Sol, dos meses después de dejar de volar: quiénes son los posibles compradores y cuál es su futuro
Dos empresas extranjeras, Amazonas y Air Nostrum, son las que suenan con más fuerza para adquirirlas
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Diego CabotLA NACION
Sábado 19 de marzo de 2016 •
09:00
Sin el aporte de Aerolíneas, Sol dejó de volar.Foto:Archivo
A dos meses de
haber quedado en tierra, el futuro de la aerolínea Sol aún está envuelto en incógnitas. De aquellos grupos interesados, especialmente algunos conformado por transportistas argentinos, ya no queda ninguno. Apenas se mantienen dos en pie, y los dos extranjeros.
Mientras tanto, los 190 empleados que conforman el
staff de la línea aérea, aún cobran sus sueldos pagos por los dueños de la empresa, la familia rosarina Angeli , propietaria del Grupo Transatlántica.
El que más fuerte suena en el mercado es Amazonas. Se trata de una pequeña compañía boliviana que vuela con aviones similares a los que tiene
Sol. Sin embargo, no es optimismo lo que reina entre los negociadores. La aerolínea boliviana mira detenidamente un plantel de casi 200 empleados que forman parte de Sol.
El otro interesado, según cuentan cerca de Sol, es Air Nostrum, la empresa española que trajo los aviones CJR de 50 plazas que llegaron y se fueron ante el cierre.
Ambos tienen planes de negocios distintos. Los españoles, que creen que podrían llegar a un acuerdo con Aerolíneas Argentinas similar al que tienen con Iberia. Allá son una empresa de soporte que vuela rutas más cortas que alimentan a la compañía grande. Apuntan básicamente al cabotaje. Los bolivianos de Amazonas, en cambio, quieren consolidar una opción de vuelos cortos en el Cono Sur y para ello es necesario un pie en la Argentina.
Los bolivianos saben que en los primeros seis meses deberán desembolsar alrededor de 15 millones de dólares para volver a poner los aviones en el aire. Esa cifra, por ahora, es inalcanzable para el grupo inversor. Pero tienen buenas intenciones.
En Sol ya no quedan aviones. Los tres que trajo la empresa española Air Nostrum ya volvieron a la península. Aquellos tres CJR que habían llegado pintados con los colores de Austral tienen otros rumbos. Quienes sigan el fútbol español pueden encontrar en algún aeropuerto a los hermanos no reconocidos de Austral transportando a equipos de la liga española.
Amazonas vuela actualmente a Cuzco, Asunción y Montevideo, además de cabotaje en Bolivia, y quiere posicionarse como una compañía de vuelos regionales. Lo que falta no es decisión sino dinero.
Más allá de las urgencias, el Gobierno ha empezado a abrir el mercado aerocomercial. Los inversores que en su momento estaban interesados en Sol se corrieron cuando vislumbraron el cambio de paradigma. Todo parece indicar que habrá más competencia y menos protección. Varios transportistas son alérgicos a la competencia y a los negocios sin la mano protectora del Estado. Ya no conversan con Sol. Cuentan que alguna vez preguntaron si al tomar los pasivos de Sol el Gobierno les aseguraría algún cuidado especial en el mercado. "Siempre hablaron de libertad pues ahora la va a haber", les contestaron en los organismos públicos. "Entonces me quedo con el sello del Sol y vos con los empleados", retrucaron. Finalmente, los transportistas se fueron.
Amazonas con sus siete aviones de 50 plazas imagina que puede poner un pie en la Argentina sin poner demasiado dinero, más que el flujo que significa el poner de regreso a Sol. Mientras tanto, los dueños de Transatlántica y de Sol, aprovecharon los 90 días para emprolijar cierta parte del pasivo de la aerolínea que lo podría haber complicado en caso de ir a la quiebra. Cuentan que están dispuestos a pagar las indemnizaciones de los 190 empleados en caso de que no se venda, aunque confían en que finamente, la empresa cambiará de manos.