En el mercado de las aeronaves ejecutivas, se está dando un interesante fenómeno: los jets ultra-ligeros. Allí compiten el Embraer Phenom 100 y el ECJ (Eclipse Concept Jet), ambos con velocidades crucero del orden de los 650/ 700 Km/h y un alcance para 4 ocupantes de 2.450 Km. En el caso del Embraer es una aeronave convencional motorizada por dos reactores Pratt & Whitney 617F de 685 Kg de empuje unitario, y en el caso del Eclipse por un solo reactor Pratt & Whitney PW615F montado en la cola de 470 kg de empuje.
El desarrollo de éstas aeronaves -como de otras que pronto irrumpirán en el mercado-, ha sido posible al empleo masivo de materiales compuestos y nuevas aleaciones ligeras que permiten mantener la rigidez estructural de la aeronave pero con pesos muy inferiores, hecho que a su vez permite el uso de motores a reacción de baja potencia y bajo consumo. Muchos podrían decir que son aeronaves ejecutivas de “medio pelo” sin embargo su equipamiento electrónico es más que asombroso: enormes pantallas LCD multifunción, sistemas de mandos asistidos, navegadores por giroláser con GPS, sistemas de gestión de vuelo y toda el resto de la aviónica que tienen sus “hermanos mayores”; pero todo ello también con un costo de adquisición light.
Luego de ésta introducción debo necesariamente hacerme algunas preguntas: falta mucho para que la moda de lo “light” llegue a la aviación militar…? y fundamentalmente: es posible el concepto “light” en la aviación de combate…?
Los requerimientos militares distan mucho de los civiles. Las aceleraciones, cargas aerodinámicas y demás factores implican que las aeronaves destinadas al uso militar deben contar con estructuras capaces de soportar la “vida militar”. Sin embargo los materiales compuestos han dado un gran paso adelante en tal sentido, así por ejemplo en poco más de un año, el entrenador Javelin podrá alcanzar aceleraciones de hasta 3,5 g con su estructura de compuestos.
Otros obstáculos como el tamaño y peso de los motores y la electrónica/aviónica hoy no son tal. Los motores han reducido su peso y tamaño y las relaciones de peso/potencia, pudiendo entregar un empuje más de importante a pesar de su diminuto tamaño y peso. Algo similar sucede con la electrónica.
Si hay materiales ligeros que permiten construir aeronaves ligeras, con motores de una alta relación peso/potencia y la electrónica tampoco es un inconveniente por su peso y volumen, el elemento faltante son las armas. En tal sentido ya todos conocemos las capacidades de las bombas JDAM y las SDB (Small Diameter Bomb), como la aparición de los clásicos cohetes aire-suelo no guiados que incorporan una cabeza de adquisición láser y que con pesos y volúmenes muy bajos permiten obtener una alta precisión contra cualquier blanco. En cuanto a los misiles aire-aire, la posibilidad de instalarlos en afustes subalares y marginales no representan ningún problema para el tamaño y peso de la aeronave.
Conclusión: creo que en poco tiempo más alguien se animará a patear el tablero. El riesgo es alto ya que cualquier proyecto light implica una carga útil también light que se traducirá en un radio de acción muy reducido o con una carga de armas muy baja. Como comparación el AT-63 tiene una carga de armas del orden de los 1.000 Kg, el equivalente a 4 SDB, 2 AIM-9X y 2 AIM-120 AMRAAM, o sea casi el armamento estándar del F-22 y del F-35. Veremos si alguien se anima a construir un caza ligero de verdad y si alguien se anima a comprarlo. Técnicamente hoy es posible.
Espero sus opiniones...
El desarrollo de éstas aeronaves -como de otras que pronto irrumpirán en el mercado-, ha sido posible al empleo masivo de materiales compuestos y nuevas aleaciones ligeras que permiten mantener la rigidez estructural de la aeronave pero con pesos muy inferiores, hecho que a su vez permite el uso de motores a reacción de baja potencia y bajo consumo. Muchos podrían decir que son aeronaves ejecutivas de “medio pelo” sin embargo su equipamiento electrónico es más que asombroso: enormes pantallas LCD multifunción, sistemas de mandos asistidos, navegadores por giroláser con GPS, sistemas de gestión de vuelo y toda el resto de la aviónica que tienen sus “hermanos mayores”; pero todo ello también con un costo de adquisición light.
Imágenes del Eclipse
Luego de ésta introducción debo necesariamente hacerme algunas preguntas: falta mucho para que la moda de lo “light” llegue a la aviación militar…? y fundamentalmente: es posible el concepto “light” en la aviación de combate…?
Los requerimientos militares distan mucho de los civiles. Las aceleraciones, cargas aerodinámicas y demás factores implican que las aeronaves destinadas al uso militar deben contar con estructuras capaces de soportar la “vida militar”. Sin embargo los materiales compuestos han dado un gran paso adelante en tal sentido, así por ejemplo en poco más de un año, el entrenador Javelin podrá alcanzar aceleraciones de hasta 3,5 g con su estructura de compuestos.
Otros obstáculos como el tamaño y peso de los motores y la electrónica/aviónica hoy no son tal. Los motores han reducido su peso y tamaño y las relaciones de peso/potencia, pudiendo entregar un empuje más de importante a pesar de su diminuto tamaño y peso. Algo similar sucede con la electrónica.
Si hay materiales ligeros que permiten construir aeronaves ligeras, con motores de una alta relación peso/potencia y la electrónica tampoco es un inconveniente por su peso y volumen, el elemento faltante son las armas. En tal sentido ya todos conocemos las capacidades de las bombas JDAM y las SDB (Small Diameter Bomb), como la aparición de los clásicos cohetes aire-suelo no guiados que incorporan una cabeza de adquisición láser y que con pesos y volúmenes muy bajos permiten obtener una alta precisión contra cualquier blanco. En cuanto a los misiles aire-aire, la posibilidad de instalarlos en afustes subalares y marginales no representan ningún problema para el tamaño y peso de la aeronave.
Conclusión: creo que en poco tiempo más alguien se animará a patear el tablero. El riesgo es alto ya que cualquier proyecto light implica una carga útil también light que se traducirá en un radio de acción muy reducido o con una carga de armas muy baja. Como comparación el AT-63 tiene una carga de armas del orden de los 1.000 Kg, el equivalente a 4 SDB, 2 AIM-9X y 2 AIM-120 AMRAAM, o sea casi el armamento estándar del F-22 y del F-35. Veremos si alguien se anima a construir un caza ligero de verdad y si alguien se anima a comprarlo. Técnicamente hoy es posible.
Espero sus opiniones...