Los separatistas del sur de Yemen se hacen con el control de Aden y expulsan al Gobierno
Un conflicto latente, de resonancias históricas, ha terminado saltando por los aires en la sureña Aden, la segunda ciudad del despedazado Yemen. Las fuerzas que hasta ahora habían cooperado contra el enemigo común de los hutíes se han enfrascado en unos violentos combates que se han saldado con al menos 36 muertos y han dejado al Gobierno atrapado en el palacio presidencial de la villa.
"En realidad, los enfrentamientos que se registraron por toda la ciudad en los últimos días se están reduciendo. La victoria de las fuerzas separatistas del sur está cerca", reconoce a EL MUNDO Esam Sherim, un dirigente de Conferencia, el partido político del fallecido Ali Abdalá Saleh, desde las cercanías de Aden. "El Gobierno del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi ha perdido el control de Aden", agrega.
Los separatistas -un movimiento secesionista que busca deshacer la reunificación de 1990 y recuperar Yemen del Sur- han alcanzado este martes el cuartel general de la guardia presidencial e iniciado el asedio del palacio presidencial, donde se hallan confinados algunos miembros del Gobierno de Hadi, refugiado en Arabia Saudí.
Fuentes gubernamentales han avanzado que el primer ministro Ahmed Abid bin Daguer se prepara para abandonar el inmueble acompañado por sus trece ministros en dirección a una base militar de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí. Su destino final es abrazar el exilio. Desde Riad, Hadi acusó este lunes a sus antiguos aliados de perpetrar "un golpe de Estado" y una "rebelión armada".
En las tres jornadas de escaramuzas, en las que se ha empleado artillería pesada, al menos 36 personas han perdido la vida, según datos proporcionados por el Comité Internacional de la Cruz Roja. La contienda -un nuevo frente en la guerra civil que padece desde 2015 la nación más pobre del golfo Pérsico- está impulsando las aspiraciones del consejo transicional del sur, el órgano de los separatistas presidido por el exgobernador de Aden, Eidarus al Zubeidi, y amenaza con dividir incluso a los dos países que encabezan la coalición árabe.
El consejo, respaldado por Emiratos Árabes Unidos, fue formado el año pasado para desempolvar la utopía de un Estado independiente. Los choques estallaron el domingo tras cumplirse el ultimátum lanzado por los separatistas para que Hadi -apoyado por Arabia Saudí- destituyera a su Gabinete entre acusaciones de corrupción y desgobierno. Para tratar de contener la precaria situación económica en Aden, Riad anunció a principios de este mes la transferencia de 2.000 millones de dólares al banco central yemení.
En las últimas horas los partidarios del consejo han difundido a través de las redes sociales fotogramas con la enseña de Yemen del Sur ondeando en bases de la ciudad portuaria. Los progresos de sus tropas han animado, además, las celebraciones callejeras con la secesión como trofeo de guerra. Sus acólitos anhelan un país formado por las provincias de Aden, Lahech, Shebua, Al Dalea y Hadramut.
Este martes, la coalición árabe -que inició en marzo de 2015 los bombardeos sobre las posiciones del grupo rebelde chií de los hutíes- ha instado a las partes en liza a firmar un alto el fuego inmediato. "La coalición tomará todas las decisiones que considere oportunas para restaurar la estabilidad y la seguridad en Aden", ha señalado la nota.
En la víspera, su portavoz Turki al Maliki despachó mensajes destinados a ambas partes. A los separatistas les exhortó a "hablar con el Gobierno legítimo" mientras pedía al Ejecutivo que "valorara las demandas del movimiento social y político" de los separatistas. El ministerio del Interior ha dado orden a todas sus unidades de cesar la lucha con la esperanza de que el rival "responda positivamente a la llamada de la coalición".
El polvorín yemení -con la mayoría de la población en zonas administradas por los hutíes, sometidas a un salvaje bloqueo que ha propagado la hambruna y las epidemias- se ha convertido en un filón para las organizaciones yihadistas. Al menos 12 soldados de una fuerza local apoyada por Emiratos Árabes Unidos han muerto este martes en el ataque de un coche bomba contra un puesto de control al noreste de Ataq, la capital de la provincia sueña de Shebua. Aunque el atentado no ha sido aún reivindicado, el lugar y el "modus operandi" señalan a Al Qaeda en la Península Arábiga, una de las sucursales más temidas de la red que fundó Osama Bin Laden.
En Yemen, las dos potencias de Oriente Próximo, Arabia Saudí e Irán, libran una batalla por la hegemonía en la región. Un complicado puzzle de cambiantes alianzas que han acabado en tablas. Tres años después del inicio de la contienda, ningún bando ha logrado cantar victoria mientras la población civil es víctima de la hambruna, el cólera, la difteria y "la mayor catástrofe humanitaria" del planeta. Desde marzo de 2015, los bombardeos saudíes se han cobrado más de 9.200 vidas y han dejado más de 49.000 heridos. El conflicto ha provocado más de tres millones de desplazados.
http://www.elmundo.es/internacional/2018/01/30/5a707e68268e3e594f8b462d.html