estimado j@vier63
me imagino que todos ustedes y britts, sentirian unas sensaciones muy raras al tomarse esas fotos con quienes unos días antes se batian en combate cruento, esos britts habian participado de los mismos o como se dijo aqui en el foro se trataba de tropas frescas sin participación en los combates.
El partido fue solo entre nosotros, no creo que hubiese sido "oportuno" un "amistoso internacional"el mentado partido de futbol entre sumbos y perrada fue propiciado por los britts, hubo alguno contra ellos, disculpe la insistencia con el tema de pows.
saludos
bagre
What really came out of it for me was after the battles. I was allowed to go on a transport ship with my guys, repatriating thousands of Argentinian prisoners to Uruguay. Both sides had lost a lot of friends. And I got on the ship expecting to feel like I’d want to throw the prisoners overboard. Much to my surprise, they were conscripts who never really wanted to fight. Over the journey, we all actually became friends and bonded. Our emotions went from "I want to kill you", to "Let's stay in touch". I learned firsthand that there would simply be no wars if people engaged in real conversation. I remember small details like getting them oranges and being thanked for that. And in fact, we did correspond over the years.
Lo que realmente salió de eso para mí fue después de las batallas. Se me permitió ir en un barco de transporte con mi gente, repatriando a miles de prisioneros argentinos a Uruguay. Ambas partes habían perdido un montón de amigos. Y me subí al barco esperando a sentir como que me gustaría lanzar a los prisioneros por la borda. Para mi gran sorpresa, que eran conscriptos que no quería pelear. Durante el viaje, todos en realidad se hicieron amigos y entre sí. Nuestras emociones fueron de "te quiero matar", que "Vamos a estar en contacto". Aprendí de primera mano que, sencillamente, no habría guerras si las personas participan en una conversación real. Recuerdo los detalles pequeños, como conseguir que las naranjas y se dio las gracias por eso. Y de hecho, que se corresponde con los años.
Recuerdo que me había extrañado no ver a Mark, quien hacía muchas horas parecía haber desaparecido del barco. Pensarlo y verlo pasar a lo lejos cuando salí al pasillo, fue todo uno.
No quería irme sin saludarlo, así que corrí para alcanzarlo y decirle lo valioso que había sido para mí el hecho de haberlo conocido: “Qué bueno sería que me des tu dirección y teléfono así podemos comunicarnos cuando toda esta pesadilla haya pasado”, le dije amistosamente. “Te dejo mi dirección, así estamos en contacto”…
Mark súbitamente cambió de expresión, se puso muy serio y me dijo: “Andá nomás, no puedo hacer eso, ¡adiós!”, mientras con las manos me hacía un inconfundible gesto como para que me fuese. Me quedé estupefacto. No parecía el mismo Mark que me había facilitado tanto la subsistencia durante la travesía. Me quedé unos segundos mirándolo, sin entender su reacción, pero él me seguía haciendo esos gestos con las manos, y me repetía: “Ok, es hora de que te vayas, ¡adiós!”
Su voz y sus gestos eran inflexibles, pero su mirada me estaba pidiendo disculpas por no poder aceptar el intercambio de direcciones. Recién ahí comprendí que mi flamante amigo Mark Burnett finalmente era un militar, y que por supuesto estaba respondiendo a los rígidos mandos superiores que impedían intercambiar cualquier información privada con el “enemigo” que era yo mismo.
No obstante advertir la situación, sentí mucha angustia en ese momento, y también una gran tristeza, emociones -ambas- que me confirmaban fatalmente que después de esa guerra, las relaciones entre argentinos y británicos -en el futuro- iban a ser muy difíciles.
--- merged: Aug 12, 2011 9:08 PM ---Allá por 2007, mi hermano, que no sabía nada de Burnett, me trajo una revista argentina con una nota sobre Malvinas.
"De Malvinas a Gran Hermano", titulaba la nota: "La increíble historia de Mark Burnett"
Al ver la ilustración de la nota, quedé confundido por unos instantes. Ese rostro me resultaba conocido. Después de mirarlo un buen rato, comprendí que se trataba de mi amigo, el cabo que me había tratado tan bien durante el regreso al continente, mientras estuve prisionero en el barco.
Hoy en día Mark es un prolífico productor de realities, pero vive en Hollywood. En la Argentina se vieron “Survivor” -Sobreviviente- y “The Apprentice” -El aprendiz- con la conducción de Donald Trump.
Lo que más me gustó de la nota de la revista fue lo que Mark decía: “Cuando me preguntan acerca de Malvinas, siempre cuento que tuve que pasar una semana con un grupo de prisioneros argentinos, y ahí me di cuenta, conviviendo con ellos, que éramos todos seres humanos atrapados en esa situación... nos habíamos tratado de matar la semana anterior, y ahí venía yo con ellos dialogando amigablemente e intercambiándonos uniformes”
Un par de años después, de casualidad, le conté esta historia a una periodista canadiense que me entrevistaba. Pasando el tiempo, ella pudo dar con él y pasarle una carta mía de agradecimiento, carta que fue cálidamente contestada por Mark, con términos muy profundos sensibles a mi espíritu, expresando, entre otras cosas, algo que nunca más olvidaré... “Sería imposible enfrentar a un enemigo anónimo, una vez establecido un contacto humano. A través de vos entendí la inutilidad de la guerra, y mi vida cambió para siempre.”
Si mal no recuerdo los primeros prisioneros fueron a Uruguay, pero el Camberro vino a Puerto Madryn, habria que ver de que barco habla
Alejandro: muy buenas fotos, las ultimas 2 de donde son?