El abrazo y la ejecución
Sobreviviente. José Carrizo, el cabo argentino que por milagro se salvó de la muerte.
"Este hombre de ojos achinados es el sargento John Pettinger, el que disparó contra Carrizo", dice el escritor Adrian Weale, mientras señala a un militar en un grupo de paracaidistas, en una foto de su libro. Perteneciente al grupo de morteros, el cabo argentino José Carrizo fue
"ejecutado" por militares británicos con dos disparos a la cabeza, tras la batalla de Monte Longdon. Fueron los médicos ingleses quienes se ocuparon de que sobreviviera, casi por milagro.
El cabo Carrizo siempre testimonió que, mientras se refugiaba de la artillería propia detrás de una piedra, dos paracaidistas británicos le gritaron
"American, boina verde" y que uno de ellos hizo fuego. "El que me disparó tenía ojos achinados y la cara cubierta de betún de combate", precisó. Catorce años después de los hechos, el historiador inglés Weale, junto a Christian Jennings, reconstruyeron su historia y pudieron determinar que efectivamente se trataba de John Pettinger. Sin embargo, esta versión difiere de la de la víctima. De acuerdo con Carrizo, él alcanzó a tomar del tobillo a un paracaidista, que resultó ser Vincent Bramley, el autor de "Viaje al infierno", el primer libro que denunció los fusilamientos en Gran Bretaña. Los dos habrían de darse un cálido abrazo en un histórico encuentro en Buenos Aires.
"No me interesa saber quién fue ni quiero ver la foto "dice el cabo Carrizo desde Merlo, con un rencor que apenas puede disimular su gentileza". Estuvimos en una guerra horrenda donde fueron
muertos casi todos. A los veteranos nos usan y después nos dejan morir de hambre, solo les interesa hacer plata con nosotros." En la actualidad, Carrizo tiene su casa embargada y, por falta de dinero, no ha podido visitar a su padre, gravemente enfermo en Mendoza.
"Lo que ocurrió es que, después que las posiciones argentinas fueron capturadas, siguieron bajo bombardeo militar "cuenta el historiador Weale". Pettinger iba delante de Vincent Bramley, al oeste de las posiciones británicas, con otro grupo de soldados, desde la zona de las ametralladoras en el centro hasta las posiciones británicas. Dos de ellos se acercaron a unas rocas y de pronto un argentino se colgó de
los tobillos de Bramley. El soldado argentino obró así porque se estaba protegiendo detrás de las piedras.
Según su testimonio, "Bramley trató de liberar las piernas pero el soldado se le había colgado de la ropa y no lo soltaba. Y ahí Pettinger le disparó dos veces en la cabeza. Siguieron adelante de inmediato. Poco después, más abajo, Bramley vio la figura de un hombre muy alto que se tambaleaba a lo lejos. Era Carrizo. Fue rescatado por el private Conning, que comenzó a atenderlo. Así fue cómo le salvaron la vida".
fuente:
http://edant.clarin.com/diario/96/05/26/infrec5.html
Y de nuevo GRACIAS a los piratas por robarnos, matarnos y privarnos ilegítimamente de la libertad.-
Y Olenka, imagino a los prisioneros de Auschwitz agradeciendo que les pusieran una banda de música.....