comando27
Colaborador
Fuera del cronograma:
El Coronel Beckwith estaba ya muy irritado en el terreno, porque iban 90 minutos retrasados del cronograma previsto, cuando fue informado que el helicóptero N° 2 había tenido una falla parcial hidráulica en el vuelo y no podía seguir. El piloto sostenía que había continuado el vuelo hasta Desierto Uno con la esperanza de poder realizar las reparaciones necesarias, lo que era imposible.
La decisión de suspender todo fue rápidamente estudiada.
Se le avisó al Presidente Carter de la situación quien dejó en manos de Beckwith la decisión final.
Beckwith dijo: “-¡Ok, la p… m..!¡Nos vamos al c….jo! La misión se suspende por esta noche. Volvemos a Masirah y los helicópteros al Nimitz mientras tenemos horas de oscuridad. Nos reconfiguramos y regresamos mañana por la noche. Comuníquense con Dick Meadows y notifíquenlo de la situación. Embarquen en los C-130 tanqueros y prepárense para regresar. ¡Al trabajo!”
No había problemas de abortar en ese momento, aún cuando el equipo de rescate nunca había practicado la orden de abortar. La única complicación menor era que el helicóptero N° 4 que había estado más tiempo en tierra, necesitaba completar combustible para alcanzar al Nimitz.
Sólo 1 C-130 tenía suficiente combustible; y para dejarle un espacio suficiente para cargar el helicóptero N° 3 despegó tratando de virar a la izquierda pero, por la altura (1.500 metros) y su peso (19.050 kg) no pudo mantenerse estacionario y levemente giró hacia la derecha tocando con sus hélices al C-130 en su cabina.
El choque
El efecto fue instantáneo y desastroso: ambas aeronaves explotaron.
El relato de Haney sobre la situación es muy descriptivo, algunos de los hombres estando dentro de la aeronave se había dispuesto a dormir. Cuando sintieron el fuerte impacto, algunos creían que estaban bajo el fuego de un ataque iraní, y buscaban sus armas adosadas con cinta a las escaleras de asalto. El incendio fue paulatino y dio el tiempo justo para que los hombres de Delta abandonaran la aeronave a toda velocidad La calma del Sargento Mayor del Escuadrón Dell Rainey y su voz ordenaron el abandono: “¡A la puerta chicos, como en un salto!" Mientras tanto volaban fragmentos alrededor y comenzó a explotar la munición de las armas. Los primeros es encenderse fueron los misiles portátiles Redeye que surcaron el cielo con una luminosa parábola. Un operador Delta estaban tan profundamente dormido que preguntó: “-¿Dónde están los paracaídas!” al tiempo que notaba el incendio de la aeronave y salía de la puerta adoptando la posición “Caja” para una caída libre. Días después le preguntaron porqué se había “lanzado” del avión sin paracaídas a lo que respondió: “-Un problema a la vez, amigo”.
Otra interpretación del accidente
Los 5 miembros de la Fuerza Aérea tripulantes del C-130 y 3 de los Marines en el RH-53D murieron, pero los 64 miembros de Fuerza Delta dentro del C-130 escaparon rápidamente y rescataron al Maestro de Cargas quien se encontraba envuelto en llamas. Paradójicamente el piloto y el copiloto del helicóptero escaparon con vida.
El colmo de la falta de profesionalismo, los pilotos navales de los restantes helicópteros abandonaron sus aeronaves y corriendo se dirigieron al lugar del siniestro quedando el resto de sus tripulaciones desorientados y absortos.
La decisión fue entonces abandonar a los restantes helicópteros y con toda la partida regresar a Masirah en los 3 C-130.
En la noche la reorganización en ese caso era casi imposible. Se escuchaban los gritos llamando a los Delta que estaban desperdigados y cuerpo a tierra tratando de comprender qué era lo que había pasado.
Los C-130 comenzaron a carretear y a despegar mientras los últimos operadores trataban de alcanzarlos en el movimiento. Uno miraba los helicópteros intactos y aún con los rotores en movimiento y preguntó: “-¿No debían ser destruidos?”. Beckwith resolvió que pediría un ataque aéreo para destruirlos cuando llegaran a la isla de Masirah.
Ya en el aire, alguien confeccionó una lista del personal tratando de llegar a una confirmación radioeléctrica para saber si todos habían embarcado.
Apenas estaban más calmos cuando escucharon un grito del Jefe de Carga de uno de los aviones: -“¡Desháganse de todo lo innecesario no tenemos combustible suficiente para llegar!”. Para coronar la misión parte del equipo de Delta era arrojado por las puertas en el Golfo Pérsico.
Los C-130 se repliegan con horas de luz
Ya en Masirah el presidente Carter canceló la orden para destruir con un ataque aéreo los helicópteros, la idea sería simular una misión de ayuda humanitaria fallida. Importantes documentos habían sido abandonados con las aeronaves.
En Omán los esperaba un C141 donde todos embarcaron de regreso a Wadi Qena en Egipto.
El colapso:
Con las primeras luces los iraníes encontraron el resultado de la fallida Incursión.
Entre los importantes documentos abandonados por las tripulaciones de los helicópteros estaban los detalles de seguridad del equipo encubierto que trabajaba con Meadows. Estos debían huir prontamente.
Resultados:
- 8 muertos.
- los rehenes aún cautivos.
- las claves la operación y la locación del equipo clandestino descubiertas.
- 7 helicópteros RDH53 perdidos:
. 1 semidestruido abandonado (el Nº 6)
. 1 Destruido por el accidente (el Nº 3)
. 3 Destruídos por las tripulaciones (El Nº 1, 2, y el 4)
. 2 abandonados intactos (Nº 7 y 8)
Los miembros de la USAF de la tripulación del C-130 embestido
Los muertos
El Coronel Beckwith estaba ya muy irritado en el terreno, porque iban 90 minutos retrasados del cronograma previsto, cuando fue informado que el helicóptero N° 2 había tenido una falla parcial hidráulica en el vuelo y no podía seguir. El piloto sostenía que había continuado el vuelo hasta Desierto Uno con la esperanza de poder realizar las reparaciones necesarias, lo que era imposible.
La decisión de suspender todo fue rápidamente estudiada.
Se le avisó al Presidente Carter de la situación quien dejó en manos de Beckwith la decisión final.
Beckwith dijo: “-¡Ok, la p… m..!¡Nos vamos al c….jo! La misión se suspende por esta noche. Volvemos a Masirah y los helicópteros al Nimitz mientras tenemos horas de oscuridad. Nos reconfiguramos y regresamos mañana por la noche. Comuníquense con Dick Meadows y notifíquenlo de la situación. Embarquen en los C-130 tanqueros y prepárense para regresar. ¡Al trabajo!”
No había problemas de abortar en ese momento, aún cuando el equipo de rescate nunca había practicado la orden de abortar. La única complicación menor era que el helicóptero N° 4 que había estado más tiempo en tierra, necesitaba completar combustible para alcanzar al Nimitz.
Sólo 1 C-130 tenía suficiente combustible; y para dejarle un espacio suficiente para cargar el helicóptero N° 3 despegó tratando de virar a la izquierda pero, por la altura (1.500 metros) y su peso (19.050 kg) no pudo mantenerse estacionario y levemente giró hacia la derecha tocando con sus hélices al C-130 en su cabina.
El choque
El efecto fue instantáneo y desastroso: ambas aeronaves explotaron.
El relato de Haney sobre la situación es muy descriptivo, algunos de los hombres estando dentro de la aeronave se había dispuesto a dormir. Cuando sintieron el fuerte impacto, algunos creían que estaban bajo el fuego de un ataque iraní, y buscaban sus armas adosadas con cinta a las escaleras de asalto. El incendio fue paulatino y dio el tiempo justo para que los hombres de Delta abandonaran la aeronave a toda velocidad La calma del Sargento Mayor del Escuadrón Dell Rainey y su voz ordenaron el abandono: “¡A la puerta chicos, como en un salto!" Mientras tanto volaban fragmentos alrededor y comenzó a explotar la munición de las armas. Los primeros es encenderse fueron los misiles portátiles Redeye que surcaron el cielo con una luminosa parábola. Un operador Delta estaban tan profundamente dormido que preguntó: “-¿Dónde están los paracaídas!” al tiempo que notaba el incendio de la aeronave y salía de la puerta adoptando la posición “Caja” para una caída libre. Días después le preguntaron porqué se había “lanzado” del avión sin paracaídas a lo que respondió: “-Un problema a la vez, amigo”.
Otra interpretación del accidente
Los 5 miembros de la Fuerza Aérea tripulantes del C-130 y 3 de los Marines en el RH-53D murieron, pero los 64 miembros de Fuerza Delta dentro del C-130 escaparon rápidamente y rescataron al Maestro de Cargas quien se encontraba envuelto en llamas. Paradójicamente el piloto y el copiloto del helicóptero escaparon con vida.
El colmo de la falta de profesionalismo, los pilotos navales de los restantes helicópteros abandonaron sus aeronaves y corriendo se dirigieron al lugar del siniestro quedando el resto de sus tripulaciones desorientados y absortos.
La decisión fue entonces abandonar a los restantes helicópteros y con toda la partida regresar a Masirah en los 3 C-130.
En la noche la reorganización en ese caso era casi imposible. Se escuchaban los gritos llamando a los Delta que estaban desperdigados y cuerpo a tierra tratando de comprender qué era lo que había pasado.
Los C-130 comenzaron a carretear y a despegar mientras los últimos operadores trataban de alcanzarlos en el movimiento. Uno miraba los helicópteros intactos y aún con los rotores en movimiento y preguntó: “-¿No debían ser destruidos?”. Beckwith resolvió que pediría un ataque aéreo para destruirlos cuando llegaran a la isla de Masirah.
Ya en el aire, alguien confeccionó una lista del personal tratando de llegar a una confirmación radioeléctrica para saber si todos habían embarcado.
Apenas estaban más calmos cuando escucharon un grito del Jefe de Carga de uno de los aviones: -“¡Desháganse de todo lo innecesario no tenemos combustible suficiente para llegar!”. Para coronar la misión parte del equipo de Delta era arrojado por las puertas en el Golfo Pérsico.
Los C-130 se repliegan con horas de luz
Ya en Masirah el presidente Carter canceló la orden para destruir con un ataque aéreo los helicópteros, la idea sería simular una misión de ayuda humanitaria fallida. Importantes documentos habían sido abandonados con las aeronaves.
En Omán los esperaba un C141 donde todos embarcaron de regreso a Wadi Qena en Egipto.
El colapso:
Con las primeras luces los iraníes encontraron el resultado de la fallida Incursión.
Entre los importantes documentos abandonados por las tripulaciones de los helicópteros estaban los detalles de seguridad del equipo encubierto que trabajaba con Meadows. Estos debían huir prontamente.
Resultados:
- 8 muertos.
- los rehenes aún cautivos.
- las claves la operación y la locación del equipo clandestino descubiertas.
- 7 helicópteros RDH53 perdidos:
. 1 semidestruido abandonado (el Nº 6)
. 1 Destruido por el accidente (el Nº 3)
. 3 Destruídos por las tripulaciones (El Nº 1, 2, y el 4)
. 2 abandonados intactos (Nº 7 y 8)
Los miembros de la USAF de la tripulación del C-130 embestido
Los muertos
