Asume el nuevo jefe de la Fuerza Aérea
Garré reclamó más transparencia
Trabajar con más transparencia y por la "conjuntez" (interrelación) de las Fuerzas Armadas, adoptar más medidas de ahorro administrativo y hacer un uso adecuado de los fondos públicos fueron las primeras instrucciones que le impartió anoche la ministra de Defensa, Nilda Garré, al brigadier mayor Normando Costantino, que hoy asumirá la jefatura de la Fuerza Aérea en reemplazo del brigadier general Eduardo Schiaffino.
Los objetivos de su nueva misión fueron planteados a Costantino por Garré y los subsecretarios de Asuntos Técnicos Militares, Germán Montenegro, y de Fortalecimiento Institucional de las Fuerzas Armadas, Gustavo Sibilla, durante una reunión de una hora en el despacho de la ministra.
Garré pondrá hoy en funciones al sucesor de Schiaffino, echado por el presidente Néstor Kirchner tras una gestión de 19 meses, signada por el desgaste de su relación con la ministra de Defensa. La ceremonia, fijada para las 16, en el helipuerto del edificio Cóndor -la sede de la Aeronáutica militar-, se anticipa breve.
Sucede que Costantino, el tercer jefe aeronáutico nombrado por Kirchner, aún no definió quiénes ocuparán la subjefatura de la fuerza, tras el retiro del brigadier mayor Eduardo Bianco, y el Comando de Regiones Aéreas que, hasta anteayer, dirigió el brigadier mayor Carlos Matiak.
Se descontaba anoche en fuentes castrenses que también se le pediría el retiro al secretario general de la Fuerza Aérea, el puesto político de la institución. Sucede que el brigadier Horacio Bosich, puesto en ese cargo por Schiaffino, fue denunciado en abril último por el fiscal nacional de investigaciones administrativas, Manuel Garrido, por pagar gastos en la Argentina con tarjetas de crédito de bancos extranjeros que no incluyó en su declaración jurada.
Además de la denuncia puntual, Bosich fue el militar que acompañó a Schiaffino la semana última al sector militar del aeroparque porteño para intentar hablar directamente con el Presidente, aprovechando que Garré estaba de viaje por Rusia. Kirchner no los recibió y el intento de tener una relación directa con el jefe del Estado derivó en el sentido contrario: una semana después Schiaffino terminó con su carrera militar.
La nueva cúpula de la Fuerza Aérea se conocería más cerca del fin de semana. Se estima que, en el caso del Comando de Regiones Aéreas, que pasará a la órbita civil, quedará en manos de un oficial de segundo nivel hasta que asuma allí la autoridad que designe el Ministerio de Planificación Federal, que será el responsable del control de la aviación aerocomercial, por medio de la Secretaría de Transporte.
Ascensos y retiros
La abrupta e inesperada salida de Schiaffino genera en la Fuerza Aérea la necesidad de revisar algunas decisiones, como la propuesta de ascensos y de retiros que el ahora echado jefe iba a elevar a Defensa.
Pudo saberse cerca de Costantino que la ministra Garré le transmitió la necesidad de que esas definiciones pudieran estar listas para el fin de semana, aunque coincidió con el sucesor de Schiaffino en la necesidad de revisar tanto las propuestas se ascensos como las de jubilaciones.
En la sede de la Fuerza Aérea se respiraba ayer con cierto alivio por la salida de Schiaffino, que, en apenas algo más de un año, había generado una profunda división entre los militares con fuertes convicciones religiosas, que disfrutaban de ventajas, y los menos practicantes.
"Una de las grandes diferencias con Garré era el tema de la religión", se sinceraron anoche varios oficiales aeronáuticos. Y sintetizaron: "Hoy [con la asunción de Costantino] vamos a salir de la Edad Media y de la caza de brujas y volveremos a ser evaluados y considerados por nuestras capacidades profesionales y no por nuestras convicciones religiosas".
Esas fuentes hasta se permitieron recordar que en los días en que Schiaffino era instructor de vuelo, durante su juventud, tenía por costumbre enseñarles a los cadetes la "marcha de la falange", que cantaban las tropas del general Francisco Franco durante la Guerra Civil Española, donde el militar lideró el combate en contra de la República e instauró un régimen autoritario que duró 36 años.
Por María Elena Polack
De la Redacción de LA NACION
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