de tropas no eran ya efectivas contra oponentes móviles que se desvanecían en la selva o en las aldeas. Dos coroneles franceses, Auguste Pavie y Théophile Pennequin, fueron los primeros comandantes que comenzaron a integrar asuntos civiles a sus métodos de pacificación, lo que llevaría a la reorganización de la administración civil y militar de Indochina para facilitar los esfuerzos de pacificación. El método utilizado por los oficiales franceses fue referido como “estrategia de colaboración”, y pretendía ganarse la alianza voluntaria de la población local y líderes para luchar contra la piratería.
Mientras que la estrategia de colaboración era parte del método de la “tache d’huile”, no fue el factor esencial. La primera preocupación de Joseph-Simon Gallieni fue la protección de la población y desarrollo económico mediante seguridad militar. Su mayor innovación fue el establecimiento de puestos o fortines permanente que proveyeron una linea defensiva y una fuente de inteligencia de los movimientos de los piratas. Además proveyeron una forma de monitoreo y control de grupos insurgentes que utilizaban territorio chino como paraíso.
A principios de 1895, Louis Hubert Gonzalve Lyautey fue puesto a cargo de la organización de los suministros para la expedición de Gallieni contra los piratas chinos liderados por Bao Ky. Lyautey dijo que “Gallieni estaba progresivamente empujando a los piratas fuera de las áreas pobladas de Tonkin a través de la frontera con China con la combinación de fortines y operaciones militares”.
En enero de 1896 Gallieni deja Tonkin y Lyautey reporta, en agosto de 1896, que la campaña de pacificación había sido completada, y que Francia controlaba todo el territorio hasta la frontera con China.
Mientras que el factor militar fue la parte más importante, y a menudo no reconocida, del método de la “mancha de aceite”, mucha mas atención recibieron los esfuerzos de Gallieni a los asuntos civiles de la pacificación. Gallieni estaba convencido de que el desarrollo económico de las poblaciones locales era un elemento esencial en la conquista colonial. Trabajó con autoridades locales para abrir mercados, caminos y escuelas alrededor de los puestos protegidos por fuerzas militares, para expandir la influencia francesa y para enviar un mensaje a la población local: los franceses estaban para quedarse.
Estas fortificaciones representaban un compromiso entre aquellas surgidas en 1913-14 y aquellas desarrolladas en ciertas partes del frente durante el invierno de 1939-40. Sin embargo, el uso ocasional de torretas de tanques montadas sobre los techos de algunas casamatas y el emplazamiento de morteros junto a otras instalaciones mostraron una nota moderna.
El incremento en el número de puestos militares nunca se detuvo y sus extremas variedades reflejaron el cambio de concepto en cuanto a las fortificaciones. Inicialmente, el Viet Minh solo poseían armas automáticas y granadas. Para detenerlos solo hacían falta torres de ladrillo, paredes de tierra, y las empalizadas de bambú fueron suficientes.
Muros de tierra constituyen el antiguo puesto de Muong Bu.
Al mismo tiempo se requerían de estructuras altas para proveer fuego sobre los arrozales. Sin embargo, con la aparición de morteros del Viet Minh, estas posiciones con sus débiles superestructuras fueron totalmente inadecuadas. Entonces, para proveer protección contra fuego de mortero se volvió a la excavación y a la utilización de paredes de mampostería cubiertas de tierra. Las defensas así organizadas incluían un sistema de posiciones de flanco a distancias de mutua defensa. La disposición triangular o rectangular de las posiciones eventualmente terminaron en el desarrollo de casamatas basados en el uso de fuertes paredes con empinadas laderas de tierra.
En este estilo, los puestos militares triangulares construidos en Vietnam del Sur comenzaron en 1951, trayendo a la memoria la imagen de ciertas fortificaciones concebidas por Brialmont. En todos los casos fueron utilizadas mallas de púas simple o dobles para protección, pero el uso de zanjas fue poco frecuente. En adición, la necesidad de puestos de observación elevados llevó a que se retuviera al menos una estación de observación en el centro de cada puesto. La aparición de lanzacohetes (S.K.Z.) soviéticos provistos por China en manos del Viet Minh hizo que este trabajo fuera obsoleto. Una contramedida a estas armas fue hallada en el uso de mallas metálicas para cubrir los puntos expuestos y de observación. Al mismo tiempo se construyeron las torres de observación con sus bases fuertemente protegidas y cubiertas de tierra. Pero una solución satisfactoria solo podía ser obtenida mediante le concreto. Fue así como los puntos fuertes Tipo Tonkín nacieron.
Ciudadela de Bac Ninh
Las zonas abiertas del interior de los puestos que podían ser atacados por fuego de mortero fueron abolidas y ninguna muralla fue construida. Así, todo lo que había en el suelo eran tres o cuatro bunkers requeridos para cubrir los obstáculos de alambre de púas con fuego desde los flancos. Estas fortificaciones representaban un compromiso entre aquellas surgidas en 1913-14 y aquellas desarrolladas en ciertas partes del frente durante el invierno de 1939-40. Sin embargo, el uso ocasional de torretas de tanques montadas sobre los techos de algunas casamatas y el emplazamiento de morteros junto a otras instalaciones mostraron una nota moderna. Estos puntos fuertes habían sido concebidos inicialmente para la defensa de las rutas hacia el Delta de Tonkín, cuando Marchal de Lattre anticipó que a finales del año 1951 habría una ofensiva Sino-Viet Minh. Eventualmente, este tipo de fortificación fue extendida a toda la circunferencia del Delta y también en algunas rutas.
Un puesto de artillería sobre el río negro
Hasta 1953 este tipo de fortificaciones impresionó al Viet Minh, que raramente intentó asaltarlos. Sin embargo, el ataque sobre el puesto de Yen Vi, el 26 y 27 de mayo de 1953, aunque sin éxito, demostró que la combinación de artillería, mortero, y cohetes podía ser decisivo. El Viet Minh recibió fuertes pérdidas de las armas emplazadas, pero sus equipos de asalto tuvieron pocas dificultades para abrir brechas en el alambre y luego moverse hacia posiciones desde donde podían emplazar cargas explosivas montadas en palos de bambú, o contra las puertas de acero, dando acceso a la posición. Desde ese momento, otros ataques sobre las casamatas tuvieron lugar, y para el final de la batalla, fue evidente que este tipo de fortificaciones estaban convirtiéndose en obsoletas.
La necesaria modernización de estos puestos militares no pudo llevarse a cabo y los franceses fueron forzados a utilizar muchas fortificaciones inadecuadas y obsoletas. Un censo realizado en enero e 1953, en el Delta de Tonkín, mostró que de los 917 puestos militares o fortificaciones menores, solo 80 eran modernas, 25 eran relativamente recientes, y 810 eran obsoletas en varios grados.
El puente de Mon Cay, frontera con China.
La capacidad de combate del Viet Minh variaba en diferentes áreas. Así, los puestos en las cercanías de unidades principales del Viet Minh eran mucho más vulnerables que aquello en Cochinchna, donde el Viet Minh no poseía artillería y tenía pocas municiones. Como resultado, las fortificaciones que continuaban siendo efectivas en Vietnam del Sur a finales de 1953 habían quedado obsoletas en el Hung Yen (Tonkín) a principios de 1951.
Las posiciones fortificadas requirieron constantes reparaciones y mejoras. Pero el esfuerzo de los comandantes en esta tarea fueron siempre limitados por falta de fondos y sobre todo por los grandes requerimientos de mano de obra, material, y equipo pesado.
Un puesto militar luego de ser atacado por el Viet Minh
Defensa de los Puestos Militares
El Viet Minh atacó sistemáticamente los puestos militares durante la noche y por sorpresa. Bajo estas circunstancias la resistencia de las fortificaciones dependió de la calidad de la fortificación, pero también de los arreglos hechos por los comandantes y por la guarnición. Los comandantes territoriales debían asignar al puesto suficientes tropas, no solo para permitir que se movieran fuera de la posición sino para proveer el adecuado sistema de relevo.
Un puesto de control de ruta cerca de Cat Lai, Cochinchina.
También deberían tener suficientes municiones para sostener un combate durante toda la noche. La experiencia demostró que se debía de proveer a cada posición con tres a cuatro unidades de tiro, y algunas veces más. La asignación efectiva dependerá principalmente de la habilidad de abastecimiento por tierra. La misma regla se aplicaba a las raciones, dependiendo del grado de aislamiento de la guarnición. Por último, el apoyo de artillería.
El armamento asignado a cada puesto dependía de su capacidad de resistencia. Era injustificable asignar numerosas armas a una fortificación que podía ser destruida ya que esto simplemente permitiría el saqueo por parte del Viet Minh.
El reparto de tanques o posiciones fijas probaron ser inadecuadas. Esto tenía un efecto psicológico temporal, pero ya que se encontraban en pequeñas áreas, podían ser de poca ayuda. Este rol de “”cajas blindadas de centinelas” no era parte de las regulaciones francesas.
Cao Bang
Excepto en raras ocasiones cuando había alguna advertencia de un ataque del Viet Minh y las contramedidas eran posibles, la seguridad de una guarnición dependía de un sistema de advertencia triple: A una distancia del punto fuerte, fueron preparadas emboscadas y llevadas a cabo en las vías de comunicación entrantes. Más cerca, puestos y patrullas mantenían vigilancia sobre áreas entre campos minados y bengalas. Finalmente, en el área inmediata la punto fuerte, centinelas y perros fueron utilizados en bases de observación.
Si este sistema de advertencia fallaba por alguna razón, no había duda de que se debía conducir una defensa. Los defensores serían asaltados antes de que pudieron tomar sus armas o reportar al alto mando. Así, los altos mandos no sabrían nada hasta que las bengalas y los ruidos de explosiones indicaran que la posición había sido destruida. La única cosa que quedaba por hacer era apaciguar el ataque abriendo fuego sobre la posición y posiblemente sobre las rutas de escape del Viet Minh, en un intento de poder infligir algún daño antes de que se retiraran. Claro que el Viet Minh solo podía obtener buenos resultados en este tipo de ataque luego de una preparación minuciosa basado en un estudio cuidadoso de la posición, tanto del interior como del exterior. Para contrarresta esto, fue necesario hacer uso de posiciones alternativas y confiar plenamente en el camuflaje. Así, algunas posiciones no vacilaron en utilizar disposiciones poco usuales. Existe le caso de un Teniente Segundo Vietnamita quien, luego de tomar el mando de una guarnición que incluían a cinco casamatas, alcanzó un singular éxito posicionando todas sus fuerzas en trincheras cuidadosamente camufladas afueras de las casamatas que atrajo todo el fuego enemigo.
El puesto de Nuages.
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Cuando el sistema de advertencia funcionaba, las tropas podían alcanzar sus posiciones de fuego mientras se hacía contacto por radio al alto mando, usualmente en el momento de que el Viet Minh comenzaba a abrir brechas en el alambre de púas.
Entonces, la defensa dependía de algunas condiciones: Primero, la aplicación de fuego pesado sobre las oleadas de asalto o apoyando el ataque. Luego, la organización de posiciones de repliegue para proveer alguna profundidad y para permitir el reagrupamiento de los sobrevivientes de una o más casamata que habían sido asaltadas. Por último, la disponibilidad de reservas para lanzar un contraataque.
En esta circunstancia, los centros de resistencia construidos de concreto ofrecían una preciosa ventaja ya que permitía el uso de artillería sobre posiciones parcialmente arrasadas mientras se preparaba el contraataque.
La iluminación del campo de batalla había sido siempre efectiva. En adición, aviones C-47 “Luciole” equipados con bengalas luminosas fueron utilizados hacia el final de la guerra. El uso de este tipo de aviones dependía del contacto por radio con el puesto atacado. El uso de apoyo aéreo cercano nocturno fue estudiad y los blancos fueron preparados para algunos puntos fuertes en Tonkín identificando posibles áreas de reagrupamiento del Viet Minh, como las posiciones de armas de apoyo. La experiencia de estos ataques fue insuficiente para permitir cualquier juzgamiento de la efectividad de esta técnica.
El requerimiento para una exitosa defensa fueron muy numerosos y difíciles para llevar a cabo. En los últimos meses de la guerra, un comandante de zona escribió: “La experiencia muestra que un puesto aislado atacado por la noche eventualmente caía si las fuerzas enemigas eran tres veces mayores, poseían armas pesadas (bazookas, morteros, cañones sin retroceso, cargas explosivas, etc), y si no pensaran en absorber fuertes pérdidas. Bajo estas condiciones fue muy inusual que los defensores obtuvieran éxito, particularmente si el enemigo era capaz de montar un ataque sorpresa”
Ayuda a un puesto bajo ataque
El uso de unidades de reserva para asistir a los puestos bajo ataque en la noche fue una excepción, no la regla. Incluso si las rutas se mantenían abiertas, el comandante local del área siempre fueron reticentes a enviar sus menguadas reservas por la noche. En ocasiones fue posible enviar asistencia inmediata a un puesto acosado moviéndose sobre vías fluviales. En el caso de que éstos cursos de agua existieran, por lo general se podía confiar en que una fuerza de embarcaciones ribereñas abrieran un paso, incluso en presencia de fuerzas enemigas, y su poder de fuego en apoyo a los defensores fue usualmente decisivo. Aunque éstas embarcaciones eran lentas y poco numerosas. Aunque podían acudir a un puesto rápidamente, eran tan ruidosas que no tenían ningún grado de sorpresa.
Una LCM
La única ayuda que normalmente podía ser provista por el comandante de área antes del anochecer fue restringida al fuego de artillería (y en caos raros morteros). El apoyo de fuego naval fue ocasionalmente provisto para posiciones a lo largo de la costa. Algunas posiciones fueron apoyadas de esta manera durante varios días a la vez (Duong Dong y Phy Quoc, Quang Khe y Fai Foo en la costa de Annam) por una o más buques costeros.
Artilleros en el puesto de Phu Tong Hoa, defendida por la 2e Cie del 1/3 REI del Ccapitan Cardinal situado sobre la RC3.
El Viet Minh intentó, cuando fue posible, hacer que el fuego de apoyo fuera inefectivo y durante los dos últimos años de la guerra todos los ataque sobre puestos normalmente incluyeron: (1) distracciones contra objetivos adyacentes (mediante el uso de armas automáticas, apoyadas por fuego de mortero y cañones sin retroceso), y (2) la neutralización del apoyo de la artillería en el área por fuego de mortero.
La llamada ayuda a un puesto solo podía efectuarse durante la mañana y solo involucraba el reestablecimiento del contacto con la guarnición. Si en el ínterin la posición había sido tomada, el Viet Minh usualmente ya lo había saqueado y desaparecido; si la guarnición aún resistía, las chances eran que la luz del día haría que el Viet Minh se retirara.
En estas operaciones de ayuda, era casi seguro que los refuerzo caerían en emboscadas. De hecho las tácticas del Viet Minh continuamente mejoraba, y hacia el final de la guerra, el Comandante el Jefe escribió: “Nunca debemos olvidar que el enemigo no siempre realizó sus ataques sobre puestos militares como su principal objetivo. El objetivo es a menudo la destrucción de las unidades de relevo por medio de emboscadas bien planificadas. El ataque sobre el puesto es un objetivo secundario, el verdadero propósito es atacar nuestras fuerzas”
Durante los primero años de la guerra fue posible enviar ayuda a las guarniciones que aún resistían a la mañana siguiente luego del ataque utilizando unidades paracaidistas. Un pelotón o compañía alertados durante la noche podían despegar tan pronto como el avión de observación confirmara que el puesto aún resistía.
El lanzamiento fue hecho en las cercanías de la fortificación o, en algunos casos favorables, directamente en la posición. En el curso de la guerra hubo un total de 25 puestos apoyados por este sistema. En adición, otros 30 puestos que habían sido sitiados recibieron refuerzos paracaidistas antes de que fueran asaltados o durante el intervalo diario entro dos noches de ataques. Eventualmente la aparición de armas antiaéreas hicieron que estas operaciones fueran poco frecuentes. Las operaciones de apoyo y relevo comenzaron a incrementarse involucrando el apoyo aéreo cercano y toda la artillería disponible.
En cuanto a las vías fluviales, la libertad de acceso solo pudo asegurarse, la mayoría de ellos en el Sur y en el Norte, al costo de un incremento en el esfuerzo de limpiar constantemente los canales de minas antes de que los convoyes de barcos pudieran navegar, y proveer a éstos del necesario poder de fuego para contrarrestar las emboscadas.
El control de los cursos de agua fue llevado a cabo de manera similar al de los terrestres, pero había muchos menos puestos. Excepto en las aquellas zonas muy concurridas, o donde el río proporcionaba algún grado de protección, el movimiento fue generalmente restringido a los convoyes que eran fuertemente escoltados precedidos de limpia minas.
La méthode de la « tache d'huile »
La pacificación del Delta del Tonkin no se completa antes de 1891. Las regiones montañosas del Alto Tonkin, siempre considerado sospechoso, se dividieron en cuatro territorios militares; a la cabeza de este último territorio, Lang Son, es que el entonces Coronel Gallieni, discípulo de Lyautey, puso a a prueba el método de "mancha" de petróleo: la distribución de armas a los campesinos a organizar su propia defensa contra las Banderas Negras.
Durante los años 1880s varios comandantes franceses en Indochina reconocieron que las operaciones basadas en columnas de tropas no eran ya efectivas contra oponentes móviles que se desvanecían en la selva o en las aldeas. Dos coroneles franceses, Auguste Pavie y Théophile Pennequin, fueron los primeros comandantes que comenzaron a integrar asuntos civiles a sus métodos de pacificación, lo que llevaría a la reorganización de la administración civil y militar de Indochina para facilitar los esfuerzos de pacificación. El método utilizado por los oficiales franceses fue referido como “estrategia de colaboración”, y pretendía ganarse la alianza voluntaria de la población local y líderes para luchar contra la piratería.
Mientras que la estrategia de colaboración era parte del método de la “tache d’huile”, no fue el factor esencial. La primera preocupación de Joseph-Simon Gallieni fue la protección de la población y desarrollo económico mediante seguridad militar. Su mayor innovación fue el establecimiento de puestos o fortines permanente que proveyeron una linea defensiva y una fuente de inteligencia de los movimientos de los piratas. Además proveyeron una forma de monitoreo y control de grupos insurgentes que utilizaban territorio chino como paraíso.
A principios de 1895, Louis Hubert Gonzalve Lyautey fue puesto a cargo de la organización de los suministros para la expedición de Gallieni contra los piratas chinos liderados por Bao Ky. Lyautey dijo que “Gallieni estaba progresivamente empujando a los piratas fuera de las áreas pobladas de Tonkin a través de la frontera con China con la combinación de fortines y operaciones militares”.
En enero de 1896 Gallieni deja Tonkin y Lyautey reporta, en agosto de 1896, que la campaña de pacificación había sido completada, y que Francia controlaba todo el territorio hasta la frontera con China.
Mientras que el factor militar fue la parte más importante, y a menudo no reconocida, del método de la “mancha de aceite”, mucha mas atención recibieron los esfuerzos de Gallieni a los asuntos civiles de la pacificación. Gallieni estaba convencido de que el desarrollo económico de las poblaciones locales era un elemento esencial en la conquista colonial. Trabajó con autoridades locales para abrir mercados, caminos y escuelas alrededor de los puestos protegidos por fuerzas militares, para expandir la influencia francesa y para enviar un mensaje a la población local: los franceses estaban para quedarse.
Estas fortificaciones representaban un compromiso entre aquellas surgidas en 1913-14 y aquellas desarrolladas en ciertas partes del frente durante el invierno de 1939-40. Sin embargo, el uso ocasional de torretas de tanques montadas sobre los techos de algunas casamatas y el emplazamiento de morteros junto a otras instalaciones mostraron una nota moderna.
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