interesante nota.
https://opisantacruz.com.ar/home/20...camos-a-la-teoria-del-desastre-inducido/49215
Thyssen-Krupp tomó distancia, las baterías no se cambiaron y nos acercamos a la teoría del desastre inducido
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10:30 – El día 21 de este mes
publicamos una nota donde nos preguntábamos si el ARA San Juan no había sido víctima de la corrupción K, del relato, de la vanalogrización política fácil, el exitismo gaucho y el populismo que tanto mal nos hizo y nos hace a los argentinos dentro y fuera del país. Claro está que con cargo mayor al gobierno anterior quien tomó la iniciativa de mandar al submarino al escalón de media vida en talleres nacionales, pero sin esquivarle al bulto
de responsabilizar al actual que hace dos años está operando estas máquinas y todas las Fuerzas Armadas del país, sin decidir si las quiere, cómo las quiere y para qué las quiere.
Dicho esto y en virtud de los negros nubarrones que se ciernen sobre el destino de la nave, ya que transitamos el 8vo día, con la flota de la OTAN y sus alrededores peinando el fondo marino sin resultados positivos y el agravante de tomar cuerpo el concepto fatídico de “Anomalía acústica”, que lleva a pensar en una explosión, las miradas comienzan a girar hacia los constructores del submarino y preventivamente la empresa
Thyssen-Kruppsalió a dejar las cosas en claro, tal como hoy detalla Clarín: “
El ARA San Juan’, un submarino del tipo TR 1700, fue construido en nuestra antigua planta Nordseewerken de Emden y entregado al cliente en 1985“. Lacónico el mensaje, deja claro una cosa: a partir de 1985
Alemania dejó de tener injerencia en la máquina y el más importante de los escalones preventivos, no se hizo en fábrica.
El eslabón perdido
No es una presunción, en la web de Tandanor en el apartado “Grandes obras”, figura la reparación de media vida, corte, re motorización y energía del ARA San Juan y en la sección “Baterías”, dice expresamente: “
También se le realizó un replacado y la reparación integral de cada una de las 960 baterías que hacen funcionar al submarino y se repararon las válvulas y demás mecanismos del submarino para alcanzar su condición original”.
En los sitios especializados del mundo, se puede encontrar suficiente información sobre
el avance en materia de acumuladores de energía, que han dejado de utilizar los ácidos reactivos y el plomo para la excitación de las placas y se han sustituído
por componentes menos peligrosos, materiales más livianos, volúmenes más pequeños y capacidades de almacenamiento mayor que aquellas viejas baterías de 500 kilos cada una, buenas para su época pero superadas hace 30 años.
En el ARA San Juan las baterías nunca se cambiaron, sino como dice Tandanor, se procedió al “
replacado”. Como mala comparación es parecido a la vieja tradición de los años 70/80 cuando en el país se vendían las baterías para auto “acondicionadas a nuevas”, que costaban la mitad. Para tal fin, el Ministerio de Defensa, hizo un convenio con la fábrica de baterías “VARTA” y como señala hoy clarín, asignándole cargo a una fuente naval, dice: “
La Armada tenía “un convenio con Varta y capacitan en forma permanente a personal de la Armada para las tareas de reemplazo porque las baterías pueden perder hidrógeno, que es muy peligroso”.
Hoy ya trasciende con carácter de hecho consumado, que el problema de la “anomalía acústica” está asociado a una explosión, producto de un cortocircuito, como consecuencia de una deficiencia en las baterías.
El diario la Nación expresa hoy: “
Una de las versiones más verosímiles es la de una explosión producto de un cortocircuito en el bloque de 960 baterías que dan energía al TR-1700. Ese cortocircuito habría generado un arco voltaico entre las baterías y el casco de la nave. Algo así como un relámpago en un recinto cerrado, un relámpago imparable. De haber ocurrido eso, la onda expansiva podría haber tenido consecuencias letales dentro de la nave, aun cuando no hubiese puesto necesariamente en riesgo de colapso el barco”.
La lógica ciudadana
Un asiduo lector de OPI Santa Cruz y distinguido forista del espacio de discusión que admite nuestro medio, el señor
Javier Walter Sofía, escribió ayer un posteo al pie de nuestra nota “
Ecos falsos y tiempo exiguo”, que por su claridad y puntual objetividad en destacar los puntos más importantes de este hecho, creímos necesario reproducirla para lectura relacionada con el tema que hoy nos preocupa. Aquí transcribimos de manera textual, su contenido (Algunas frases/conceptos fueron resaltadas por OPI para destacarlas)
Javier Walter Sofía: Disculpen la crudeza, pero entre los imbéciles de un lado y otro de la mesa discutiendo lo hipotético y blandiendo teorías de conspiración, docenas de expertos en asuntos que nada tienen que ver como los 33 mineros y las torres gemelas, y una interminable prole de descerebrados diciendo cualquier cosa por las redes sociales y en los comentarios de las noticias de prensa; detrás de ellos en el dintel del edificio Libertad están parados, desesperados y desamparados los familiares de los tripulantes.
La prensa ha demostrado, una vez mas, su bajeza y mediocridad tal como lo hizo con el avión extraviado del aeropuerto de San Fernando, con Maldonado y otros tantos sucesos que contemporáneos nos han dolido a todos.
Ninguno de los políticos de la “década ganada” abrió la boca para decir algo, y como lo dije antes me juego que los políticos del “cambio”, seguro de la mano de su asesor espiritual (exactamente como lo hizo con Maldonado) se estará refregando las manos para aprovecharse del tema políticamente, no por nada la única comunicación oficial de carácter político fue por Twitter.
Pero lo fáctico se lo han pasado bien por el ****, hemos asistido a un “no hay problema, es solo problema de comunicación, el submarino debe estar en superficie al garete” por parte de voceros de la Armada, cuando lo correcto hubiera sido enviar DE INMEDIATO a una nave de apoyo cuando el S-42 (ARA San Juan) declaró una avería.
¿O acaso no sabían que en las reparaciones de Tandanor se declaró (literalmente) que “la situación del navío requirió una intervención de esta magnitud para mejorar la calidad de navegación deteriorada por las emisiones de hidrógeno de sus baterías que ponían en riesgo a la tripulación y al propio submarino”? (aprovechen y vean el video antes que lo saquen de la página de Tandanor).
¿Tampoco sabían que esas fueron las mismas baterías que se “reacondicionaron” y que se reemplazaron por baterías iguales y de la misma antigüedad en depósito?, claro, comprar baterías de alta tecnología, nuevas y que no fueran de plomo/ácido significaba un costo relativo de cerca del 30% del valor de la nave, cosa que parece que nadie estuvo dispuesto a afrontar… total ninguno de los políticos corruptos habrían de jugarse la vida dentro del S-42.
Y digo esto porque si leemos en detalle los manuales técnicos del modelo TR 1700 de Thyssen Nordseewerke (el fabricante del S-42, ARA San Juan), veremos que recomiendan el cambio cada 5 años de los bancos de baterías por unidades nuevas. Como añadidura ya para el año de los trabajos de media vida existían baterías de alta tecnología mucho más livianas, seguras y de mejor rendimiento que las que fueron reinstaladas en el ARA San Juan, en raro que a las que pusieron no las hubieran -además- atado con alambre.
Ya la cadena alemana DW ensayó en lavado de manos cuando declaró que “las baterías del submarino fueron reparadas en un astillero argentino”, cosa seria viniendo de los alemanes.
La ignorancia supina se derramó, otra vez, sobre el sufrimiento de las familias; un conductor de televisión llegó a preguntar “si el submarino está a 100 metros de profundidad ¿pueden abrir una escotilla y salir a la superficie?”, una burla absurda, una falta de respeto tanto para la tripulación como para sus familiares.
El desconocimiento del mar, de lo mas elemental de él demuestra que estamos de espaldas a ese territorio que por argentino podría representar el futuro del país, pero claro, allí no hay votos y los pocos que lo navegan son solo “milicos” como dijera aquel gobernador promotor de la obra pública inconclusa olvidándose del Comandante Luis Piedra Buena, un marino que la hizo en Patagonia y que sin su coraje -y el de otros- estas tierras tendrían otra bandera.
¿Qué queda?, tal vez callarse la boca y rezar por que la tripulación vuelva a sus hogares, porque lo otro ya es conocido: en esta nuestra querida Argentina nadie se hace responsable de algo, nuestra vida vale nada tanto para salir a un parque a disfrutar el verde y ser asesinado por un moto chorro como para internarse en la dureza del océano en un nave que por ninguna razón debería haber recibido la orden de “seguir a puerto” con sus antecedentes.
Ya lo dije: ¿ustedes pensaron que las consecuencias de la corrupción, la falta de previsión y la incompetencia se terminaron por haber cambiado de partido político?, voy a decepcionarlos, todavía faltan muchos años y mucho sufrimiento para que llegue a su fin.
Y sí, acá hay responsables pasados y presentes pero dudo mucho que tengan los cojones bien puestos para hacerse cargo. (Agencia OPI Santa Cruz)