Es obvio que el cuadro de Videla no puede estar en ninguna dependencia de la Institución.
Con una orden del Comandante en Jefe de las FFAA, el Presidente de la Nación, bastaba para que cualquier ordenanza bajara el cuadrito.
Lo que se quiso hacer fue un hecho político, mediatico, mostrando la subordinación del EA a su Cdte en Jefe, como si alguien pusiera en duda que esta situación existe de hecho.
Otra lectura mas fina, dado el pasado político de los presentes en el acto, es la de humillar al EA, cualquier asesor de tercera línea pueda hacer el análisis y predecir el malestar que este acto ocasionaría, pero conociendo esta situación se lo realizo igual, a drede, como una forma mas de la política confrontativa de K. Igual que el famoso y ridículo "no les tengo miedo"¡¡¡....
No agregando nada a la reconciliación y a la superación del pasado, sino pegando y queriendo construir capital político a costa de atacar a sectores debilitados en cuanto al grado de aceptación popular.
A la ofensa colectiva que significaba que ese cuadro haya permanecido colgado veintitantos años, sin que nadie de la Institución tuviera las pelotas para sacarlo, se agrega la ofensa gratuita de ver a un general subiendo a un banquito. Algo simple, lo complicaron...
Con una orden del Comandante en Jefe de las FFAA, el Presidente de la Nación, bastaba para que cualquier ordenanza bajara el cuadrito.
Lo que se quiso hacer fue un hecho político, mediatico, mostrando la subordinación del EA a su Cdte en Jefe, como si alguien pusiera en duda que esta situación existe de hecho.
Otra lectura mas fina, dado el pasado político de los presentes en el acto, es la de humillar al EA, cualquier asesor de tercera línea pueda hacer el análisis y predecir el malestar que este acto ocasionaría, pero conociendo esta situación se lo realizo igual, a drede, como una forma mas de la política confrontativa de K. Igual que el famoso y ridículo "no les tengo miedo"¡¡¡....
No agregando nada a la reconciliación y a la superación del pasado, sino pegando y queriendo construir capital político a costa de atacar a sectores debilitados en cuanto al grado de aceptación popular.
A la ofensa colectiva que significaba que ese cuadro haya permanecido colgado veintitantos años, sin que nadie de la Institución tuviera las pelotas para sacarlo, se agrega la ofensa gratuita de ver a un general subiendo a un banquito. Algo simple, lo complicaron...