Presión sobre la conferencia de Roma
Crecen sospechas de que Israel asesinó a funcionarios de la ONU para forzar un alto el fuego
El martes, un día antes de la celebración de la llamada conferencia de Roma, fueron asesinados por la aviación israelí cuatro funcionarios de la ONU, hecho sobre el cual Kofi Annan dijo que fue "aparentemente deliberado". El asesinato, sugestivamente, se concretó a horas de la realización de un evento diplomático internacional donde la secretaria de Estado norteamericano, Condoleezza Rice, tratará de imponer un plan judeo-norteamericano de intervención en Líbano. (Ver: Annan, la ONU, y una maniobra para doblegar a Hezbolá y al gobierno libanés).
Medios europeos y norteamericanos señalan que la muerte de cuatro observadores de Naciones Unidas en un ataque israelí aumentó el miércoles la presión sobre la conferencia internacional de Roma para que autorice el despliegue de una fuerza internacional que posibilite el repliegue de las fuerzas israelíes que ya llevan tres días de invasión terrestre en Líbano.
Hay que recordar que este lunes, en Beirut, el gobierno libanés y un portavoz de Hezbolá se negaron a acordar un alto el fuego en los términos propuestos por la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, quien no pudo imponer las duras condiciones de una "salida pacífica" la cual significaba una virtual rendición para la organización guerrillera y un sometimiento de la autoridad libanesa a una "fuerza de paz" controlada bajo cuerda por EEUU. (Ver: Fracaso de Rice: EEUU no pudo imponer el alto el fuego bajo condiciones de derrota para Hezbolá y de sumisión para Líbano).
Por supuesto que de acceder a esta petición, Hezbolá, tanto como el gobierno libanés, certificarían la "victoria" (aunque parcial) del gobierno de Israel, cuyo objetivo de máxima es destruir a esa organización y replegar sus fuerzas dejando a Líbano en control de una fuerza multinacional controlada embozadamente por EEUU.
La halcona negra, después de su fracaso "diplomático", finalmente viajó a Israel sin la "capitulación", y un nuevo paréntesis se abrió en Líbano, donde ayer martes las fuerzas judías profundizaron su invasión terrestre y los bombardeos.
Con Israel metido en la "trampera" de su ofensiva terrestre en Líbano, Rice dió las últimas puntadas ayer en Israel, en una reunión con Olmert y su gabinete, a una "fase II" del plan a instrumentar antes de que las fuerzas judías se desgasten en una guerra de guerrillas con Hezbolá, como lo hicieron las tropas norteamericanas en Irak.
Fracasada la maniobra de una imposición del plan en Beirut, Washington resolvió a echar mano de su clásico "recurso diplomático" con la ONU y su secretario general, Kofi Annan, un títere disciplinado de las operaciones de EEUU y Gran Bretaña en ese organismo.
En Roma, Annan, la ONU y un grupo de países leales al trío EEUU-Israel-Gran Bretaña, con la presencia de Rice, van intentar aggiornar el mismo plan que le fuera rechazado a la secretaria de Estado en Beirut.
En este escenario, horas antes de la celebración del evento, agencias internacionales deslizan que el crimen de los cuatro funcionarios va a "gravitar" en las conversaciones de la conferencia de Roma.
El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, pidió a Israel investigar el "ataque aparentemente deliberado" de un puesto de vigilancia del organismo mundial en el sur de Líbano donde un bombardeo aéreo israelí causó el martes la muerte de los cuatro observadores.
"(Este) ataque contra un puesto de la ONU, que estaba establecido desde hace mucho tiempo y claramente marcado en Jiam, se produjo a pesar de las garantías personales que me dio el primer ministro (israelí) Ehud Olmert de que el fuego israelí evitaría las posiciones de la ONU", dijo Annan en un comunicado.
Israel, que inició hace quince días una ofensiva militar en Líbano contra Hezbolá, anunció que realizaría una investigación y expresó su pesar por las muertes, pero se declaró conmocionado por la sugerencia de Annan de que los trabajadores de la ONU hubieran sido atacados deliberadamente.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, expresó este miércoles su "profundo pesar" por la muerte "por error" de cuatro funcionarios de la misión de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) en un bombardeo israelí contra el sur de Líbano, según un comunicado de la oficina de Olmert.
En cambio, el mandatario judío nunca se "disculpó" por los más de 400 civiles palestinos asesinados durante los14 días de bombardeos que han devastado la economía y la infraestructura de Líbano desatando una catástrofe humanitaria y la huída de un millón de personas de ese país.
Convocado, además de la ONU, por el llamado Grupo del Líbano (Francia, Reino Unido, Italia, UE, EEUU, Egipto y el Banco Mundial), la conferencia de Roma de este miércoles estará presidida por Massimo D'Alema, Condoleezza Rice, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y por el propio Fouad Siniora, primer ministro de Líbano.
Asistirán además los ministros de Exteriores del Reino Unido, Margaret Beckett; Francia, Philippe Douste-Blazy; Alemania, Frank-Walter Steinmeier; España, Miguel Angel Moratinos; Rusia, Sergei Lavrov; Canadá, Peter MacKey; Turquía, Abdullah Gul; Grecia, Dora Bakoiannis; y Chipre, Yiorgos Lillikas.
También participarán los jefes de la diplomacia de Egipto, Jordania y Arabia Saudí, mientras que por parte de la UE han acudido el encargado de la política exterior comunitaria, Javier Solana; la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner; y el titular de Exteriores de Finlandia y presidente de turno de la UE, Erkki Tuomioja.
En la reunión, Condoleezza Rice intentará imponer un cese del fuego para posibilitar el despliegue de una fuerza multinacional de "paz" de la OTAN, exigida por Israel y EEUU, atendiendo a que ese organismo mantiene un dependencia al Pentágono.
Annan dijo que inicialmente pensaba que la fuerza "complementaría" a las tropas de la ONU presentes en la zona, pero que otros países querían una operación multinacional en la frontera libanesa-israelí autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Los "otros países" se tratan obviamente de EEUU y Gran Bretaña, aliados principales de Israel, que impulsan el plan para destruir a Hezbolá y poner bajo control al gobierno libanés, ocupando todo su territorio con una fuerza multinacional que garantice a Israel la neutralización operativa de Hezbolá.
En este escenario, y como sostienen algunos medios europeos y estadounidenses, el asesinato de los funcionarios de la ONU pudo estar orientado a presionar una decisión rápida de un alto el fuego y el despliegue de una fuerza multinacional, controlada bajo cuerda por EEUU, que posibilite un repliegue "honroso" de las tropas invasoras israelíes ya empantanadas en Líbano.
En otras palabras, concretar por la vía diplomática lo que Condoleezza Rice no pudo conseguir el lunes en Beirut.
Pero de consolidarse la maniobra nada indica que será aceptada por Hezbolá y el gobierno de Libano quienes anunciaron que no suscribirán ningún acuerdo que signifique concesiones o sometimiento a Israel y a EEUU.
Este lunes, en un discurso televisado, el líder de Hezbolá, Sayed Hasan Nasralá, dijo que "no podemos aceptar ninguna condición humillante para nuestro país, nuestro pueblo y nuestra resistencia".
Nasralá afirmó que la resistencia a la agresión israelí, en la que han muerto 418 personas en Líbano y 42 israelíes, estaba entrando a una nueva fase.
"En el nuevo período, nuestro bombardeo no se limitará a Haifa", aseguró, sin dar más detalles.
Para los expertos, desde que decidió ingresar por tierra a Líbano, y de no mediar un alto el fuego en las próximas horas, las fuerzas invasoras israelíes pueden comenzar a desgastarse y desmoralizarse en una guerra asimétrica con Hezbolá, una guerrilla con alta capacidad de movilidad, experta en emboscadas y en combate urbano, que puede empezar a infligirles bajas severas a las tropas judías.
De allí la premura del eje Washington-Tel Aviv por imponer un cese del fuego y el despliegue de una fuerza multinacional.
fuente: www.iarnoticias.com
Crecen sospechas de que Israel asesinó a funcionarios de la ONU para forzar un alto el fuego
El martes, un día antes de la celebración de la llamada conferencia de Roma, fueron asesinados por la aviación israelí cuatro funcionarios de la ONU, hecho sobre el cual Kofi Annan dijo que fue "aparentemente deliberado". El asesinato, sugestivamente, se concretó a horas de la realización de un evento diplomático internacional donde la secretaria de Estado norteamericano, Condoleezza Rice, tratará de imponer un plan judeo-norteamericano de intervención en Líbano. (Ver: Annan, la ONU, y una maniobra para doblegar a Hezbolá y al gobierno libanés).
Medios europeos y norteamericanos señalan que la muerte de cuatro observadores de Naciones Unidas en un ataque israelí aumentó el miércoles la presión sobre la conferencia internacional de Roma para que autorice el despliegue de una fuerza internacional que posibilite el repliegue de las fuerzas israelíes que ya llevan tres días de invasión terrestre en Líbano.
Hay que recordar que este lunes, en Beirut, el gobierno libanés y un portavoz de Hezbolá se negaron a acordar un alto el fuego en los términos propuestos por la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, quien no pudo imponer las duras condiciones de una "salida pacífica" la cual significaba una virtual rendición para la organización guerrillera y un sometimiento de la autoridad libanesa a una "fuerza de paz" controlada bajo cuerda por EEUU. (Ver: Fracaso de Rice: EEUU no pudo imponer el alto el fuego bajo condiciones de derrota para Hezbolá y de sumisión para Líbano).
Por supuesto que de acceder a esta petición, Hezbolá, tanto como el gobierno libanés, certificarían la "victoria" (aunque parcial) del gobierno de Israel, cuyo objetivo de máxima es destruir a esa organización y replegar sus fuerzas dejando a Líbano en control de una fuerza multinacional controlada embozadamente por EEUU.
La halcona negra, después de su fracaso "diplomático", finalmente viajó a Israel sin la "capitulación", y un nuevo paréntesis se abrió en Líbano, donde ayer martes las fuerzas judías profundizaron su invasión terrestre y los bombardeos.
Con Israel metido en la "trampera" de su ofensiva terrestre en Líbano, Rice dió las últimas puntadas ayer en Israel, en una reunión con Olmert y su gabinete, a una "fase II" del plan a instrumentar antes de que las fuerzas judías se desgasten en una guerra de guerrillas con Hezbolá, como lo hicieron las tropas norteamericanas en Irak.
Fracasada la maniobra de una imposición del plan en Beirut, Washington resolvió a echar mano de su clásico "recurso diplomático" con la ONU y su secretario general, Kofi Annan, un títere disciplinado de las operaciones de EEUU y Gran Bretaña en ese organismo.
En Roma, Annan, la ONU y un grupo de países leales al trío EEUU-Israel-Gran Bretaña, con la presencia de Rice, van intentar aggiornar el mismo plan que le fuera rechazado a la secretaria de Estado en Beirut.
En este escenario, horas antes de la celebración del evento, agencias internacionales deslizan que el crimen de los cuatro funcionarios va a "gravitar" en las conversaciones de la conferencia de Roma.
El secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, pidió a Israel investigar el "ataque aparentemente deliberado" de un puesto de vigilancia del organismo mundial en el sur de Líbano donde un bombardeo aéreo israelí causó el martes la muerte de los cuatro observadores.
"(Este) ataque contra un puesto de la ONU, que estaba establecido desde hace mucho tiempo y claramente marcado en Jiam, se produjo a pesar de las garantías personales que me dio el primer ministro (israelí) Ehud Olmert de que el fuego israelí evitaría las posiciones de la ONU", dijo Annan en un comunicado.
Israel, que inició hace quince días una ofensiva militar en Líbano contra Hezbolá, anunció que realizaría una investigación y expresó su pesar por las muertes, pero se declaró conmocionado por la sugerencia de Annan de que los trabajadores de la ONU hubieran sido atacados deliberadamente.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, expresó este miércoles su "profundo pesar" por la muerte "por error" de cuatro funcionarios de la misión de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) en un bombardeo israelí contra el sur de Líbano, según un comunicado de la oficina de Olmert.
En cambio, el mandatario judío nunca se "disculpó" por los más de 400 civiles palestinos asesinados durante los14 días de bombardeos que han devastado la economía y la infraestructura de Líbano desatando una catástrofe humanitaria y la huída de un millón de personas de ese país.
Convocado, además de la ONU, por el llamado Grupo del Líbano (Francia, Reino Unido, Italia, UE, EEUU, Egipto y el Banco Mundial), la conferencia de Roma de este miércoles estará presidida por Massimo D'Alema, Condoleezza Rice, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y por el propio Fouad Siniora, primer ministro de Líbano.
Asistirán además los ministros de Exteriores del Reino Unido, Margaret Beckett; Francia, Philippe Douste-Blazy; Alemania, Frank-Walter Steinmeier; España, Miguel Angel Moratinos; Rusia, Sergei Lavrov; Canadá, Peter MacKey; Turquía, Abdullah Gul; Grecia, Dora Bakoiannis; y Chipre, Yiorgos Lillikas.
También participarán los jefes de la diplomacia de Egipto, Jordania y Arabia Saudí, mientras que por parte de la UE han acudido el encargado de la política exterior comunitaria, Javier Solana; la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner; y el titular de Exteriores de Finlandia y presidente de turno de la UE, Erkki Tuomioja.
En la reunión, Condoleezza Rice intentará imponer un cese del fuego para posibilitar el despliegue de una fuerza multinacional de "paz" de la OTAN, exigida por Israel y EEUU, atendiendo a que ese organismo mantiene un dependencia al Pentágono.
Annan dijo que inicialmente pensaba que la fuerza "complementaría" a las tropas de la ONU presentes en la zona, pero que otros países querían una operación multinacional en la frontera libanesa-israelí autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Los "otros países" se tratan obviamente de EEUU y Gran Bretaña, aliados principales de Israel, que impulsan el plan para destruir a Hezbolá y poner bajo control al gobierno libanés, ocupando todo su territorio con una fuerza multinacional que garantice a Israel la neutralización operativa de Hezbolá.
En este escenario, y como sostienen algunos medios europeos y estadounidenses, el asesinato de los funcionarios de la ONU pudo estar orientado a presionar una decisión rápida de un alto el fuego y el despliegue de una fuerza multinacional, controlada bajo cuerda por EEUU, que posibilite un repliegue "honroso" de las tropas invasoras israelíes ya empantanadas en Líbano.
En otras palabras, concretar por la vía diplomática lo que Condoleezza Rice no pudo conseguir el lunes en Beirut.
Pero de consolidarse la maniobra nada indica que será aceptada por Hezbolá y el gobierno de Libano quienes anunciaron que no suscribirán ningún acuerdo que signifique concesiones o sometimiento a Israel y a EEUU.
Este lunes, en un discurso televisado, el líder de Hezbolá, Sayed Hasan Nasralá, dijo que "no podemos aceptar ninguna condición humillante para nuestro país, nuestro pueblo y nuestra resistencia".
Nasralá afirmó que la resistencia a la agresión israelí, en la que han muerto 418 personas en Líbano y 42 israelíes, estaba entrando a una nueva fase.
"En el nuevo período, nuestro bombardeo no se limitará a Haifa", aseguró, sin dar más detalles.
Para los expertos, desde que decidió ingresar por tierra a Líbano, y de no mediar un alto el fuego en las próximas horas, las fuerzas invasoras israelíes pueden comenzar a desgastarse y desmoralizarse en una guerra asimétrica con Hezbolá, una guerrilla con alta capacidad de movilidad, experta en emboscadas y en combate urbano, que puede empezar a infligirles bajas severas a las tropas judías.
De allí la premura del eje Washington-Tel Aviv por imponer un cese del fuego y el despliegue de una fuerza multinacional.
fuente: www.iarnoticias.com