Folha de São Paulo
MERCADO
Industria brasileña hace revoada de zangões
Nelson de Sá
Empresas nacionales desarrollan vehículos aéreos no tripulados
A La espera de programa del gobierno, empresas vienen siendo formadas para fabricar los vants de usos militar y civil
El Departamento de Defensa de los EUA tiene hoy 7.000 vehículos aéreos no tripulados (vants, también llamados de "drones", zangões). Hace diez años, antes de Afganistán e Irak, no pasaban de 50.
El Pentágono ya admite que el número de pilotos de vants, que controlan los aparatos a partir de bases americanas, deberá ultrapasar lo de pilotos de sus aviones regulares.
Con las dos guerras en refluxo, la fiebre está pasando al área civil. En febrero, una nueva ley americana, festejada por los fabricantes, liberó el uso rural y hasta urbano de los aparatos, en seguridad pública.
Chris Anderson, autor de "La Larga Cauda" (2006) y socio-fundador de una empresa de software para "drones", a 3D Robotics, calcula que todo mes levantan vuelo en los EUA más de mil nuevos vants civiles, ya superando los militares.
Lo Brasil corre atrás, tanto en aparatos militares como civiles. Empresas vienen siendo formadas, inclusive diversas subsidiárias de la Embraer, en la expectativa del anuncio de un programa de vants del Ministerio de la Defensa.
PROYECTO
Un primer proyecto, hasta hoy "en perfeccionamiento", acaba de completar cinco años, desde que la empresa carioca Santos Lab, hoy parte de la Embraer, suministró los primeros vants a la Marina.
Cuestionado, el ministerio responde que la elaboración de los requisitos operacionales para la adquisición de los aparatos "está en marcha" y que aún no hay detalhamento sobre cantidad o plazo. Adelanta que el Ejército prevé emplear los vants en el apoyo a la artillería, entre otras misiones; la Aeronáutica, en el control de fronteras; y la Marina, en la defensa de las plataformas en las cuencas de Campos y de Santos.
Pero el objetivo expreso es estimular producción nacional y la innovación tecnológica. ES la justificación para el desarrollo de otros aparatos y sistemas por las Fuerzas Armadas los últimos años, en conjunto con empresas del interior paulista como Flight y Avibrás y con fomento de la Finep (Financiadora de Estudios y Proyectos), del Ministerio de la Ciencia, Tecnología e Innovación.
VARIOS GRUPOS
La carrera pelas encomiendas militares vislumbra, como en los EUA, el posterior uso civil. La Abimde (Asociación Brasileña de las Industrias de Materiales de Defensa y Seguridad) formó un comité para vehículos no tripulados visando "consolidar y hacer crecer el sector no sólo para aplicaciones militares, pero comerciales", según el vicepresidente ejecutivo, Carlos Afonso Perantoni Gambôa.
Según Gambôa, aún no hay en Brasil "ninguna reglamentación de empleo comercial", pero la asociación viene trabajando en conjunto con la Anac (Agencia Nacional de Aviación Civil) y el Decea (Departamento de Control del Espacio Aéreo) para la construcción de un marco regulatório para el segmento.
Nei Brasil, presidente de la Flight, que nació en la incubadora de startups del ITA (Instituto Tecnológico de Aeronáutica), afirma que "va a ser difícil la industria nacional capacitarse para tener un sector civil pujante si no fuera alavancada en el primer momento por el sector militar".
CONSOLIDACIÓN
El ejecutivo prevé que los vants "sean una de las áreas más calentadas del sector aeronáutico". De ahí el inicio "conturbado, con varios grupos intentando posicionarse". Él prevé, con el tiempo, una fuerte consolidación.
Renato Bastos Tovar, gerente de programas tecnológicos de la Avibrás, también prevé una acomodação del mercado y dice que su empresa "está abierta la conversaciones".
Por otro lado, Rodrigo Kuntz, presidente de la BRVant, también del interior paulista, cuestiona el estágio del mercado en el país. Según él, el Hermes 450 y el Heron, dos aparatos israelíes, "son los únicos equipamientos de mayor porte volando en Brasil". La BRVant finaliza actualmente un proyecto para desarrollar un aparato mayor, vuelto para el nicho militar.
También ya producen o se preparan para producir vants: OrbiSat, de la Embraer, en conjunto con AGX y Aeroálcool; Harpia, de Brasilia, asociación entre Embraer y Elbit, de Israel; Andrade Gutierrez Defensa y Seguridad, del Río, con francesa Thales; XMobots, de Son Carlos; y Skydrones, de Porto Alegre.
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Embraer debe estrenar con vant en la frontera
DE SÃO PAULO
Dos semanas atrás, un consorcio de la OrbiSat con la Savis, ambas de la Embraer, venció una competencia con Andrade Gutierrez y otras para ejecutar la fase inicial del Sisfron, el Sistema Integrado de Monitoreo de Fronteras, del Ministerio de la Defensa.
El proyecto piloto, en las fronteras con Paraguay y Bolivia, es evaluado en US$ 1 bilhão. En el final, alcanzando 11 países, debe llegar a R$ 12 bilhões. Entre los equipamientos a ser usados están los vants.
"ES un proyecto para varios años. Y tiene una fase en él que será de implantación de los vants", afirma João Moreira Neto, director de tecnología de la OrbiSat, ingeniero formado por el ITA y doctor por la Universidad de Múnich, especializado en radares.
La OrbiSat ya tiene el suyo, llamado Sarvant, desarrollado antes aún de la adquisición de la empresa por la Embraer, el año pasado. "El proyecto original fue para uso puramente civil, para mapeamento", dice.
"La Finep subvencionó para eso. Muestramos la viabilidad, un mercado de R$ 20 millones anuales. Quién precisa? Por ejemplo, pequeñas hidrelétricas, para elaborar informes ambientales."
El interés militar surgió más recientemente. Y ahora la Embraer "estudia el Sarvant para ver si él se adapta a la aplicación".
Según Moreira, "lo que puede acontecer es la Harpia, que también es de la Embraer, comprar el radar de la gente, el sistema autónomo de la AGX y el avión de la Aeroálcool", las otras empresas envueltas en el desarrollo del vant.
En la estructura de producción de vants que viene siendo montada en los últimos dos años por la Embraer, a Santos Lab producirá los aparatos más pequeños, y la Harpia, los mayores.
La Harpia fue formada en 2011, con participación minoritaria de la israelí Elbit, que fabrica los vants Hermes 450, usados por los militares brasileños para prueba y entrenamiento. El acuerdo prevé transferencia de tecnología.