Si estudiamos la historia del Líbano, incluyendo su guerra civil, los acuerdos de paz que le pusieron fin y el funcionamiento de sus instituciones políticas, entonces es probable encontrar una parte de la población y algunos grupos de poder felices con estos eventos. Especialmente entre las minorías cristianas.
Pero eso no significa que sea toda la población, ni todos los grupos de poder, ni que el resultado de estos eventos sean positivos para el funcionamiento de las instituciones políticas, socioculturales y económicas del Líbano. Especialmente entre las mayorías chii.
Por el contrario, puede contribuir a reiniciar la guerra civil. Cuanto menos, contribuye a deteriorar aún más el complejo funcionamiento del gobierno libanés. Cualquiera de estos escenarios, tanto de mínima como de máxima, seguramente resultan satisfactorios para los intereses de Israel.
