El F-22 Raptor fue diseñado en los años 90’s para disponer de una vida útil de 8.000 horas de vuelo. Si el avión es caro, aparte por su especial electrónica, también lo es por los materiales con los cuales ha sido construido: el 29% es de titanio, el 24% de materiales compuestos, el 16 % de aluminio y el 1% de materiales termoplásticos. Sin embargo algo está mal. Según Doug Karas, vocero de la USAF la aeronave está “envejeciendo” más rápido de lo pensado. Actualmente se han entregado 66 ejemplares y durante éste año deben entregarse 29 unidades más; pero en una revisión especial sobre dos de los ejemplares “4017” y “4107” se detectaron grietas en los marcos y mamparos internos de titanio, especialmente en la sección donde la cola se une con el fuselaje.
Los primeros análisis han demostrado que el problema se ha originado en un proceso inadecuado de moldeado de las piezas de aluminio, y que el proveedor ya se encuentra analizando y buscando solución a éste problema. Algunos medios indicaron que la renovación de dichos componentes en la actual flota de F-22 insumiría algo más de mil millones de dólares, aunque como es de imaginar, nadie se animó a confirmar dicha cifra.
Por el momento estas grietas no ponen en peligro la seguridad e integridad estructural de la aeronave, todos los escuadrones siguen operando con normalidad y no se han impuesto restricciones de maniobras o velocidad. Se continuar el surgimiento de éstas grietas, tales componentes deberían ser recambiados y no afectaría en definitiva la extensión de la vida útil prevista de las 8.000 horas.
Casualmente en ésta misma sección, hace casi tres décadas atrás los prototipos del Hornet también sufrieron inconvenientes de importancia con el marco de unión cola/fuselaje. El problema nunca fue resuelto y el recambio de tal componente es algo normal para extender la vida útil de un Hornet. En base a esto, es muy posible que el Raptor no “envejezca” más rápido de lo planeado y que en realidad se trate de una falla de calidad en los materiales utilizados, nada que no pueda resolverse, aunque hay que ver a qué costo.
Los primeros análisis han demostrado que el problema se ha originado en un proceso inadecuado de moldeado de las piezas de aluminio, y que el proveedor ya se encuentra analizando y buscando solución a éste problema. Algunos medios indicaron que la renovación de dichos componentes en la actual flota de F-22 insumiría algo más de mil millones de dólares, aunque como es de imaginar, nadie se animó a confirmar dicha cifra.
Por el momento estas grietas no ponen en peligro la seguridad e integridad estructural de la aeronave, todos los escuadrones siguen operando con normalidad y no se han impuesto restricciones de maniobras o velocidad. Se continuar el surgimiento de éstas grietas, tales componentes deberían ser recambiados y no afectaría en definitiva la extensión de la vida útil prevista de las 8.000 horas.
Casualmente en ésta misma sección, hace casi tres décadas atrás los prototipos del Hornet también sufrieron inconvenientes de importancia con el marco de unión cola/fuselaje. El problema nunca fue resuelto y el recambio de tal componente es algo normal para extender la vida útil de un Hornet. En base a esto, es muy posible que el Raptor no “envejezca” más rápido de lo planeado y que en realidad se trate de una falla de calidad en los materiales utilizados, nada que no pueda resolverse, aunque hay que ver a qué costo.