El escenario del viaje a Francia, Rusia y Ucrania
Oct-31-06 - por Ignacio J. Osacar - Coordinador de la Comisión de Defensa del CENMEl viaje de la ministra Nilda Garré a Europa despertó optimistas expectativas en las Fuerzas Armadas en relación de las posibilidades de adquisición de armamento, lo que fue desmentido. Sin embargo, la adquisición del largamente debatido y polémico sistema de radares sigue como alta o más bien única prioridad. Los países visitados son coincidentemente grandes productores y exportadores de armamento, que aunque el visitante no quiera o no pueda comprar, igualmente todo esta montado para vender, sin importar el bolsillo del visitante en ese momento, ya que previamente ya esta pensado como le cobraran a futuro. No existen vendedores de armas que pierdan dinero.
La elección de los países visitados no es casual, ya que sin contar a Estados Unidos, el primer exportador mundial de armamentos en el año 2005 fue Rusia, con Francia en segundo lugar y Ucrania en el doceavo. Considerando los 191 países miembros de la comunidad internacional, incluso la posición de Ucrania es de gran relevancia. Todos los países citados poseen una política exportadora de armamentos que podría calificarse como agresiva en términos empresariales, lo que en términos vulgares se traduce en "haremos cualquier cosa para vender lo que sea a quien sea".
El Instituto de Investigaciones por la Paz de Estocolmo (SIPRI) adoptó como método para evaluación el índice TIV (Valor Indicativo de Tendencia) que tomando valores de moneda constante (U$S año 1990) permite realizar comparaciones respecto a volúmenes de exportaciones entre los países, pero no se pueden tomar estas cifras para comparaciones financieras respecto al PBI u otros indicadores.
Como referencias orientadoras cabe destacar que del total mundial de 22.535 millones exportados el pasado año, a Estados Unidos le corresponden 7.101. Los 20 mayores exportadores suman 21.965 millones, lo que no solo muestra una gran concentración productora entre pocos países industrializados, sino que necesariamente plantea una abierta competencia entre ellos por la conquista de mercados. Esto permite claramente apreciar la relevancia de los países visitados, ya que el año último Rusia exportó 5.771 millones, mientras que Francia lo hizo con 2.399 y Ucrania con modestos pero no menos significativos 188.
También podemos agregar que más de la mitad de estas transferencias se concentran en solo 20 países compradores, ninguno de ellos de la región Centro o Sudamericana, lo que claramente revela que esta situación puede ser evaluada por los exportadores como una oportunidad no suficientemente aprovechada, teniendo en cuenta los crecientes desequilibrios y tensiones regionales que producen los planes de adquisiciones de Venezuela y Chile, el largo e irresuelto conflicto en Colombia y las posibles proyecciones de conflictos internos en varios países, entre ellos Bolivia.
Durante los últimos 10 años las cifras de exportaciones de Rusia para la región fueron: Perú 325 millones, México 288, Colombia 106, Ecuador 65 y Venezuela 48, mientras que la Argentina fue de tan solo 3 millones por un escuadrón de aviones para alta acrobacia Sukohi Su-29.
En ese mismo periodo Francia concretó ventas a Brasil 635 millones, Chile 373, Argentina 118, Venezuela 62, Ecuador 15, Perú 12, Colombia 8 y México 7 millones.
Se puede apreciar que el compromiso de Argentina con Francia ha sido muy importante desde la década de los 60, cuando se decidió abandonar a Estados Unidos como proveedor casi exclusivo de armamentos e iniciar la apertura hacia Europa. Aún cuando los presupuestos militares han declinado vertiginosamente, esa relación se ha mantenido. Del material en servicio actualmente, son de origen francés los helicópteros Puma, Super Puma, Fennec, Lama y Alouette, los aviones Mirage y Super Etendard, los misiles Exocet, R-550 Magic y Roland, las torres de los tanques SK 105 y algunos cañones 155 mm, las corbetas misilísticas clase Drummond, el buque logístico Patagonia y los buques anfibios tipo Ouragan, aun en proceso de incorporación. Todo este material se encuentra sufriendo un lento y progresivo proceso de deterioro provocado por el escaso presupuesto de mantenimiento. Los gastos de mantenimiento se incrementan progresivamente a medida que transcurre la vida útil del material.
El tema de mayor preocupación que no solo interesa a la Defensa sino al país todo, es la urgente necesidad de radarización del territorio. Este aspecto no es por que esperemos una inminente incursión de aviones enemigos, sino por la libertad de acción con que las bandas de narcotraficantes sobrevuelan y aterrizan en pistas clandestinas y por los riesgos que corre cualquier ciudadano común cada vez que aborda un vuelo comercial, lo que ha sido postergado por todos los gobiernos anteriores sin haber tomado una decisión eficiente.
Pareciera que de la larga lista de materiales de uso dual civil-militar, esta sería la única adquisición que contaría con aprobación para ser ejecutada. Lo cierto es que se trata de un tema técnica y financieramente complicado, dado el proceso previo de evaluación del material, para seleccionar el que brinde las mejores prestaciones con confiables servicios de posventa a un costo financiero aceptable, sin ser influenciados por las tentadoras presiones de todo tipo de los oferentes. El desafío es muy grande, ya requiere adquirir por etapas un complejo sistema de radares primarios 2D y 3D (que detecta aeronaves en dos y tres dimensiones respectivamente) y secundarios IFF (identificación de amigo-enemigo, por transmisión voluntaria de la aeronave detectada).
Si tenemos en cuenta que el sistema esta compuesto por equipos de dos o tres radares que controlan en conjunto un frente aproximado de 1000 km, y considerando mínimamente la vigilancia del perímetro fronterizo del territorio, es obvio que las necesidades son de enormes magnitudes y solo podrían ser completadas en un plan que afectará compromisos presupuestarios durante no menos de dos gestiones gubernamentales.
Una de las empresas francesas, el grupo Thales ofrece para exportación 4 modelos distintos de radares móviles para Defensa Aérea y 2 fijos para Control de Transito Aéreo. La empresa estatal rusa Rosoboronexport presenta en sus catálogos 15 tipos de radares móviles distintos, todos de norma militar, mientras que la competencia Ucraniana, representada por la firma Ukrspetsexport expone un radar móvil para Defensa Aérea y uno para Control de Transito Aéreo.
Ucrania despertó no poca preocupación en la OTAN por con el diseño y la posible exportación a Irán de un nuevo sistema pasivo de radar (a diferencia de los modelos activos, la aeronave detectada no percibe que es iluminada por el radar) denominado Kolchuga, (Cota de Malla) con alcance de 600 Km y hasta 800 Km para aeronaves que vuelan a 10.000 m, lo que excede en mucho las prestaciones de los mejores sistemas conocidos actualmente. Este sistema, que aparentemente no estaría ofertado al mercado abierto, es una posible opción no solo por sus prestaciones sino por su bajo costo relativo. Ucrania también se ha esforzado en la oferta de equipos de uso dual como los camiones Krasz y los aviones de transporte Antonov.
Los movimientos de países oferentes alrededor de un posible comprador, como la Argentina, responden a la creciente actividad que desarrollan Rusia y Ucrania, en escenarios comerciales en los cuales tradicionalmente operaban Estados Unidos y los países europeos, pero que en la actualidad, desaparecida cualquier sospechosa vinculación ideológica, presentan una oportunidad para mejorar sus economías mediante la venta de armamentos eficaces con un aceptable costo relativo. Sin embargo las dificultades para acordar la instalación de plantas en el país comprador para que garanticen la cadena de repuestos y mantenimiento en el largo plazo, lo que simultáneamente crearía puestos de trabajo, continua siendo un punto sin resolver.
Fuentes:
-"Balance Militar de América del Sur, Nueva Mayoría, Buenos Aires, 2004