Fuerzas de seguridad del país revelan entrenamientos para grandes eventos
Atentado en el maratón de Boston encendió la luz amarilla; Faltan sólo 55 días para la Copa de las Confederaciones
Tras meses de espera, llegó la hora de entrar en acción. El Mando de Operaciones Tácticas de la Policía Federal está a la busca de un terrorista. Informaciones de inteligencia llevaron los agentes hasta el local. La operación era sólo entrenamiento. Ejercicio necesario para el país, que se prepara para acoger cuatro grandes eventos internacionales.
El atentado en el maratón de Boston, esta semana, encendió la luz amarilla. Faltan sólo 55 días para la Copa de las Confederaciones. Seis capitales van a recibir la competición, entre 15 y 30 de junio de 2013. Casi 50 mil hombres de las fuerzas armadas y de la seguridad pública tutearán en esas ciudades.
Pocos días después, viene la segunda prueba: la visita de Papa Francisco a Brasil. Él va a participar de la Jornada Mundial de la Juventud, en julio, en Río de Janeiro. El Río también será sede de las Olimpíadas de 2016. Y aún tiene la Copa del Mundo, en 2014.
Pero será que existe el riesgo de un ataque terrorista en Brasil?
“Yo sinceramente no veo una amenaza, pero hay una amenaza latente en el mundo que puede bajar en cualquier lugar. Entonces, nodos tenemos que estar preparados para enfrentarla”, dice Celso Amorim, ministro de la defensa.
Las tareas de seguridad serán hendidas. El peligro puede estar en cualquier lugar, como en un paquete abandonado en la calle.
Los hombres de la Policía Federal tienen la misión de prevenir eventuales ataques.
En la acción, el especialista es llamado. Él se dirige al local sinalizado por los compañeros. En el local, monta el aparato de rayos-X que va a mostrar si el paquete contiene de hecho una bomba. Las imágenes son enviadas para un ordenador. Con la certeza de que el material es peligroso, entra en acción un pequeño robot, comandado a la distancia. El robot se aproxima. Y, con un jato super potente de agua, desactiva el explosivo. Quince de esos robots fueron comprados y deben llegar al país en mayo.
La Policía Federal está montando unidades antiterror en todas las ciudades que van a acoger la Copa de las Confederaciones y la Copa del Mundo. Y encomendó 28 ropas especiales. Ellas pesan 40 kilos, y la una distancia de tres metros, es capaz de resistir a una bomba 500 veces más potente del que la carga usada para explotar una puerta.
“Ella no me transforma en un superhombre. Pero, en contrapartida, ella me da una protección balística muy grande”, dijo un agente.
En Goiânia, una unidad especial del ejército se prepara para enfrentar otra situación extrema. El riesgo de una contaminación radioativa.
Los militares juegan un sinalizador en uno de los cómodos. Él ayuda un equipo de especialistas a detectar el peligro.
El grupo forma parte de los 1.200 hombres de las fuerzas armadas entrenados para acciones contra terroristas, en la tierra y en el aire. Doce helicópteros de combate podrán interceptar aviones que vuelen en áreas prohibidas durante los eventos.
En una sala, en Brasilia, la misión es evitar la amenaza de virus y hackers. Un ataque podría dejar miles de usuarios sin servicios básicos e incluso provocar un apagão.
“En el área cibernética, el tiempo de reacción es muy pequeño. Todas las agencias preocupadas con la seguridad pública están tomando medidas preventivas”, cuenta el general José Carlos de Santos.
La estrategia del gobierno es dividir papeles y responsabilidades.
En el Maracanã, el Batallón de Operaciones Especiales, el Bope, va auxiliar los agentes contratados por la Fifa. Ellos cuidarán de la seguridad dentro de los estadios. De la puerta para fuera, la tarea es del Estado.
“Aquí va a estar la disposición toda la seguridad privada,”, dice el gerente de seguridad de la Fifa.
Pero a menos de dos meses para la primera partida de la Copa de las Confederaciones, aún no hubo un entrenamiento conjunto en el Maracanã.
Hasta ahora, sólo los uniformes están listos. Las cámaras de seguridad de alta resolución ya fueron instaladas, pero no fueron probadas.
Faltan seis días para la inauguración del Maracanã. Y el ritmo de las obras aún es intenso. Llega a tener impresión de que no va a dar tiempo. Será que el retraso en las obras y en la entrega de equipamientos no puede comprometer la seguridad en la Copa de las Confederaciones?
“Todo que el comité ha acompañado, todos los centros de mando y control van a estar listos”.
Casi R$ 2 bilhões fueron invertidos para equipar las Fuerzas Armadas y la seguridad pública.
Pero ni todo quedará pronto a tiempo para el primero gran prueba. Sólo tres de seis camiones, equipados con un sofisticado sistema comunicacional, estarán a puestos para la Copa de las Confederaciones.
En Brasilia, un Centro Nacional de Control debería monitorear todo lo que acontece en los locales de competición. Pero la entrega de los equipamientos atrasó.
Otros doce centros regionales están previstos para la Copa del Mundo. Para la Copa de las Confederaciones, sólo los mandos de Río de Janeiro y de Bello Horizonte serán entregues.
Fantástico: “Pero la previsión no era para tener centros de mando y control en los seis estados. Y también en Brasilia y en Río de Janeiro”.
“Son equipamientos de última generación y que algunos de ellos son importados, y, por lo tanto, tiene una dificultad mayor. Entonces, nodos sabíamos que alguna cosa podría atrasar. Pero, en nada compromete nuestra actuación”, dijo Valdinho Caetano, sec. para grandes eventos Ministerio de la Justicia.
Para un especialista, falta mando. “Cuando usted no tiene esa estructura montada, significa que usted no puede ofrecer una real capacidad de respuesta a una amenaza, a un atentado que pueda ocurrir”, explica el profesor de la Universidad Federal Fluminense Marcial Suarez.
“Yo creo que nodos no estamos vulnerables. Ahora tenemos que prevenirnos. No podemos quedar confiantes en el hecho de que en Brasil nunca aconteció nada y que, por lo tanto, nunca va a acontecer”, cree Celso Amorim.