Egipto lanza una operación militar contra la insurgencia yihadista en el Sinaí y otras zonas del país
Desde hace más de un lustro el norte del Sinaí ha sido la tumba de cientos de policías y soldados y el escenario de la huida de miles de civiles. El ejército egipcio ha lanzado este viernes una operación a gran escala en cooperación con el aparato policial para limpiar de "elementos y organizaciones terroristas" la península del Sinaí, zonas del delta del Nilo y el desierto occidental.
"Las fuerzas del orden público han comenzado a ejecutar esta mañana una campaña para hacer frente a los elementos y organizaciones terroristas y criminales en el norte y centro del Sinaí", ha declarado el portavoz del ejército Tamer el Refai en un discurso retransmitido por televisión. Las operaciones también se han extendido a varias provincias del delta del Nilo y el desierto occidental, donde grupos como la filial local del autodenominado Estado Islámico y otros movimientos yihadistas han perpetrado ataques en los últimos años.
Precisamente, esta enésima campaña castrense contra la insurgencia yihadista se produce después de que el ex jefe del ejército y presidente de país Abdelfatah al Sisi hiciera público a finales del año pasado un ultimátum de tres meses para sofocar los atentados, cada vez más habituales, contra fuerzas de seguridad y comunidades cristiana o sufí y "restaurar la estabilidad y la seguridad".
El pasado 24 de noviembre un ataque contra una mezquita sufí en la localidad de Al Rauda, en el norte de la península, dejó al menos 311 muertos y más de un centenar de heridos en el atentado más mortífero de la Historia reciente del país que, sin embargo, no ha sido reivindicado hasta la fecha por ningún grupo. "La mayoría de los fallecidos era gente humilde que había huido de Sheij Zueid [una localidad del norte del Sinaí] por la inseguridad y el miedo a los ataques. Jamás habían recibido apoyo del Estado", relata a EL MUNDO Abu Yihad, sobrino de una de las víctimas.
La campaña castrense está precedida de un despliegue excepcional de recursos médicos en la península y la ciudad de Ismalia, ubicada en el estratégico canal de Suez. En la última semana el ministerio de Sanidad ha solicitado a los hospitales de la zona que cancelen las vacaciones y libranzas de todo su personal; doblen los médicos asignados a cada turno; liberen camas de las unidades de cuidados intensivos, quemados, cirugía y dispongan de medicación y reservas de sangre en previsión de los enfrentamientos con la insurgencia.
Una orden similar ha recibido el servicio de ambulancias de Al Arish, la capital del norte del Sinaí, según el digital egipcio MadaMasr. Profesionales médicos de otras provincias han sido trasladados a clínicas de la península por un período de entre uno y tres meses. Desde enero, las fuerzas armadas han reforzado su presencia en la región con el envío de armamento y tropas. Ese mes el jefe del Estado Mayor del ejército y el ministro del Interior fueron testigos de un ataque con mortero del IS en el aeropuerto de Al Arish en el transcurso de una visita oficial.
Según el comunicado militar, los uniformados y los agentes se hallan en estado de "máxima alerta". Las autoridades establecieron el pasado 12 de enero el toque de queda en algunas zonas del norte del Sinaí, incluida la localidad fronteriza de Rafah. El norte de la península es el epicentro donde actúan "Provincia del Sinaí" -la sucursal egipcia del IS- y otros grupos yihadistas, algunos de ellos dirigidos por ex miembros del ejército.
Además, a principios de este año el Parlamento egipcio prorrogó durante tres meses el estado de Emergencia, en vigor desde los ataques contra dos iglesias del país que el pasado abril se cobraron 46 vidas e hirieron a 120 personas. Los atentados fueron reivindicados por la rama local del autodenominado Estado Islámico. A finales de mayo una emboscada firmada por el IS se cobró la vida de 28 cristianos que viajaban hacia el monasterio de San Samuel, ubicado en una zona desértica de la provincia de Minya, a unos 300 kilómetros al sur de El Cairo.
La nueva ofensiva militar coincide con la víspera de las elecciones presidenciales, previstas para los próximos 26, 27 y 28 de marzo en las que Al Sisi revalidará su segundo mandato tras una campaña de hostigamiento, arrestos y amenazas que han apeado de la carrera electoral a los principales rivales.
La filial egipcia del IS, que juró lealtad a Abu Bakr al Bagdadi en 2014, consiguió tumbar un helicóptero del ejército egipcio en enero de aquel año y en julio de 2015 lanzó un misil desde el Sinaí destruyendo un barco de la marina egipcia que patrullaba la costa mediterránea. En octubre de 2015 firmó el atentado contra un avión ruso segando la vida de las 224 personas a bordo. Presente desde hace años en su escarpada orografía, el golpe de Estado que en julio de 2013 desalojó del poder al islamista Mohamed Mursi sirvió de combustible a la insurgencia yihadista.
A principios de esta semana el rotativo estadounidense 'New York Times' desveló que durante dos años cazas, drones y helicópteros israelíes sin ningún distintivo asociado al país vecino llevaron a cambio más de un centenar de bombardeos en territorio egipcio con la aprobación de Al Sisi. Una colaboración impopular que el régimen egipcio ha negado.
http://www.elmundo.es/internacional/2018/02/09/5a7d5a9f22601d2a7a8b45ad.html