Golpea audazmente dìa y noche en el siglo 21...
"Golpea audazmente dìa y noche" (Pulsat audaciter die noctuque) es el lema que hizo honor el Grupo 2 de Bombardeo de la Fuerza Aèrea Argentina. El ùltimo aviòn que equipò a esta unidad fue el Bombardero BAC Canberra versión BMk.62 y TMk.64. La capacidad estratègica de esta unidad consistìa en poder llevar el poder de fuego hasta el interior del territorio enemigo.
Los tres primeros Canberra arribaron a su base en la II Brigada de Paranà el 20 de noviembre de 1970, hasta totalizar doce ejemplares, matriculados desde el B-101 hasta el B-112.
Una dècada después y segùn algunas publicaciones internacionales de entonces, en 1980 la Fuerza Aèrea Argentina intentaba ampliar su capacidad de bombardeo y habìa iniciado gestiones para adquirir cuatro bombarderos Avro Vulcan, gestiones que resultaron infructuosas por la negativa del Reino Unido, a cambio los britànicos le ofrecieron Canberras adicionales, que fue aceptada por la Fuerza Aèrea y que a fines de 1981 dos Canberras (un BMk.2 y un TMk.64) estaban preparados para su entrega en Warton y que finalmente no se hizo efectivo por la guerra de Malvinas.
El Grupo 2 de Bombardeo en la guerra de Malvinas
Cuarenta y nueve misiones de bombardeo llevaron a cabo los aviones del Grupo 2, siendo el ùnico aviòn de combate de la FAA con alcance suficiente para ir a las islas, realizar su misiòn y regresar sin requerir de reabastecimiento en vuelo. El 20 de junio el escuadròn se replegò en su base en Paranà. Se realizaron 58 salidas, nueve de ellas de reconocimiento y 49 de bombardeo, de los cuales 18 alcanzaron su objetivo (al menos en una de ellas alcanzaron a lanzar Bombas FAE, Fuel Air Explosive).
El Canberra le demostrò a sus fabricantes cual era su calidad y efectividad como bombardero. Claro que esta demostración la penalizarìa la Fuerza Aèrea con el sostenimiento logìsitico del aviòn por razones obvias.
El final del G2B
A fines de 1982 la publicación Tecnología Militar habìa revelado que la FAA realizaba gestiones para obtener cuatro Bombarderos Mirage IVA de la Armèe de l’Air, dado que se veìa venir las dificultades para poder sostener operativamente al Canberra, pero el pedido a Francia fue bloqueados por intervenciòn del Reino Unido.
De no ser por la ayuda del Perù, que hizo que pudiera continuar la operación del aviòn y contrarrestar el bloqueo inglès durante màs 15 años, sus dìas hubieran terminado muy pronto, pero finalmente fue el 5 de abril del 2000 la despedida del venerable Canberra de la FAA y junto con èl quedò disuelto el Grupo 2 de Bombardeo, y la Argentina sin capacidad de responder cualquier agresión hasta el nido del enemigo.
“Golpea audazmente dìa y noche” (Pulsat audaciter die noctuque) en el siglo 21
Si bien es cierto que con la creación del MERCOSUR han disminuìdo las posibilidades de conflicto entre los paìses de la regiòn, esto le permite reducir la cantidad de efectivos a cada una de las FFAA de nuestros paìses, pero el mejor reaseguro sigue siendo la inversiòn en Defensa y en este caso la pèrdida de capacidades no contribuye a generarlo. Tanto polìticos como militares deben tener en claro que la disminución de capacidades de forma permanente es debilitar la protecciòn de sus ciudadanos que contribuyen con sus impuestos a la Defensa Nacional.
La recuperaciòn del Grupo 2 de bombardeo le darìa la capacidad de respuesta a cualquier agresión (cada vez parece estar màs latente ese peligro) y ante el escenario que presenta en este tiempo, la Argentina no parece estar completamente a salvo por màs que haya declamaciones llenas de voluntarismo, pero poco efectivas a la hora de disuadir potenciales agresores.
Hace pocos dìas el presidente del Brasil, Luiz Ignacio Lula da Silva defendió el aumento de presupuesto militar para reequipar las fuerzas armadas brasileñas a partir de 2008 con el argumento de que el gigante sudaméricano ganará respeto frente al mundo. "No existe en ningún país del mundo que sea respetado si no tiene Fuerzas Armadas competentemente preparadas y equipadas para la defensa de la democracia y la soberanía nacional". Y lo hizo en referencia a la protecciòn de los recursos naturales del Brasil y a la recientemente descubierta cuenca petrolera bajo su lecho marino, que segùn los propios geòlogos brasileños llega hasta la Repùblica Argentina. Atento a èsto, se suman intereses estratègicos a defender en nuestro paìs y por lo tanto aumentarìan el àrea de responsabilidad de las FFAA Argentinas, sobretodo en lo que respecta a la capacidad de proyecciòn de su poder aèreo y naval.
A tal efecto se hace necesario el obtener la capacidad de respuesta ante cualquier clase de agresiòn que pretenda quedarse con ese recurso natural de nuestro paìs. Hay sobradas pruebas de conflictos por este escaso recurso que ha generado conflictos interestatales y para ello los argentinos no debemos permanecer incautos.
La amenaza que se cierne sobre nuestros recursos naturales en el mar, la velada intenciòn de otras potencias por ocupar nuestro sector antàrtico con fines no cientìficos, hacen necesario contar con un arma creìble en materia de disuasión. En una palabra volver a contar con un aviòn dotado del alcance y poder de fuego del Canberra, aunque actualmente muchos lo superan en varios aspectos, pero si las recordamos, las mismas hablaban de un alcance de 4281 km, velocidad de 900 km a 12.000 mts, techo de servicio de 14600 mts, peso màximo de despegue de 20800 kg y carga bèlica de hasta 2700 kg.
Como hablamos de capacidad de bombardeo, sòlo hay pocas opciones en el mundo a nuestro alcance y podemos mencionar los modelos existentes, como el F-111, actualmente en servicio en la la Fuerza Aèrea Australiana (en la USAF fue reemplazado por el F-15E), su contraparte rusa, el Su-24 Fencer y el nuevo Su-34 Fullback recientemente incorporado por la Fuerza Aèrea de aquel paìs.
De ellos, el F-111 queda fuera de este análisis, por razones polìticas, ya que el mismo sòlo està disponible para aliados de la primera lìnea de EEUU y ademàs de ser un aviòn veterano. El Su-24 es un aviòn de la misma època que el F-111, aunque pronto y en la medida que sean sustituìdos por el Su-34, muchos de ellos estaràn disponibles y modernizados.
Hacia una recuperaciòn de la capacidad perdida de la FAA
Casi con exclusividad hoy el Su-34 es un aviòn ùnico en su clase y que le permitirìa a la Fuerza Aèrea Argentina recuperar dicha capacidad y que en poco tiempo podrìa estar disponible para su exportaciòn (cuando la Fuerza Aèrea Rusa complete su primera unidad de bombarderos Su-34).
De las características operacionales del caza-bombardero se puede hablar largamente. El 31 de agosto de 2006, RIA Novosti publicó en su sitio Web un artículo que se titula "Bombardero de elevado confort". A este material se podría añadir únicamente que el peso máximo al despegue del aparato es de unas 39 toneladas (el doble del Canberra); la velocidad máxima a gran altura, 1900 km.p.h (tambièn màs del doble); la velocidad máxima cerca del suelo, 1400 km.p.h.; la autonomía del vuelo con reserva de combustible interna es de 4000 km y con reabastecimiento en el aire no tiene límite. El armamento del avión incluye un cañón empotrado de 30 mm, así como bombas guiadas y no guiadas y misiles de tipo distinto. Su-34 es capaz de batir, bajo cualquier condiciòn meteorológica y todo tiempo, tanto blancos terrestres como navales (incluidos objetivos aislados), haciendo uso de todas las configuraciones armas. Puede emplear armas y municiones mediante guìa por satèlite, que fueron probadas en el Su-34 el año pasado, lo cual hace de este avión un medio excepcional de destrucción de blancos de reducidas dimensiones. En total tiene un payload de 8000 kg de armas, casi cuatro veces la del Canberra, ademàs de todos los sensores, equipos de navegaciòn, equipos ECM, EW y misiles que estaban ausentes en aquel.
Los Su-34, que entraràn en servicio en la Fuerza Aérea Rusa entre el 2007 y el 2015, estaràn equipados con los modernizados AL-31F-M1 que se distingue de la variante básica por una fuerza de empuje mayor en una tonelada y un TBO aumentada en hasta 750 horas. Esta versión del AL-31F-M1 tendrà 14 toneladas màs de empuje y la vida útil entre reparaciones, hasta 1000 horas.
Hasta aquì la propuesta de potenciar nuestra defensa y de recuperar una capacidad que hoy en dìa se torna necesaria por el escenario que a futuro se le presenta a la Argentina y que necesita de un aviòn de ataque de largo alzance y capaz de alcanzar sus blancos en alta mar con un alto grado de probabilidades de èxito, lo cual constituye un arma de disuasiòn ante cualquier potencial agresor que provenga por la vìa marìtima (la vìa de aproximaciòn màs probable de un potencial agresor de la Argentina), dentro de una estrategia defensiva como ha sido tradicional en la Repùblica Argentina.
"Golpea audazmente dìa y noche" (Pulsat audaciter die noctuque) es el lema que hizo honor el Grupo 2 de Bombardeo de la Fuerza Aèrea Argentina. El ùltimo aviòn que equipò a esta unidad fue el Bombardero BAC Canberra versión BMk.62 y TMk.64. La capacidad estratègica de esta unidad consistìa en poder llevar el poder de fuego hasta el interior del territorio enemigo.
Los tres primeros Canberra arribaron a su base en la II Brigada de Paranà el 20 de noviembre de 1970, hasta totalizar doce ejemplares, matriculados desde el B-101 hasta el B-112.
Una dècada después y segùn algunas publicaciones internacionales de entonces, en 1980 la Fuerza Aèrea Argentina intentaba ampliar su capacidad de bombardeo y habìa iniciado gestiones para adquirir cuatro bombarderos Avro Vulcan, gestiones que resultaron infructuosas por la negativa del Reino Unido, a cambio los britànicos le ofrecieron Canberras adicionales, que fue aceptada por la Fuerza Aèrea y que a fines de 1981 dos Canberras (un BMk.2 y un TMk.64) estaban preparados para su entrega en Warton y que finalmente no se hizo efectivo por la guerra de Malvinas.
El Grupo 2 de Bombardeo en la guerra de Malvinas
Cuarenta y nueve misiones de bombardeo llevaron a cabo los aviones del Grupo 2, siendo el ùnico aviòn de combate de la FAA con alcance suficiente para ir a las islas, realizar su misiòn y regresar sin requerir de reabastecimiento en vuelo. El 20 de junio el escuadròn se replegò en su base en Paranà. Se realizaron 58 salidas, nueve de ellas de reconocimiento y 49 de bombardeo, de los cuales 18 alcanzaron su objetivo (al menos en una de ellas alcanzaron a lanzar Bombas FAE, Fuel Air Explosive).
El Canberra le demostrò a sus fabricantes cual era su calidad y efectividad como bombardero. Claro que esta demostración la penalizarìa la Fuerza Aèrea con el sostenimiento logìsitico del aviòn por razones obvias.
El final del G2B
A fines de 1982 la publicación Tecnología Militar habìa revelado que la FAA realizaba gestiones para obtener cuatro Bombarderos Mirage IVA de la Armèe de l’Air, dado que se veìa venir las dificultades para poder sostener operativamente al Canberra, pero el pedido a Francia fue bloqueados por intervenciòn del Reino Unido.
De no ser por la ayuda del Perù, que hizo que pudiera continuar la operación del aviòn y contrarrestar el bloqueo inglès durante màs 15 años, sus dìas hubieran terminado muy pronto, pero finalmente fue el 5 de abril del 2000 la despedida del venerable Canberra de la FAA y junto con èl quedò disuelto el Grupo 2 de Bombardeo, y la Argentina sin capacidad de responder cualquier agresión hasta el nido del enemigo.
“Golpea audazmente dìa y noche” (Pulsat audaciter die noctuque) en el siglo 21
Si bien es cierto que con la creación del MERCOSUR han disminuìdo las posibilidades de conflicto entre los paìses de la regiòn, esto le permite reducir la cantidad de efectivos a cada una de las FFAA de nuestros paìses, pero el mejor reaseguro sigue siendo la inversiòn en Defensa y en este caso la pèrdida de capacidades no contribuye a generarlo. Tanto polìticos como militares deben tener en claro que la disminución de capacidades de forma permanente es debilitar la protecciòn de sus ciudadanos que contribuyen con sus impuestos a la Defensa Nacional.
La recuperaciòn del Grupo 2 de bombardeo le darìa la capacidad de respuesta a cualquier agresión (cada vez parece estar màs latente ese peligro) y ante el escenario que presenta en este tiempo, la Argentina no parece estar completamente a salvo por màs que haya declamaciones llenas de voluntarismo, pero poco efectivas a la hora de disuadir potenciales agresores.
Hace pocos dìas el presidente del Brasil, Luiz Ignacio Lula da Silva defendió el aumento de presupuesto militar para reequipar las fuerzas armadas brasileñas a partir de 2008 con el argumento de que el gigante sudaméricano ganará respeto frente al mundo. "No existe en ningún país del mundo que sea respetado si no tiene Fuerzas Armadas competentemente preparadas y equipadas para la defensa de la democracia y la soberanía nacional". Y lo hizo en referencia a la protecciòn de los recursos naturales del Brasil y a la recientemente descubierta cuenca petrolera bajo su lecho marino, que segùn los propios geòlogos brasileños llega hasta la Repùblica Argentina. Atento a èsto, se suman intereses estratègicos a defender en nuestro paìs y por lo tanto aumentarìan el àrea de responsabilidad de las FFAA Argentinas, sobretodo en lo que respecta a la capacidad de proyecciòn de su poder aèreo y naval.
A tal efecto se hace necesario el obtener la capacidad de respuesta ante cualquier clase de agresiòn que pretenda quedarse con ese recurso natural de nuestro paìs. Hay sobradas pruebas de conflictos por este escaso recurso que ha generado conflictos interestatales y para ello los argentinos no debemos permanecer incautos.
La amenaza que se cierne sobre nuestros recursos naturales en el mar, la velada intenciòn de otras potencias por ocupar nuestro sector antàrtico con fines no cientìficos, hacen necesario contar con un arma creìble en materia de disuasión. En una palabra volver a contar con un aviòn dotado del alcance y poder de fuego del Canberra, aunque actualmente muchos lo superan en varios aspectos, pero si las recordamos, las mismas hablaban de un alcance de 4281 km, velocidad de 900 km a 12.000 mts, techo de servicio de 14600 mts, peso màximo de despegue de 20800 kg y carga bèlica de hasta 2700 kg.
Como hablamos de capacidad de bombardeo, sòlo hay pocas opciones en el mundo a nuestro alcance y podemos mencionar los modelos existentes, como el F-111, actualmente en servicio en la la Fuerza Aèrea Australiana (en la USAF fue reemplazado por el F-15E), su contraparte rusa, el Su-24 Fencer y el nuevo Su-34 Fullback recientemente incorporado por la Fuerza Aèrea de aquel paìs.
De ellos, el F-111 queda fuera de este análisis, por razones polìticas, ya que el mismo sòlo està disponible para aliados de la primera lìnea de EEUU y ademàs de ser un aviòn veterano. El Su-24 es un aviòn de la misma època que el F-111, aunque pronto y en la medida que sean sustituìdos por el Su-34, muchos de ellos estaràn disponibles y modernizados.
Hacia una recuperaciòn de la capacidad perdida de la FAA
Casi con exclusividad hoy el Su-34 es un aviòn ùnico en su clase y que le permitirìa a la Fuerza Aèrea Argentina recuperar dicha capacidad y que en poco tiempo podrìa estar disponible para su exportaciòn (cuando la Fuerza Aèrea Rusa complete su primera unidad de bombarderos Su-34).
Los Su-34, que entraràn en servicio en la Fuerza Aérea Rusa entre el 2007 y el 2015, estaràn equipados con los modernizados AL-31F-M1 que se distingue de la variante básica por una fuerza de empuje mayor en una tonelada y un TBO aumentada en hasta 750 horas. Esta versión del AL-31F-M1 tendrà 14 toneladas màs de empuje y la vida útil entre reparaciones, hasta 1000 horas.
Hasta aquì la propuesta de potenciar nuestra defensa y de recuperar una capacidad que hoy en dìa se torna necesaria por el escenario que a futuro se le presenta a la Argentina y que necesita de un aviòn de ataque de largo alzance y capaz de alcanzar sus blancos en alta mar con un alto grado de probabilidades de èxito, lo cual constituye un arma de disuasiòn ante cualquier potencial agresor que provenga por la vìa marìtima (la vìa de aproximaciòn màs probable de un potencial agresor de la Argentina), dentro de una estrategia defensiva como ha sido tradicional en la Repùblica Argentina.