Derruido
Colaborador
El futuro de la Armada Brasilera
Oct-16-09 - por Ignacio J. Osacar (Coordinador de la Comisión de Defensa del CENM)
La Estrategia Nacional de Defensa (END) de Brasil ha establecido los lineamientos sobre los cuales se consolida a la Armada como instrumento militar, en el marco de profundas reformas estructurales que serán concretadas para contribuir al objetivo nacional de constituirse en indiscutida primera potencia regional y compartir una posición de país líder a nivel mundial.
Se determina que las tareas estratégicas navales serán la negación de uso del mar, el control de las áreas marítimas y la proyección de poder naval. Estas tareas serán ejecutadas a partir de una doctrina de desarrollo del poder naval descripta como "desigual y conjunta", puntualizando que en caso de darse igual peso a los tres objetivos, se correría el riesgo de ser mediocre en todos ellos. Esto demandará la reconstrucción de la Armada por etapas, balanceando los componentes de superficie, submarino y aeroespacial.
La primera prioridad será contar con los medios para negar el uso del mar a cualquier fuerza enemiga que se aproxime a las aguas jurisdiccionales brasileras. Para garantizar esta capacidad es preciso concentrar la capacidad de proyección de poder y crear condiciones para controlar, en el grado necesario y dentro del derecho internacional, las áreas marítimas y aguas interiores de importancia político estratégica, económica y militar, como también las líneas de comunicaciones marítimas. Se aclara especialmente que la proyección de poder se considera como un concepto subordinado a la negación del uso del mar.
Las tres tareas estratégicas tendrán objetivos sin prioridad ni jerarquía, que se determinaran de acuerdo a las circunstancias. Estos serán: 1. La defensa de las plataformas petroleras 2. Defensa de las instalaciones navales y de las rutas oceánicas en aguas jurisdiccionales 3. Prontitud para responder a cualquier amenaza de Estados, fuerzas no convencionales o criminales. 4. Capacidad para participar en operaciones de paz, fuera del territorio y en aguas internacionales, bajo el mandato de Naciones Unidas u organismos internacionales regionales.
Las áreas del litoral tendrán especial atención, particularmente la faja de Santos a Vitoria y el área próxima a la desembocadura del rio Amazonas. Se otorga relevancia en las vías navegables en las cuencas del Amazonas y del Paraná-Paraguay, teniendo en cuenta el proyecto de las hidrovias Paraná-Tieté, Madeira, Tocantins-Araguaia y de Tapajos-Teles Pirés
Se contará con una fuerza de submarinos convencionales y nucleares de importancia, para lo cual se mantendrá e incrementará la capacidad de proyectar y fabricar los mismos. Se aceleraran las inversiones y asociaciones necesarias para ejecutar el proyecto del submarino nuclear. También se desarrollara la capacitación requerida para proyectar y fabricar misiles con los que se armará la fuerza submarina y se procurará obtener la autonomía nacional necesaria en el campo de la tecnológica cibernética, que permita la navegación discreta de los submarinos y el control eficiente de sus sistemas de armas.
Desde el punto de vista operativo, para estar en capacidad de contar con un submarino nuclear en patrulla en todo momento, se requiere disponer de no menos de tres, dado que el segundo debe estar preparándose para relevar al primero y el tercero efectuando el mantenimiento que corresponde al regreso de su período de patrulla. Esa pareciera ser una decisión ya adoptada.
Los Fusileros Navales son el medio que asegura la proyección de poder y por lo tanto la Armada los mantendrá en condiciones de empleo inmediato con carácter de fuerza expedicionaria. Se los considera esenciales para la defensa de instalaciones navales y portuarias, de las márgenes en las áreas fluviales, de los archipiélagos, e islas oceánicas, y para actuar en operaciones internacionales de paz y de ayuda humanitaria en cualquier lugar del mundo. En la actualidad esa fuerza ya cuenta con 14.500 efectivos.
Para la flota de superficie se destaca la necesidad de contar con naves de gran porte para operar prolongados periodos en alta mar, como también de menores dimensiones para patrullar el litoral y los principales ríos navegables. Las embarcaciones de combate, de transporte, de patrulla oceánica, litoral y fluvial serán concebidas y construidas con la misma versatilidad funcional que las destinadas a las operaciones en alta mar.
Se establece la preferencia de proyectar y construir naves de propósitos múltiples, con capacidad de porta-aeronaves, por sobre los porta-aeronaves convencionales de empleo exclusivo. El portaviones "Mina Gerais" es en la actualidad el único buque de esas características que presta servicios en Sudamérica.
Será requisito fundamental que la Fuerza Aérea tenga capacidad para operar estrechamente con la Aviación Naval, para que en caso de conflicto armado, aseguren la superioridad aérea local sobre el área de operaciones de la escuadra. Se puntualiza que la capacitación y las ejercitaciones de vigilancia marítima desde el espacio, integrará la capacitación operacional de la Armada.
Considerando las distintas circunstancias de la guerra, sobre todo en caso de enfrentar enemigos mucho más poderosos, queda definido que la fuerza de superficie será concebida y operada como reserva táctica o estratégica. La flota de superficie será empeñada cuando la situación táctica lo permita, pero solo con posterioridad del empleo inicial de la flota submarina, la que actuara coordinadamente con vehículos espaciales de vigilancia y medios aéreos para apoyo de fuego directo.
La Armada desarrollará conjuntamente con la industria nacional un avión con prestaciones para defensa y ataque, con el fin de maximizar el potencial aéreo de la fuerza naval.
Se indica también que se deberá acelerar el trabajo de instalación de bases para submarinos convencionales y nucleares. Esto señalaría que se dispondrá más de una base en forma permanente. Por extensión tampoco sería improbable la construcción de apostaderos discretos y protegidos.
Finalmente se plantea la necesidad de iniciar estudios y preparativos para establecer, lo más próximo posible a la desembocadura del Amazonas, una base naval de uso múltiple que sea comparable en importancia, por sus instalaciones y medios, a la existente actualmente en Rio de Janeiro.
Brasil a considerado que la defensa del mar es un factor decisivo para sus ambiciones de crecimiento y desarrollo para lo cual emprenderá el proceso escalonado de reorganización y equipamiento integral que asegure los objetivos establecidos.
Fuentes:
www.defesa.gov.br consultado 15-10-09
www.defesabr.com consultado 15-10-09
Oct-16-09 - por Ignacio J. Osacar (Coordinador de la Comisión de Defensa del CENM)
La Estrategia Nacional de Defensa (END) de Brasil ha establecido los lineamientos sobre los cuales se consolida a la Armada como instrumento militar, en el marco de profundas reformas estructurales que serán concretadas para contribuir al objetivo nacional de constituirse en indiscutida primera potencia regional y compartir una posición de país líder a nivel mundial.
Se determina que las tareas estratégicas navales serán la negación de uso del mar, el control de las áreas marítimas y la proyección de poder naval. Estas tareas serán ejecutadas a partir de una doctrina de desarrollo del poder naval descripta como "desigual y conjunta", puntualizando que en caso de darse igual peso a los tres objetivos, se correría el riesgo de ser mediocre en todos ellos. Esto demandará la reconstrucción de la Armada por etapas, balanceando los componentes de superficie, submarino y aeroespacial.
La primera prioridad será contar con los medios para negar el uso del mar a cualquier fuerza enemiga que se aproxime a las aguas jurisdiccionales brasileras. Para garantizar esta capacidad es preciso concentrar la capacidad de proyección de poder y crear condiciones para controlar, en el grado necesario y dentro del derecho internacional, las áreas marítimas y aguas interiores de importancia político estratégica, económica y militar, como también las líneas de comunicaciones marítimas. Se aclara especialmente que la proyección de poder se considera como un concepto subordinado a la negación del uso del mar.
Las tres tareas estratégicas tendrán objetivos sin prioridad ni jerarquía, que se determinaran de acuerdo a las circunstancias. Estos serán: 1. La defensa de las plataformas petroleras 2. Defensa de las instalaciones navales y de las rutas oceánicas en aguas jurisdiccionales 3. Prontitud para responder a cualquier amenaza de Estados, fuerzas no convencionales o criminales. 4. Capacidad para participar en operaciones de paz, fuera del territorio y en aguas internacionales, bajo el mandato de Naciones Unidas u organismos internacionales regionales.
Las áreas del litoral tendrán especial atención, particularmente la faja de Santos a Vitoria y el área próxima a la desembocadura del rio Amazonas. Se otorga relevancia en las vías navegables en las cuencas del Amazonas y del Paraná-Paraguay, teniendo en cuenta el proyecto de las hidrovias Paraná-Tieté, Madeira, Tocantins-Araguaia y de Tapajos-Teles Pirés
Se contará con una fuerza de submarinos convencionales y nucleares de importancia, para lo cual se mantendrá e incrementará la capacidad de proyectar y fabricar los mismos. Se aceleraran las inversiones y asociaciones necesarias para ejecutar el proyecto del submarino nuclear. También se desarrollara la capacitación requerida para proyectar y fabricar misiles con los que se armará la fuerza submarina y se procurará obtener la autonomía nacional necesaria en el campo de la tecnológica cibernética, que permita la navegación discreta de los submarinos y el control eficiente de sus sistemas de armas.
Desde el punto de vista operativo, para estar en capacidad de contar con un submarino nuclear en patrulla en todo momento, se requiere disponer de no menos de tres, dado que el segundo debe estar preparándose para relevar al primero y el tercero efectuando el mantenimiento que corresponde al regreso de su período de patrulla. Esa pareciera ser una decisión ya adoptada.
Los Fusileros Navales son el medio que asegura la proyección de poder y por lo tanto la Armada los mantendrá en condiciones de empleo inmediato con carácter de fuerza expedicionaria. Se los considera esenciales para la defensa de instalaciones navales y portuarias, de las márgenes en las áreas fluviales, de los archipiélagos, e islas oceánicas, y para actuar en operaciones internacionales de paz y de ayuda humanitaria en cualquier lugar del mundo. En la actualidad esa fuerza ya cuenta con 14.500 efectivos.
Para la flota de superficie se destaca la necesidad de contar con naves de gran porte para operar prolongados periodos en alta mar, como también de menores dimensiones para patrullar el litoral y los principales ríos navegables. Las embarcaciones de combate, de transporte, de patrulla oceánica, litoral y fluvial serán concebidas y construidas con la misma versatilidad funcional que las destinadas a las operaciones en alta mar.
Se establece la preferencia de proyectar y construir naves de propósitos múltiples, con capacidad de porta-aeronaves, por sobre los porta-aeronaves convencionales de empleo exclusivo. El portaviones "Mina Gerais" es en la actualidad el único buque de esas características que presta servicios en Sudamérica.
Será requisito fundamental que la Fuerza Aérea tenga capacidad para operar estrechamente con la Aviación Naval, para que en caso de conflicto armado, aseguren la superioridad aérea local sobre el área de operaciones de la escuadra. Se puntualiza que la capacitación y las ejercitaciones de vigilancia marítima desde el espacio, integrará la capacitación operacional de la Armada.
Considerando las distintas circunstancias de la guerra, sobre todo en caso de enfrentar enemigos mucho más poderosos, queda definido que la fuerza de superficie será concebida y operada como reserva táctica o estratégica. La flota de superficie será empeñada cuando la situación táctica lo permita, pero solo con posterioridad del empleo inicial de la flota submarina, la que actuara coordinadamente con vehículos espaciales de vigilancia y medios aéreos para apoyo de fuego directo.
La Armada desarrollará conjuntamente con la industria nacional un avión con prestaciones para defensa y ataque, con el fin de maximizar el potencial aéreo de la fuerza naval.
Se indica también que se deberá acelerar el trabajo de instalación de bases para submarinos convencionales y nucleares. Esto señalaría que se dispondrá más de una base en forma permanente. Por extensión tampoco sería improbable la construcción de apostaderos discretos y protegidos.
Finalmente se plantea la necesidad de iniciar estudios y preparativos para establecer, lo más próximo posible a la desembocadura del Amazonas, una base naval de uso múltiple que sea comparable en importancia, por sus instalaciones y medios, a la existente actualmente en Rio de Janeiro.
Brasil a considerado que la defensa del mar es un factor decisivo para sus ambiciones de crecimiento y desarrollo para lo cual emprenderá el proceso escalonado de reorganización y equipamiento integral que asegure los objetivos establecidos.
Fuentes:
www.defesa.gov.br consultado 15-10-09
www.defesabr.com consultado 15-10-09