Esta es la nota.
UN PROVEEDOR ACUSARÁ HOY A POZZI DE ASOCIACIÓN ILÍCITA
El nuevo jefe del Ejército estrena cargo con denuncia penal
Será administrativa y judicial, también por avalar falsas órdenes de pago y apropiación de vehículos. Es el mismo día en que el general Pozzi tiene su primera reunión con Garré. El denunciante representa fábricas asiáticas. Mariano Martín.
Mariano Martín21.09.2008 Pozzi jura -con bigotes- ante su jefe Bendini, en 2006. (Télam)
El flamante jefe del Ejército, Luis Alberto Pozzi, inició su gestión con el pie izquierdo: Crítica de la Argentina tuvo acceso exclusivo a la denuncia que recibirá hoy la ministra de Defensa, Nilda Garré, en la que un proveedor de la fuerza lo acusa de ser el jefe de “una asociación ilícita” que habría digitado licitaciones en beneficio de determinadas empresas. El texto, que también quedará radicado en sede judicial, le imputa órdenes de pago por materiales que no constan en los inventarios castrenses, incumplimiento de los deberes de funcionario público al no investigar denuncias recibidas y hasta la apropiación indebida de vehículos. Pozzi era el segundo del general Roberto Bendini, quien debió pedir el pase a retiro tras ser procesado por un escándalo de corrupción en Santa Cruz.
La denuncia lleva la autoría del militar retirado Guillermo González Naya –primo, sin vinculación política aclara, de un homónimo carapintada–. Naya representa a consorcios chinos y coreanos y sostiene que sus negocios fueron “discriminados” porque “no les quise pagar coimas”.
EN LOS COMIENZOS K. Las quejas se remontan a 2004, cuando la corporación china Poly Technologies, dedicada al comercio de armamentos, le presentó al Ministerio de Defensa, entonces a cargo de José Pampuro, la radicación en la Argentina de fábricas de camiones, máquinas viales, equipos de comunicaciones y artefactos navales, en todos los casos de uso dual, militar y civil, bajo la Ley de Iniciativa Privada.
La propuesta contemplaba préstamos de la banca china por 80 millones de dólares para las empresas ideadas como mixtas: Poly, Defensa y Taltec SRL, la firma encabezada por González Naya, para el área de comercialización. Pampuro envió una comisión que elaboró un convenio de cooperación militar, científica y de producción. En medio de las tratativas se produjeron los primeros cortocircuitos con el entonces jefe del Ejército, Roberto Bendini, que puso a cargo del proyecto al jefe de la Dirección de Investigación, Desarrollo y Producción del Ejército (DIDEP), en aquel momento Pozzi.
“Aparentemente Bendini ordenó dejar de lado en las negociaciones con China a los representantes, en concreto Taltec. El pedido se hizo a través del agregado militar en China (coronel Carlos Ignacio) Barchuk al vicepresidente de Poly, Wang Lin”, explicó González Naya. Según la denuncia, el planteo de excluirlo fue reiterado ese año por el coronel Hugo Miola, designado por Pozzi para seguir el avance de las negociaciones.
EL CAMIÓN DE LA DISCORDIA. Parte de las inversiones contemplaban la fabricación en la Argentina de un camión militar, el M 113, un blindado para transporte de personal. En 2006, Miola acordó con Poly ingresar un vehículo en el país para “resaltar las bondades del producto”, y se acordó que la compañía china “mantendría siempre la titularidad del camión”. Sin embargo, “los niveles intervinientes fueron inducidos a autorizar la nacionalización definitiva del camión mediante un ardid administrativo falso, pergeñado desde la DIDEP”. Sostiene que se fijó un valor de 59.945,80 dólares en el precio unitario que los chinos jamás recibieron. El acusador se pregunta: “¿dónde está ese dinero?”
Sin tomarse el buque. La siguiente imputación se remonta a una licitación para la adquisición de material bélico secreto, a mediados de 2006. Poly Technologies y Taltec ganaron el concurso, pero de nuevo se encontraron con los obstáculos que ponía Barchuk, todavía agregado militar en el país oriental.
“Barchuk retuvo la documentación para evitar que Poly pudiese ganar la licitación, y sólo pudimos ganarla porque la terminó presentando personal de la Embajada, a pedido nuestro. Sin embargo, Barchuk no hizo las inspecciones que le habíamos pedido para enviar el material, por lo cual perdimos tres buques que habíamos fletado. Entre esas pérdidas y el tiempo de depósito para el material ya perdimos u$s1.200.000, cuando el contrato original es por 1.300.000 dólares”, puntualizó. Naya dijo que este último episodio lo decidió a denunciar las irregularidades.
La presentación incluye presuntas irregularidades en una licitación para la adquisición de paracaídas militares y otra para equipos de visión nocturna, a fines de 2005. En este último caso, Naya afirmó que “la red de corrupción es más grande” e involucra a otros militares, como el teniente coronel José Manuel Segura, que en 2005 quedó a cargo del Comando Logístico de Material –en la actualidad, Comando de Arsenales–, el área del Ejército encargada de las compras. El denunciante dijo que por orden de Pozzi, Segura se encargó de “manipular las especificaciones técnicas que figuraban como requisitos para la licitación”, de modo tal de “favorecer a una empresa que trabajaba con Citefa”, el Centro de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas.
¿Y DÓNDE ESTÁ EL MATERIAL? Uno de los aspectos más llamativos de la denuncia de Naya es cuando alude a una “actitud discriminatoria y dañina de la DIDEP y el subjefe del Ejército” en alusión a Pozzi, actual jefe, en su contra y de las empresas que representa. Tras presentarse como un proveedor que cumple con el Ejército, afirma que la DIDEP y Pozzi “han permitido, refrendado, avalado y encubierto que determinadas empresas hayan percibido pagos, justificando para ello la recepción de remitos y actas en las que se les han recibido obras y/o materiales que nunca han entrado hasta ahora a ninguna instalación del Ejército”. En concreto, menciona un centro de mecanizado, por el que se pagaron 250 mil pesos; dos sierras circulares y dos grupos electrógenos; dos martillos electroneumáticos; dos motocompresores; municiones varias (a un valor de casi 8 millones de pesos, desde 2005) y una planta de producción de Gaucho, un vehículo militar. En todos los casos, de acuerdo a la denuncia, el material jamás ingresó al Ejército.
Voceros de Defensa le dijeron a Crítica de la Argentina que no habría ningún pronunciamiento oficial hasta que el ministerio no tuviera acceso al texto de la denuncia contra Pozzi.