Aviadores sin nave de entrenamiento
Por: Edgardo Aguilera
La Fuerza Aérea Argentina se quedó sin instrucción básica para los jóvenes pilotos. Los alumnos del Curso Básico Conjunto de Aviador Militar (CBCAM), una promoción de 30 miembros de la Escuela de Aviación Militar, más un número menor de colegas de la Armada y del Ejército
están en tierra sin poder volar y fueron destinados a tareas de oficina o guardias en cuarteles hasta fin de año.
La crisis del programa de entrenamiento de los aviadores ocurrió por la instalación de un refuerzo en la estructura del ala del viejo Mentor B-45, tarea que se llevó a cabo en la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA) «Brigadier San Martín», empresa estatizada por la administración Kirchner.
El peso agregado modificó las condiciones de carga y el centro de gravedad originales del vetusto avión y ahora impide el despegue con el instructor y su alumno sólo puede volar con un tripulante a bordo.
Este biplaza fue adquirido en 1956 en los Estados Unidos. Se compraron entonces 90 aviones, 15 vinieron en vuelo desde la fábrica Beechcraft (Kansas) y los 75 restantes se armaron bajo licencia en la ex Fábrica Militar de Aviones de Córdoba, el último salió de la línea de producción el 12 de abril de 1962.
A la fecha había 30 en dotación, de los cuales volaban entre 4 y 6 por día, el resto permanecía en hangares para corrección de fallas.
La iniciativa de unificar el aprendizaje básico de los pilotos de las tres fuerzas en el denominado Curso Básico Conjunto de Aviador Militar (CBCAM) creado por la entonces ministra de Defensa
Nilda Garré y el jefe del Estado Mayor Conjunto, brigadier general
Jorge Chevalier en 2006 nunca pudo completarse con éxito.
El punto crítico del proyecto es que
la instrucción se basó en un entrenador -el Mentor B-45- con 53 años en servicio y cuya vida útil se prorrogó más allá de las capacidades y tolerancia de la estructura original del avión. Ni una pizca de la bravura exhibida en 1982 afloró de boca del aviador
Normando Costantino, titular de la Fuerza Aérea, ni del jefe Chevalier para contradecir la orden política de un proyecto que se sabía inviable.
«Las interferencias en el ciclo de entrenamiento provocadas por los problemas técnicos del Mentor afectaron el ritmo de altas de nuevas camadas de aviadores y ponen en riesgo la operatividad de las escuadrillas en las tres fuerzas», explicó a este diario un instructor de vuelo.
Fisuras
La alarma apareció en 2008 con la detección de fisuras en los largueros, viga longitudinal que recorre el ala y soporta los esfuerzos de carga aerodinámica durante el vuelo. También se registraron grietas en las bancadas de los propulsores. Defensa intentó superar el récord de supervivencia del avión;
Mirta Iriondo, subsecretaria de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico, aprobó el trabajo de modificar la estructura alar de los Mentor con el mencionado refuerzo interno.
Se gastaron 4,3 millones de dólares en un trabajo realizado por FAdeA para que ahora no haya ningún Mentor en condiciones de uso como biplaza. El 8 de octubre de 2010, el instructor, primer teniente
Martín Bettiol, y su alumna, alférez femenina, cayeron a tierra en el Mentor matrícula E-046 que integra el Grupo Aéreo Escuela. El accidente destruyó el 90 por ciento de la nave pero no hubo que lamentar pérdidas humanas. Se comprobó que una de las bancadas (hay cuatro que fijan el motor al fuselaje) tenía una fisura atribuible a la fatiga del material, falla que originó el siniestro. A mediados de abril pasado otro percance volvió a alertar sobre la obsolescencia. El motor del Mentor matrícula E-074 se engranó cuando estaba en la aproximación final previa al aterrizaje. Este mismo aparato sufrió otra falla grave a principios de agosto, según consta en los registros del Grupo Aéreo Escuela. No funcionó el tren de aterrizaje y se le cortó una tubería de combustible que dejó el aparato sin propulsión. El capitán de la Fuerza Aérea,
Javier Stafulkui, y su alumno, un capitán del Ejército, resultaron ilesos tras el aterrizaje forzoso en la pista 01 de la escuela. Por fortuna una vez más salvaron sus vidas los dos tripulantes. ¿Habrá un tercer incidente con la misma suerte?
La Armada Argentina ofreció a Defensa una salida momentánea al atolladero del CBCAM, que ya
pospuso el egreso de tres camadas de pilotos: organizó un curso en la Escuela de Aviación Naval de Punta Indio que se estima finalizará sin inconvenientes en diciembre próximo. El aparato usado para el adiestramiento básico es un Mentor T-34 C turbopropulsado que se adquirió nuevo a los Estados Unidos en 1978.
http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=604718
pd: Hay cosas que no me cierran, como lo del peso que agrega el Larguero y el corrimiento del CG. Pero es bueno que salga en los medios.