Gobierno Dilma planea ingreso del sector privado en usina nuclear
El gobierno federal debe enviar al Congreso Nacional los próximos meses un Proyecto de Enmienda Constitucional (PEC) para rever el artículo de número 177 de la Constitución Federal, que determina el monopolio público en cualquier actividad nuclear. Esa es una salida del gobierno Dilma Rousseff para atraer inversores privados para participar de la construcción de por lo menos cuatro usinas nucleares que deben ser construidas en el País hasta 2025 y costar decenas de bilhões de reales.
Por la regla actual, la Unión tiene el monopolio sobre la actividad nuclear brasileña, que es ejercida en la generación por la Eletronuclear, una subsidiária de la Eletrobras. De esta forma, el gobierno tiene que invertir íntegramente los recursos para la construcción de fábricas. Con la revisión de las reglas, la iniciativa privada podrá participar como inversor de las obras, aliviando el peso para el gobierno y, por consecuencia, llevando estímulos para mayor eficiencia en la construcción de las instalaciones y mayor lucratividade.
Con las normas actuales, hay riesgos jurídicos para los inversores privados inviertan en energía nuclear, explica Mário Menel, presidente de la Asociación Brasileña de los Inversores en Autoprodução de Energía (Abiape). Según él, interesaría para las empresas socias de la Abiape – entre ellas Vale, Votorantim, Alcoa, ArcelorMittal, Gerdau – poder invertir en energía nuclear y garantizar su suprimento. Esas empresas son consumidores intensivas de energía y poseen fábricas propias o participaciones en consorcios de grandes emprendimientos.
Actualmente, esas empresas pueden actuar sólo como proveedoras del gobierno de equipamientos, ingeniería y tecnología necesaria para la instalación de las plantas nucleares, pero ellas no pueden participar como socias del emprendimiento, corriendo riesgos o lucrando con ellas. Ni incluso empresas privadas que actúan en la generación pueden competir con el gobierno.
Para participar de los emprendimientos, si posible, los inversores privados van a exigir, sin embargo, garantías de que el gobierno tendrá oferta abundante de uranio enriquecido para ser convertido en energía eléctrica. Esa responsabilidad será dividida por la Marina y por las Industrias Nucleares del Brasil (INB) para el suministro a Angra 3 a partir de 2015.
Uranio continúa bajo monopolio
En reunión con periodistas hace dos semanas, la presidenta Dilma Rousseff afirmó que quiere mantener en posesión de la Unión el monopolio sobre el enriquecimiento del uranio. Pero el gobierno considera permitir colaboraciones público-privadas para su explotación.
No hay expressiva opinión contraria dentro del gobierno con relación a la participación de empresas privadas en esos consorcios, desde que la seguridad del uranio y de sus procesos de enriquecimiento sean rígidamente mantenidos bajo control. La presidenta aseguró que ese cambio no afecta la finalidad del uso de la energía nuclear en el Brasil: sólo para fines pacíficos.
El ministro de Minas y Energía afirmó a la prensa la semana pasada que aún este año el gobierno definirá la localización de las cuatro nuevas fábricas que el Brasil deberá construir hasta 2030. Ellas serán instaladas en dos localidades diferentes: dos en el Nordeste y otras dos en la región Centro-Sur. Cada una de esas fábricas tendrá capacidad de generar 1.000 megawatts (MW), pero su precio final aún no fue previsto oficialmente.
Contexto histórico
Habiendo superado buena parte de los traumas y prejuicios del área ambiental, la energía nuclear tiende a ser cada vez más presente en el parque generador brasileño, que es tomado en gran medida por la generación hidrelétrica. Eso porque, tras la subasta de grandes fábricas, las prójimas tienden a tener un coste marginal mayor, haciéndose cada vez más caras.
En afirmación hecha el año pasado, el secretario-ejecutivo del ministerio de Minas y Energía, Márcio Zimmermann, reconoció esa tendencia de crecimiento de la participación de la energía nuclear en la matriz energética nacional a partir de 2015. Él llegó a proponer el debate de un nuevo programa nuclear a partir de este año.
Así como ocurrió en las últimas grandes hidrelétricas que fueron a subasta – Bella Monte, en el Pará, Jirau y Santo Antônio, en Rondônia – la participación de empresas privadas llevó a una competencia saludable, rebaixando el precio final de la energía en las subastas. Con esa competición, cae el precio cobrado del consumidor de energía eléctrica.
El emprendedor privado trae un valor agregado para el emprendimiento, que se revierte en mayor velocidad en la ejecución de la obra y mayor eficiencia en su construcción, destaca Menel de la Abiape. Vale acordar que la fábrica de Angra 3 tuvo su construcción interrumpida en 1986, tuvo su renudación oficializada en 2008 y deberá entrar en operación sólo en 2015.