Noticias de Libia

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Libia acusa a Sudán de apoyar a terroristas
Libia expulsó al agregado militar sudanés, acusando a Jartum de apoyar a grupos terroristas en el territorio libanés, según un comunicado gubernamental.

El Gobierno libanés además señaló que un avión de transporte militar sudanés había irrumpido en el espacio aéreo de Libia, llevando munición a un aeropuerto de Trípoli controlado por un grupo armado.

"Las acciones de Sudan violan la soberanía de Libia e interviene en sus asuntos", reza el comunicado citado por la agencia Reuters.

REUTERS
 

Sebastian

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Un país sin Estado y dos Gobiernos

Los enfrentamientos amenazan la recuperación de la producción petrolífera

Javier Casqueiro Rabat 6 SEP 2014 - 20:11 CEST


Manifestación en Trípoli en apoyo a los islamistas, el 5 de septiembre. / M. T. (AFP)

Libia sigue instalada en el caos y en una situación de preguerra civil permanente. Las disputas políticas y partidistas enfangan cualquier solución imaginable. Tras las elecciones del pasado 25 de junio se constituyó en Tobruk, a 1.400 kilómetros al este de la capital, Trípoli, una Cámara de Representantes para impulsar un nuevo Gobierno, que alcanzó acuerdos con las milicias rebeldes para reabrir y relanzar la producción de petróleo y empezar a poner orden en un país sin Estado. No ha sido posible aún. La Asamblea General saliente (un Parlamento provisional que funcionó durante 18 meses) nombró por su cuenta la semana pasada otro Gobierno. Los dos Ejecutivos se disputan ahora cuál de ellos debe reaccionar a las incursiones aéreas sobre Trípoli atribuidas a Egipto y Emiratos Árabes Unidos.

El descontrol es tal que afecta a todos los cargos e instituciones del país. El embajador de Libia en Egipto, Fayez Abdul Aziz Jibril, ha rechazado la orden enviada por el presidente del Gobierno en Trípoli, Nuri Abu Sahman, de cerrar tanto la legación en El Cairo así como la de Abu Dhabi tras los ataques aéreos. El diplomático argumentó su rechazo al mandato de Nuri Abu al advertir que no le escuchaba ni le concedía autoridad: “Ya ha tenido 18 meses para gobernar”.

El Gobierno procedente de las urnas del 25 de junio —exiliado en Tobruk— ha condenado también esta semana como un “acto criminal” la iniciativa del Gobierno saliente refugiado en Trípoli de nombrar a 14 ministros. El Ejecutivo de Tobruk, reconocido internacionalmente, ha respondido asegurando que esa acción será castigada, lo que afectará a todos los partidos involucrados.

El desbarajuste afecta a todos los sectores de la economía libia, desde la producción básica de petróleo, eje de cualquier salida para el futuro del país, a la interlocución con los mediadores y enviados internacionales, que tienen que desplegarse por distintas ciudades para reunirse con los distintos responsables para buscar alguna salida al conflicto interno. El enviado especial de Reino Unido, Jonathan Powell, acaba de viajar a la zona, frecuentemente visitada también por el enviado de Naciones Unidas para Libia, el diplomático español Bernardino León.

El nuevo presidente y representante del poder político en Tobruk, Abdulá al Thinni, llegó hace dos meses a un acuerdo para reanudar las exportaciones con las milicias rebeldes que mantuvieron bloqueados un año los puertos petrolíferos. El país, que llegó a generar en la mejor época del dictador Muamar Gadafi 1,5 millones de barriles diarios, había reducido su capacidad a apenas 130.000, y gracias al nuevo pacto recuperó un nivel de 730.000 barriles al día. Sobre esa solución también hay disputas.

En esas condiciones sigue sin aclararse, también en el interior de Libia, la responsabilidad de los ataques aéreos sufridos en agosto por las milicias islamistas de Misrata que operan alrededor de Trípoli.

La acusación más extendida se dirige contra Egipto y Emiratos Árabes Unidos (EAU), países a los que se sitúa detrás del general renegado Jalifa Hafter, que lleva asentado desde la pasada primavera cerca de Bengasi, desde donde lanza ataques frecuentes con apoyo aéreo contra las milicias islamistas que dominan la segunda ciudad del país. Este sábado estallaron nuevos enfrentamientos entre los partidarios de Hafter y milicianos islamistas.

Egipto y EAU niegan su intervención en Libia, pero el general, Hafter que vivió exiliado casi 20 años en Estados Unidos, cuenta con un portavoz estadounidense, David Anthony LeVeque, que sí ha confirmado que cuenta con esos apoyos para derrotar a los grupos islamistas armados en el país norteafricano.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/06/actualidad/1410027100_189528.html
 

Sebastian

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Los conservadores árabes intervienen

Emiratíes y egipcios bombardearon el aeropuerto de Trípoli sin informar a Washington
Sin apoyo del Golfo puede desplomarse el frente de Bengasi

JASON PACK / MOHAMED MAHER 6 SEP 2014 - 20:32 CEST5


Columna de humo tras un ataque aéreo sobre Bengasi, el 1 de septiembre. / A. D. (AFP)

Mientras se forma una coalición occidental para frenar la amenaza del Estado Islámico (EI), en Libia una coalición árabe compuesta por Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Egipto, probablemente con el apoyo tácito saudí, ya ha bombardeado a las milicias proislamistas durante las últimas semanas. Según altos cargos estadounidenses que decidieron filtrar la información, a lo largo de las últimas tres semanas EAU ha llevado a cabo en dos ocasiones ataques aéreos secretos en Libia utilizando bases en Egipto. Las bombas alcanzaron e hicieron saltar por los aires varios pequeños depósitos de armamento, entre otros objetivos, y las autoridades han declarado que en los bombardeos murieron seis personas.

Tanto Egipto como EAU son aliados y socios militares de EE UU. No obstante, actuaron sin informar a Washington. Posiblemente este secretismo obedezca al descontento egipcio, emiratí y saudí con la colaboración de Obama con Irán y con su aceptación de la Hermanos Musulmanes como un actor político legítimo en los países de la primavera árabe. Estos regímenes conservadores ya no confían en que su tradicional alianza con EE UU baste para proteger sus intereses regionales y mantener bajo control a los nuevos actores islamistas.

»La explicación del conflicto libio. El último conflicto de Libia tiene lugar entre dos vagas agrupaciones aglutinadoras de milicias, una calificada grosso modo de “islamista”, a pesar de que contiene varios elementos no ideológicos, y una alianza no islamista. La facción “islamista” está integrada por milicias ideológicas que cubren todo el espectro, desde las alineadas con la moderada Hermandad Musulmana, hasta las vinculadas con la salafista y yihadista Ansar al Sharia. Estas facciones ideológicas están asociadas con la milicia más poderosa de Libia, Escudo del Centro de Libia, de Misrata, que en gran medida no tiene carga ideológica pero apoya políticamente a los islamistas.

En el otro bando, las facciones no islamistas están encabezadas en la zona oriental por las Fuerzas de la Operación Dignidad de Jalifa Hafter, que incluyen unos 6.000 soldados, aviación de apoyo y armamento pesado procedentes en gran medida de las filas del Ejército y la aviación de Gadafi, así como de las alianzas tribales alrededor de Al Marj. En el oeste, la poderosa milicia Zintán y numerosos oficiales de la policía y el Ejército han jurado lealtad a la postura de Hafter. En el este, las Fuerzas Especiales del Ejército (Al Saiqa), radicadas en Bengasi, una base militar de Tobruk, y el líder separatista de la región oriental de Cirenaica, Ibrahim Jathran, también han declarado su apoyo a Hafter. Asimismo, Operación Dignidad está estrechamente vinculada a la Alianza de Fuerzas Nacionales, el partido que ha obtenido más votos tanto para el Congreso Nacional General como para la Cámara de Representantes.

»Consecuencias de los ataques aéreos. Los ataques a Trípoli son un episodio más de una lucha por el poder caracterizada por el enfrentamiento entre los autócratas árabes y los movimientos de resistencia islamista ayudados por Qatar y Turquía que intentan derrocarlos. Desde que el año pasado el Ejército depuso a Mohamed Morsi, el presidente egipcio de los Hermanos Musulmanes, el nuevo presidente Abdulfatá al Sisi y sus auspiciadores en Arabia Saudí y en EAU han lanzado una campaña por toda la región para frenar lo que consideran una amenaza mortal a su autoridad por parte de grupos islamistas como los Hermanos. Los ataques aéreos emiratíes contra los depósitos de armamento de Misrata han resultado contraproducentes. Han animado a los islamistas del oeste de Libia a tomar el control del país. Con unos 10.000 hombres y más potencia de fuego que sus homólogos de Zintán, los islamistas creen que la toma de Trípoli les asegurará su supervivencia en el proceso político.

Esta última derrota militar de los no islamistas también ha acabado en parte con la credibilidad de la recientemente elegida Cámara de Representantes.

Al ponerse de parte de Jalifa Hafter, que ha jurado aplastar a los grupos islamistas, la Casa de Representantes ha sido incapaz de persuadir ni siquiera a los islamistas moderados de que reconozcan a la recién elegida institución. En resumen, el apoyo emiratí, egipcio y saudí a Hafter ha resultado contraproducente, ya que ha animado a los islamistas a superar sus diferencias previas y ha alentado a la milicia de Misrata a conquistar Trípoli. Será interesante ver si los autócratas árabes dejarán ahora a Hafter en la estacada, permitiendo que pierda su dominio sobre Bengasi, o si intensificarán su apoyo para evitar que sus fuerzas se derrumben por completo.

Con diversas facciones controlando fragmentos del territorio, para que en Libia el Estado sea operativo será necesario que dichas facciones y las potencias extranjeras interesadas se pongan de acuerdo en un nuevo mapa político que permita la reconstrucción del país. Dada la gran riqueza de recursos naturales, todas las partes presentes en Libia tienen que reconocer el hecho de que la cooperación, y no el conflicto armado, es la estrategia común más útil.

Jason Pack es investigador de la Universidad de Cambridge y presidente de Libya-Analysis.com. Mohamed Maher es canadiense de origen libio e investigador jefe de Libya-Analysis.com.

Traducción de News Clips.
 

Sebastian

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Libia
La situación en Libia es quizás la más esperable de las crisis que han sacudido este verano de 2014. En realidad, tras el derrocamiento del dictador Gadafi el país africano nunca llegó a estabilizarse del todo. Pero en los últimos meses la situación ha degenerado rápidamente hacia lo que se puede ya calificar de conflicto armado abierto.

Penetrar en la inextricable maraña de la situación interior libia puede ser agotador. Baste decir que la región de Cirenaica, con Bengasi como centro urbano principal, intenta acabar con su tradicional subordinación a Trípoli y la Tripolitania.

Las milicias islamistas de Misrata, las más potentes del país gracias al apoyo de Qatar, disputan el control de la capital a las milicias de Zintán, de origen beduino y orientación más laica. Un antiguo general sublevado hace décadas contra Gadafi, al Haftar, se ha convertido en cabeza de un movimiento para neutralizar las milicias armadas en el país, especialmente los grupos islamistas más radicales, con el apoyo de Emiratos, Arabia Saudí y probablemente Estados Unidos.

En el Sur existen todavía milicias gadafistas, aunque lo más habitual es que las tribus locales combatan entre sí por el control de las rutas saharianas por las que se mueven todo tipo de tráficos ilegales. Y las milicias islamistas de Bengasi, integradas en el yihadismo global, han anunciado ya un emirato islámico en el Este del país, presumiblemente subordinado al califato del Estado Islámico.

Entre todo este caos el parlamento libio intenta reunirse donde los combates se lo permiten, y elegir a primeros ministros que apenas permanecen unas semanas en el cargo.

El conflicto ha contribuido a que se dispare la emigración ilegal en el Mediterráneo Central, obligando a Italia a poner en marcha la operación Mare Nostrum, que ha rescatado ya a unos 100.000 inmigrantes que afrontan el tránsito de Libia a Italia en condiciones inhumanas. Se cree que el número de los que han muerto intentado alcanzar las costas italianas llega ya a los 2.000 en lo que llevamos de año. La crisis ha abierto de nuevo el debate de la inmigración en la Unión Europea con profundos desacuerdos entre los países del Sur que exigen una acción más contundente, y los del Centro y Norte, que alegan que la inmigración procedente del Este es aún de mayor magnitud.

En las últimas semanas se ha producido además un suceso aparentemente menor, pero que sirve como indicativo de la situación de desorden internacional. Algunas milicias islamistas que combatían por el control del aeropuerto de Trípoli sufrieron ataques aéreos nocturnos con armas guiadas. Como la realización de este tipo de ataques está fuera de las capacidades de la muy modesta fuerza aérea libia, surgió la duda sobre quién había sido el autor.

Pronto se supo que se trataba de aviones de Emiratos Árabes Unidos que habían utilizado bases egipcias. Pero lo más preocupante es que aparentemente Estados Unidos no había sido informado del ataque, lo que significa que, ante la inacción de Washington, las potencias regionales comienzan a tomar iniciativas por su cuenta y riesgo.
http://defensa.com/index.php?option...cle&id=13240:verano&catid=191:gesi&Itemid=408
 

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Libia se ha convertido en la amenaza más inmediata en el Mediterráneo
España ha convocado una conferencia el próximo día 17 en Madrid para discutir y afrontar lo que se considera la amenaza más inminente a la estabilidad de toda la cuenca mediterránea, la explosiva situación en Libia, convertida de hecho en un estado fallido, en el que las tribus, fuertemente armadas y enfrentadas entre sí, se están imponiendo al gobierno. El país que posee las mayores reservas de petróleo de todo el norte de África no ha logrado empezar a extraerlas en condiciones medianamente normales, y cunde la impresión de que algunos de sus inmensos y ricos yacimientos puedan caer en manos de yihadistas, en un calco de lo que ya está ocurriendo en Irak y Siria con el Estado Islámico (IS).

El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, se reunió este miércoles con su homólogo libio, Mohamed Abdelaziz, para perfilar los detalles del encuentro, convocado con el propósito de acordar y desarrollar iniciativas sobre estabilidad y desarrollo en una Libia desgarrada por una guerra civil en la que pelean numerosos clanes y fuerzas.

Ambos ministros no han hecho sino analizar la gravísima situación política interna del país, que amenaza con desestabilizar toda la región mediterránea. García-Margallo ya pudo constatar la gran preocupación existente en el área durante su reciente visita a Túnez y Egipto el pasado mes de julio, previa a los bombardeos efectuados por aviones egipcios y emiratíes sobre posiciones de los yihadistas libios, opción que habrían puesto en marcha "ante la pasividad mostrada por Estados Unidos", según señalaban distintos medios de El Cairo y de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).

Diversos informes en poder de los Ministerios de Asuntos Exteriores y Defensa señalan a Libia como la zona desde la que puede proyectarse la amenaza más inmediata para España, más próxima en el tiempo incluso que la que ofrece el IS. Las certezas vertidas en tales informes habrían condicionado el ostensible silencio de España ante la iniciativa del presidente americano, Barack Obama, de formar una coalición para actuar contra el califato. Una coalición en la que ya se han integrado todos los grandes de la OTAN y la Unión Europea -Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia-, además de otros de menor potencia demográfica y económica, pero entre los que no se cuenta España.

Además del estado exhausto en que se encuentran los presupuestos militares, se contempla la perspectiva de tener que intervenir en Libia y en el Sahel, lo que habría llevado al Gobierno de Mariano Rajoy a economizar el esfuerzo, teniendo en cuenta además que España sigue presente, siquiera con aportaciones significativas para sus capacidades, en cinco misiones internacionales.

Los mismos informes alertan sobre la posibilidad de que una extensión del califato islámico pueda instalarse en Libia, multiplicando entonces la potencia del IS para desencadenar una guerra total en toda la región. Si, además, contara con la capacidad financiera extra que le proporcionarían los pozos de petróleo, el escenario sería especialmente dramático.

La reunión de Madrid se celebrará a nivel de ministros, poniendo en consecuencia sobre la mesa todos los retos surgidos a raíz de la crisis libia. Han sido convocados los países más próximos a Libia, usando como marcos el grupo de países europeos mediterráneos Med 7, el Foro 5 + 5 y el Grupo de Países Vecinos de Libia, cuya última reunión se celebró en El Cairo el pasado 25 de agosto. La gravedad de la situación ha instado a implicar asimismo a la propia Unión Europea, y a instituciones como la Unión por el Mediterráneo, la Liga Árabe y la ONU, que ha nombrado al diplomático español Bernardino León representante especial para Libia.

Según García-Margallo, "España considera que ha llegado el momento de poner en común posiciones a favor de la estabilidad de Libia y apoyar el liderazgo de Naciones Unidas en los esfuerzos internacionales de mediación para encontrar una solución negociada a la crisis".

http://www.zoomnews.es/380783/actua...convertido-amenaza-mas-inmediata-mediterraneo
 

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Francia insta a defender a Libia del extremismo islámico
El ministro de Defensa de Francia, Jean-Yves Le Drian, pidió a la Unión Europea a tomar más acción para defender a Libia de los militantes islámicos.

En anticipación de una reunión de ministros de Defensa de la UE en Milán, Italia, Le Drian añadió que las fuerzas francesas en Mali podrían ser trasladadas a la frontera con Libia.

El funcionario describió las zonas desérticas del sur de Libia como un núcleo para grupos terroristas que aseguró que allí van a reorganizare y rearmarse.

El gobierno de Libia abandonó la capital, Trípoli, el mes pasado por razones de seguridad, mientras milicias rivales luchaban por tomar control de la ciudad.

Libia ha estado deslizándose hacia la anarquía desde el derrocamiento de Muammar Gaddafi, hace tres años.

http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_...09_ultnot_francia_ue_libia_islamico_wbm.shtml
 

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Milicias en Libia enfrentan ataques misteriosos
Aviones de combate no identificados realizaron el lunes cuatro ataques cerca de Trípoli, dejando como resultado una persona muerta y cinco heridos, dijeron un vocero y un comandante de milicias islamistas en Libia.

Una serie de ataques aéreos misteriosos, que según habían dicho previamente funcionarios estadounidenses fueron realizados por Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, han reforzado la percepción de que Libia se ha convertido en un campo de batalla para conflictos regionales más grandes entre terceros —con Turquía y Catar que respaldan a las milicias islamistas y Egipto, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes que apoyan a sus rivales.

El espectro de una intervención regional ha creado una atmósfera lóbrega sobre la nación cada vez más fracturada, la cual cayó en la turbulencia tras el derrocamiento del dictador Moamar Gadafi en medio de una insurrección respaldada por la OTAN en 2011, la cual dio origen a un conjunto dispar de milicias fuertemente armadas y cada vez más insubordinadas.

Mohammed al-Gharyani, vocero de la alianza Amanecer de Libia, dijo que los ataques aéreos tuvieron como blanco a la ciudad de Garian, ubicada a 80 kilómetros (50 millas) de Trípoli. Los milicianos indicaron a los residentes que abandonaran las áreas objetivo, agregó.

El comandante de una milicia, quien pidió no ser identificado, señaló que los ataques fueron contra las bodegas de municiones y depósitos de armas de Amanecer de Libia, y tuvieron como objetivo debilitar el poder del grupo sobre la capital.

Un grupo de apoyo de las milicias islamistas de la capital, llamado Cuarto de Operaciones para los Revolucionarios de Trípoli, dijo que los ataques fueron realizados por aviones de combate de los Emiratos Árabes y los describió como "un fracaso".

Libia tiene actualmente dos parlamentos y dos gobiernos rivales. Uno fue elegido recientemente y tiene su sede en Tobruk, a donde se mudó después de que milicias islamistas tomaran el control tanto de Trípoli como de Bengasi, la segunda ciudad más grande de Libia. El parlamento previo, encabezado por islamistas, permanece en Trípoli y tiene el respaldo de milicias.

El primer ministro Abdullah al-Thinni acusó el domingo a Catar de interferir en los asuntos de Libia al enviar cargamentos de armas a las milicias aliadas de islamistas en Trípoli. Al-Thinni dijo a Sky News Arabia, con sede en Dubai, que su gobierno recibió reportes sobre tres aviones cargados con armas que aterrizaron en la base aérea de Matiga, bajo control islamista.

Al-Thinni amenazó con cortar las relaciones con la pequeña nación del Golfo Pérsico, la cual hasta recientemente albergaba a miembros del grupo Hermandad Musulmana, prohibido en Egipto, y apoyaba a otros grupos islamistas en la región.

Catar rechazó las acusaciones de al-Thinni, mientras que el vice ministro de Relaciones Exteriores Mohammed al-Rumaihi dijo a la agencia estatal de noticias que las acusaciones eran "falsas y sin fundamento". El comunicado catarí señaló que al-Thinni no ha dicho nada respecto a los referidos ataques de Egipto y los Emiratos Árabes.

AP
 

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El Gobierno libio pide armas para combatir el terrorismo y retomar Trípoli
El Gobierno libio ha pedido armas y tecnología para combatir el yihadismo en su país y hacer frente a las milicias islamistas que controlan la capital, Trípoli. “Sin el monopolio absoluto del uso de las armas y sin un aparato de seguridad no podemos luchar contra el terrorismo”, ha implorado este miércoles en Madrid el ministro de Asuntos Exteriores libio, Mohamed Abdelaziz, que ha solicitado de forma explícita “armas”, “tecnología” y ayuda para “adiestrar al Ejército y a la policía” y retomar el control de Trípoli.

Abdelaziz ha aprovechado la Conferencia sobre la Estabilidad y el Desarrollo en Libia, organizada por el Gobierno español este miércoles en Madrid, para dejar muy claro a sus interlocutores —representantes de 15 países del sur de Europa y el norte de África, en su mayoría ministros de Exteriores, y de organizaciones internacionales— que “implicación y compromiso” de la comunidad internacional no es lo mismo que “injerencia”. “Las injerencias han sido siempre desastrosas”, ha afirmado, y ha aludido directamente a la intervención de la OTAN en Libia, en 2011, que ha calificado de “muy peligrosa para los civiles”.

Precisamente, uno de los puntos de la resolución que los asistentes a la conferencia han aprobado por unanimidad es que “no hay solución militar a la crisis actual”, y así lo ha defendido también el titular español de Exteriores, José Manuel García-Margallo. La solución a la grave crisis que “desangra Libia” debe llegar de los propios libios, aunque la comunidad internacional tenga la “obligación” de colaborar, ha defendido el ministro.

Y no ha habido ninguna alusión a los bombardeos que Emiratos Árabes Unidos y Egipto han hecho en Libia, según ha informado Estados Unidos. “No tenemos infraestructura para vigilar el cielo ni los accesos por mar y tierra”, se ha limitado a decir el representante libio.

La resolución, que no contiene acciones concretas más allá del compromiso de “acompañar al pueblo libio por una senda que traiga paz y democracia” —como ha señalado el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy—, sí ha dado un espaldarazo al nuevo Gobierno libio, elegido en los comicios del pasado 25 de junio. El nuevo Ejecutivo ha tenido que constituirse en Tobruk, a 1.400 kilómetros al este de Trípoli, por las luchas entre las distintas facciones islamistas en la capital y en Bengasi —la segunda ciudad del país— y la formación de otro Gobierno alternativo, nombrado por el Parlamento saliente, que ahora le disputa la legitimidad.

El representante libio ha sugerido la posibilidad de actuar “legalmente” contra ese Gobierno paralelo amparado en la resolución 2174 del Consejo de Seguridad de la ONU, que contempla la posibilidad de actuar contra quienes obstaculicen la transición libia.

No obstante, Abdelaziz ha tendido la mano a todos los partidos políticos libios a y a los jefes tribales para abrir un diálogo que permita la “reconciliación nacional”, diálogo del que ha excluido a los “terroristas e integristas”.

Margallo ha reconocido que “las cumbres internacionales no dan la solución final”, pero ha definido como “paso atrevido” la iniciativa española de lograr que los “amigos de Libia se juramenten” para ayudar al país. “Estamos a tiempo, pero debemos asistir a Libia con hechos y no solo con palabras”, ha reconocido el ministro.

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/17/actualidad/1410953239_627353.html
 

Sebastian

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Después que lo arruimaron y son responsables de la situación..

Europa no puede olvidarse de Libia
El país mediterráneo necesita ayuda urgente para sortear su actual crisis
Mattia Toaldo 16 SEP 2014 - 11:58 CEST
España acoge hoy una reunión de países mediterráneos para debatir la ayuda internacional a Libia. Una iniciativa muy oportuna porque, a medida que la situación empeora, aumenta el peligro de contagio a los países vecinos, y Francia lleva tiempo pidiendo una intervención.

España es un anfitrión apropiado. No tiene un pasado colonial ni vínculos demasiado estrechos con el viejo régimen; el diplomático Bernardino León es actualmente enviado especial de la ONU para Libia, después de haber ocupado ese puesto en la UE; España preside este año el grupo 5+5 de países del Mediterráneo occidental, que son de los que más sufren las consecuencias. Además, puede contrarrestar la percepción de que ha perdido peso en la política internacional en los últimos años y ejercer el papel de gran mediador europeo en el mundo árabe, una de sus prioridades estratégicas, aunque eso exige destinar más recursos a la diplomacia, la defensa y la cooperación al desarrollo y un compromiso sostenido que no se quede en reuniones.

Europa no puede ignorar la grave crisis de Libia, tan olvidada en el debate público.

La influencia de España y Europa en la situación libia no es inmensa, pero tampoco despreciable. A los personajes más destacados les importa mucho el acceso a Europa (viajes, propiedades, mercados financieros), y la amenaza de sanciones individuales de la ONU puede servir para que acepten un acuerdo.

Las potencias regionales tienen un papel importante, como han mostrado las recientes incursiones aéreas atribuidas a los Emiratos Árabes Unidos (EAU). El nuevo jefe de Estado Mayor libio ha hecho sus primeras visitas a Egipto y los Emiratos y ha demostrado que puede ser una fuerza neutral. Libia es un escenario más de una guerra regional y precisamente por eso necesita mediadores honrados.

Y no hay que olvidar que la cuestión energética influye en los dos sentidos: los libios necesitan el dinero de las exportaciones de energía tanto como nosotros sus recursos. Paradójicamente, la producción de petróleo está aumentando mientras se intensifican los combates, pero eso no va a durar.

La producción de petróleo está aumentando mientras se intensifican los combates

Bernardino León, el Consejo de Seguridad de la ONU y la UE han pedido que se inicie un diálogo político, y hacen bien. Pero hay que ser conscientes de lo que eso implica, que es un parlamento neutral. También es necesario tomar otras decisiones: que todos los partidos abandonen la estrategia de la victoria absoluta; la abolición de la ley de aislamiento político, que excluye de la vida pública a todos los que tuvieron el menor indicio de cooperación con el antiguo régimen; un ejército neutral que acabe llevando al desmantelamiento de las milicias; que continúe el proceso de redacción de la Constitución, con ayuda internacional cuando sea preciso. En su momento habrá elecciones presidenciales y parlamentarias, pero bajo la tutela de un Gobierno de unidad nacional con el fin de garantizar la seguridad de las mesas electorales y el respeto a los resultados.

Los Estados miembros de la UE y la Comisión, empezando por la nueva Alta Representante, tendrán que tomar decisiones dolorosas y asumir ciertos compromisos. León reconoció en su día al Gobierno de Tobruk, como era lógico. Pero hoy el Gobierno ya no controla la mayor parte del país, y no podría lograrlo sin una ofensiva militar que puede ser tan sangrienta como ineficaz. Las milicias de Zintán que le apoyan han decidido retirarse de Trípoli y dejar que actúe la política. Pero que mantengan o no esa actitud dependerá de que la política sea eficaz.

El Gobierno de Trípoli controla más territorio, en teoría, pero su falta de legitimidad nacional e internacional es indudable. Por eso, la única solución es que el Parlamento de Tobruk sea más integrador, y para ello tiene que irse de la ciudad. Ya se han ido muchos de sus miembros, que afirman que su situación no es ni constitucional (debería estar en Bengasi) ni neutral, porque está en pleno territorio dominado por Heftar.

Después de la reunión de Madrid, la comunidad internacional tendrá que tomar dos decisiones fundamentales. La primera, dar apoyo político y de seguridad para que el parlamento se reúna en un lugar neutral y puedan asistir todos sus miembros; o, por lo menos, no tengan excusa para no acudir. La segunda, declarar categóricamente que la apertura de un diálogo nacional real entre todos los libios es un requisito previo para cualquier intervención armada internacional con el fin de estabilizar el país, no su alternativa.

Si no se toman estas decisiones, corremos el riesgo de presenciar una escalada en toda regla y más infortunios para los libios. El país puede acabar dividido entre una pequeña franja controlada por el Gobierno de Tobruk, otra zona mayor en manos del gobierno de Trípoli y las milicias de Misrata, y Bengasi como campo de batalla permanente entre Ansar al Sharia, el ejército oficial y otros grupos armados. Eso significaría el fin de la presencia internacional (en todas sus modalidades) y un deterioro de las condiciones de seguridad que haría insoportable la vida para los libios y recrudecería el tráfico de personas y la llegada de milicianos y criminales.

Mattia Toaldo es investigador en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.
http://elpais.com/elpais/2014/09/16/opinion/1410859729_021200.html
 

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La cumbre de Madrid sobre la crisis de Libia descarta una "solución militar" y aboga por el diálogo
La "solución a la crisis libia" no pasa por una intervención militar. Este es una de las conclusiones que se han adoptado en la Conferencia sobre Estabilidad y Desarrollo en Libia, celebrada hoy en Madrid, a iniciativa del Ministerio de Exteriores español.

En la 'hoja de ruta' que se ha elaborado durante la cumbre, se menciona la necesidad de un "diálogo nacional incluyente", que cuente con "todos los actores políticos, líderes tribales y otras personalidades destacadas". También se ha destacado que la solución tiene que venir del propio pueblo libio, pero que la comunidad internacional tiene "la obligación" de asistirles en ese proceso.

Veintiún estados se han reunido desde esta mañana en Madrid para abordar y debatir soluciones ante la grave crisis en la que está sumida Libia. La conferencia fue inaugurada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, y su homólogo libio, Mohamed Abdelaziz. Después, el debate continuó a puerta cerrada hasta que a primera hora de la tarde, Margallo y Abdelaziz han enumerado las conclusiones acordadas.

"Esta conferencia ha supuesto un salto cualitativo, al activar el apoyo de los socios de Libia. Por primera vez se han reunido tanto a los países vecinos geográficamente como a los socios políticos, lo que significa que hay coordinación para ofrecer apoyo a Libia. Es un paso adelante", dijo el ministro de Exteriores libio.

"Esta cumbre es un paso más dentro del proceso, que será necesariamente largo, en la buena dirección. Hemos juramentado ayudar al pueblo libio en su futuro más próximo", declaró el jefe de la diplomacia española al término de la reunión.

La caída de Gadafi
Desde la caída del dictador Muamar Gadafi, en octubre de 2011, Libia no ha encontrado la estabilidad política y social para emprender una transición a la democracia. Cientos de milicias armadas disputan el poder a las autoridades políticas y las tensiones geográficas se han agravado.

La situación se agravó este verano, tras las elecciones del pasado junio, cuando el Congreso General Nacional (CGN) se negó a cesar sus actividades a favor de un nuevo Parlamento. El resultado es que ahora mismo hay dos 'gobiernos', uno con sede en Trípoli (apoyado en el CGN) y otro, el nuevo Parlamento trasladado a Tobruk (a más de 1.000 kilómetros de la capital). Ambos cuerpos se disputan la legitimidad. Los choques armados entre distintas milicias por el control de Trípoli provocaron en julio el cierre del aeropuerto y la evacuación de varias misiones diplomáticas y ciudadanos extranjeros.

El conflicto se internacionalizó con el bombardeo, el pasado agosto, contra milicias islamistas por parte de Egipto y Emiratos Árabes Unidos. Este hecho enmarca la crisis libia en una 'guerra fría' árabe entre los países que apoyan a los Hermanos Musulmanes (eminentemente Qatar) y los estados que actúan en contra de esta corriente transnacional (con Arabia Saudí, Emiratos y Egipto a la cabeza).

Riesgo de guerra civil
En este contexto, la conferencia que hoy se ha celebrado en Madrid ha tenido como cometido impulsar los esfuerzos regionales para estabilizar Libia y encaminar a los actores enfrentados en la senda del diálogo. Exteriores ha subrayado que la situación en el país norteafricano requiere que los países vecinos "incrementen su coordinación".

En la cumbre estuvo presente el enviado especial de la ONU para Libia, el español Bernardino León, que trabaja desde hace meses para establecer un diálogo nacional. Además de los países vecinos y los ribereños del Mediterráneo europeo, también han participado la Liga Árabe y la Unión Africana.

Los presentes en la conferencia identificaron varios elementos de "preocupación" entrelazados con el deterioro de la situación "extremadamente grave y urgente" que vive Libia. "Dos riesgos principales deberían ser evitados: el riesgo de guerra civil y el riesgo de fragmentación", señalaron en las conclusiones finales.

En vísperas de la celebración de la reunión, el ministro García-Margallo expresó que esperaba que en esta se cumbre alcanzasen "resultados muy concretos" para evitar una confrontación más abierta de la que ya existe sobre el terreno. El jefe de la diplomacia española reconoció ayer en los Desayunos Informativos de Europa Press que la situación de Libia es "desesperada".

http://www.elmundo.es/internacional/2014/09/17/54195057ca474193738b4571.html
 

Barbanegra

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El Gobierno libio admite que no puede imponerse a las milicias
Libia se asoma al precipicio de la “guerra civil o de la división del país” si los dos Gobiernos que se disputan la autoridad para timonear la reconstrucción del Estado no inician “un proceso de diálogo nacional” que incluya a todas las tribus y grupos militares. El diagnóstico procede de Mohamed Abdulaziz, ministro de Exteriores de uno de los dos Ejecutivos, el nacido tras las elecciones del pasado 25 de junio, que goza del reconocimiento de la comunidad internacional. El otro, nombrado por la anterior Asamblea General, una Cámara cuyo mandato terminó en febrero y que gobernó el país durante 18 meses, le disputa ahora la legitimidad. “Tienen las armas y controlan Trípoli y las instituciones”, admite Abdulaziz.

El Parlamento legítimo opera desde Tobruk, a unos 1.400 kilómetros al este de Trípoli. “Es bastante más seguro”, reconoce Abdulaziz. Esa Cámara rechazó el jueves al nuevo Gabinete del primer ministro libio, Abdulá al Tinni. “Es muy difícil formar un Gobierno que sea lo suficientemente representativo, porque hay muchas presiones internacionales y locales”, asegura el titular de Exteriores. Los diputados votaron en contra del Ejecutivo de Al Tinni, integrado por 16 ministros, y le exigieron un máximo de 10. Como condición añadida reclamaron que ninguno de ellos tuviera doble nacionalidad. “Al Tinni no tiene otra alternativa que cambiar el Gobierno, y si no consigue uno que guste al Parlamento, tendrá que marcharse, en esto consiste la democracia”, asegura Abdulaziz, uno de esos 16 ministros.

Mientras, en Trípoli, controla las instituciones una alianza de milicias, Libya Dawn (El amanecer de Libia), capitaneada por la poderosa tribu de Misrata, a la que se han unido pequeños grupos islamistas, y enfrentada a las milicias de Zintán. “Han arrasado casas, han causado muertes y han destruido el aeropuerto y las principales infraestructuras”, lamenta Abdulaziz. Sin embargo, según considera, “los grupos militares tienen objetivos políticos y eso es muy comprensible”, por lo que hay que integrarlos en el “proceso político”.

Otra cosa distinta son los terroristas. “No pueden participar en el diálogo nacional, aunque al mismo tiempo hay que ser muy cuidadoso en aplicar un criterio que permita diferenciar entre quién es terrorista y quién no”, estima Abulaziz. Y los grupos militares, según considera, no lo son.

El arma más poderosa del Gobierno de Tobruk para impulsar ese diálogo nacional es, según Abdulaziz, su legitimidad internacional, ratificada el miércoles en una conferencia celebrada en Madrid y a la que asistieron representantes de 15 países del norte de África y del sur de Europa y de organismos internacionales como la UE, la ONU y la Liga Árabe. “No tenemos la capacidad de imponer nuestra autoridad porque los grupos militares son más fuertes que el Gobierno”, reconoce el ministro, que exige para el diálogo el desarme de las milicias.

Su Gabinete cuenta con el paraguas de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, “que es muy clara al señalar que se pueden aplicar sanciones a aquellos que obstaculicen el proceso político o que amenacen la transición democrática”. Y el gobierno paralelo “lo está haciendo”, advierte Abdulaziz. Con una confianza casi ciega en sus “socios”, afirma: “O se someten a las reglas, o quizá sean perseguidos [los miembros del Ejecutivo y quienes lo apoyan] en el futuro”.

La fe del político libio en la implicación de la comunidad internacional responde a una razón: “Libia no es solo un problema nacional, sino un problema regional y puede llegar a convertirse en un problema global”, asegura, en alusión a la posibilidad de que un vacío de poder abra el paso a los yihadistas y conviertan Libia en “un corredor” del Estado Islámico en el norte de África y Europa.

Para que no ocurra, el Gobierno libio reclama ayuda para construir instituciones sólidas, un sistema judicial fuerte y, sobre todo, entrenar y armar a su Ejército y su policía. “Tenemos varios miles de hombres entrenados”, presume, pero no es suficiente. “Necesitamos que nuestros socios sean lo suficientemente generosos para darnos lo que necesitamos”, reclama Abdulaziz. Y cita un ejemplo: “Sabemos que han bombardeado Libia y, aunque la prensa señala a Emiratos, Egipto o Qatar, honestamente no tenemos ni aviación militar, ni radares, ni servicios de inteligencia para saber de quién eran esos aviones”.

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/09/19/actualidad/1411153411_073817.html
 

Barbanegra

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Qatar, aliado de Occidente, financia a grupos islamistas desde Libia a Irak, según 'The Telegraph'
El pequeño emirato de Qatar, uno de los países más ricos del mundo, que se declara aliado de Estados Unidos y mantiene relaciones económicas muy intensas con Occidente, financia no obstante a grupos islamistas extremistas en Libia o Siria e incluso podría estar apoyando al Estado Islámico, según una investigación del diario británico 'The Telegraph'.

En Libia, la situación ha pasado desapercibida para los menos entendidos, pero la realidad es que la capital, Trípoli, está en manos de una coalición de grupos islamistas entre los que se encuentra Ansar al Sharia, un movimiento yihadista implicado en el ataque en el que murió el embajador estadounidense en Libia en septiembre de 2012.

El auge de Ansar al Sharia se debe en gran medida al envío continuo de cargamentos de armas qataríes que llegan directamente a Misrata, bastión del grupo islamista.

En Siria, Qatar financia y arma directamente a grupos violentos islamistas como Ahrar al Sham, los Hombres Libres de Siria, una organización clave en la transformación de la revuelta contra el régimen del presidente Bashar al Assad en una sublevación islamista.

Diplomáticos y expertos saben de la colaboración de Ahrar al Sham con el Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, en la batalla de Alepo y están acusados de perpetrar al menos una matanza sectaria. En cuanto al Estado Islámico, Ahrar al Sham colaboraba con los yihadistas en Raqqa, capital del autoproclamado califato del Estado Islámico hasta que ambos grupos se enfrentaron el año pasado.

Desde el Gobierno qatarí no dudan en elogiar a estos grupos yihadistas y su ministro de Asuntos Exteriores, Jalid al Attiyah, destacaba recientemente que Ahrar al Sham es un movimiento "puramente sirio".

FRENTE AL NUSRA Y ESTADO ISLÁMICO
Además de Ahrar al Sham, el propio Frente al Nusra también habría recibido apoyo qatarí durante 2013, según ha afirmado un diplomático occidental en declaraciones al diario británico 'The Daily Telegraph'. "Son responsables en parte de que el Frente al Nusra tenga dinero, armamento y todo lo que necesitan", ha explicado.

En cuanto al Estado Islámico, Qatar insiste en que en ningún caso ha financiado a este grupo, pero el reciente divorcio entre el Frente al Nusra y el Estado Islámico provocó que muchos integrantes del Frente se pasaran al Estado Islámico, y lo hicieron con sus armas, muchas de origen qatarí.

Sin embargo, Qatar no entrega sus petrodólares directamente a los grupos islamistas sirios, sino que suele utilizar a intermediarios de Turquía que compran las armas a otros países, como Croacia, y después las introducen de contrabando en Siria a través de la frontera. La cuestión es hasta qué punto controla Qatar todo el proceso.

Otras voces acusan al emirato de financiar y apoyar deliberadamente al Estado Islámico, como el ministro de Cooperación Económica y Desarrollo alemán, Gerd Mueller. "La pregunta esw quién está armando y fianciando a las milicias del Estado Islámico. La clave está en Qatar", afirmó.

El propio emir qatarí, Tamim bin Hamad al Thani, salió al paso con un desmentido en una rueda de prensa junto a la canciller alemana, Angela Merkel. "En Siria e Irak hay extremismo y tales organizaciones reciben financiación del extranjero, pero Qatar nunca ha apoyado y nunca apoyará a organizaciones terroristas", dijo.

La cuestión es saber qué considera Qatar organizaciones terroristas. Qatar acoge desde 2012 a la cúpula del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) palestino, al que financia generosamente.

ALIANZAS VARIOPINTAS
Qatar es un país pequeño, de apenas 250.000 habitantes, con un Ejército débil, por lo que basa su política de seguridad en alianzas exteriores variopintas.

Así, además acoger a la cúpula de Hamás, también aloja en su territorio la sede del Comando Central de las Fuerzas Armadas estadounidenses y la estratégica base aérea de Al Udeid, epicentro de las operaciones aéreas estadounidenses en toda la región.

Qatar intenta compatibilizar su estrecha relación con Washington con su apoyo a grupos islamistas armados y como resultado, accedió a la petición de Estados Unidos para que no enviara misiles tierra-aire a Siria como los utilizados en Libia.

http://www.europapress.es/internaci...-libia-irak-the-telegraph-20140921152601.html
 

Barbanegra

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Trece países exigen un alto el fuego en Libia y rechazan injerencia exterior
Un grupo de trece Gobiernos así como la Unión Europea (UE) y Naciones Unidas exigieron hoy un cese de la violencia en Libia para poner fin a la actual crisis y rechazaron cualquier "interferencia exterior" en el país.

La declaración fue aprobada en un encuentro ministerial celebrado en Nueva York y en el que participaron Argelia, Egipto, Francia, Alemania, Italia, Qatar, Arabia Saudí, España, Túnez, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, el Reino Unido y Estados Unidos.

"Llamamos a todas las partes a aceptar un alto el fuego inmediato y completo y a comprometerse de forma constructiva con un diálogo político pacífico para resolver la crisis en curso", señalaron en un texto los trece países, a los que se sumaron la UE y la ONU.

El encuentro fue impulsado por el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, aprovechando la presencia de muchos ministros en la ciudad con motivo de la Asamblea General de la ONU y con la intención de unificar la respuesta a la situación en Libia.

Según el texto aprobado, los países coinciden en que "no hay una solución militar" al conflicto y respaldan los esfuerzos de negociación que está llevando a cabo el representante especial de la ONU para Libia, el español Bernardino León.

En ese sentido, dieron la bienvenida al diálogo facilitado por Naciones Unidas que se iniciará el 29 de septiembre y el trabajo de los países vecinos para impulsar la reconciliación.

Los ministros señalaron en el mismo texto su intención de volver a reunirse en un plazo de 60 días en Madrid, con el fin de analizar los acontecimientos.

España ya acogió una conferencia sobre Libia el pasado 17 de septiembre y hoy estuvo representada en el encuentro por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo.

Además de importantes choques armados entre milicias rivales, Libia sufre una gran crisis política, pues dos parlamentos reivindican su legitimidad para gobernar el país.

Los países presentes en la reunión recalcaron su apoyo al Congreso salido de las elecciones del pasado 25 de junio y que mantiene su sede en Tobruk, 1.500 kilómetros al este de la capital, y que no es reconocido por la cámara saliente, asentada en Trípoli.

La declaración subraya la necesidad de formar un Gobierno que represente "a todos los libios" y anima a la comunidad internacional a apoyar a las autoridades en su búsqueda de "diálogo político, reconciliación y transición democrática".

Al mismo tiempo, los países firmantes rechazaron "cualquier interferencia exterior en Libia", después de que en las últimas semanas se registrasen varios ataques aéreos sobre territorio libio.

Los bombardeos, de los que nadie se ha responsabilizado, han sido atribuidos por responsables estadounidenses a Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, dos países que hoy firmaron la declaración de Nueva York.

"El pueblo de Libia combatió para derribar 42 años de dictadura y nosotros continuamos apoyando su esfuerzo para transformar Libia en un estado seguro, democrático y próspero", señalaron los firmantes.

EFE
 

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Asesinadas ocho personas en varios atentados en la ciudad libia de Bengasi
Al menos ocho personas han sido asesinadas a tiros por desconocidos en la localidad oriental libia de Bengasi en las últimas 24 horas, informaron hoy a Efe fuentes de seguridad de esta ciudad.

Según la fuente, entre las víctimas figuran militares, funcionarios gubernamentales y activistas políticos, asesinados en diferentes atentados.

El activista Ali Masrati ha sido asesinado por disparos de personas armadas tras salir de la mezquita en la madrugada de ayer en la zona de Chebna, precisaron las mismas fuentes.

El coronel Wael Hamali fue asesinado en la tarde de ayer en el centro de Bengasi, así como el coronel Yunes el Aquri, quien fue tiroteado con su hijo en un barrio residencial en la misma ciudad.

Asimismo, el activista político y bloguero Azzedin Badri El Aquri fue asesinado en la zona de Ben Yunes.

Entre los fallecidos figura también el predicador salafista, Bachir Baayu que fue tiroteado el lunes por la noche tras salir de la mezquita, así como un trabajador de la compañía Arabian Gulf Oil Company, que fue tiroteado en la mañana del martes por desconocidos en el centro de Bengasi.

Bengasi, la segunda ciudad de Libia, es escenario desde mayo de enfrentamientos continuos entre milicias islamistas y fuerzas leales al general sublevado Jalifa Hafter.

La situación de inseguridad que se vive tanto en Bengasi como en la capital, Trípoli, empujó el pasado julio a numerosos países a evacuar a sus ciudadanos así como a su personal diplomático acreditado en Libia.

Libia está sumida en una profunda crisis política y de seguridad con dos Parlamentos y dos Gobiernos que reclaman su legitimidad.

http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1675974
 

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Alertan sobre riesgos de que el conflicto de Libia derive en una guerra civil
Una reunión de alto nivel en la ONU alertó hoy sobre los peligros de que el conflicto de Libia derive en una guerra civil e hizo un llamamiento para profundizar el diálogo, evitar injerencias exteriores y apoyar a las instituciones legítimas.

"La situación se está deteriorando cada día que pasa y la posibilidad de una guerra civil acecha en el horizonte", afirmó el presidente del Congreso de los Diputados de Libia, Aquila Saleh.

Presidida primero por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y luego por el enviado especial de la ONU a Libia, Bernardino León, en la reunión participaron gobernantes, ministros y altos cargos.

Había sido convocada por Ban para analizar un tema que ha despertado una especial preocupación en la ONU por las implicaciones que tiene el conflicto en la región y sus vínculos con el aumento de las amenazas de los grupos yihadistas.

"El proceso de transición política se enfrenta al mayor desafío desde la revolución", afirmó el secretario general de la ONU en una declaración introductoria de la reunión.

"Crece la división en el país. La violencia y la intimidación es creciente", insistió al hacerse eco de las continuas luchas armadas entre grupos rivales, algunos de los cuales participaron en el derrocamiento del dictador Muamar el Gadafi, en 2011.

Saleh, al hacer su diagnóstico de la situación, mencionó la violencia y destrucción que afecta a la capital y sus alrededores, y el surgimiento de nuevas luchas tribales, "en lugar de trabajar juntos hacia la unidad y objetivos comunes".

Propuso cinco líneas de acción para lograr encaminar la transición democrática, entre ellas permitir que el Gobierno interino sea el único que disponga del "uso legítimo de la fuerza" para ejercer su autoridad y desarmar a los grupos armados.

También asistir al Gobierno de Libia para que recupere el control de Trípoli y forzar la retirada de los grupos armados que han ocupado las instituciones para cumplir con su misión y puedan regresar las misiones diplomáticas a la capital.

Su propuesta incluye el no reconocimiento de ninguna institución "ilegal" o "paralela", una "alianza estratégica" con los países del Mediterráneo para combatir el terrorismo, y el apoyo para establecer una "cultura del diálogo" en el Gobierno y el poder legislativo.

El presidente de Chad, Idris Deby, dijo que las consecuencias del conflicto de Libia se han comenzado a sentir en las naciones vecinas: "La confusión es absoluta entre los distintos grupos armados y en el gobierno de transición", afirmó.

Según Deby, la "injerencia extranjera también acentúa" esa confusión y "radicaliza las posiciones de todas las partes".

El presidente de Níger, Mahamadou Issoufu, también insistió en que la situación en Libia "se ha degradado totalmente", y para remediarlo se necesita "tacto, compromiso y decisión".

La lucha armada en ese país, agregó, "tiene el potencial de convertirse en un conflicto internacional como el de Irak".

"Ahora se destinan muchos recursos para Irak, y mucho me temo que habrá que destinarlos mañana para Libia si no actuamos con la urgencia necesaria", insistió.

Issoufu también insistió en la necesidad de reforzar la legitimidad en Libia y fomentar un proceso de reconciliación, pero también apuntó que "las organizaciones terroristas deben ser aisladas para que nadie sienta la necesidad de aliarse a ellas".

El presidente de Túnez, Monsef Marzuki, recordó que en su país han encontrado refugio dos millones de libios huyendo de la tragedia de su país.

"La comunidad internacional nos tiene que ayudar en esta situación, que está causando mucho impacto en nuestro país desde el punto de vista económico también", se lamentó Marzuki.

Al norte del Mediterráneo, la ministra italiana de Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, dijo que en su propio país han llegado este año 110.000 inmigrantes procedentes de Libia, aunque no necesariamente todo ellos de ese país.

Esa cifra, recordó, es cinco veces superior que la registrada en el 2013.

Entre los ministros que participaron en la reunión se encontraba el español, José Manuel García-Margallo, que recordó la "hoja de ruta" aprobada el martes pasado, con una serie de reuniones que culminarán en dos meses en Madrid.

"Libia es un país moderado que nunca ha abrazado versiones extremas o extremistas del Islám", recordó el ministro español.

De parte de Argelia, el país del Magreb que, junto con Egipto, sigue más de cerca del conflicto libio, su ministro de Asuntos Exteriores, Ramtane Lamamra, insistió también en la necesidad de evitar injerencias exteriores.

"Pueden generar mayores complicaciones, y nuestra opinión es evitarlas", insistió.

EFE
 

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El Parlamento libio aprueba un nuevo Gobierno contra la crisis
Tras semanas de caos político, hoy juró en Libia el nuevo Gobierno del país tras aprobar el Parlamento en Tobruk los 12 ministros que integran el gabinete del primer ministro Abdulá al Thini, informó la página de noticias libia Al Wasat.

A comienzos de la semana, el Parlamento había rechazado a algunos de los ministros propuestos.

Al Thini ejerce de jefe del Gobierno provisional en un país completamente dividido por milicias rivales. A fines de agosto, Al Thini presentó la dimisión de su Ejecutivo, días después de que los islamistas en Trípoli, la capital, proclamaran un contragobierno.

Pero el Parlamento en Tobruk pidió a Al Thini que asumiera de nuevo la responsabilidad de gobernar y formase un nuevo gabinete, que hoy fue aprobado con 110 de los 112 votos con los que cuenta la Cámara. En el nuevoGobierno no hay, sin embargo, un ministro de Defensa.

El gobierno de Al Thini y el Parlamento en Tobruk cuentan con el reconocimiento internacional pero apenas tienen influencia en Libia, donde las milicias insurgentes controlan grandes regiones del país y la capital, Trípoli, está ocupada por islamistas.

Desde hace semanas, el país vive los peores episodios de violencia desde el derrocamiento en 2011 de quien fuera el líder libio durante más de 40 años, Muamar al Gadafi.

http://www.elmundo.es/internacional/2014/09/28/5427fc66268e3e56418b457c.html
 

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Libia pide ayuda internacional para superar el caos
Libia le echó en cara a la comunidad internacional no haber tomado en serio la crisis que se estaba gestando en ese país y que ha derivado en un extenso derramamiento de sangre y profundas divisiones políticas.

El mensaje lo trajo ante la Asamblea General de la ONU el presidente de la Cámara de Diputados de Libia, Aquila Saleh, que también ha participado en otras reuniones mantenidas en los últimos días en Nueva York para analizar específicamente la crisis libia.

Saleh describió las luchas entre grupos armados rivales, los daños a la infraestructura a esa nación, el exilio de las autoridades legítimas a unos 1.500 kilómetros de la capital y el papel creciente de grupos próximos a Al Qaeda.

“Esto no habría pasado si la comunidad internacional hubiera tomado en serio la situación en Libia”, se lamentó Saleh al dirigirse a la Asamblea General de la ONU. “Desde esta tribuna, digo que hacer la vista gorda al terrorismo en Libia es inaceptable”, insistió.

Saleh hablaba a nombre del poder legislativo que surgió de las elecciones del pasado 25 de junio, que permitieron formar una Cámara de Diputados ahora refugiada en Tobruk, a 1.500 kilómetros de la capital, por el caos que reina en Trípoli.

Pero su legitimidad es puesta en duda por la Asamblea Legislativa saliente, lo que ha creado dos estructuras políticas paralelas, una en Trípoli y otra en Tobruk, profundizando la división política en el país.

En su exposición, Saleh reconoció que muchos de los que le oían debían sorprenderse al preguntarse dónde quedaron las figuras que se levantaron en 2011 contra Muamar el Gadafi y lograron derrocar su dictadura, una de las más largas de África. Ahora, muchos de ellos han abandonado la política, otros han quedado aislados y otros han sido asesinados por grupos armados que han desafiado el poder formal y convertido a Libia en prácticamente un estado fallido. Dijo que la comunidad internacional debe estar al lado de “las autoridades”.

http://www.vanguardia.com/actualida...pide-ayuda-internacional-para-superar-el-caos
 

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Milicias libias rechazan conversaciones
Las milicias aliadas a los islamistas que controlan la capital de Libia rechazaron el martes el llamado de las Naciones Unidas a un cese de fuego.

Antes de conocerse el anuncio, legisladores de distintas facciones realizaron la primera ronda de conversaciones mediadas por la ONU el lunes.

Las conversaciones intentan tender un puente entre los grupos en guerra que han creado dos gobiernos con sus respectivos parlamentos.

La coalición Amanecer Libio, que controla Trípoli y está afiliada a la milicia de la ciudad occidental de Misrata, dijo en su página de Facebook que la manera de poner fin a los enfrentamientos es desarmar a sus rivales y arrestar a sus dirigentes.

Tras semanas de combates entre milicias en Trípoli, el aeropuerto está destruido, y los extranjeros y diplomáticos han abandonado la ciudad.

AP
 
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