Recuerdo el momento. Estaba en la planta cuando entró con algunos peces gordos. Entre ellos el impresentable gerente de FAdeA Raúl Argañaraz . Un muchacho de grandes creencias socio-políticas, bondadoso para los acomodos, y aun mejor para los afanos (a niveles olímpicos) y las comisiones (50% mínimo). Fue un regalo consuelo que le dio el Partido debido a un pico de fama "fílmico" (no se me vengan a que no se dan cuenta de lo que me estoy refiriendo, picarones). Se puso a saltar y hacer poses para el fotógrafo oficial. Patético. Argentina, país generoso.