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Rohani dice que Irán rechaza amenazas y ve líneas rojas en el tema nuclear
El presidente Hasan Rohani, arquitecto de la apertura diplomática de Irán a las grandes potencias, dijo el domingo que no cedería a amenazas ni la discriminación, en un aparente intento por mantener a los partidarios de línea dura de su parte mientras Teherán busca un acuerdo sobre su programa nuclear.

Rohani se dirigía al parlamento iraní, un bastión de los conservadores, un día después de que la república islámica y seis potencias redujeran sus diferencias durante unas conversaciones en Ginebra y decidieran reanudarlas el 20 de noviembre, con el fin de acabar con un enfrentamiento de una década y los temores sobre una nueva guerra en Oriente Próximo.

Los bandos parecían al borde de un gran avance antes de que aparecieran grietas entre Estados Unidos y aliados europeos, después de que Francia se negara a apoyar una propuesta que dijo no neutralizaba adecuadamente el riesgo de una bomba atómica iraní.

El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, dijo a la radio France Inter que París deseaba un acuerdo nuclear con Irán pero no podía aceptar un pacto débil.

Varios diplomáticos dijeron que los principales obstáculos incluían el reactor de agua pesada de Irán en Arak, que podría ser utilizado en la fabricación de plutonio para una bomba, el destino de las reservas iraníes de uranio de alto enriquecimiento - ambos temas delicados para Francia - y la extensión del alivio a las sanciones comerciales exigido por Teherán.

Israel, que califica la actividad nuclear iraní como una amenaza mortal, ha condenado el acuerdo propuesto porque permitiría a Irán retener cierta capacidad de enriquecimiento en vez de desmantelar el programa nuclear, además de darle un respiro a Teherán de las sanciones en su contra.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró que el Estado judío no se sentirá atado a un acuerdo de esas características, reiterando una amenaza velada de tomar acciones militares si considera que la diplomacia no logra combatir las ambiciones nucleares de Irán.

Rohani dijo al parlamento iraní que sus negociadores dijeron a sus interlocutores de las grandes potencias en Ginebra, "no responderemos a ninguna amenaza, sanción, humillación o discriminación".

No ahondó en su referencia a las amenazas contra Irán, pero la condena de Netanyahu a las conversaciones pesaba, al igual que la resistencia ideológica de los conservadores iraníes a reparar las relaciones con Occidente.

Por "discriminación" y "humillación", podría haberse referido a la presión de conservadores occidentales para que Irán elimine por completo su programa nuclear, que Teherán dice tiene fines pacíficos.

"La república islámica no ha inclinado su cabeza ni la inclinará ante amenazas de ninguna autoridad", dijo Rohani. "Para nosotros hay líneas rojas que no pueden ser cruzadas. Los intereses nacionales son nuestras líneas rojas que incluyen nuestro derecho bajo regulaciones internacionales y el enriquecimiento (de uranio) en Irán", afirmó.

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Sebastian

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Los recelos aplazan el pacto nuclear

Las objeciones de Francia al destino final del uranio enriquecido iraní obligan a retrasar las negociaciones atómicas entre Teherán y las grandes potencias
Ángeles Espinosa Dubái 9 NOV 2013 - 21:49 CET53


Kerry señala a Zarif en presencia de Ashton este sábado en Ginebra. / JASON REED (AFP)

Las objeciones de Francia se han sumado a las dificultades para alcanzar un acuerdo de las seis grandes potencias con Irán sobre su controvertido programa nuclear. Después de las expectativas despertadas por la presencia en Ginebra del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y a pesar de las intensas sesiones que se mantuvieron hasta última hora, los negociadores han admitido que aún existían diferencias importantes entre ellos. No obstante, en un signo de que hay voluntad de encontrar una solución, acordaron volver a reunirse dentro de una semana o diez días. El presidente iraní, Hasan Rohaní, ha pedido a sus interlocutores que no desaprovechen esta “oportunidad excepcional”.

“Hay divisiones entre el grupo del P5+1”, ha declarado el ministro iraní de Exteriores, Mohamed Javad Zarif, en referencia a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EE UU, Rusia, China, Reino Unido y Francia) más Alemania, con los que su país negocia. Más tarde, en una entrevista con la BBC, Zarif se mostró convencido de que eventualmente “se conseguirá un acuerdo”, pero advirtió de que hay un plazo de tiempo limitado para ello.

Las diferencias se han hecho patentes ya por la mañana, cuando el jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, manifestó que no tenía la seguridad de que se pudiera concluir el acuerdo y que su país no iba a aceptar “un timo de la estampita”. Fue un jarro de agua fría tras el clima de optimismo que habían transmitido tanto los negociadores iraníes como otros occidentales.

Hasta ese momento se daba por hecho que, por primera vez desde el descubrimiento del programa nuclear secreto de Teherán en 2002, iba a lograrse un compromiso para ponerle límites que garanticen que no esconde objetivos militares. Incluso se había redactado un borrador del principio de acuerdo sobre el que Irán y EE UU, principales actores de esta negociación, trataban de limar sus diferencias.

Pero Fabius dijo que su país no podía aceptarlo. Francia quería que Irán renunciara al reactor nuclear de Arak y ponía objeciones al destino del uranio enriquecido por encima del 20%, dos aspectos de su programa atómico que pueden llevar a conseguir material para una bomba. Incluso Washington, cuya falta de relaciones con Teherán desde 1979 está en la raíz de la desconfianza hacia la República Islámica, se mostraba menos puntilloso con el objetivo de lograr un parón de la actividad nuclear iraní durante seis meses.

La objeción francesa se sumó a las diferencias sobre el alcance y el ritmo del levantamiento de las sanciones con las que la comunidad internacional ha castigado su programa. Como contrapartida por limitarlo, pide que se anulen las restricciones a su venta de petróleo y transacciones bancarias. Esa exigencia queda lejos del desbloqueo de haberes en bancos extranjeros que ofrecen los Seis. Para los iraníes, que puedan acceder a sus propios fondos no les parece una gran concesión.

Rohaní instó a las seis potencias a “no dejar pasar esta oportunidad excepcional (…) para llegar a un resultado positivo en un tiempo razonable”, según la agencia oficial iraní, Irna. Tras años en que se ha culpado a Irán de bloquear las conversaciones, la televisión nacional acusó a Francia de “actuar por cuenta de Israel” y de “minar” las conversaciones.

La actitud de Fabius también recibió críticas del resto de los negociadores. Las agencias de noticias citaron a diplomáticos occidentales que, desde el anonimato, le acusaban de buscar protagonismo. “Parece que las discusiones de Ginebra no son con Irán sino dentro del grupo occidental. No es bueno”, llegó a tuitear el ministro sueco de Exteriores, Carl Bildt.

Los rostros de los negociadores, fotografiados cuando entraban o salían de las sucesivas reuniones, reflejaban el cambio de atmósfera. Kerry, que ayer se había parado a hablar con los periodistas, ha evitado a la prensa y cuando un reportero se ha cruzado con él a última hora y le ha preguntado si había alguna posibilidad de que se cerrara el acuerdo, se ha encogido de hombros.

El objetivo era consensuar un acuerdo marco en cuya primera fase se crearía un clima que permitiera minimizar la desconfianza que el programa nuclear iraní suscita no solo a las potencias, sino también a los vecinos de Irán. Desde su llegada a la presidencia en agosto, Rohaní ha ofrecido mayor transparencia y de hecho el director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Yukyo Amano, llega el domingo a Teherán para firmar un acuerdo de inspecciones. Sin embargo, lo que se delibera en Ginebra va más allá y compete al alcance y las intenciones del programa.

Con el fin de descartar un posible objetivo militar (que Irán siempre ha negado), los Seis quieren que Irán limite el enriquecimiento de uranio, el proceso por el cual se elabora el combustible nuclear, pero también el material fisible que sirve para fabricar una bomba atómica. Mientras se dilucida la fórmula para que Teherán pueda aceptar sin perder la cara, le han propuesto una moratoria de seis meses como gesto de buena voluntad. A cambio, ofrecen desbloquear los fondos iraníes congelados en sus bancos.

Ahora bien, los negociadores iraníes tienen líneas rojas. Nunca van a siquiera considerar el enriquecimiento cero que pide Israel e intentan maximizar las concesiones que obtienen a cambio de aceptar limitaciones a ese proceso que consideran un derecho.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/09/actualidad/1384011657_885672.html
 

Sebastian

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Los ayatolás siguen la vía pragmática

La crisis económica interna ha marcado el giro político del nuevo Gobierno

Ángeles Espinosa Dubái 9 NOV 2013 - 23:24 CET8

La que algunos observadores ya han calificado como la negociación más sustanciosa entre Irán y Estados Unidos (y el resto de las potencias) desde hace 34 años se ha logrado gracias al respaldo del líder supremo, el ayatolá Ali Jameneí, a las conversaciones. El cambio de tono y estilo que Hasan Rohaní, el presidente elegido el pasado junio, ha dado a la política exterior iraní no hubiera sido posible sin la anuencia de la más alta autoridad del país. Pero no se trata tanto de una convicción personal (Jameneí siempre ha recelado de Occidente) como de una opción pragmática ante la grave crisis económica y de estado de ánimo que atraviesa la República Islámica.

“Las conversaciones de Ginebra constituyen un momento decisivo para Irán”, declaró ayer el expresidente Ali Akbar Hachemí Rafsanyaní, haciéndose eco de un sentir generalizado.

Rohaní llegó al Gobierno gracias a una alianza de conservadores moderados (también llamados pragmáticos), como el propio Rafsanyaní, y de lo que quedaba del reformismo tras la represión de 2009. Esa suma de fuerzas, apoyada en la respuesta de la calle, terminó de convencer a Jameneí de la necesidad de cambiar de rumbo después de la política de desafío, confrontación y provocaciones gratuitas que durante los ocho años precedentes se convirtió en el distintivo de Irán bajo la presidencia de Mahmud Ahmadineyad y dejó al país en la ruina. No debió de costarles mucho habida cuenta del desencuentro que se produjo entre el líder y su protegido en los últimos años.

“Nuestros negociadores son hijos de la revolución. Apoyamos firmemente a quienes están a cargo de nuestra diplomacia”, anunció a mediodía de ayer en inglés la cuenta de Twitter atribuida a Jameneí. Es el mismo mensaje que el líder lanzó el pasado domingo cuando pidió a los recalcitrantes que evitaran criticar a los encargados de las conversaciones.

Nunca antes su apoyo había sido tan explícito. No significa que hayan desaparecido los duros del régimen que se oponen a cualquier concesión, pero ahora se ven obligados a contener su disgusto y tienen más difícil hacerse oír. Eso ha permitido que los medios de comunicación iraníes (todos bajo control estatal) hayan reflejado un respaldo generalizado a la reunión de Ginebra. Aún así, los diarios más moderados se referían ayer a la posibilidad de un “acuerdo histórico”, en tanto que los conservadores hablaban de “espejismo”, como si no lo creyeran factible.

“Si las negociaciones dan fruto, tanto mejor, pero si no, debería entenderse que Irán tiene que valerse por sí mismo”, ha tuiteado también un cauto Jameneí que en cualquier caso lleva las de ganar. Si el acuerdo sale adelante, podrá colgarse la medalla. Si no, verá validada su desconfianza y nadie podrá echarle en cara el no haberlo intentado.

Para Rohaní y sus partidarios, no es posible el fracaso. Sería capitalizado de inmediato por los ultras que consideran el antiamericanismo y la oposición a Occidente un pilar, no ya de su trasnochada ideología revolucionaria, sino del carácter nacional que creen encarnar. La opinión pública iraní es mucho más diversa y abierta al mundo.

Significativamente, y en lo que parece querer reforzar el mensaje de seriedad iraní, Alaedin Borujerdi, que preside la Comisión de Política Exterior y Seguridad Nacional del Parlamento, ha manifestado que el equipo negociador tiene todo el apoyo de la Cámara. Sus palabras, recogidas por la agencia oficial Irna, tienen especial relevancia porque esa comisión será la encargada de validar el eventual acuerdo que se alcance en Ginebra. De él va a depender que Irán avance hacia el futuro o a hacia el pasado reciente que intenta dejar atrás.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/09/actualidad/1384035881_028380.html
 

Sebastian

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Un acuerdo pendiente de varios hilos

Nadie puede hoy cantar victoria, pero Irán está más cerca de ver garantizada la supervivencia del régimen
Jesús A. Núñez Villaverde 9 NOV 2013 - 21:53 CET

La coincidencia de todos los ministros de exteriores del 5+1 en Ginebra solo puede entenderse como señal de que hay una firme voluntad global por llegar a un acuerdo sobre el programa nuclear iraní, aunque haya que esperar unos días más. Tanto si solo se logra fijar un marco general de principios (que establezca los términos de la negociación técnica posterior) como si se alcanza de un solo paso un acuerdo detallado (más improbable), Teherán está a punto de rentabilizar el esfuerzo dedicado a un programa nuclear que ha entendido sobre todo como una poderosa baza de negociación. Es cierto que solo la presión de las sanciones le ha llevado a abandonar su tradicional juego para ganar tiempo, obligándole a ofrecer algo sustancial que satisfaga a quienes lo perciben como una amenaza. Pero también lo es que, aún así, ha logrado hacerse con unas 19.000 centrifugadoras, unos 6.600 kilos de uranio enriquecido al 5% y otros 200 al 20% (además de una considerable capacidad misilística).

Nadie puede hoy cantar victoria, pero es Irán quien está más cerca de ver garantizada la supervivencia del régimen y reconocido su liderazgo regional. Además de quienes en el país sueñan con la caída del régimen, son muchos otros los que visibilizan abiertamente su descontento. Así, Arabia Saudí deja saber que podría estar pensando en hacerse con cabezas nucleares paquistaníes (contando con que ha financiado buena parte de esos sistemas) en un intento por frenar a Washington, asustándolo con activar las tentaciones de proliferación nuclear en la región. Con el trasfondo de Turquía, Egipto y otros países del Golfo amenazando con entrar en esa carrera, es Israel quien se muestra más opuesto al acuerdo (movilizando su enorme capacidad de influencia sobre el debilitado Obama), lo que podría desembocar en una insólita alianza informal con Riad contra el enemigo común.

Además de la dificultad para encajar todos esos hilos de intereses múltiples, lo fundamental para valorar un posible acuerdo se resume en lograr que Teherán abra totalmente la puerta a la AIEA para verificar la suspensión de toda actividad asociada a un programa nuclear militar, aceptando el Protocolo Adicional del TNP. Los puntos centrales del trato deben determinar cuántas centrifugadoras se eliminan (teniendo en cuenta que para su única central de Bushehr ya Moscú suministra el combustible necesario), el futuro de las plantas de enriquecimiento de Natanz y Fordo (contando con que Irán retendrá su derecho a seguir haciéndolo, tal como le reconoce el TNP) y la detención de la obras de construcción de la planta de agua pesada de Arak (susceptible de producir plutonio como vía paralela para dotarse de armas nucleares). Asimismo, es vital fijar qué se hace con el uranio ya enriquecido al 20% (sin que Teherán parezca dispuesto a aceptar su traslado fuera del país). En contrapartida, cabe suponer que Irán también aceptará paralizar momentáneamente el enriquecimiento de uranio a cambio de ver aliviado al menos parcialmente el régimen de sanciones. Lo necesita para poder salir de la actual crisis. Así sea.

Jesús A. Núñez Villaverde es codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH).
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/09/actualidad/1384030406_042842.html
 

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IAEA e Irán firman acuerdo sobre cooperación nuclear
La agencia de control nuclear de Naciones Unidas e Irán firmaron el lunes una declaración conjunta sobre futura cooperación para resolver temas pendientes en materia atómica.

El acuerdo es un paso adelante para resolver las preocupaciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por su sigla en inglés) y abre la puerta para que inspectores del organismo visiten dos sitios nucleares más, el reactor de agua pesada de Arak y la mina de uranio de Gachin.

"El acuerdo conjunto que fue firmado hoy representa una hoja de ruta que especifica pasos bilaterales vinculados a la resolución de temas destacados", dijo el jefe de la organización de energía atómica de Irán, Ali Akbar Salehi, durante una conferencia de prensa con el titular de la IAEA, Yukiya Amano.

"He recibido permiso para que los inspectores visiten la planta de agua pesada de Arak y la mina de Gachin, lo que había sido solicitado por la agencia, e Irán ha anunciado voluntariamente su disposición para esto", dijo Salehi, según la agencia de noticias ISNA.

Amano dijo que el acuerdo será seguido de la implementación de un número de pasos prácticos en los próximos tres meses. El funcionario describió el marco como un punto importante pero dijo que "aún hay mucho trabajo que hacer".

Como parte del pacto, Irán entregará información a los inspectores de la ONU sobre instalaciones nucleares, que incluyen los reactores de investigación.

El acuerdo, al que tuvo acceso Reuters, enumera una serie de pasos a tomar por Irán para asegurar una mayor transparencia en su polémico programa nuclear.

El pacto busca establecer un régimen de inspección para permitir a la IAEA que determine si el programa nuclear de Irán tiene sólo fines pacíficos, una declaración que los funcionarios iraníes sostienen.

Como parte de su investigación, el organismo había solicitado acceso a sitios, funcionarios y documentos en Irán.

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Sebastian

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El OIEA certifica un parón del programa nuclear iraní

La pausa supone un cambio respecto a las revisiones anteriores que reflejaban un aumento de la capacidad para enriquecer uranio

Ángeles Espinosa Dubái 14 NOV 2013 - 21:11 CET4


El presidente de Irán, Hassan Rohaní. EFE/Archivo / EFE

Irán ha frenado la expansión de su programa nuclear durante los últimos tres meses, según el último informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) entregado hoy a los 35 miembros de su directorio. La pausa, que coincide con la llegada al Gobierno de Hasan Rohani, supone un cambio respecto de las revisiones anteriores que rutinariamente reflejaban un aumento de la capacidad para enriquecer uranio, el aspecto más controvertido del empeño atómico iraní.

Sólo cuatro nuevas centrifugadoras se han sumado a la actividad en la planta de enriquecimiento de Natanz, según el informe del que se hacen eco las agencias de noticias. El texto también asegura que Irán no ha comenzado a instalar las centrifugadoras de nueva generación IR-2M y que “ningún componente importante” se ha instalado en el reactor de plutonio que se construye en Arak.

Sólo cuatro nuevas centrifugadoras se han sumado a la actividad en la planta de enriquecimiento de Natanz

Esos dos extremos preocupan especialmente a Estados Unidos y sus aliados porque un aumento o mejora de las centrifugadoras reduce el tiempo para tener suficiente material fisible para una bomba. Y el plutonio obtenido en Arak podría constituir otra vía para alcanzar el mismo objetivo.

Los inspectores del OIEA, que trimestralmente dan cuenta de la marcha del programa iraní, constatan que la cantidad de uranio refinado al 20% ha aumentado ligeramente desde agosto hasta alcanzar los 196 kilos. Sin embargo, se mantiene por debajo de los 250 kilos que los especialistas estiman necesarios para obtener una bomba si se sigue enriqueciendo hasta el 90%. Los portavoces iraníes han negado consistentemente que esa sea su intención.

Es el primer informe de este tipo desde que Rohani asumió la presidencia el 4 de agosto. El anterior, publicado a finales de ese mes, correspondía a los últimos meses de su predecesor, Mahmud Ahmadineyad. Durante sus ocho años de gobierno, la comunidad internacional ha sancionado duramente a Irán por su empeño nuclear. El nuevo mandatario ha hecho de la solución al contencioso nuclear uno de los ejes de su programa. Con ese objetivo, Irán volverá a reunirse con las grandes potencias el próximo día 20.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/14/actualidad/1384453882_678598.html
 

Sebastian

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Las promesas electorales de Rohaní, pendientes de la negociación nuclear

Mas esperanzas que hechos durante los 100 primeros días en el Gobierno del presidente iraní

Ángeles Espinosa Dubái 14 NOV 2013 - 16:27 CET


El presidente de Irán, Hassan Rohaní. / EFE

Hasan Rohaní llegó a la presidencia de Irán este año con la promesa de una política internacional más conciliadora que la de su predecesor, una mejor gestión económica y mayores libertades. Para sorpresa de muchos, ha logrado el respaldo del líder supremo, el ayatolá Ali Jameneí, para resolver el aislamiento de su país y las sanciones que le ha granjeado el programa atómico. Sin embargo, al cumplirse el martes cien días de su toma de posesión, y a pesar de los gestos positivos que ha realizado, sus compromisos electorales permanecen en buena medida rehenes del resultado de las negociaciones nucleares.

"La situación económica sigue siendo mala; [el anterior presidente Mahmud] Ahmadineyad dejó todas las puertas cerradas y aunque Rohaní intenta abrirlas, los candados se resisten", explica Hosein M., un joven de 25 años que gestiona un pequeño negocio familiar en Teherán. Aunque él no votó en las pasadas elecciones, comparte la esperanza en el nuevo presidente de muchos iraníes. "Confiamos en que acabe con las sanciones para poder vivir mejor, como antes. Si Rohaní lograra mejorar las cosas, la gente daría la vida por él", asegura.

Pero el final de las sanciones no parece inmediato. Su ofensiva diplomática ha conseguido interesar a Estados Unidos (principal impulsor del asedio económico y con quien Irán no tiene relaciones desde hace 34 años) y se ha traducido en una reanudación de las conversaciones nucleares. Sin embargo, el proceso se presenta arduo tal como pudo verse el pasado fin de semana en Ginebra.

"Si en dos o tres meses lográramos acceder a los depósitos que tenemos [bloqueados] en China e India, supondría un alivio enorme", asegura Saeed Laylaz por teléfono desde Teherán. No obstante, este reputado economista, encarcelado en 2009 por su apoyo a los reformistas, defiende que las primeras medidas de Rohaní ya se están notando. "La inflación ha caído diez puntos y el rial se ha revalorizado un 25% desde su llegada", apunta sabedor de que aún queda mucho por hacer.

Además de la presión para mejorar la economía, Rohaní tiene que hacer frente a los sectores más recalcitrantes del régimen que le acusan de estar dispuesto a ceder ante Occidente. El presidente ha pedido paciencia tanto para convencer a éstos como para lograr resultados, pero el tiempo apremia y la luna de miel con los iraníes no va a durar para siempre.

"Desafortunadamente, el mundo se centra en el programa atómico en vez de los derechos humanos", se quejaba la premio Nobel Shirin Ebadi en una entrevista con Reuters la semana pasada. "La gente votó a Rohaní por que prometió cambiar la situación y eso no ha sucedido", declaraba antes de señalar que el número de ejecuciones desde su elección se ha duplicado con respecto al año anterior. (Algunos activistas opinan que los ultraconservadores que controlan el poder judicial están acelerando los ajusticiamientos para poner en aprietos al nuevo presidente.)

Sin embargo, también hay quien vincula una mejora económica y de las libertades personales con el éxito de las conversaciones nucleares. Según su resultado, "Irán puede orientarse hacia una degradación de su situación y una mayor encastillamiento de su postura, o bien hacia una mejora de las condiciones de vida de la población, en el terreno económico, pero también en términos de libertades políticas y de los derechos humanos", afirmaban siete antiguos embajadores europeos en Teherán, entre ellos el español Leopoldo Stampa, en una carta abierta publicada en vísperas de la última reunión de Ginebra.

De momento, los avances en lo que el Rohaní llamó "reducir la presión del aparato de seguridad" parecen modestos. Los jóvenes hablan de que se han reducido las ominosas patrullas de la policía moral que periódicamente hacen redadas contra quienes violan las rígidas normas de vestido. Pero las declaraciones del presidente sobre la inutilidad de censurar el acceso a Internet y las redes sociales no se han traducido en el esperado cambio. Twitter y Facebook, que tanto él como su ministro de Exteriores utilizan con gran éxito de seguidores, sólo son accesibles a través de servidores extranjeros.

Aunque la censura se ha relajado en los medios de comunicación, los periodistas lo atribuyen más a su propio atrevimiento que a un cambio de las líneas rojas, y ponen como ejemplo el cierre el mes pasado del periódico Bahar y la detención de su director tras publicar un artículo que podía interpretarse como crítico con el líder supremo. Los Pasdarán han seguido destruyendo pantallas parabólicas (que a pesar de estar muy extendidas son ilegales).

Desde el entorno de Rohaní se destaca que ha encargado a uno de los vicepresidentes que redacte una Carta de los Derechos Ciudadanos, ordenado que se retiren las quejas contra los periodistas (lo que ha permitido la puesta en libertad de 86 de ellos que estaban en la cárcel) y nombrado un asistente especial para asuntos de las minorías. Sin embargo, aún hay cientos de presos políticos, y los más prominentes opositores, Mehdi Karrubi, Mir-Hosein Musaví y la esposa de éste, Zahra Rahnavard, cumplieron ayer mil días bajo arresto domiciliario, sin juicio ni cargos.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/11/14/actualidad/1384442879_265445.html
 

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Irán y potencias mundiales están cerca de acuerdo nuclear: ruso Lavrov
Las potencias mundiales e Irán están cerca de un acuerdo preliminar para frenar el programa nuclear de Teherán y no deberían dejar pasar una "muy buena oportunidad" de lograrlo, dijo el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en comentarios transmitido el sábado.

Sus optimistas palabras en una entrevista en televisión se conocen un día después de que un funcionario estadounidense de alto rango dijo que era posible lograr un acuerdo cuando los negociadores se reúnan en Ginebra el 20 de noviembre.

Los seis países que negocian con Irán esperan que las conversaciones puedan producir un acuerdo que sería el primer paso hacia un tratado detallado para poner fin a una disputa de una década con Teherán y brindar garantías de que la República Islámica no construya armas nucleares.

"Nuestra impresión común es que hay una muy buena oportunidad que no podemos dejar pasar", dijo Lavrov sobre una reciente discusión con la jefa de política exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, cuando se le preguntó sobre si las negociaciones en Ginebra podrían tener éxito.

"Los pasos que deben tomarse para calmar la situación y crear las condiciones para una resolución final del problema nuclear iraní son claras para los seis países y para Irán", dijo en una entrevista con TV Tsentr, con sede en Moscú.

"Es un tema de poner esto en el papel de forma correcta, de una manera precisa y con respeto mutuo", agregó.

Ashton representa a las seis potencias mundiales que buscan frenar el programa nuclear de Irán -Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania- en las negociaciones con Teherán.

Las negociaciones del 7 al 9 de noviembre no produjeron un acuerdo, pero "confirmaron que por primera vez en muchos años, tanto los seis países como Teherán están listos no sólo para presentar posiciones que en la mayoría de los casos no se intersectan, sino para hallar puntos de intersección", dijo Lavrov.

"Estos puntos han sido determinados, y ahora no hay desacuerdos fundamentales sobre qué temas deben ser resueltos en la práctica", comentó, según una transcripción de la entrevista del Ministerio de Relaciones Exteriores.

El no entregó detalles. Irán quiere un alivio de las sanciones de Estados Unidos, la Unión Europea y Naciones Unidas impuestas por violar las resoluciones que le exigen detener el enriquecimiento de uranio y otras actividades nucleares delicadas que podrían ser utilizadas para la fabricación de armas.

Irán niega que quiera desarrollar armas atómicas e insiste en que su programa nuclear está dedicado exclusivamente a la generación pacífica de electricidad y otros usos civiles.

Rusia, que construyó la primera planta de energía nuclear de Irán y tiene una relación más cálida con Teherán que Estados Unidos, además respalda el deseo de Irán de que se reconozca su derecho de enriquecer uranio y se opone a cualquier sanción adicional.

Irán ha dejado de expandir su capacidad de enriquecimiento de uranio bajo el presidente Hassan Rouhani, quien reemplazó a Mahmoud Ahmadinejad en agosto, mostró el jueves un reporte de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

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