Me extraña amigo su intervención, por 2 razones:
1) Que confunda, quizás sin intención, los conceptos de "hegemonía" y "liderazgo", cuyas connotaciones son profundamente distinguibles y hasta conflictivas entre sí, con tal de equiparar el comportamiento histórico de Argentina hacia sus vecinos y el mundo, y el que está actualmente mostrando Brasil en el mismo espectro, y quizás con eso pretender restar validez a las reservas que algunos foristas argentinos tenemos respecto de las pretensiones brasileras, mismas que si bien son inherentemente positivas, -como ya lo he aclarado antes- no resultan tan claramente beneficiosas para el resto de los países de la región, sobre los cuales se pretenden arrogar la total representatividad como basamento de sus aspiraciones geopolíticas.
2) Que como parte de esa idea-fuerza que presenta, en orden a demostrar su punto, recoja información incomprobable, y por más que lo fuera, nos presenta, en nombre de una nación, las palabras de un grupo de personas cuyas ideas jamás fueron puestas en práctica, así como no pueden ponerse en práctica las miles de ideas, legítimas o viciadas, de los miles de grupos de pensamiento que puedan poblar cualquier país, es entonces que sólo resta, como única y excluyente eviencia, la realidad concreta de la historia acontecida para debilitar la fuerza de su idea, hasta anularla completamente.
Saludos