EEUU envía dos buques de guerra con misiles crucero a Libia
La hipótesis de que el ataque contra el consulado estadounidense en Bengasi fue planeado con antelación cobró fuerza tras la reconstrucción de los hechos, mientras el Gobierno de Barack Obama decidió extremar la seguridad con el envío de 50 marines y dos buques de guerra a Libia.
La noche del martes, en el undécimo aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, Chris Stevens se convirtió en el primer embajador estadounidense en morir asesinado en el cargo desde 1979, cuando un tiroteo mató al jefe de la legación en Afganistán, Adolph Dubs.
Stevens, el también diplomático Sean Smith y otras dos personas aún sin identificar perdieron la vida en el ataque al consulado estadounidense en Bengasi, que se prolongó durante unas cuatro horas marcadas por el caos y el fuego y que causó, además, al menos tres heridos.
Sobre las 10 de la noche hora local ( del martes), un "grupo extremista sin identificar" atacó el consulado, donde estaban en ese momento entre 25 y 30 personas, y aisló a los encargados de la seguridad de Stevens y Smith, cuyo cuerpo fue hallado sin vida dentro del edificio.
Los agentes de seguridad estadounidenses, que contaban con la ayuda de fuerzas libias, tuvieron que pedir refuerzos para repeler los ataques y retomar desde un edificio anexo el complejo central del consulado, donde habían perdido de vista a Stevens, de 52 años.
Según los funcionarios estadounidenses, Stevens fue rescatado inconsciente por individuos no identificados y llevado a un hospital. Solo tuvieron acceso a su cuerpo ya sin vida en el aeropuerto de Bengasi, por lo que las causas de su muerte se desconocen todavía.
En un principio se pensó que detrás del ataque al consulado en Bengasi y a la embajada en EE.UU. en El Cairo, ocurrido también el martes pero que no causó víctimas, estaba una película que se burla del islam y caricaturiza al profeta Mahoma.
Se llama "La Inocencia de los Musulmanes", circula desde julio en internet y su autor ha sido identificado como Sam Bacile, pero persisten las dudas sobre si es un nombre real o un seudónimo y sobre su nacionalidad.
El diario The Wall Street Journal dijo que Bacile es un israelí-estadounidense residente en California, cineasta y agente inmobiliario; sin embargo, un allegado del creador de la película desmintió al periódico Atlantic que sea israelí, y sostuvo además que no cree que sea judío. Por su parte, las autoridades israelíes indicaron que el nombre de Sam Bacile no figura registrado en las listas de ciudadanos del país.
En declaraciones a The Wall Street Journal desde un lugar no precisado donde se esconde, Bacile defendió su película y sostuvo que el "islam es un cáncer".
Sin embargo, funcionarios estadounidenses y libios han puesto en duda en las últimas horas que la violencia creciera espontáneamente a raíz de la indignación por el tinte antimusulmán de la película y apuntan, al menos en el caso del consulado en Bengasi, a un ataque planeado y organizado.
El Gobierno libio sospecha que detrás del ataque pueden estar simpatizantes del derrocado y fallecido líder Muamar el Gadafi.
Mientras, funcionarios estadounidenses citados por The Washington Post consideran que podría estar implicada una filial de Al Qaeda, aunque las investigaciones están aún en fase preliminar y en manos de la CIA y el FBI.
Según varios expertos, el ataque que acabó con la vida del embajador Stevens fue "muy bien planificado" y además estuvo "relacionado con el aniversario del 11 de septiembre".
Todo el personal del consulado estadounidense de Bengasi ha sido evacuado a Trípoli y el Gobierno ha enviado dos buques de guerra a las costas de Libia.
Los dos barcos, equipados con misiles de crucero Tomahawk, y 300 hombres a bordo, se sumarán a unos 50 marines estadounidenses que partieron hacia Libia para reforzar la seguridad de las instalaciones diplomáticas.
Además, EE.UU. utilizará aviones no tripulados, conocidos como drones, en Libia para buscar campamentos de extremistas y otros objetivos que pudieran estar vinculados con el ataque al consulado en Bengasi, según la cadena CNN.
"Que no haya lugar a dudas: se hará justicia", prometió el presidente Barack Obama en una declaración desde la Casa Blanca en la que aseguró que "ningún acto de terror" hará que Estados Unidos "se rinda" y ordenó elevar las medidas de seguridad en las embajadas de todo el mundo.
Obama y el aspirante presidencial republicano, Mitt Romney, también intercambiaron ataques sobre lo ocurrido en Libia y Egipto pese a la intención expresada por ambos de dejar el asunto fuera de la contienda electoral.
Romney criticó la "vergonzosa" actuación del Gobierno a raíz de un comunicado de la embajada estadounidense en El Cairo que condenó el video antimusulmán de Bacile y dijo que Obama ha demostrado "falta de claridad en su política extranjera".
Por su parte, Obama acusó a Romney de "disparar antes de apuntar" con sus críticas.
EFE y Aurora