Un Super Hornet que aterriza "sin manos"
Entre el 17 y 18 de Mayo pasado, unas curiosas pruebas se desarrollaron abordo del portaaviones USS Harry Truman. Un F/A-18F Super Hornet inició una aproximación al portaaviones manteniendo una velocidad comprendida entre los 250 y 260 Km/h, y manteniendo un ángulo de ataque constante de 8 grados hasta enganchar los cables en la cubierta y detenerse. Durante los dos días, el Super Hornet biplaza realizó un total de 14 aterrizajes en las mismas condiciones. La novedad fue que dichos aterrizajes fueron sin intervención alguna de los pilotos. El Super Hornet aproximó, aterrizó y se detuvo en la cubierta solo, sin que los pilotos hayan tocado algún control. Así de simple.
Tal capacidad es posible gracias a que el F/A-18F-1 fue equipado con el sistema de guiado y control de aterrizaje de la aeronave de combate no tripulada Boeing X-45, convalidando así la comunicación entre dicho sistema y los sistemas de aproximación del portaaviones, la capacidad de poder operar bajo cualquier condición de visibilidad y aterrizar sin inconvenientes. El sistema es el que controla el movimiento de todas las superficies de control del Super Hornet y la potencia de los motores, otorgando una senda de aproximación ideal conforme a la velocidad de desplazamiento del avión, del portaaviones y de las condiciones de viento. El sistema recibe información de los equipos del portaaviones a razón de 20 veces por segundo con lo cual los niveles de precisión son más que idóneos para la difícil maniobra de aproximar y aterrizar en la cubierta de un portaaviones.
La idea de Boeing es integrar éste sistema en los futuros Super Hornet y en los F-35 ya que las ventajas de poder realizar una aproximación y aterrizaje de modo autónomo –sin intervención de los pilotos- incrementa notablemente los niveles de seguridad. El llamado Joint Precision Approach and Landing Systems (JPALS) está destinado a ambos modelos y a la familia de UAV’s X-45 , existiendo una variedad para su uso en operaciones terrestres.
Aunque por el momento son pruebas de validación y puesta a punto, todo indica que a mediano plazo el sistema estará disponible en los Super Hornet y en los futuros F-35 navales con toda la ventaja que ello implica ya que aún hoy el aterrizaje en portaaviones es una de las maniobras más riesgosas, muchos más con mal tiempo o de noche. Un nuevo “juguete” que incrementará las capacidades de las aeronaves aparte de salvar varias vidas.