Una caricia mas al alma que tanto bien hace
Sabiendo que el CNIM Montalvo tiene una agenda agitada, lo invité con bastante anticipación a almorzar por el 30º aniversario del bautismo de fuego de la Compañía H del BIM Nº 3 (15/5/1982 - 15/5/2012)
Acordamos encontrarnos para ir a almorzar al mismo lugar que la otra vez.
Eran las 13.15 hs. cuando me senté a tomar un café en la esquina donde nos encontramos la 1º vez. Acomodé bajo mi pierna derecha el regalo que le llevaba.
Pasaban los minutos y yo buscando entre la gente a ver si lo encontraba. Esta vuelta era mucho más fácil, ya lo había visto hacia poco.
13.25 hs. y no había aparecido. No tuve la sensación de que no vendría, tuve la sensación de que estaba en el lugar equivocado. Como yo ya sabia donde íbamos a comer, pagué el café y me fui a la puerta de la parrilla.
13.30 lo llamo.
- Sr. Buen día, en el apuro y la emoción de reencontrarnos no tuve en cuenta un pequeño pero importante detalle, ¿nos encontramos en la esquina o en la parrilla?
- Vos donde estas?
- En la parrilla…
- Voy para allá
Apareció a los 30 segundos. Abrazo interminable y entramos a morfar almorzar.
Apoyé con total naturalidad y despreocupación el regalo que le llevaba sobre la mesa junto a mis puchos y la cámara de fotos.
La charla fue mucho mas distendida de mi parte que la otra vez. Estaba más relajado, pero igual, la alegría me desbordaba por momentos.
Llega el mozo. Por razones laborales, el almuerzo iba a ser liviano.
Eligió una tira de asado y yo lomito de pollo con papas fritas
De repente el mozo me dice:
- Sr. Este es el menú para los chicos…
Con mi mejor cara de poker, le digo,
- Me traes lo mismo que el caballero?
No puedo asegurar que se rió ni mucho menos, pero juraría que le vi de reojo, la mueca de una sonrisa en la cara, como aquella noche, cuando estaba haciendo guardia en un puesto tipo casa mata, él recorría los puestos y al llegar donde yo estaba, agotado del cansancio, cabeceando de ratos, desde arriba y sin poder ver quien era, comenzó a tironear de mi fusil, al poner el seguro en automático dejó de tironear, se asomó y me dijo:
- ¿Siempre hace guardia así?
- Si, con el sable bayoneta por las dudas - contesté.
Volvimos a retomar la charla como si nada hubiera pasado. Como hace 30 años cada vez que tenía que decirle algo que no estuviera dentro del protocolo o necesitara de algo mas de confianza que lo acostumbrado le digo: Señor, puedo hablar en confianza?
Por supuesto, fue la respuesta, entonces comencé a tutearlo. (la mitad del tiempo, la otra mitad lo trataba de Usted. Se mataba de risa).
Hablamos de las familias, anécdotas vistas desde 2 ángulos pero con la misma percepción, nos acordamos de algunos “personajes” y de todo lo dicho me quedó una frase dando vueltas en la cabeza…
Vinieron las tiras de asado y arrancamos. Brindamos por el 30º aniversario del bautismo de fuego, por el reencuentro y por las vivencias.
En un momento dado mira el reloj y dice:
- No creo que hace 30 años a esta hora hubiéramos estado comiendo esto no?
- Jua jua, No Señor, seguro que no, no recuerdo con exactitud y encima no traje el machete para decirle que pasó, pero no estábamos comiendo asado seguro…
Por acto reflejo, hice lo mismo, miré el reloj… 2 menos 20…
A esa hora, 30 años atrás, nos estábamos tiroteando con un helicóptero que había pasado muy bajito… Un rato después picamos algo que habíamos “tomado prestado por tiempo indeterminado” de la despensa Inglesa. Esa noche… tampoco cenamos.
Habremos estado unos 2 o 3 minutos en silencio comiendo y volvimos a charlar
Le conté de la calidez, el respeto y el cariño de los usuarios del foro por el tema Malvinas y por los VG, y se quedó algo sorprendido.
Que en algún punto cruzábamos historias con los VG que participamos del foro, como cuando le devolví a Drupi la marquilla que había cambiado por una frazada cuando estuvimos prisioneros en Bahía Ajax.
Le conté que nos reuníamos 1 vez al mes y que en el rencuentro con Drupi, cuando se la devolví, al principio no me la quería aceptar, pero cuando le dije que tenía otra marquilla para darle a alguien especial en una fecha especial, al final aceptó.
Sorprendido por la anécdota, el “mensaje subliminal” pasó de largo.
Cada tanto acomodaba el regalo que le había llevado.
Volvía a darme vueltas en la cabeza, una frase que dije durante el intercambio de anécdotas…
Como se hacia la hora pedimos café. Cuando estaba revolviéndolo, le recuerdo que en el encuentro anterior me había regalado algunas cosas, que las atesoro en el mini museo Malvinas, y que ahora me tocaba regalarle algo a mí.
Le aclaré que no era algo importante pero para mi era muy valioso.
Saco del costado de la mesa, un folio transparente, adentro, tenia una marquilla de
Jockey Club (los cigarrillos que el fumaba) y se la doy.
No te puedo creer! La voy a enmarcar, fue su respuesta. Obviamente se me anudó la garganta…y me dijo:
- No pude traer muchas cosas, dijo, la 2º revisión, la que hicieron a bordo del St Edmund, terminó siendo muy estricta por que adelante mío, un oficial tenía una corredera de pistola escondida en un borcego. Cuando los ingleses vieron eso, se pusieron como locos y nos desnudaron a todos.
Yo traía un recuerdo escondido…
Una mañana haciendo una patrulla de rutina, veo algo flotando sobre la costa. Al acercarme tenía las iniciales HMS Coventry. La recorté con mi navaja y la cosí en el ***** interno de la parca.
Cuando revisaron la ropa, se dieron cuenta que había algo, la descosieron y cuando vieron lo que era, me pusieron 2 Sterling en la cabeza y me llevaron a patadas en el culo traste hasta la otra punta del barco…
El nudo en la garganta pasó a ser un nudo marinero con cabo de amarrar barcos…
Me emocionó muchísimo que una simple marquilla no solo le haya gustado, sino que también, lo relacionara con semejante historia, y que la pueda contar!
Seguimos charlando de la vida mientras esperábamos la cuenta.
Terminamos el café y cuando la trajeron, no me dejó pagar…
Insistí pero se negó rotundamente.
Volví a insistir, pero fue como si le hablara a la pared, conocía esa cara seria, así que cerré la boca y lo dejé pagar.
Me tomé el atrevimiento de decirle que la próxima si o si pagaba yo por que si no… me iba a sentir mal.
Se sonrió y cuando nos estábamos por ir le digo:
- Señor, no nos sacamos una foto, me voy a quedar con las ganas como la otra vez?
- No nos sacamos la otra vez? Creía que si…
Dudé por un instante, que hago? Ma si, yo le digo, a lo sumo me saca a los flexionados como algunas veces lo había hecho hacia 30 años por decir algo fuera de lugar.
- No Señor, me dijo que no iba a faltar oportunidad y esa vuelta me fui silbando bajito sin protestar… y sin foto.
Llamó al mozo y le pidió que nos sacara. El mozo accedió gentilmente y como si me hubiera leído la mente dijo:
- Saco otra por las dudas?
- Por favor fue mi respuesta - pero mi cara y mi mirada decían: Sacá otra por las dudas o te arranco el corazón y te muestro como late antes de que te mueras.
No se si me leyó la mente, interpretó mi cara o solo sacó por que le había pedido por favor que lo hiciera.
En la puerta, quedamos en mantenernos en contacto para volver a juntarnos.
Camino a casa, me seguía dando vueltas una frase en la cabeza.
Al llegar a casa, mi jermu me dice:
- A ver esa cara de feliz cumpleaños…
Le empecé a contar mientras íbamos al dentista. Mientras esperábamos que la atendiera, contándole la parte que nos acordamos de los “personajes”, repetí esa frase que tanto me había dado vueltas en la cabeza, y de repente, me cae la ficha. Fue como si me hubiera chocado un Scania a 200 Km. por hora.
- Negra, sabes que? Creo que ese va a ser el titulo del libro… Si si, va a ser el titulo del libro…
Hablé por teléfono con mi gurú Malvinistico… Malvinerista… Malvineril… Malvinarista…. Bue, elijan el que mas les guste.
Le cuento algunas cosas del almuerzo, y me vuelve a chocar el Scania pero a 300 Km. por hora…
Para finalizar la conversación, le digo que mientras hablaba con él, acababa de resolver las 2 cosas que me tenían algo preocupado.
Quien me iba a hacer el prólogo y como se iba a llamar el libro.
A la noche, cenamos y celebramos en familia, milanesa con papas fritas y huevos fritos, con un Rutini para bajar la comida.
PD: No me hago el misterioso, pero como todavía no lo registré el nombre del libro, prefiero no hacerlo público, sepan disculpar. En cuanto al prologuero, prologorista, prolongador… prologuista… Bue, elijan el que más les guste, cuando tenga su confirmación oficial, también lo haré público.
Perdón por lo extenso del post y gracias por escucharme.
Un abrazo enorme para todos