Pasqualini definió su propio equipo de generales
Con la conformación de la nueva cadena de mandos, más de diez oficiales superiores pasarán a retiro
Mariano De Vedia
24 de febrero de 2018
Entre diez y doce generales pasarán a retiro, a partir de la nueva conformación de la cadena de mandos que definió en las últimas horas el jefe del Ejército, general de brigada Claudio Ernesto Pasqualini.
Formado en el arma de Infantería y surgido de la promoción 113 del Colegio Militar, Pasqualini incorporó como comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido, una de las divisiones que tendrá mayor protagonismo en la reforma de las Fuerzas Armadas que impulsa el Gobierno, al general Javier Antonio Pérez Aquino, que cumplió un papel activo como jefe de Observadores en la Misión de las Naciones Unidas en Colombia, dentro del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA.
Fortalece, así, su influencia el jefe del Estado Mayor Conjunto, teniente general Bari del Valle Sosa, quien había sido puesto en disponibilidad por el exjefe César Milani y reincorporado tras el retiro del militar kirchnerista.
Secundará a Pasqualini como jefe de la fuerza el general Héctor Horacio Prechi, formado en la misma promoción de su jefe, en el arma de Ingenieros. Hasta hace dos días, Prechi era director general del área de Organización y Doctrina.
Otro militar de la promoción 113, el general Aldo Daniel Sala, ocupará un puesto clave: el de comandante de Adiestramiento y Alistamiento, que tiene a su cargo todo el despliegue de las unidades de la fuerza.
Será fundamental su papel en la reestructuración militar que impulsa el Gobierno, que prevé la posible eliminación y fusión de algunas unidades, para "dar respuestas maduras a los desafíos actuales", según precisó hace tres días el ministro, al poner en funciones al titular del Ejército.
El general Sala venía desempeñándose, precisamente, como comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido, creada hace cinco años para dotar al Ejército de una organización más dinámica.
Para el modelo que impulsa Aguad, el despliegue territorial, aéreo y marítimo de las Fuerzas Armadas se completa con el desafío del control del ciberespacio, misión que coordinará especialmente el Estado Mayor Conjunto que conduce Sosa.
Al tomar nota del recambio en la cadena de mandos del Ejército, fuentes castrenses advirtieron que la purga de generales fue mayor hace dos años, cuando se hizo cargo de la fuerza el general Suñer. Con la elección del presidente Mauricio Macri, en ese momentos pasaron a situación de retiro 22 generales.
"Esta vez el recambio generacional es más leve. Habrá que ver, además, en qué medida se compensa la escasa experiencia en los niveles altos de la conducción y cómo se presenta el manejo en el nivel político", advirtió a LA NACION un experimentado militar que afrontó esos menesteres.
Las tres grandes divisiones del Ejército, con sedes en Curuzú Cuatiá, Córdoba y Bahía Blanca, tendrán nuevos comandantes: los generales Enrique Lugand (exjefe de la III Brigada de Monte), Alberto Esteban Sigón (exdirector de Remonta y Veterinaria) y Daniel Eduardo Varela (conducía la IX Brigada Mecanizada).
Los principales generales que se irán con la partida de Suñer son sus colaboradores inmediatos: Santiago Julio Ferreyra (exsubjefe de la fuerza), José Eduardo Navarro (excomandante de Adiestramiento y Alistamiento) y Gustavo Fernando Booth (exdirector general de Material), entre otros.
Según pudo saber LA NACION, Pasqualini propondrá los ascensos al grado de general de los coroneles Tomás Ramón Moyano (designado al frente de la Brigada Mecanizada X), Diego Martín López Blanco (Remonta y Veterinaria), Norberto Pedro Zárate (Brigada Blindada I), Sergio Javier Pucheta (Dirección de Arsenales), Gustavo Pedro
Tejeda (manejará el área de Administración y Finanzas), Gustavo Alejandro Garcés Luzuriaga (Ingenieros e Infraestructura), Horacio Martín Señoriño (secretario general) y Claudio Gabriel Gallardo (nuevo director general de Inteligencia).
Entre los desafíos que le esperan a Pasqualini se menciona las pocas expectativas de mejoras presupuestarias y la capacidad para afrontar las presiones para futuros recortes. En ese sentido, constituye una incógnita si el Ejército podrá contar como propios los recursos que se obtengan de las ventas de bienes que integran hoy su patrimonio.
Otras fuentes señalaron a LA NACION la cuestión de los militares detenidos por delitos de lesa humanidad, que el general Pasqualini conoce de cerca. Su esposa, María Laura Renes, es hija del coronel Athos Gustavo Renes, que cumple una condena de cadena perpetua por participar en la Masacre de Margarita Belén, en el Chaco, en diciembre de 1976.
https://www.lanacion.com.ar/2111842-pasqualini-definio-su-propio-equipo-de-generales