El ejército egipcio mata a ocho terroristas tras reforzar su despliegue en el Sinaí
El ejército egipcio ha liquidado este lunes a ocho supuestos terroristas en el Sinaí tras reforzar el despliegue de las fuerzas de seguridad en el norte de la península, donde dos ataques armados se cobraron el viernes la vida de 31 soldados. El presidente Abdelfatah al Sisi ha promulgado una ley que pone bajo tutela castrense las instalaciones vitales del Estado.
En un comunicado, el portavoz militar ha anunciado además el arresto de otros siete "terroristas" y la destrucción de tres viviendas y tres almacenes de armas "empleados por los grupos terroristas en sus operaciones criminales contra las fuerzas armadas y el personal de la policía". Entre los ocho terroristas eliminados, figura una persona vinculada con el ataque que dejó 28 muertos el viernes en las inmediaciones de Al Arish, la capital del norte del Sinaí, cercana a la franja de Gaza.
El régimen egipcio ha reforzado el despliegue en la península con el envío por aire de nuevas tropas y miembros de las fuerzas especiales de la Seguridad Central (una división de la policía). En un intento de sofocar las embestidas yihadistas, se han decretado tres meses de Estado de emergencia en varias zonas del norte del Sinaí.
Asimismo, el presidente egipcio y ex comandante en jefe de las fuerzas armadas Abdelfatah al Sisi ha emitido este lunes una ley que permite a los militares cooperar con la policía en la protección de instalaciones estatales vitales ,como estaciones eléctricas, gasoductos, explotaciones petrolíferas, estaciones de tren o red de carreteras y ferrovial. Durante los próximos dos años, todas estas instalaciones serán consideradas dependencias militares.
A su vez, la norma establece que quienes atenten contra estos lugares serán juzgados en los infames tribunales militares. El Gobierno anunció el sábado que prepara un proyecto de ley para que la justicia castrense sea la encargada de decidir sobre los casos de terrorismo que "ponen en peligro la seguridad del país". Se espera que la nueva norma sea publicada en los próximos días. Desde el ocaso de Hosni Mubarak en 2011, miles de civiles egipcios han sido juzgado en cortes militares.
Al Sisi -con competencias legislativas ante la ausencia de parlamento- advirtió el sábado que Egipto se enfrenta a una "gran conspiración extranjera" sin proporcionar más detalles de la supuesta amenaza. "Debemos saber que estos ataques terroristas están respaldados por manos extranjeras que buscan derrotar al ejército que protege al pueblo egipcio y su voluntad", agregó en un discurso televisado tras reunirse con la cúpula castrense.
En el norte del Sinaí, cerca de la franja palestina de Gaza, las autoridades han impuesto un toque de queda que se extiende desde las 17.00 horas (15.00 GMT) hasta las 7.00 horas (5.00 GMT). Al Sisi recalcó además que la batalla en el Sinaí "durará mucho tiempo". "Hay muchos terroristas escondidos en la península, pero este nuevo nivel de ataques nos ha colocado en un nuevo estadio de planificación para luchar contra el terrorismo", añadió.
Una cadena de atentados
El pasado viernes, 28 soldados perdieron la vida y otros 26 resultaron heridos en un ataque armado que se registró a primera horade la tarde a las afueras de Al Arish. Un suicida a bordo de un vehículo repleto de explosivos de fabricación casera se empotró contra dos vehículos blindados apostados en un puesto de control en el distrito de Qaram al Qauadis, a unos 25 kilómetros al este de Al Arish y cerca de una instalación castrense.
Las fuerzas de seguridad desplegadas en la zona y las ambulancias movilizadas para socorrer y evacuar a las víctimas sufrieron una emboscada. Los atacantes lanzaron granadas propulsadas por cohetes (RPG, por sus siglas en inglés) y se enzarzaron en una refriega con los uniformados durante las horas siguientes, incrementando el número de bajas. El ejército egipcio tuvo que recurrir a helicópteros de combate Apache para reducir a los agresores.
Horas después, hombres armados abrieron fuego contra un puesto militar en los alrededores de Al Arish, matando a otros tres agentes de seguridad. A pesar de la amplia campaña castrense desplegada desde hace año y medio, el régimen egipcio -adalid de una brutal campaña de represión que padece el país- ha sido incapaz de sofocar el desafío de los movimientos yihadistas que campan a sus anchas por la escarpada orografía de la península.
La réplica egipcia del IS siembra el terror
Aunque nadie ha reivindicado la autoría de los últimos ataques, organizaciones yihadistas como Ansar Beit al Maqdis (Seguidores de la Casa de Jerusalén, en árabe) han llevado a cabo desde el derrocamiento de Mohamed Mursi arremetidas cada vez más audaces. La lucha contra las fuerzas de seguridad ha llegado a El Cairo y a las provincias del delta del Nilo, donde han perpetrado varios atentados suicidas. En el Sinaí, su base de operaciones, Ansar se ha jactado de detentar más control del que las autoridades reconocen.
Su último vídeo, divulgado este mes, muestra milicianos del movimiento -inspirado en Al Qaeda- administrando un puesto de control en un árida carretera de la península. Desde agosto, además, las autoridades egipcias alertan de las crecientes conexiones de Ansar con el Estado Islámico (IS, por sus siglas en inglés), que ha proclamado el califato en el vasto territorio que controla a caballo entre Siria e Irak.
"Llena las carreteras de explosivos para ellos. Ataca sus bases. Irrumpe en sus hogares. Corta sus cabezas. No les permitas que se sientan seguros", instó el portavoz oficial del IS Abu Mohamed al Adnani a sus camaradas del Sinaí en septiembre. En los últimos meses, los combatientes de Ansar han firmado la decapitación de siete egipcios por su presunta colaboración con el ejército egipcio y la inteligencia israelí.
http://www.elmundo.es/internacional/2014/10/27/544e8415268e3ede6a8b456c.html
