No soy un crítico especializado ni nada parecido, pero les dejo mi impresión de un par de vuelos de LAN que realicé entre ésta semana y la pasada para que conoczcan algo más de los Airbus 320 como de LAN.
El Jueves pasado embarqué en el vuelo 4020 AEP-IGR en el A320 LV-BFY de LAN para gozar de una pequeñas vacaciones. El check in como el embarque fueron ordenados y sin mayores complicaciones a excepción de los casi cien japoneses que coparon el vuelo. Asiento 23, por detrás del ala, lado derecho y obviamente ventanilla. El push up como la puesta en marcha muy silenciosa aunque no entiendo como aún al encender motores las luces de la cabina de pasajeros se apagan y pestañean tal como sucedía en los primeros reactores comerciales. Los asientos cómodos, buen espacio para las piernas (mido 1,67), buen espacio en los compartimientos superiores para poner cualquier cosa, y en cuanto a la visión externa, las ventanillas son algo más pequeñas que en el 737 pero la vista es buena. Otro detalle: para todos los ocupantes de las filas internas (ventanilla), la curvatura del fuselaje molesta, aunque como dije tengo una altura media, mi cabeza rozaba con la pared lateral del fuselaje, ví un par de alemanes que estaban algo molestos con el permanente roce de sus cabezas con la pared lateral del fuselaje. mucho más con la turbulencia. Nuevamente me dio la sensación que el fuselaje del 737 tiene mayor amplitud en dicha zona.
Durante el taxeo o rodaje los amortiguadores del tren principal se sienten y bastante, mucho más cuando uno de sienta en las últimas filas. Llegamos a la cabecera 31 y sin demoras dio potencia y nos fuimos al aire en un carreteo algo largo. El A320 trepa firme y aunque resulte increíble, la potencia de los motores se sienten perfectamente en el piso de la cabina. Sin embargo no se percibió ningún movimiento o actitud del avión a la hora de retraer el tren o los flaps.
Tras la salida de circuito en un par de minutos sobrevolabamos el Río de La Plata pasando lateral Martín García y la meteo comenzó a complicarse. Un frente se acercaba a Capital y las primeras turbulencias comenzaron a mover al Airbus, especialmente con buscos desplazamientos laterales.
Luego vinieron más nubes y turbulencia, y tras 10 minutos de vuelo eran apreciables los aumentos de potencia de los motores que trasmitían sus vibraciones al piso de la cabina de pasajeros. Nivelamos a 31.000 pies pero el avión se sacudía mucho, la punta del ala derecha parecía de goma. Tras un par de minutos, nuevamente los motores aceleraron y seguimos trepando en busca de una zona más calma.
Volvimos a nivelar y se vía una gran formación nubosa por debajo y una ligera capa de nubes por encima, más turbulencia y ya de modo definitivo viramos a izquierda y en ascenso nuevamente hasta que se niveló a 37.000 pies. Luego el comandante informó que por la meteo nos habíamos desviado a la izquierda de la ruta y como las sacudidas seguían a ritmo firme, el servicio de desayuno se suspendió, incluso solo hubo 5 minutos para ir a los baños.
Quizás por ser piloto las condiciones del vuelo no me resultaron extrañas, pero muchas personas mostraban algunos “signos de inquietud” por tanta turbulencia. Las pantallas LCD que mostraban algunos bloopers, se reiniciaron casi una docena de oportunidades por tanto traqueteo. Un detalle no menor, ya que si le dan a los pax algo para distenderse y olvidarse de que el vuelo está complicado, ante cada sacudida fuerte las mismas pantallas perdían señal y no daba mucha tranquilidad.
Tras una hora y media de sacudidas comenzó el descenso, y aunque rebotamos en un par de nubes, el mismo fue bastante tranquilo. Aún con nubes bajas, en final se pudieron ver las catataras del Iguazú desde el aire y el aterrizaje fue muy suave. La desaceleración muy aceptable a diferencia por ejemplo de los 737-200 donde parece que el avión se desarma con tanto chaperío afuera y los motores dejando sordos a todos.
Los TCP brillaron por su ausencia y al momento de descender solicité una simple foto de la cabina, pedido que me fue rechazado por “normas de la empresa”. Cuando desciendo del avión en la puerta no había nadie, sólo dos TCP “intercambiando” alfajores Havana, en voz alta les dije: “Gracias por volar con LAN”...las minas me miraron, no me dieron bola y siguieron con sus alfajores.
Puntualidad excelente, estómagos vacíos y algo revueltos, pero como era el inicio de las vacaciones poco importaba. Mañana el relato del vuelo de regreso, esta vez con mejor meteo pero algunas sorpresas...
El Jueves pasado embarqué en el vuelo 4020 AEP-IGR en el A320 LV-BFY de LAN para gozar de una pequeñas vacaciones. El check in como el embarque fueron ordenados y sin mayores complicaciones a excepción de los casi cien japoneses que coparon el vuelo. Asiento 23, por detrás del ala, lado derecho y obviamente ventanilla. El push up como la puesta en marcha muy silenciosa aunque no entiendo como aún al encender motores las luces de la cabina de pasajeros se apagan y pestañean tal como sucedía en los primeros reactores comerciales. Los asientos cómodos, buen espacio para las piernas (mido 1,67), buen espacio en los compartimientos superiores para poner cualquier cosa, y en cuanto a la visión externa, las ventanillas son algo más pequeñas que en el 737 pero la vista es buena. Otro detalle: para todos los ocupantes de las filas internas (ventanilla), la curvatura del fuselaje molesta, aunque como dije tengo una altura media, mi cabeza rozaba con la pared lateral del fuselaje, ví un par de alemanes que estaban algo molestos con el permanente roce de sus cabezas con la pared lateral del fuselaje. mucho más con la turbulencia. Nuevamente me dio la sensación que el fuselaje del 737 tiene mayor amplitud en dicha zona.
Durante el taxeo o rodaje los amortiguadores del tren principal se sienten y bastante, mucho más cuando uno de sienta en las últimas filas. Llegamos a la cabecera 31 y sin demoras dio potencia y nos fuimos al aire en un carreteo algo largo. El A320 trepa firme y aunque resulte increíble, la potencia de los motores se sienten perfectamente en el piso de la cabina. Sin embargo no se percibió ningún movimiento o actitud del avión a la hora de retraer el tren o los flaps.
Tras la salida de circuito en un par de minutos sobrevolabamos el Río de La Plata pasando lateral Martín García y la meteo comenzó a complicarse. Un frente se acercaba a Capital y las primeras turbulencias comenzaron a mover al Airbus, especialmente con buscos desplazamientos laterales.
Luego vinieron más nubes y turbulencia, y tras 10 minutos de vuelo eran apreciables los aumentos de potencia de los motores que trasmitían sus vibraciones al piso de la cabina de pasajeros. Nivelamos a 31.000 pies pero el avión se sacudía mucho, la punta del ala derecha parecía de goma. Tras un par de minutos, nuevamente los motores aceleraron y seguimos trepando en busca de una zona más calma.
Volvimos a nivelar y se vía una gran formación nubosa por debajo y una ligera capa de nubes por encima, más turbulencia y ya de modo definitivo viramos a izquierda y en ascenso nuevamente hasta que se niveló a 37.000 pies. Luego el comandante informó que por la meteo nos habíamos desviado a la izquierda de la ruta y como las sacudidas seguían a ritmo firme, el servicio de desayuno se suspendió, incluso solo hubo 5 minutos para ir a los baños.
Quizás por ser piloto las condiciones del vuelo no me resultaron extrañas, pero muchas personas mostraban algunos “signos de inquietud” por tanta turbulencia. Las pantallas LCD que mostraban algunos bloopers, se reiniciaron casi una docena de oportunidades por tanto traqueteo. Un detalle no menor, ya que si le dan a los pax algo para distenderse y olvidarse de que el vuelo está complicado, ante cada sacudida fuerte las mismas pantallas perdían señal y no daba mucha tranquilidad.
Tras una hora y media de sacudidas comenzó el descenso, y aunque rebotamos en un par de nubes, el mismo fue bastante tranquilo. Aún con nubes bajas, en final se pudieron ver las catataras del Iguazú desde el aire y el aterrizaje fue muy suave. La desaceleración muy aceptable a diferencia por ejemplo de los 737-200 donde parece que el avión se desarma con tanto chaperío afuera y los motores dejando sordos a todos.
Los TCP brillaron por su ausencia y al momento de descender solicité una simple foto de la cabina, pedido que me fue rechazado por “normas de la empresa”. Cuando desciendo del avión en la puerta no había nadie, sólo dos TCP “intercambiando” alfajores Havana, en voz alta les dije: “Gracias por volar con LAN”...las minas me miraron, no me dieron bola y siguieron con sus alfajores.
Puntualidad excelente, estómagos vacíos y algo revueltos, pero como era el inicio de las vacaciones poco importaba. Mañana el relato del vuelo de regreso, esta vez con mejor meteo pero algunas sorpresas...