Si, pero no, no es el caso.
Son tipos que se sabe que cometieron actos de terrorismo, son recibidos por el embajador de Palestina, no por Hamas, es un dato a tener en cuenta
No, no se sabe si todos cometieron actos terroristas, muchos de ellos cometieron delitos, es algo muy común, muy instalado en la media hebrea, decir por ejemplo: un palestino mató de un tiro a un israelí y el encabezado de la noticia dice "un terrorista mató a un israelí".
Hamas no tiene representación en ningún país salvo en la franja, asi que la recepción en Turquía yo lo veo más como una exigencia de los turcos para que se hagan cargo de los liberados.
Dejo un artículo que plantea algo similar a lo que digo. Saludos
Hernán.
Gilad Shalit, los presos palestinos y las «manos manchadas con sangre»
Nos podemos más que felicitarnos, en el plano humano, por la liberación del "rehén" Gilad Shalit, entregado a su familia y a sus allegados luego de cinco años de cautividad. Podemos, no obstante, asombrarnos del sitio concedido a este acontecimiento por numerosos medios, con enviados especiales a su pueblo natal, esperando su vuelta, entrevistando a los habitantes, compartiendo la emoción general.
Si la alegría de los palestinos es del mismo modo mostrada, y es una buena cosa, en cambio no es usual compartir, la de cualquier familia indeterminada, la de una mujer que se reencuentra con su marido (ciertos presos se corrompen en las cárceles israelíes desde hace más de treinta años, bien digo, treinta años, un tercio han estado detenidos antes de los acuerdos de Oslo de 1993), de un hijo que se reencuentra con su padre que ya había olvidado el rostro de su hijo.
Una de las observaciones que vuelven sin cesar a los medios es que esta gente a quien se libera tiene «sus manos manchadas con sangre». Es asombroso ver tan recuperado uno de los temas de la propaganda israelí, que habla de «la sangre judía sobre sus manos».
Sí, un número de prisioneros participó en acciones contra militares e incluso civiles israelíes. Era también el caso de los combatientes del Frente de Liberación Nacional (FLN) argelino y del Congreso nacional africano (ANC) sudafricano: ambos llevaron acciones armadas, ambos cometieron actos "terroristas" (ataques contra cafés, contra civiles, etc). Nelson Mandela, presentado hoy como una suerte de icono del pacifismo, fue considerado como un terrorista por Estados Unidos y el Reino Unido; Amnistía Internacional se había negado a declararlo «como prisionero de conciencia» porque predicaba la violencia.
La cuestión esencial que no será tratada: ¿acaso el ataque contra Gaza en diciembre del 2008, durante el cual crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad han sido cometidos, no significa que el ejército israelí tiene «manchada con sangre sus manos»? Sin hablar de la invasión del Líbano de 1982, que provocó miles de víctimas civiles, o la guerra contra el mismo país en el 2006, que dejó como saldo 1.400 muertos.
Uno de los argumentos más falaces utilizados en referencia a los presos palestinos es que son llevados frente a los tribunales, que Israel es un país democrático, que su justicia es independiente, etc. Todos los que conocen un poco el sistema judicial de este país saben que esto es perfectamente falso, incluso sin mencionar a los presos "administrativos", que se los mantiene detenidos sin proceso, pero "legalmente". Sería un tema muy interesante para que los medios investiguen sobre eso.
Para volver sobre la emoción que parecen tener los medios occidentales frente a la liberación de Shalit, esperemos que den pruebas de la misma compasión para el franco-palestino Salah Hamouri, encarcelado desde hace casi siete años como consecuencia de un proceso que fue resumido así por Alain Juppé, el ministro de asuntos extranjeros francés: «Deploro que las autoridades israelíes no hayan tomado la decisión de condonar la pena, más aún cuando las confesiones hechas en la audiencia no han sido corroboradas por ningún elemento de prueba. Mido la pena de su familia, mientras que ahora está en edad de dedicarse a estudiar. También comprendo que el interesado eligió no solicitar la petición de gracia. Es una actitud respetable». Y que numerosas cadenas de televisión cubrirían en directo su liberación.
Fuente: Le Monde diplomatique por Alain Gresh 18 de octubre 2011
Traducción propia.
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Gilad Shalit, les prisonniers palestiniens et le «sang sur les mains»
On ne peut que se féliciter, sur le plan humain, de la libération de l’«otage» Gilad Shalit, rendu à sa famille et à ses proches après cinq ans de captivité. On peut toutefois s’étonner de la place accordée à cet événement par nombre de médias, avec des envoyés spéciaux dans son village natal, attendant son retour, interrogeant les habitants, partageant l’émotion générale.
Si la joie des Palestiniens est également montrée – et c’est une bonne chose –, on partage en revanche rarement celle d’une famille précise, celle d’une femme retrouvant son mari (certains prisonniers croupissaient dans les geôles israéliennes depuis plus de trente ans – j’ai bien dit trente ans –, un tiers ont été arrêtés avant les accords d’Oslo de 1993), d’un fils retrouvant son père dont il ne se remémore même pas le visage.
L’une des remarques qui reviennent sans cesse dans les médias est que ces gens que l’on libère ont «du sang sur les mains». Il est étonnant de voir ainsi repris l’un des thèmes de la propagande israélienne, qui parle, elle, de «sang juif sur les mains».
Oui, nombre de prisonniers ont participé à des actions contre des militaires et même des civils israéliens. C’était aussi le cas des combattants du Front de libération nationale (FLN) algérien et du Congrès national africain (ANC) sud-africain: tous deux ont menés des actions armées, tous deux ont commis des actes «terroristes» (attaques contre des cafés, des civils, etc.). Nelson Mandela, présenté aujourd’hui comme une sorte d’icône du pacifisme, était considéré comme un terroriste par les Etats-Unis et le Royaume-Uni; Amnesty International avait refusé de l’adopter comme «prisonnier de conscience» parce qu’il prônait la violence.
La question essentielle qui ne sera pas posée: est-ce que l’attaque contre Gaza de décembre 2008, durant laquelle des crimes de guerre et des crimes contre l’humanité ont été commis, ne signifie pas que l’armée israélienne a «du sang sur les mains»? Sans parler de l’invasion du Liban de 1982, qui a fait des milliers de victimes civiles, ou de la guerre contre ce même pays en 2006, qui a causé 1.400 morts.
L’un des arguments les plus fallacieux utilisés concernant les prisonniers palestiniens est qu’ils sont passés devant des tribunaux, qu’Israël est un pays démocratique, que sa justice est indépendante, etc. Tous ceux qui connaissent un peu le système judiciaire de ce pays savent que cela est parfaitement faux – sans même parler des prisonniers “administratifs”, que l’on maintient en détention sans procès, mais «légalement». Ce serait un sujet intéressant pour les médias d’enquêter là-dessus.
Pour revenir sur l’émotion qui semble saisir les médias occidentaux devant la libération de Shalit, espérons qu’ils feront preuve de la même compassion pour le Franco-Palestinien Salah Hamouri, emprisonné depuis bientôt sept ans à la suite d’un procès qui était ainsi résumé par Alain Juppé, ministre français des affaires étrangères: «Je déplore que les autorités israéliennes n’aient pas pris de décision de remise de peine, d’autant que les aveux faits à l’audience n’ont été corroborés par aucun élément de preuve. Je mesure la peine de sa famille, alors qu’il est à présent en âge de s’investir dans des études. Je comprends également que l’intéressé a fait le choix de ne pas solliciter de demande de grâce. C’est une attitude respectable». Et que de nombreuses chaînes de télévision couvriront en direct sa libération.
Le Monde diplomatique par Alain Gresh 18 octobre 2011